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martes, 15 de marzo de 2016

TACOS ACORAZADOS George Keñy Serrano








¿Cuál es el origen de los "tacos acorazados" (México)?
¿Porqué Tacos Acorazados?
Los grandes submarinos nacieron primero en la mente de Julio Verne y después se hicieron realidad en el siglo XIX, teniendo su auge en la Segunda Guerra Mundial. 

Estaban de moda los temibles submarinos acorazados alemanes, los cuales llevaban doble coraza, con la externa golpeaban a los barcos enemigos hasta hundirlos y la segunda era para protección.

En la década de los cuarenta, un pasajero de los autobuses Estrella Roja, instalada en esa época en la calle de Galeana, casi esquina con Rayón, se asomó por la ventana y pidió “un taco acorazado, de esos que llevaban dos tortillas”, y de ahí para el real, hasta la fecha se conserva el nombre. 

Cabe aclarar que este manjar ya lo vendía desde inicios de siglo doña Felícitas, pero es hasta 1940 que recibe la Fe de Bautizo.

Ahora la palabra es sinónimo de grande, super o mega. Mas sin entrar en explicaciones etimológicas mejor hablemos sobre su origen para disfrutarlo mejor a la sagrada hora de darle placer al cuerpo.

¿Dónde empezó todo?

Cuando la necesidad económica es grande la iniciativa sale a flote. 

La señora Felicita Sánchez*, allá por 1908, residente de Cuautla, Morelos tenía que mantener a su único hijo, el latoso Gabino. 

Buscó en su despensa y se encontró solo con tortillas, arroz, huevos y chiles. Así que como toda buena mujer emprendedora cocinó una gran cazuela de arroz morelense – el mejor – y preparó los huevos duros. 

Colocó todo en una canasta y se fue a venderlos al lugar donde había más gente con necesidad de comer rápido y barato. 

Se le ocurrió la estación de ferrocarril, cercana a su casa.

Para iniciar su negocio no necesitó de un especialista en mercadotecnia ni asesores de imagen. 

Así que en un anafre calentó las tortillas de maíz azul y ofreció los primeros tacos acorazados, que consistían en dos tortillas, una cama de arroz, un huevo duro y todo bañado con salsa. 

Rápidamente los pobres viajeros que se amontonaban en esos incómodos vagones, ubicándonos a principios de siglo, que iban a emplearse como peones al corte de caña encontraron una solución a su necesidad básica de comer sabroso sin tener que entrar a un restaurante. 

Había vendedoras de otro tipo de productos, los clásicos tamales, atoles, guayabas, tripas de pato – que dicen eran un manjar – frutas en almíbar, dulces típicos, pulque y más. 

Así que ese día la señora Felícita regresó a su casa con la canasta vacía pero con dinero ganado a la buena, tuvo con que alimentar y educar a su chamaco. 

Así repitió la actividad día con día y ya con más recursos económicos fue aumentando la variedad, además de los huevos duros hizo tacos de torta de papa, rajas con crema y todos los productos más baratos y rendidores. 

Los acorazados se hicieron comida obligada para todos los de la estación, que en aquel tiempo era muy concurrida.

Pasaron varios años, su hijo creció y ella, con más posibilidades los preparó de tortas de carne en chile rojo y verde, pollo, milanesa, chorizo, chuleta, chiles rellenos y de todo lo que sus clientes le iban pidiendo. 

Sin querer había encontrado un nicho de mercado que nadie había detectado. 

Crió a su hijo y le enseñó el negocio. 

Después decidió probar suerte en Cuernavaca. 

Su primer puesto – dicen los entendidos – estuvo en el zócalo de la ciudad, siempre buscando clientes con poco dinero y tiempo pero ansiosos de probar algo sabroso. 

En la calle Rayón se encontraba la primera sucursal formal de los tacos acorazados, es decir, en un puesto que al menos tenía techo, mostrador pequeño, lugar que en realidad era un pasillo, y sin lugares para sentarse, se tenían que consumir de pié pero a donde todos asistíamos para matar el hambre con poco dinero. 

Tenía unos frascos de rajas azadas con papas y cebollas, que eran codiciados. 

Además, podías llevar tu refresco y nada pasaba. 

Todo era permitido. 

El servicio era rápido y muy económico. 

Ni siquiera tenías que dejar propina.

Ahora éste noble negocio se ha clonado en muchos lugares y es toda una prospera fuente de ingresos para las familias morelenses. 

Las mujeres trabajadoras los atienden y de verdad que es una comida completa. 

Por eso, en el día del taco, el acorazado merece un lugar aparte.

La virtualidad informática nos dice que existen más de 4,780 variedades de tacos en todo el país, pero éste es el único 100% morelense. 

El detonador de la economía estatal y sobre todo, creador de gran fuente de proteínas.

El Taco Acorazado es sano y 100 % Morelense.

Vengan a HH. Cuautla Mor. a degustar los ricos tacos acorazados.

BIG GEORGE Tamagochi Bombòn








BIG GEORGE. 

El protagonista de este artículo es George Parrot, más conocido como Big George o simplemente “nariz larga”, y para conocer todos los detalles, hemos de viajar hasta el lejano oeste…
Estamos en el Oeste, corría el año 1878 y una de las bandas de forajidos más conocida de esta época era la liderada por Sim Enero. 

Entre sus secuaces, estaba nuestro protagonista, Big George, aunque también contaba con muchos más nombres: George Francis Garden, George Manuse o George Curry. 

La especialidad de este grupo, que traía de cabeza a todas las autoridades, era el asalto a trenes y el robo de caballos. 

Aquel año ya llevaban varios crímenes brutales a sus espaldas, entre cuyas víctimas se encontraban, por ejemplo, el ayudante del sheriff de Wyoming o uno de los agentes del tren “Union Pacific”, al cual asesinaron después de intentar volar la linea férrea.
Algo no salió bien en este golpe, los operarios descubrieron los explosivos en las vías y dieron la voz de alarma, no sin evitar que la banda de Sim Enero escapara con varios rehenes, a los cuales, acabaron asesinando también.

Tras aquello, tras aquella matanzas, las cabezas de Big George y el resto, alcanzaban ya cifras increíbles, conviertiéndose en poco tiempo en esas “piezas” que todo caza recompensas ansiaba conseguir ya fueran vivos o muertos, puesto que tampoco importaba con tal de poner fin a las fechorías que solían cometer a lo largo de Wyoming o Montana.
Probablemente, el más ingenuo de todos ellos fuera el propio Big George, alias “nariz larga”. 

Amante de las fiestas y del alcohol, cometió el mayor error de su vida al entrar a un salón de Montana y, llevado por la ebriedad, empezar a alardear de todas sus fechorías. 

Y no se dejó ninguna. 

Tanto fue así, que ni un tribunal le hubiera sacado una mejor declaración de culpabilidad que la que dio él, libremente, entre vaso y vaso. El sheriff no tardó en llegar y con él, el juicio.

Fue condenado a la horca, pero te sorprenderá saber que aún tuvo tiempo de matar a dos personas más tras intentar escapar de la cárcel en la que estaba.

No obstante, no le sirvió de nada, al contrario, la rabia con la que ejecutaron a Big George fue aún más intensa, más brutal.
Esta historia hubiera pasado a formar parte de la biblioteca de lo anónimo si no fuera por lo que ocurrió después. 

Algo sorprendente… Y escabroso. John Osborn era el médico que bajó a George de la horca al cabo de varias horas, y quien decidió quedarse con el cadáver, en vista de que ningún familiar lo reclamó. 

Pero, ¿por qué razón? Te preguntarás. Interés científico. Deseaba conocer el origen de la “maldad humana, de la violencia y del crimen”. 

Para ello, cortó con una sierra la cabeza de Big George de una forma muy tosca, extrayendo después el cerebro. 

Se dice que con la base del cráneo hizo un cenicero y que, además, modeló en yeso el rostro del forajido.

VIEJITA FANTASMA Yany Mireles.








VIEJITA FANTASMA.

Hace aproximadamente 15 años, trabajé para una empresa en la colonia San Rafael en la calle de Guillermo Prieto.

Era una casa antigua y casi diario nos hacían ruido, se escuchaba que movian los trastes en la cocina o que se caìan cajas que estaban apiladas e ìbamos a ver y todo en calma. 

Una vez mientras bajaba la señora que hacía el aseo, claramente vimos a una señora viejita bajando atras de ella, le preguntamos quien era esa señora que no habíamos visto entrar y ella nos dijo que arriba no había nadie. 

Entonces supimos que era una viejita quien nos espantaba. 

Lo que si nos puso más miedosas fue que cuando bajabamos las escaleras corriendo, nos agarraba los pies, algunas de las chicas cayeron de las escaleras por ese motivo.

En alguna ocasión platiqué con una vecina de esa casa y nos comentó que ahi murió la Señora de la casa justamente rodàndose las escaleras, que estaba sola, así que cuando llegaron sus hijos y su esposo, no pudieron hacer nada por ella. 

Pero casi de inmediato vendieron la casa y se fueron dejando muchas pertenencias de la señora. 

Quien la compró vendió mucho, sin embargo el alma de esa señora sigue penando ahi porque dicen que ella no sabe que ya murió. 

Nosotros cada dia de muertos le poniamos sus flores, su veladora y una pequeña ofrenda, eso tranquilizaba un poco el ambiente, sin embargo los ruidos continuan en esa casa.

LA BRUJA Yany Mireles



LA BRUJA.

Hace muchos años en la sierra de Puebla vivía mi abuelito con sus papàs y hermanos, 
En el jacal mas cercano, vivía una señora, todos decían que era una bruja y que salia en las noches a chuparse a los bebés. 
Contaba mi abuelo que los bebes que mataba la bruja, quedaban como deshidratados y al mismo tiempo color azul. 
Una noche mi abuelo y sus hermanos se fueron al jacal de al lado a ver si veían algo que les indicara si era verdad o no que era una bruja. 
Según contaba mi abuelo vieron claramente como la señora se quitaba las piernas y se convertia en un guajolote, salió de la casa y se echo a volar como una bola de fuego.
Aprovechando que se había ido la bruja se metieron a su casa a comprobar que se había quitado las piernas, al comprobarlo, realmente se asustaron y se echaron a correr.
Mi abuelo, que era el más travieso, escondiò una de sus piernas y se quedó mirando cerca del jacal esperando a que regresara.
No tardó mucho y cuando llegó y buscó sus piernas solo encontró una.
La bruja comenzó a gritar, a bufar a maldecir a quien le había escondido la pierna, porque si no se la ponia antes del amanecer se quedaría así hasta la siguiente noche.
Al no encontrarla, tuvo que quedarse todo el dia encerrada acostada en su cama.
La siguiente noche mi abuelo y sus hermanos vigilaron y cuando se fue volvieron a meterse a su casa. .
Como la bruja no se fue lejos, regresò ràpido y los encontrò dentrò de su casa, ellos se asustaron y ella les dijo que si alguna vez contaban a alguien algo de lo que habían visto ahí se les secaria la lengua y se les caerian los ojos.
Durante años mis tíos y mi abuelo no contaron ni comentaron nada de ese incidente, pero cuando se vinieron a la capital se sintieron seguros y contaron su aventura con la bruja.

domingo, 13 de marzo de 2016

LA CASA DE "LA VICARIO" PARTE 3. Christian Perales






LA CASA DE "LA VICARIO" PARTE 3.
...
-¡Pues no te tengo miedo escuincla!-
Esa fue mi primera reacción simplemente fue ese grito todo lo que pude decirle, aunque no había duda de que sí albergaba algún miedo dentro de mi. 
Ya no me quedé otro instante en la casa, tomé mi chamarra y salí con rumbo a la iglesia de la colonia, como era una costumbre desde mi aolescencia llegué tarde a la misa y esta ya había comenzado, y debo decir que los oficios religiosos del padre Mateo -clérigo de nuestra parroquia- eran muy solemnes y apegados al pie de la letra, de tal forma que era muy mal visto que alguien llegara tarde a estos, o que alguien tuviera el atrevimiento de hacer ruido al caminar dentro de la iglesia mientras se oficiaba la misa. 
Yo no quería ser el centro de atención, así que entré despacio, en silencio y tratando de no interrumpir en lo absoluto, por lo que me senté en la banca de hasta atrás.
El sermón del padre hablaba del perdón, de la paz y de la unión entre hermanos, mientras que yo intentaba concentrarme y evitar que vinieran a mi todas aquellas imágenes de la guerra, concretamente una: la del cuerpo destrozado de aquella niña, cuyo fantasma me había seguido desde Medio Oriente, y es que hay actos que definitivamene no tenían perdón, y yo había cometido uno de esos actos.
Mientras escuchaba o mejor dicho: medio escuchaba la misa, vino a mi mente el recuerdo de aquella noche: habíamos salido en patrulla a recorrer las calles, pues se hablaba de que un màrtir estaba preparando una gran carga de explosivos caseros y debíamos detenerlo, pero al llegar a lo que fue su casa, no encontramos nada ni a nadie, simplemente todos se habían marchado pues el día anterior se había lanzado una ofensiva con bombas. 
Cuando regresabamos al cuartel vimos delante de nuestro convoy pasar una sombra, apenas era visible, y la detectamos rápido, solo se trataba de una niña, que huyó de nosotros para esconderse entre las ruinas de una casa, pensábamos ignorar ese hecho, pero en las condiciones en las que nos encontràbamos cualquier cosa era una amenaza, incluso so se trataba de un niño, recordando que incluso algunos niños se habían hecho inmolar antes, así que nos detuvimos y fui uno de los soldados que fueron enviados a revisar el perímetro.
-Cuevas: entra, Rodríguez y Smith: cubran a Cuevas, procedan con estricta discreción...-
Esa fue la orden de nuestro capitán, y estricta discreción significaba que no podíamos encender las linternas e intentar hacer un ataque sorpresa, en caso de que aquello fuera una emboscada, por lo que desde aquel momento todo eran sombras y siluetas, nada reconocible.. 
Yo entré a las ruinas de la casa y una vez dentro de ella me separé algunos pasos de mis compañeros, y si bien aquello era una terrible guerra, yo no estaba dispuesto a usar un rifle de asalto contra un niño, así que lo colgué en mi espalda, sin embargo alisté una granada de ácido, eso por seguridad, en caso de que alguien aguardara pacientemente el momento de atacarnos, una vez quitándole el seguro de alambre que evita que detonen, solo bastaba soltarla, lanzarla, para que aquel artefacto del demonio cumpliera con su macabra misión. Al ir entrando vi pasar de nuevo la silueta de aquella niña y caminé tras ella, tratando de hablarle....
-¡oye!...-
No hizo caso así que apreté el paso para alcanzarla, hasta que llegamos a un cuarto que si bien estaba derruido, en el, me aguardaban las siluetas de otras cuatro personas, la niña se refugió tras ellos, que en si todos eran adultos que no se habían inmutado en lo más mínimo ante mi presencia, de tal manera que sintiéndome acorralado lancé la granada, y retrocedí a esconderme tras una de las bardas.
Debo señalar que un artefacto de esos a diferencia de las granadas convencionales, no hacen ruido al explotar, pero si lanzan una carga de ácido en un radio de tres metros, y me quedó muy claro que la niña había sido herida por la granada en el momento que la escuché gritar y llorar ante el dolor de las quemaduras.
No obstante cuando salí de mi escondite, aquellas siluetas de adultos seguían de pie, inmóviles pero todo estaba sucediendo demasiado rápido, así que mis compañeros que ya se habían reunido detrás de mi, comenzaron a disparar, y vimos de inmediato caer a aquellas figuras... por fin después de que a decir de nosotros había pasado el peligro, encendimos las linternas.
Resultó ser que aquella niña era el único ser viviente en aquel lugar, y las siluetas adultas contra las que disparamos eran unos maniquíes; días después nos dimos cuenta de que aquel sitio, en otro tiempo era una tienda de ropa, y ahora habíamos cometido un terrible error. 
De inmediato levantamos el cuerpo de aquella desafortunada niña, y corrimos hasta el vehículo, nuestro comandante de inmediato supo lo que sucedía y condujo hasta la base, donde comenzó el verdadero infierno para aquella pobre víctima, su piel estaba quemada en un setenta por ciento, en su brazo se apreciaba el hueso que había sido expuesto por el ácido, también estaban a la luz los huesos de su rostro. 
El doctor estaba horrorizado, todos lo estábamos, además de que a mi me invadía el cargo de conciencia, el cual me hizo entablar algún tipo de conversación con ella, con el paso de los días que duró su agonía, logré entender que en el bombardeo su hermanito menor se había separado de sus padres y se había refugiado en las ruinas de la ciudad, así que la noche en la que tuvo la desgracia de toparse con nuestra unidad, ella había aprovechado para escabullirse entre las ruinas y buscar algo de comer o alguna medicina, pero lo que más la movía era pensar que encontraría a su hermano. 
Y así murió, no sin antes hacerme prometer que buscaría a su hermano.... y fue una promesa que rompí muy pronto....
A pesar de estar tan inmerso en mis pensamientos, pude sentir que alguien me observaba y esa sensación me trajo de nuevo a la realidad, al momento actual sacándome de mis recuerdos, era doña Laura que me miraba desde la banca de al lado, en su rostro había mucho enojo, y su mirada era de total repulsión hacia mi, a tal grado de que pude escucharla murmurar:
-¡Estás manchado!... ¡tu alma está vacía y putrefacta!....¡el infierno es poco para ti-
-Tranquila señora....-
En ese momento el padre Mateo ya tenía puesta toda su atención en mi, pues en mi intento por acallar los reclamos y maldiciones de Doña Laura, había causado que casi todos los presentes, voltearan a mirarme.
-Hijo: ¿puedo saber que es tan importante como para perturbar la palabra de Dios?... acércate....quiero que leas los sacramentos-
Ya no tenía alternativa, mi mamá me miraba con algo de inquietud en su rostro, así que subí al púlpito y comencé a leer...
....-Y Jesús dijo a sus apóstoles... quien.... dichosos los invitados... por que...-
No alcancé a decirlo, cuando ante mi, los vasos que componían la serie de veladoras frente al altar, comenzaron a quebrarse, ante la mirada atónita del padre Mateo y de la congregación. 
Sin lugar a dudas el padre sabía que algo estaba mal, pero lo disimuló muy bien, me indicó que pasara a sentarme y continuó con el servicio religioso...
-Se pueden sentar-
Hizo una pausa....
-Como Dios en su misericordia nos enseña el perdón, nuestro hijo Martín Cuevas fue perdonado por él, Martín ha vuelto de la guerra y está de nuevo entre nosotros, y les voy a pedir que no le juzguen, que no le critiquen, pues ha vuelto al redil y para Dios es suficiente con su arrepentimiento.....-
Así se fue el tiempo, cuando la misa terminó, fuimos saliendo de la iglesia, yo tomé de la mano a mi mamá y caminé hacia la salida y ya el padre Mateo me esperaba en la puerta.
-Martín, necesito hablarte ¿puedes venir mañana?-
-Claro que si-
-Bien: te espero a eso de las siete de la noche por favor-
-Está bien padre, lo veo mañana-
-Dios te bendiga-
-Dios lo bendiga padre-
Después de eso seguí caminando con mi mamá, necesitaba comentarle lo ocurrido....
-Oye mamá... doña Laura está más loca cada día ¿no?-
-Hijo ten respeto... ella ya es una alma juzgada-
-¿como? no te entiendo....-
-Doña Laura falleció apenas una semana después de que te fuiste a la guerra....-
CONTINUARÁ.....