MISTERIOSA DESAPARICIÓN DE 267 SOLDADOS EN GALLIPOLI
El 21 de agosto de 1915, los soldados australianos y neozelandeses del 5º Batallón del Regimiento de Norfolk avanzaron penetrando en una nube, la que luego se elevó sin dejar ningún rastro de ellos.
La península de Gallipoli, está ubicada en la parte europea de los Dardanelos (conocida en la antigüedad como Quersoneso de Tracia); sus principales poblaciones son Eceabat y Gelibolu.
El 25 de noviembre de 1914, Churchill sugiere por primera vez un ataque naval a los Dardanelos, con el fin de atacar a las potencias centrales por lo que se consideraba su punto más débil: Turquía.
A partir del 15 de enero del año siguiente dan comienzo las operaciones preliminares, poniendo en estado de alerta a las tropas británicas en Egipto. El 19 de febrero se inician una serie de acciones de tanteo y desembarcos, que tropiezan con fuerte resistencia por parte de las tropas turcas, ayudadas por “consejeros” alemanes.
El domingo, 25 de abril, fuerzas británicas efectúan desembarcos en gran escala en la península.
El 8 de mayo se da por terminada la primera fase de la campaña; se ha ganado algo de terreno, pero a costa de grandes pérdidas.
Hasta el mes de agosto, los aliados sufren varios reveses, entre ellos las pérdidas de algunas unidades navales, como los acorazados Goliath, Triumph y Majestic, hundidos por naves turcas o submarinos alemanes.
El viernes, 6 de agosto, los británicos -mandados por el general Hamilton- atacan las alturas de Sari Bair, que tras sangrientos combates que duran cinco días, no logran ocupar; el frente de Gallipoli se estabiliza y comienza la guerra de trincheras.
En octubre, el general Horace H. Kitchener, enviado a investigar la situación, aconseja la retirada, que comienza entre los días 19 y 20 de diciembre y concluye en enero de 1916.
La campaña de los Dardanelos supuso un completo fracaso militar para los ingleses y sus aliados que, ante las pérdidas (más de 46.000 muertos y 250.000 heridos o mutilados entre los que había ingleses, irlandeses, escoceses, australianos, neozelandeses, senegaleses, hindúes y franceses), deciden retirarse.
Por el fracaso Churchill fue degradado de su puesto como primer lord del Almirantazgo y se pasó al Ejército.
LA DESAPARICIÒN DEL 5o. BATALLÒN DELREGIMIENTO REAL DE NORFOLK.
En esta desafortunada expedición aconteció uno de los más controvertidos y extraños episodios de la Primera Guerra Mundial.
Al sur de la bahía de Saros (Suvla), en la parte occidental de la península, se hallaba la “cota 60″, tenazmente defendida por los turcos, por ser uno de los puntos clave de la defensa (la parte más estrecha de Gallipoli).
El sábado, 21 de agosto de 1915, se envió para expugnarla a un fuerte contingente de tropas del “Anzac” (cuerpo expedicionario australiano y neozelandés), que fracasaron en sus intentos.
Para reforzarlas fue enviado el 5º Batallón del Regimiento de Norfolk (integrado por 1000 soldados), que inmediatamente, y desafiando los obuses turcos, se lanzó al asalto, pereciendo las tres cuartas partes de sus efectivos.
De los 267 hombres que lograron aproximarse a la “cota 60″ nada más se supo.
Terminada la guerra, las autoridades turcas no pudieron dar una explicación satisfactoria al respecto.
Afirmaron desconocer la existencia de ese regimiento, y que jamás habían tenido prisioneros que afirmasen pertenecer al mismo.
Se dieron diversas interpretaciones del hecho, desde una matanza de prisioneros (nunca probada), hasta que “fueron rodeados intempestivamente por una especie de niebla, la cual reflejaba de tal modo los rayos del sol, que los observadores de artillería quedaron deslumbrados por su resplandor y no fueron capaces de proseguir su bombardeo artillero de apoyo”.
Un grupo de testigos presenciales (22 soldados de la 3ª Sección del Cuerpo de Ingenieros, 1ª Compañía de tropas neozelandesas), entre los que figuraba el zapador F. Reichart, nacido en Matanda, distrito de Bay of Plenty, hizo una declaración jurada, firmada por otros dos testigos, de la que extraemos algunos párrafos:
"El día amaneció claro, sin nubes, exceptuando únicamente unas seis o siete nubes en forma de pan, todas exactamente iguales, que permanecían en lo alto, sobre la “cota 60″.
Se advirtió que, pese a que soplaba un viento del sur, que corría a una velocidad de seis a siete kilómetros por hora, aquellas nubes no se movían ni cambiaban de forma. Permanecían inmóviles, a una altura de unos 60 grados vistas desde nuestro puesto de observación, situado a unos 16 metros de altura.
Otra nube, semejante en su forma a las anteriores y que podría medir unos 250 metros de longitud, 60 de altura y otros tantos de anchura, se encontraba inmóvil también cerca del suelo y justo por debajo del otro grupo de nubes.
Esta última nube era extraordinariamente densa y parecía casi sólida.
Todo esto fue observado por 22 hombres de la 3ª Sección de la 1ª Compañía del Cuerpo de Ingenieros neozelandés, entre los que me encuentro yo, desde nuestras trincheras en Rhodendendron Spur, alrededor de 2500 metros al sudoeste de la nube que se hallaba cerca del suelo.
Esto situaría el emplazamiento de las nubes inmóviles en el aire a una altura de 1200 metros… Observamos como unos centenares de hombres del 5º Regimiento de Norfolk escalaban el lecho seco de un torrente, que les llevaba hacia la “cota 60″, cubierta, en parte, entonces por la extraña nube. Parecían ir a reforzar las tropas de aquella “cota”.
Los soldados del 5º Batallón del Regimiento de Norfolk fueron penetrando en la nube sin vacilar.
Cuando llegaron a la nube, fueron penetrando en ella sin vacilar.
Pero ninguno salió de allí jamás. Alrededor de una hora más tarde, después de que el último hubiese desaparecido, la nube, muy discretamente, se levantó como una niebla cualquiera, pero conservando su forma, y subió lentamente hasta unirse a las otras.
Al mirarlas nuevamente parecían “guisantes en sus vainas”. Durante todo este tiempo, el grupo de nubes había permanecido inmóvil, pero tan pronto alcanzó la altura de las demás, el conjunto de nubes comenzó a moverse lentamente en dirección Norte, hacia Bulgaria”.
Este extrañísimo fenómeno atmosférico, recuerda más a una gigantesca nave nodriza o nave cigarro camuflada como una nube que a otra cosa y no parece creíble que estos 267 soldados muriesen en acción, sin que los turcos hubiesen registrado los uniformes.
El Regimiento "abducido" se formó en 1908, como un cuerpo voluntario del ejército.
Al iniciar la guerra el regimiento fue reforzado con soldados y oficiales provenientes de la Commonwealth.
El 5° Batallón de Norfolk había llegado a Suvla al mando del coronel Sir Horace Proctor Beauchamp, famoso por su exceso en fumar pipa.
El coronel, junto con 16 oficiales y 250 hombres, no fueron vistos de nuevo.
Extraña nubosidad como la que se vio en Gallipoli en agosto de 1915.
Se sabe que el 21 de agosto fue un día desastroso.
Amaneció nublado. El campo de batalla estaba cubierto por una neblina fuera de estación.
En el Final Report of the Dardanelles Comision, Sir Ian Hamilton apuntó: “Por algún extraño capricho de la naturaleza la bahía Suvla y la planicie fueron cubiertas por una extraña neblina. Esto fue de muy mala suerte ya que no podíamos ver al enemigo. Además, al atardecer el Sol nos cegaba y difícilmente veíamos las líneas enemigas. Deseaba posponer el ataque pero por varias razones esto no fue posible”.
A lo largo de la historia se han registrado múltiples desapariciones de grupos más o menos numerosos, nunca bien explicadas y la desaparición de estos 267 hombres se agrega al listado que por supuesto, para los historiadores “oficiales” no encuentra una explicación. Lo más lógico es que fueron literalmente secuestrados por una inteligencia y tecnología superior a la nuestra.
Los datos sobre este extrañísimo suceso se conservan en el Imperial War Museum de Londres.