Amigos de grupo Anècdotario, êste blog ha sido creado para que se nos facilite la bùsqueda de todas las anècdotas,historias, reflexiones, cuentos cortos, leyendas de Mèxico y el mundo, etc. Es un blog apto para todas las edades y en èl todos hemos puesto nuestro granito de arèna. Aquì està la recopilaciòn de nuestras aportaciones y se los dedico con todo mi cariño.

jueves, 3 de noviembre de 2016

EN CARNE PROPIA. Christian Perales



EN CARNE PROPIA.
A lo largo de lo que ha durado esta página he inventado muchos relatos, sin embargo ocasionalmente en la vida real, suceden cosas que son difíciles de explicar, sucesos que escapan al entendimiento humano, historias que aún con el paso del tiempo siguen causando escalofríos en quienes las vivieron. Lo que están a punto de leer, es una de esas historias, quiero decir que todos los sucesos que narraré no son inventados, son cosas que nos sucedieron a mi amigo entrañable de tantos años Abraham Eduardo Salazar Granados y a un servidor Christian Perales.
OCTUBRE DE 1997.
Como la gran mayoría de las historias aterradoras, esta comenzó como un día normal, Abraham y yo acostumbrábamos pasar las tardes en la cochera de mi hogar, ubicado en la colonia Miguel Hidalgo en la delegación Tláhuac, muy cercano a lo que hoy es el espacio recreativo conocido como Bosque de Tláhuac, para quienes lo conocen he de decirles que no siempre fue un lugar pintoresco ni ordenado, aquel predio pasó de ser un terreno de siembra con todo y lo salitroso de su suelo, a ser un intento de espacio ecológico, pero la mala organización gubernamental de aquel entonces, ocasionó que las obras de construcción, con miras a convertirlo en lo que es ahora, fallaran y ante la carencia de presupuesto, terminaran dejándolo en el abandono.
Aquel sitio, era entonces un lugar sombrío, lleno de basura, con unas especies de cabañas semidestruidas, carente de iluminación, con grandes matorrales que envolvían parcialmente los andadores por los cuales se llegaba a un lago artificial, abandonado a su suerte a media construcción.
Recuerdo que una tarde de ese mes en particular, mi amigo Abraham llegó a mi casa, después de haber estado en un convivio de su escuela, la verdad, parte de lo sucedido ahí ya no está muy claro en mi mente, pues hay ciertas cosas que uno preferiría sepultar en los abismos más recónditos de la memoria. Lo relevante aquella tarde fue que en el convivio una compañera le había obsequiado un dije cuya forma era la de una figura demoniaca, en pocas palabras, la efigie del ser más obscuro de todos, y debo decir que era sobresaliente lo esmerado de los detalles de aquella figura. Dotado de una cornamenta, característica básica de los seres del inframundo, una expresión más que perturbadora en su rostro, el cual reflejaba odio e ironía siniestra a un tiempo y por supuesto, no podían faltar el tridente y la cola bifurcada que se enredaba en las patas de cabrío de aquel dije, eran como tres centímetros de maldad pura fundida en plata de ley.
Aquí debo decir que mi padre me dio una educación basada en el ateísmo y el escepticismo acerca de las cosas que no pertenecen a este plano, pero mi madre, de extracción católica y apegada a las creencias que me inculcó, supo que esa figura diabólica, no causaría otra cosa que problemas, así que de inmediato hizo que Abraham y yo entráramos a la casa, y le advirtió a mi amigo del peligro que acarrea tener una figura diabólica cerca del pecho. Nosotros nos encontrábamos en plena adolescencia, y con los afanes propios de esa edad, nos sentíamos con las agallas necesarias para desafiar toda clase de cosas, incluyendo a aquellas que no alcanzábamos a entender. De tal suerte que mi amigo, decidió conservar consigo este macabro regalo.
Durante los primeros días no sucedió algo que fuera relevante, todo parecía ir en calma, sin mayores novedades, sin embargo al final del sexto día comenzaron a pasar toda clase de cosas extrañas y terribles en la vida de mi amigo, lo primero que sucedió fue el hecho de que todos quienes acostumbraban a juntarse con él, lo fueron dejando solo, como si estuviera hecho de radiación, después las cosas se pusieron un poco más intensas, pues la novia que tenía en aquel entonces, cuya relación había sido una de las más estables, lo abandonó sin mayores motivos, incluso sin una explicación, en el mismo día sufrió un asalto, donde además de ser robado fue brutalmente golpeado, y los ladrones optaron por despojarlo de todo: celular, cartera con su sueldo, disc-man,, lentes incluso su hebilla vaquera que era costosa, pero en ningún momento optaron por llevarse aquel dije que portaba con el.
Por la noche, las cosas se pusieron mucho peor, pues no podía conciliar el sueño, ya que aquel ente que había entrado a su vida también le había acarreado múltiples problemas con su familia. Así, que recordando aquello que mi mamá le había dicho, se quitó el dije del cuello y lo tiró a la taza del baño, para después, jalar la palanca del desagüe y pensó que eso era todo, que aquella cosa maligna se iría llevándose todo lo malo que había traído consigo, de esa manera lo vio irse por la tubería, aquel ente infernal ya no sería un problema por lo cual entonces decidió volver a la cama.
Sobra decir que no logró conciliar bien el sueño, pues comenzó a tener pesadillas de toda índole, sueños terroríficos en los que su familia y amigos, eran brutalmente asesinados, decapitados, y desollados. También soñó toda clase de personas descarnadas siendo devoradas por alimañas, otros con la piel arrancada de sus cuerpos, también con animales en estado de putrefacción que lo sepultaban en una montaña de materia descompuesta y pequeños fetos poseedores de afilados colmillos, que amenazaban con morderle el cuello y trataban de estrangularlo ...
Pero lo realmente aterrador fue despertar en la mañana solo para darse cuenta de que aquel dije demoniaco, nuevamente estaba ceñido a su cuello.....
HAY QUE ACTUAR.... PERO YA....
Abraham había abierto la puerta de una fuerza obscura mayor a su entendimiento y ahora estaba pagando las consecuencias, en ese mismo día tuvo tres intentos fallidos de deshacerse del dije, intentó aplastarlo con un martillo pero el golpe no le hizo ni el menor daño, lo tiró a la basura y unos minutos después volvió a aparecer en el bolsillo de uno de sus pantalones, esa cosa, simplemente se resistía a irse. Cuando fue a verme su semblante estaba sumamente demacrado y una profunda angustia ya lo invadía. Después de consensarlo un poco, decidimos buscar ayuda, de tal suerte que decidimos ir a la iglesia en busca del sacerdote, pero éste al solo ver aquella representación en plata del enemigo de Dios, nos exigió que saliéramos del recinto sagrado. Finalmente cuando todo falla buscas donde sea, y al final terminamos por acudir con una sanadora practicante de la santería Yoruba, cuyo consultorio se ubicaba en la colonia Nopalera.
Ella nos explicó que figuras como esa poseían la vida de quienes las portaban, y todo era parte de un círculo de maldad, y la agravante era que cuando hubiera transcurrido el noveno día con el dije, la vida de mi amigo se quedaría así de mal, que incluso empeoraría a tal grado que el demonio que habitaba la efigie, terminaría por acabar con Abraham....
-"Deben llevarse a este engendro a un lugar donde haya agua estancada, cuando lleguen a ese lugar envuélvanlo en periódico, luego rocíenlo con azúcar, canela en polvo, y sal, para después envolverlo en otra capa de papel de estraza, finalmente pondrán otra capa de sal, y dos piedras que tomarán de ese mismo lugar, coloquen todo dentro de una bolsa de plástico y lo arrojan al agua....después aléjense de ahí y hagan lo que hagan, escuchen lo que escuchen... no miren atrás, este ente tratará de confundirlos"-
-Está bien señora, iremos mañana al salir el sol.....-
-¿ustedes no entienden verdad?.... mañana es el noveno día... será muy tarde entonces.... tiene que ser esta noche....-
Palabras más, palabras menos, pero ahora al menos sabíamos que hacer, acordé con mi amigo que no estaría solo en esto, así que quedamos que a las nueve y media de la noche lo vería en mi casa, para hacer lo que la hechicera nos había encomendado, iríamos al lago artificial del bosque de Tláhuac a deshacernos de aquel artilugio del infierno..
SUENA MUY SENCILLO....
Puntual a la hora señalada Abraham llegó a mi casa, en una pequeña mochila colocamos el periódico, el papel de estraza, y el resto de las cosas.
-¿de verdad vas a venir conmigo?-
-¿qué puede pasar?-
Creo que debí plantear mejor esa pregunta, pues los minutos siguientes fueron una eternidad, que hasta le fecha recuerdo con cierto terror....En cuestión de tres minutos estábamos ante la malla ciclónica que medio evitaba el paso de las personas al interior del bosque, y sabíamos de sobra por donde entrar, un hueco enorme en la malla, nos proveía la entrada... pero a la antesala del infierno. Ya estábamos adentro, volvimos la mirada a lo que era la calle en la que yo vivía, y parecía enorme la distancia, cuando en realidad, solo tenía que cruzar una avenida de dos carriles para llegar.
Sin hablar mucho nos adentramos en la obscuridad del bosque, obscuridad que parecía hacerse tan densa que no permitía que nos viéramos ni las manos, sin embargo, armados de valor seguimos caminando, lo más curioso es que en otros momentos habríamos encontrado a alguien ahí, algún borracho, algún corredor nocturno, o una pareja ocultándose en las entrañas del bosque para hacer cosas intimas, pero esa noche, como un acento macabro, no había absolutamente nadie en aquel lugar, incluso los perros callejeros parecían no querer involucrarse con nosotros. Si embargo seguimos con nuestro andar ya que eran como trescientos metros los que nos separaban de llegar a la laguna.
Los andadores eran de lo más azarosos, caminábamos como podíamos pues no nos había dado tiempo de hacernos de una linterna, subimos una pequeña loma y al llegar a la cúspide pudimos ver el reflejo de la luna en el agua del lago...
-Ya estamos cerca....-
-Si....-
Seguimos caminando entre la maleza, y por fortuna encontramos un andador... ese nos conducía directamente al cuerpo de agua... y en ese punto fue cuando todas la fuerzas obscuras se desataron. Mientras caminábamos podíamos escuchar como si alguien viniera tras de nosotros, los arrayanes que delimitaban los bordes del andador se movían, y si, quizás eso se le podía atribuir al viento, solo que en ese momento comenzó a sentirse un calor sofocante, sin alguna corriente de aire a la que pudiésemos achacarle aquel efecto, y no solo escuchamos los pasos tras de nosotros, si no que en algún momento escuchamos que alguien respiraba cerca, como si hubiese alguien oculto entre la maleza, esperando algún momento idóneo para atacarnos.
Faltando como veinte pasos para llegar al sitio donde dejaríamos a aquel ente, el terreno ya estaba un poco más despejado así que ya se veía muy bien el agua estancada.
-Ya está....-
Creo que hablé demasiado pronto, pues en el momento en el que dimos un paso, una enorme ave, que yo no me atrevería a decir si fue un búho u otra salió volando, así, simplemente salió de la nada y lo que si me atrevo a decir es que aquel pájaro trató de embestirnos, pasó cerca de nuestras cabezas, como queriendo que nos alejáramos de ahí, luego emitió un sonido, que cualquiera habría interpretado como un graznido pero no, Abraham y yo sabemos lo que escuchamos, esa ave se rio de nosotros, y yo aún recuerdo es risa como la emitida por un humano o peor aún, la de un demonio. Pero ya estábamos ahí, habíamos pasado el punto de regreso seguro hacía varios minutos. Era hora, hora de terminar con eso que estaba secando la vida de mi amigo,
Pusimos una capa de periódico en el suelo, y esta flotó en el aire por unos segundos para luego salir volando llevada por una especie de corriente de viento, así que después de eso coloqué una segunda capa de periódico en el suelo y la sostuve con ambas manos, Abraham puso el dije, y comenzamos a espolvorearlo con el azúcar, la sal y la canela, al envolverlo, vimos con cierto terror, como el periódico comenzaba romperse, mientras el calor se había vuelto más que sofocante, insoportable y el sudor nos escurría por el rostro, así que nos apresuramos lo más que pudimos y por fortuna al poco rato, la cosa ya estaba envuelta y lista para ser sepultada en una tumba subacuática,y así simplemente, la arrojamos al agua, y después de transcurridos unos segundos ya no la vimos, el lago había hecho su trabajo....
ESTO NO HA TERMINADO....
Cuando inicias una guerra, a veces lo más importante no es solo combatir, sino regresar a casa sano y salvo aunque por supuesto que esa suele ser la parte más complicada, y esa era una lección que estábamos a punto de aprender. Tal como nos lo había dicho la señora, una vez que aquel artilugio del mal se hundió en la laguna, este trató de confundirnos, de hacernos perder la cordura. Primero pudimos observar algo moverse entre las turbias aguas, algo como la cabeza de una persona que trataba de nadar hacia la orilla; naturalmente era el momento de salir de ese lugar, por lo que con mucho miedo, mucho temor a ser atacados a mansalva, dimos la media vuelta, ofreciendo nuestra espalada a aquella cosa. Después comenzamos a caminar en dirección a la salida orientándonos por las luces de nuestra cuadra que brillaban a lo lejos, más a cada paso que dábamos podíamos escuchar las pezuñas de un caballo o quizás otro animal, seguir nuestras pisadas.
Tratamos de apretar el paso pero esto fue totalmente en vano, esa cosa, lo que quiera se haya sido continuaba tras de nosotros, podíamos percibir su respiración cerca del rostro, mientras un olor a azufre y a huevo podrido, se apoderaban del ambiente, no se si solo seguí mis impulsos, pero era demasiada la presión y en dos ocasiones al menos, estuve a punto de voltear hacia atrás. Caminábamos tan rápido como la obscuridad nos lo permitía, pero también escuchábamos como si algo se moviese arrastrándose en el interior de la tierra, algo que por cierto siempre estuvo a unos pasos de ventaja con relación a nosotros, y sentíamos como si entre las filas de los arrayanes alguien o algo intentaba tomarnos por los pies para hacernos caer. Finalmente cuando algo tocó nuestras espaldas, ambos salimos corriendo, escuchamos una especie de risa nuevamente y buscamos desesperadamente la salida de aquel sitio. No se que pasó, ni como pasó, lo cierto es que nos desorientamos, y al correr yo me separé un poco de Abraham, escuchaba pasos tras de mi, pero no sabía si eran los de él, o lo de esa cosa que nos perseguía. Pero lo peor fue cuando llegamos al punto donde creíamos que estaría el hueco en la malla ciclónica por el que habíamos entrado, pero no estaba, y así estuvimos buscando una forma de salir, hasta que finalmente a tientas, localizamos un punto donde la rejilla permitió que la levantáramos y pudimos escapar.
Con rasguños y golpes, llegamos a mi casa, y solo entonces, dejamos de escuchar todas esas cosas, nunca sabremos que sucedió en cuanto al tiempo, pues debíamos haber llegado a casa a eso de las diez y media de la noche, pues el camino estaba calculado para veinte minutos máximo, pero habíamos vuelto a las tres de la madrugada cuando toda la colonia dormía, y nunca supimos que sucedió en esas horas....
Jamás entenderemos lo que pasó esa noche, y por temor a que nadie os crea esta historia ha sido narrada por primera, y quizás única vez, esta noche. La suerte de Abraham se restableció al poco tiempo, sus pesadillas desaparecieron y casi por momentos pudo olvidar este incidente. Hasta la fecha seguimos siendo los mejores amigos, sin embargo, pocas veces hablamos de lo sucedido aquella noche... pero a veces pienso ¿a ustedes les han regalado algo similar?
FIN

miércoles, 2 de noviembre de 2016

INVASORES DE OTROS MUNDOS Christian Perales

INVASORES DE OTROS MUNDOS.
Espero que alguien logre encontrar esta transmisión, este documento, esta es la última noche de mi planeta, mi civilización está agonizando. Fuimos colonizados y casi exterminados por otra civilización que vino de un rincón lejano de nuestra galaxia.
Mi testimonio es que mi planeta era un gran sostén de vida, en el crecían plantas, la naturaleza nos daba lo necesario para comer, para vestir y para vivir, entiendo que a veces no llegabamos al entendimiento entre nosotros y había guerras, pero nunca como la que enefrentamos ante nuestros invasores.
Y quizás la culpa fue enteramente nuestra, pues cuando nos enteramos que existían, hicimos llegar una señal espacial para contactarlos, el peor error para nosotros, pues ellos, al poco tiempo ya estaban aquí y fue cuando cometimos nuestro segundo y fatídico error: los recibimos como huéspedes distinguidos, ya que las similitudes de su mundo y el nuestro eran muchas, también su aspecto, además de que era evidente que poseían un poco más de avances en tecnología con respecto a nosotros, así que aceptamos sus visitas, sus regalos, y su técnica y nunca nos imaginamos que detrás de ellos viniera un contingente de sus tropas de ataque.
Y no vivnieron solos, ellos traían enormes máquinas especializadas en matar, vehículos, robots, armanento muy superior al nuestro, y que nosotros nunca habíamos visto algo así Y así comenzó, al principio nos dijeron que nos protegerían de las amenazas de otros planetas, y nosotros tuvimos miedo de que hubiera otra raza más incivilizada ahí afuera, en aquel mar de estrellas, después de todo si existían ellos, podrían existir amenazas interplanetarias mucho mayores y mucho peores. Por eso fue que les permitimos montar sus bases militares en nuestros puntos estratégicos, pensando que de verdad serían nuestros protectores, pero no fue así, en cuanto supieron la cantidad y la calidad de recursos naturales que ofrecía mi planeta, ellos quisieron apoderarse de todo, y en un breve tiempo lo hicieron, acabaron con los recursos minerales, los extrajeron muy rápido y los condujeron a su planeta, después fueron los recursos naturales, como los árboles, y las semillas y finalmente cuando tomaron nuestra agua fue cuando vimos que no teníamos más alternativa que pelear, debíamos defender lo que quedaba de nuestro planeta.
Es más que obvio que perdimos esa guerra, las primeras en caer fueron nuestras ciudades, con toda su majestuosidad y todos sus habitantes, en un día arrasaron con un país entero y al día siguiente sus máquinas se habían apoderado de un continente, nos atacaban por aire, por agua, estaban en todos lados y no tomaban prisioneros, a menos que fueran mujeres y cuando obtenían satisfacerse de ellas, las mataban y tiraban en las ruinas de nuestra civilización como advertencia. Fue una lucha totalmente desigual, y duró poco, tan poco que no pudimos idear algo par evitar nuestro exterminio. Hoy quedamos menos de 1000, de lo que fue una civilización de millones, nos llevarán a su planeta donde cumpliremos como esclavos. alguien allá nos ha comprado, no sabemos que destino nos espera, pero quizás, con algo de suerte sea un poco mejor que la desolación que se ve aquí, mi planeta, mi hogar reducido a enormes desiertos nucleares, a columnas de humo donde hubo alguna ciudad donde yo crecí, todos mis amigos, toda mi familia, todo lo que conocí ya no existe, murió cuando ellos vinieron a este lugar.
Y solo quiero advertirles a quienes encuentren este comunicado sobre esta civilización-
Manténganse escondidos, no establezcan comunicación con ellos, son peligrosos, colonizadores y asesinos. Se llaman seres humanos y vinieron a mi planeta, desde un lugar llamado.... Tierra...
FIN

martes, 1 de noviembre de 2016

HE ABIERTO LA PUERTA DEL INFIERNO Christian Perales

HE ABIERTO LA PUERTA DEL INFIERNO.
Si ya de por si, el ejército nazi representa lo peor de la humanidad, ¿que podemos esperar ahora cuando ellos prácticamente se han vuelto inmortales?....
Todo comenzó cuando viajé como parte de una comisión de médicos sin froteras, por primera vez me sentía más que reconfortado al ejercer mi profesión en un sitio donde era muy necesario, en una parte de Europa donde los servicios médicos estaban escasos a consecuencia de que muchos doctores, enfermeras y en general personal médico, se habría trasladado a la región Siria, a consecuencia de la guerra que se gestaba ahí.
Incluso, ese lugar a pesar de la nieve, era un espléndido sitio para ejercer la medicina, siempre estábamos resguardados por soldados de diversas partes de Europa o incluso de Rusia y por la distancia con Siria no nos tocaba ver pacientes de las cruentas batallas, pero sí, a diario lidiábamos con cirugías de apéndice, con enfermedades digestivas o respiratorias, sin embargo era un trabajo llevadero y hasta gratificante.
La tragedia sobrevino cuando unos soldados rusos, trajeron ante mi a un paciente que habían encontrado en una zona boscosa, la verdad venía en muy mala estado, su piel, estaba necrosada por la congelación y en muchas partes de su cuerpo, la gangrena había reducido sus tejidos a tal punto de que ya casi se desprendían solos, como su nariz por ejemplo, ya no tenía salvación, pero debo decir que eso no era lo único: ya que su cráneo estaba destrozado, y su cerebro parcialmente congelado, se hallaba expuesto, aún tenía algo de pulso, una muy débil señal de que aún se encontraba con vida, aunque su respiración casi estaba apagada. Traté de preguntarles a los soldados si sabían algún indicio que me permitiera al menos intentar salvarle la vida.
-¿dónde lo encontraron?¿qué le sucedió?....-
Los soldados se miraron entre si, y ninguno atinaba a decirme algo... hasta que finalmente uno de ellos trató de explicarme lo sucedido.
-Cazador de tumbas.... erra y cazador de tumbas, lo encontramos en las ru... ruinas cercano a Birquenaú.... -
-¿qué....?... ¿hace cuanto?.... -
-Esta mañana.... nosotros es lo único que sabemos.... no sabemos quien es o de donde vino....tenemos que irnos.-
-Pero....-
-Tenemos que irnos....-
De verdad que yo jamás en todo el año que llevaba en esa zona había visto a un soldado ruso tan nervioso, sentí que ellos trataban de ocultarme algo, pero en vista de la poca comunicación y la mala calidad de mi ruso, fue imposible saber más. Ellos se fueron y yo me quedé con el paciente; que como era de esperarse, a los pocos minutos falleció. Ahora ya no tenía que luchar por salvarle la vida, ya lo único que me restaba era hacer una necropsia que fuera entendible para los rusos o para los europeos o para quie quiera que fuera a pedirme explicaciones de lo ocurrido. Sin embargo los pacientes vivos tenían prioridad, de tal manera que simplemente cubrí el cuerpo de aquel desafortunado hombre y continué dando consultas hasta parte de la noche.
Una vez que terminé con todos mis pacientes vivos, decidí que era hora de practicar aquella necropsia de ley, para lo que me quedé totalmente a solas, en medio de una mortecina y deficiente iluminación, con el cadáver que yacía en mi plancha. Coloqué la grabadora para ir almacenando mis hallazgos y comencé a cortar sur ropas. Al poco tiempo, encontré en los bolsillos de su abrigo una especie de llave, definitivamente no encajaba con nuestro tiempo, esta llave, estaba totalmente forjada en oro, y tenía unos grabados muy detallados, no se necesitaba ser un especialista en historia universal para entender que aquel artefacto era de procedencia nazi, también encontré unos documentos escritos en alemán, y una serie de mapas detallados casi imposibles de entender, pero definitivamente también eran de la época en que Hitler trató de apoderarse del mundo: las suásticas, las águilas alitendidas, los sellos de la SS, todo indicaba que aquello era propiedad del ejército nazi. Solo me remití a colocar todas esas cosas en una bolsa de evidencias, aunque realmente no tenía ni la menor idea de si alguien preguntaría por esas cosas, después de un rato comencé a grabar paso por paso la necropsia que estaba a punto de realizar.
-´Bitácora médica, Doctor Alberto Ortega: 31 de octubre de 2016... recibí a este paciente por la mañana, falleció a las 11:50 al parecer por hipotermia y lesión cerebral, el paciente estaba congelado, tiene tejido necrosa....-
No pude terminar de decir esa frase, pues por un momento sentí que aquel hombre estaba respirando, así que de inmediato tomé mi estetoscopio y decidí cerciorarme de ello: si... estaba muerto.
-Estoy alucinando-
pensé mientras devolvía mi estetoscopio a su estuche, pero de pronto una enorme fuerza sujetó mi mano, era ni más ni menos que aquel cadáver, me había tomado del antebrazo y hacía un enorme esfuerzo por incorporarse, abrió la boca y pude ver un cúmulo de sangre obstruyéndola, era imposible que alguien estuviera vivo en esas condiciones, pero él, al parecer lo estaba, y ahora me sujetaba con una fuerza descomunal, y lo peor para mi fue cuando empezó a hablar.....
-¡no dejes que lleguen!¡ellos danzan la danza macabra!....-
-¡¿de que me hablas?!¡suéltame!....-
-¡no estamos a salvo!¡ya nunca lo estaremos!... ¡ellos no se detendrán....!-
-¡¿Quienes?!.....-
-¡Yo abrí la puerta!.... ¡abrí la puerta del infierno y ellos vendrán!....-
-¡¿quienes?!
Fue imposible obtener algo más, pues de hecho después de decir esta frase este "paciente" se volvió a desplomar en la plancha, y yo, haciendo acopio del poco valor que me quedaba, tomé nuevamente el estetoscopio y volví a escuchar su corazón, nada, estaba muerto, incluso al continuar con la necropsia, que por cierto se había vuelto más que vital ahora, pude darme cuenta de que efectivamente aquel cuerpo llevaba más de ocho horas de muerto, incluso el rigor mortis lo avalaba cabalmente. Ahora tenía más preguntas que respuestas, y en eso recordé que a pocos metros del campamento donde yo me encontraba, estaba el doctor Favernwestmüller, un médico de origen alemán que hablaba algo de español, así que tom´los documentos que encontré en el abrigo del cadáver y acudí de inmediato ante él.
Después de recibirme y notar mi profundo pesar y agitación, escuchó con calma cada palabra que dije, y sobre todo cada frase que me confesó aquel cuerpo en la plancha, al final tenía un veredicto, sobre lo ocurrido.
-¿Si sabes.... que un muerto no regresa de ese estado?... ¿quizás fue un reflejo post mórtem....?-
-Eso mismo creí al principio... pero fue demasiado... duró mucho tiempo para ser un reflejo....-
-¿puedo ver los papeles que le encontraste....?...-
-Si, aquí están, están escritos en alemán... no entiendo nada...-
Al darle los documentos y la llave comenzó a leerlos con detenimiento....
-Si... son documentos de la segunda guerra mundial... la etapa más obscura de mi país.... seguramente... pertenecieron a algún contingente de soldados... muchos hallaron la muerte en esta zona nevada.....¡ay por Dios!....-
-¿qué?....-
-¡Esto está firmado por Albert Shultz!... -
-¿que es el?-
-El... querido amigo era el mismísimo demonio... Era un militar de alto rango, persona de confianza de Adolf Hitler, y se encargaba de reclutar científicos y algunos expertos en ciencias ocultas... con el fin de encontrar numerosas maneras de apoyar al ejército nazi en la guerra, y se dice que uno de sus descubrimientos lo habría llevado a tener la capacidad de revivir a los muertos.... pero se dice también que ese comandante encontró la muerte por estos lugares, sin tener tiempo de llevar a cabo la comprobación de sus experimentos... aunque nadie encontró su cuerpo o sus tropas jamás y se cree que la nieve los envió a los confines del infierno...pero en realidad nunca se tuvo claro lo sucedido....-
-Entonces... el cadáver que atendí... es... uno de esos....-
-No mi amigo... esto es algo peor, estamos hablando de muertos vivientes, de cadáveres imposibles de rematar, más agresivos de lo que eran en vida, invulnerables a la nieve, al hambre o a las armas del mundo moderno, pero con una capacidad de raciocinio y estrategia....-
-¿no me digas que crees en zombis?-
-Estos no serían zombis... serían unos verdaderos monstruos capaces de continuar con su guerra desde donde se terminó para ellos... y lo peor es que tienen la capacidad de reclutar a otros muertos, dominando sus mentes, y haciéndolos a su imagen y semejanza....-
-¿qué hacemos?....-
-Tenemos la llave.... y el mapa, es la ubicación exacta del artefacto que les devolvería la vida, tenemos que ir a ese lugar y destruirlo... después de eso, debemos destruir la llave....-
-¿por qué nosotros?-
-Nosotros no... es algo que debo hacer yo solo.... soy alemán, es mi deber destruir hasta el último vestigio de los nazis....-
-Quiero acompañarte.....-
No tuvimos que discutir mucho, a los pocos instantes estábamos llegando a la zona que el mapa nos indicaba... desafortunadamente llegamos solo para presenciar que todo había sucedido ya... los soldados nazis, habían abandonado su tumba de nieve, eran más que dantescos, con la piel carbonizada por la nieve, pero se erguían victoriosos, formando filas, uno a uno iban saliendo de su letargo, con la sangre cuajada sobre sus rostros, y los dientes llenos de cieno, así como sus miradas perdidas pero llenas de odio, per con la entereza necesaria para empuñar sus armas y seguir las instrucciones de su superior....
-¿que hacemos?... creo que deberíamos avisar al ejército ruso....-
Pero mi colega alemán me hizo entender que aquello estaba por demás, me señaló con el dedo hacia la distancia, y pude ver que el contingente de soldados de nuestro tiempo, aquel que se encargaba de resguardar nuestra seguridad, aquellos hombres con quienes había hablado por la mañana, habían sido asesinados por los nazis recién reanimados, los "nuestros" habían peleado con valor, pero habían fracasado pues sus armas habían sido insuficientes para detener a aquellos monstruos, que ahora se contaban por centenares, y formaba una fila en clara formación de combate. Un combate que la humanidad moderna está destinada a perder.... y fue entonces cuando entendí las palabras de aquel difunto, cuando me dijo:
-"He abierto las puertas del infierno"-
¿FIN?....

domingo, 30 de octubre de 2016

HISTORIA DE AMOR Y MUERTE Christian Perales.

HISTORIA DE AMOR Y MUERTE.
Nuestra historia comienza con un hombre común, pero de buen corazón...
Entre la pertinaz lluvia, lo decidió... Alberto había acudido a la entrada de aquel motel de paso, para encarar a su esposa, entre sus ropas portaba una pistola 38 especial, era hora de hacer pagar a su esposa y al amante de ella por su traición. Pero en el último momento lo pensó mejor, decidió que lo mejor era mantener su alma intacta, decidió no matar a ambos, así que solo los encaró, y podría jurar que hasta la muerte suspiró aliviada, al no tener que llevarse las almas de aquellos dos. Y una vez que Alberto vio que su matrimonio estaba arruinado, simplemente se fue, se marchó de esa casa y dejó que el mundo rodara mientras el cumplía con su sueño.
Su sueño de muchos años había sido convertirse en piloto aviador, carrera que con la llegada del matrimonio cambió por algo con un poco menos de aventuras, pero ahora estaba ahí, habían pasado los meses y su divorcio ahora era un recuerdo añejo y menos doloroso y finalmente surcaría los aires en un enorme Boeing 727 lo había logrado, se había convertido en capitán, de los mejores y más confiables. Y así comenzó una serie de aventuras en el aire, y una de ellas lo condujo a quedar varado en un aeropuerto por el mal tiempo, fue donde conoció a Raquel.
Ella era sobrecargo, una cuya atención a los viajeros la hacía brillar, la bondad que había en su alma, apenas era comparable con su sonrisa amable y su capacidad para calmar hasta a los pasajeros más nerviosos.
La noche en que se conocieron estuvieron platicando hasta el amanecer, y a la hora de despedirse todo quedó en un tierno beso, era algo que Alberto no había sentido en años, su corazón había vuelto a vivir, pero toda despedida llega y era hora de que Alberto viajara a París y curiosamente Raquel también, pero en vuelos diferentes, así es, quiso el destino que estuvieran en empresas que competían entre si, pero eso nunca será un obstáculo para quienes se aman de verdad.
-Raquel... yo... ¿volveré a verte?...-
-Claro que si... me asignaron la habitación 417 en el hotel Eiffel...-
Y así comenzó la verdadera vida para ambos... Praga, Moscú, París, Dubai, Las Vegas, Río de Janeiro... Siempre era igual, a veces simplemente se quedaban contemplando el amanecer, otras veces compartían sus anhelos y sus vidas tenían sentido. Es curioso pero nunca intercambiaron teléfonos, la forma de encontrarse era la misma.
-¿te volveré a ver?....-
-Claro... reservé la habitación 417....-
Una noche el vuelo 914 procedente de la ciudad de París no llegó a su destino, se desplomó a las afueras de Francia sin que hubiese un solo sobreviviente, curiosamente Alberto pilotaba ese vuelo, mientras que Raquel era la jefa de sobrecargos en el....ambos perecieron en el primer y único vuelo que hicieron juntos. Antes de abordar Alberto pudo decir algo desde su corazón
-Yo te veré esta noche....-
-Habitación 417...-
-Lo se...Te amo-
-Yo también te amo... no lo olvides: 417 y no llegues tarde...-
-No, te veré ahí....
Y este recuerdo se llevó Alberto en su memoria, abrió los ojos ante una gran fila de personas, estaba un poco confundido por el hecho de que no sabía donde estaba, pero no tardó en descubrir que aquello era la antesala del infierno, era donde sus almas serían juzgadas, y tampoco tardó en darse cuenta de lo que le sucedía a aquellos que había obrado mal en el mundo terrenal, ellos eran arrastrados a las brazas del infierno por un grupo de sombras. Aunque fueron pocos realmente, pues la gran mayoría eran conducidas hacia arriba, por una hermosa luz. Para su grata sorpresa pudo ver a Raquel entrando a esta luz maravillosa y se sintió profundamente aliviado.
-Se ha ido al cielo....-
De pronto le llegó su turno a Alberto, el juez de las almas habló brevemente con el.
-Alberto, por no haber disparado contra tu ex esposa, por haber amado pura y desinteresadamente a Raquel, tu alma gemela y por que en el último momento sacrificaste tu propia integridad por salvar el avión, irás al paraíso, descansa en paz y recibe alegrías, pasarás el resto de la eternidad en el cielo y tus bendiciones también serán eternas... ¡siguiente!....-
De inmediato la luz condujo a Alberto al paraíso, este era un poco distinto a lo que le habían dicho pues a cada alma se le asignaba una estrella donde podía residir y acomodarla a su gusto y una vez que llegó Alberto, de inmediato se puso a buscar frenéticamente a Raquel, solo que había un pequeño problema para ellos, ahora eran almas, estaban limpias y puras, eran solo energía, todas iguales sin ningún rasgo que las diferenciara unas de otras, nada, ni color de piel, ni altos o chaparros, ni gordos o flacos, solo eran energías, seres de luz, incluso nadie tenía nombre.
-¿Cómo encontraré a Raquel?...-
Pero no era el único con ese dilema, había muchas almas que buscaba a alguien... estaba a punto de perder la esperanza cuando tropezó por accidente con otra alma.
-Discúlpeme, es que estoy buscando a alguien....-
-Yo también... pero yo pienso que seguiré buscando mañana... mi estrella está un poco lejos de esta zona ...y ni siquiera se si él ha llegado aquí...pero se que vendrá, tenemos una cita y el nunca me ha fallado, se que me encontrará.-
-La mía también.... mi estrella está algo lejos ¿a usted que estrella le asignaron?-
-la 417....-
FIN