LA EXTRAÑA OBSESIÒN DEL DOCTOR CARL VON COSEL.
En 1931 el Doctor alemàn Carl Von Cosel trabajaba como bacteriòlogo en un hospital en el hospital Marine en Cayo Hueso, Florida, en los Estados Unidos.
Este hospital estaba lleno de personas afectadas por la entonces incurable enfermedad de la tuberculosis, Helena hoyos era una de esas desafortunadas personas..
Carl Von Cosel intentò de todo para salvarla, pero, a pesar de sus esfuerzos, Helena falleciò 3 meses despuès a la edad de 22 años.
Von Cosel estaba tan cautivado por su belleza que cuando Helena muriò, èl hizo una màscara mortuoria. de la mujer que habìa llegado a amar.
Pero en el cementerio se diò cuenta de que el agua pronto entrarìa en su ataùd y destruirìa su cuerpo, asì que consiguiò la autorizaciòn de la familia de Helena, para construir un mausoleo de concreto en el lugar donde se encontraba su tumba.
En su interior puso un ataùd de metal sellado al vacìo junto con un tubo de formaldeìdo para detener la inminente descomposiciòn del cadàver.
La obsesiòn del doctor Von Cosel por Helena, comenzò a consumir su vida, dejò su trabajo en el hospital y comenzò a pasar cada vez màs y màs tiempo en el pequeño mausoleo.
El escribiò en su diario "estoy tan feliz de estar de nuevo junto a ti, querida, pronto llegarà la hora en que te traerè a casa junto a mi"
Pero las visitas nocturnas del doctor Von Cosel empezaron a atraer a los curiosos, la gente se preguntaba porque el doctor visitaba cada noche el mausoleo, hasta que un dìa sus visitas terminaron y la gente comenzò a preguntarse porque..
Varios años pasaron antes de que Carl fuera visto de nuevo.
Para evitar a los curiosos transportò el cadàver de Helena a una pequeña casa cerca del mar, sus vecinos afirmaban que podìan escucharlo tocando el piano hasta altas horas de la madrugada, muchas veces lo veìan ir y venir cargando bolsas llenas de perfumes y preservantes.
Los rumores empezaron a difundirse y finalmente Florina, la hermana de Helena, se enterò del extraño comportamiento de Carl.
Cuando ella llegò a la casa, exigiò que Von Cosel la llevara al mausoleo para ver el cadàver de Helena.
_Eso no serà necesario_, le respondìò Von Cosel y procediò a llevarla al cuarto escaleras arriba, y ahì recostada sobre la cama vistiendo un vestido de novia, estaba lo que parecìa una muñeca con un rostro de cera perfectamente inexpresivo y ojos de vidrio mirando hacia el espacio.
Horrorizada, Florina se rehusò a creer que esa marioneta era la mujer que habìa conocido durante toda su vida, y exigiò que al cuerpo se le practicara una autopsia.
Helena fue llevada a la funeraria Lòpez, donde la autopsia fue llevada a cabo, en la autopsia los doctores descubrieron que el cuerpo ya no era màs que un cadàver descompuesto, solo le quedaban fragmentos de piel, no tenìa sangre y sus huesos habìan sido unidos con cuerdas de piano, ella tenìa ojos de vidrio y una peluca hecha con su propio cabello, el cual habìa ido perdiendo a medida que se descomponìa.
Asì como iba perdiendo la piel, Von Cosel, la reemplazaba con cera y cera, èl ademàs usaba perfumes para cubrir el olor del proceso de descomposiciòn.
Conforme los doctores proseguìan con la autopsia, descubrieron un tubo vaginal que habìa sido insertado en el cadàver de Helena con el fin de que se pudiese llevar a cabo el acto sexual.
Es difìcil de creer que un hombre cuerdo, pudiera vivir de esa manera con un cadàver por tantos años.
Von Cosel fue examinado por un psiquiatra y fue declarado cuerdo, el jurado declarò que èste era el caso màs bizarro de necrofìlia que habìan visto.
Aùn asì los cargos criminales en contra Von Cosel fueron retirados ya que la ley establecìa que despuès de 7 años el caso quedaba cerrado definitivamente.
Despuès del juicio el cuerpo de Helena fue restaurado y puesto en exhibiciòn, miles de personas llegaron a conocer a la mujer que fue parte de una de las màs infames relaciones amorosas.
Eventualmente Helena fue sepultada nuevamente, pero esta vez la ubicaciòn de su tumba fue guardada en secreto para que Von Cosel no pudiera volver a encontrarla.
En 1952, la policìa fue llamada a una casa abandonada, allì encontraron el cuerpo de un hombre de 83 años de edad, junto a èl yacìa una muñeca de tamaño natural con la màscara mortuoria de Helena, el hombre era Carl Von Cosel quien incluso en la muerte se habìa rehusado a ser separado de su amada.
En su diario, el ùltimo escrito que fue encontrado decìa, la envidia humana me ha robado el cuerpo de mi Helena sin embargo la felicidad divina fluye a travès de mi porque ella ha sobrevivido a la muerte, por siempre y para siempre ella estarà conmigo.
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