Amigos de grupo Anècdotario, êste blog ha sido creado para que se nos facilite la bùsqueda de todas las anècdotas,historias, reflexiones, cuentos cortos, leyendas de Mèxico y el mundo, etc. Es un blog apto para todas las edades y en èl todos hemos puesto nuestro granito de arèna. Aquì està la recopilaciòn de nuestras aportaciones y se los dedico con todo mi cariño.

miércoles, 18 de mayo de 2016

PEDERASTÌA. Frank LaMora



PEDERASTA. 
Un hombre se encuentra con un niño sentado a la orilla de una banqueta, llorando dramáticamente, y le pregunta:
- ¿Por qué lloras?
- Me bañé con Tío Nacho.
- Pero ese champú no lastima los ojos.
- ¿Champú? ¿Cuál champú?
Esto que pareciera un chiste de pésimo gusto, desgraciadamente va de la mano con uno de los peores cánceres que padece la humanidad desde que el mundo es mundo... La Pederastia.
Hoy, comiendo con unos colegas, se tocó este dramático tema y recordé unas anotaciones que hice cuatro años atrás para una novela. Permítanme compartirles un fragmento de ese "borrador" que tenía deliberadamente olvidado en el fondo de un cajón.
... La mañana era lluviosa cuando el periodista se adentró en el penal donde se encontraba uno de los pederastas más peligrosos de Asia.
Los reclusos de esa prisión se hacinan en una vieja construcción donde cuesta respirar bajo el sofocante calor tropical y las celdas son unas auténticas goteras durante las lluvias de los monzones orientales.
Mentalmente, el periodista se decanta por la penumbra reinante, mientras espera al recluso. Diez minutos después aparece un celador con el preso. Éste se acerca a una sucia rejilla tratando de reconocer a la persona que ha pedido verle.
Umberto Benorrutti pasó los primeros días de su ingreso al penal frente a una hoja en blanco y un lápiz, tratando de explicar a su familia dónde estaba y por qué. Transcurrieron seis largos meses antes de tener el valor de enviar a su natal Venecia la carta en la que confesaba a sus padres que se había convertido en un "monstruo" y que tendría que pasar los siguientes cuarenta años de su vida en aquella cárcel camboyana, situada al final de un camino de arena flanqueada por cocoteros y arrozales.
- ¿Nos conocemos? -pregunta-
- No. Soy un periodista y solicité charlar con usted.
- ¿Sobre qué?
- Sobre su vida en la cárcel... el juicio... los delitos de los que está acusado, pero... entenderé si no quiere hablar conmigo.
- No, no. Está bien, podemos hablar.
Umberto Benorrutti tiene veintisiete años y ha cumplido el primero de los cuarenta que deberá purgar por abusar de varios niños. En su domicilio encontraron cientos de fotografías pornográficas en las que aparecía con sus víctimas. De modo que no tuvo sentido negar lo que había hecho y se declaró culpable. Dijo que siempre se había sentido atraído por los niños, pero que en el ambiente conservador de su país había conseguido reprimir sus impulsos. Todo su control se desvaneció al llegar a Camboya donde había sido contratado para trabajar en una escuela... más bien, se trataba de un orfanato manejado por una muy dudosa "organización cristiana". De pronto se vio en un lugar sin ley en donde todo mundo parecía hacer todo lo que le venía en gana, simplemente por el hecho de que "podía hacerse".
Este pseudo profesor habla, sin alterarse, del alivio que sintió cuando fue capturado al fin; describe sin dramatismo las condiciones de la prisión y reflexiona sobre la certeza de que no le importan los años que pase allí encerrado, el suyo es un delito que le perseguirá siempre por cualesquiera de las leyes del mundo. Su voz sólo se resquebraja cuando el periodista le pregunta por sus víctimas, la indefensión en la que se encontraban frente a él y el daño que han sufrido.
Llora.
- Sí, lo entiendo. Pero no soy un criminal, sino un enfermo, y a los que tenemos esa enfermedad no nos ofrecen un tratamiento, sólo nos desprecian y arrinconan. No quiero salir de aquí, porque conmigo encerrado, los niños están seguros allá afuera. Estoy enfermo. ¿Me entiende? No me veo capaz de controlar mis actos. No hay cura para los que son como yo.
El hombre que tiene enfrente el periodista, habla como una persona, llora como una persona, pide ayuda como una persona, y no quiere concederle la condición de persona, porque si lo hiciera sentiría compasión y entonces estaría disminuyendo la gravedad de sus actos y no se convencería de que es un indeseable monstruo que ha destrozado la vida de unos inocentes.
Entrevistar a Benorrutti mirándole a los ojos, no despeja ninguna de sus dudas. No es capaz de distinguir si sus palabras son sinceras o sólo es actuación. Su cercanía se fue haciendo cada vez más incómoda, hasta que decide poner fin a la entrevista.
Cuando está a punto de marcharse, el preso le pide un favor, quiere que en la próxima visita le lleve un chocolate Nutella.
- Intentaré conseguirlo. -dice a modo de despedida-
Aunque el periodista sabe que no habrá una próxima visita.
Gracias por leer hasta aquí.

BRUJAS DE ZUGAMARRANDI Ely Ortiz

LA HISTORIA DE LAS 

BRUJAS DE ZUGARRAMURDI
Desde los altos del puerto de Otsondo, en Navarra, en un día claro, casi puede verse el mar si la selva de hayas y robles que lo visten te permiten otear el horizonte.
A sus pies, tras una endiablada pendiente, salen al paso Urdax y Zugarramurdi, dos pueblecitos que saben de leyendas, cuevas y conjuros y otros misterios que se dieron hace cuatrocientos años, cuando empezó a hablarse de brujas y demonios por aquellos caseríos.
Las sorguiñas, mujeres de aspecto huraño, acudìan a esas reuniones que pronto los inquisidores conocieron como aquelarres: fiestas a campo abierto sin otra pretensión que bailar y danzar hasta el amanecer al son del txistu, los atabales y el tamboril.
Pero todo se torció cuando la Inquisición pretendió ver un culto al Diablo en esas celebraciones nocturnas que reunían a gentes venidas de los alrededores en torno a una hoguera, en las que se comía, se bebía y fornicaba a pierna suelta con la sana intención de olvidarse por una noche del duro trabajo de cada día.
El Diablo en forma de macho cabrío se les aparece para sodomizarlas y hacer escarnio en nuestra santa religión -rugía fray León de Araníbar desde su abadía de Urdax-, y ellas se complacen en ofrecer los cuerpos para satisfacer sus deseos nefandos.
Pronto se corrió la voz de que la Inquisición necesitaba nuevas brujas para las hogueras de Logroño y los párrocos de la ribera del Baztán, desde Elizondo a Vera de Bidasoa, se aprestaron a complacerlos predicando rigurosos edictos que pusieran coto a una depravación imaginada, porque nadie tenía noticia de que realmente existieran las mal llamadas sorguiñas.
Este episodio comenzó en el año 1609 cuando la joven María Ximilegui aseguró ante el párroco que durante un sueño había volado por encima de la villa y sus alrededores, viendo durante el proceso a un grupo de vecinos del pueblo realizar aquelarres en la cercana cueva de Sorginen Leizea (Cueva de las Brujas).
Al poco tiempo esta narración llegó a oídos de la Santa Inquisición, quizá por boca del abad de Urdax, y se inició un proceso en el que acusó inicialmente a 53 personas que fueron trasladadas a Logroño para practicar el Auto de Fe.
Seis de los acusados no llegaron siquiera al juicio, falleciendo, bien durante el traslado o bien en las cárceles donde aguardaban el momento de ser juzgados.
El Auto de Fe tuvo lugar el 6 de Marzo de 1610 y en él se acusó a 21 personas de delitos menores, un número igual de ellos fue hallado inocente de toda culpa o indultado y los 11 más desafortunados fueron condenados a morir en la hoguera al siguiente día.
Y así, el 7 de Marzo los once condenados fueron quemados, cinco de los cuales fueron quemados “en efigie”, es decir, después de haber fallecido.
Resulta curioso que la palabra “aquelarre” provenga de un prado situado junto al pueblo llamado Akelarre (Campo del Macho Cabrío), lugar donde se celebra cada día 18 de Agosto una fiesta gastronómica en torno al cordero asado, llamada Zikiro Jatea.
Lo cierto es que, a lo largo y ancho de una Europa obsesionada por la salvaguarda de unos valores religiosos fanatizados, fueron quemados cientos de pobres hombres y mujeres cuyo mayor delito era, precisamente ése: ser pobres.

GENE KELLY Y FRAD ASTAIRE Ely Ortiz


Buenas noches querido grupo, Mi mami, hace muchos años, cuando todavìa gozaba de buena salud, le gustaban mucho las peliculas musicales principalmente ver a Gene Kelly y Fred Astaire. Alguien ha escuchado hablar de ellos, o los ha visto? realmente se disfruta verlos. Gracias a ella aprendì a apreciar a estos super talentosos artistas. Les dejo una pequeña semblanza. Se admiraban mutuamente, probablemente porque cada uno tenía lo que al otro le faltaba: Fred Astaire representaba la naturalidad y la elegancia; el estilo de Gene Kelly era, en cambio, mucho más físico y acrobático, La admiración mutua fue creciendo a lo largo de los años y se convirtió en una amistad lo suficientemente sólida como para resistir los ataques de la prensa. En 1946 Fred Astaire anunció que se retiraba del cine y algunos periódicos se apresuraron a decir que lo hacía porque no se sentía capaz de competir con Kelly. Sin embargo, al cabo de un par de años volvió, y precisamente porque Gene Kelly se lo pidió. Kelly iba a protagonizar en 1948 Desfile de Pascua, pero se rompió un tobillo antes de empezar. Llamó entonces a Fred Astaire, le convenció de que aceptara el papel y la película fue un gran éxito.
Fred Astaire y Gene Kelly bailaron juntos dos veces a lo largo de su carrera. Cuando se encontraron por primera vez en el rodaje de Ziegfeld Follies, en 1945, Astaire era ya una grandísima estrella y Kelly empezaba a despuntar. Cuentan sus biógrafos que empezaron a bailar con mucha cautela, mirándose de reojo, sin atreverse a hacer sugerencias ni críticas mutuas. Según el director Vincente Minnelli, “verlos era realmente fascinante”.Su segunda colaboración llegó 30 años después. Fred Astaire había aceptado participar en Erase una vez en Hollywood II (That's Entertainment, Part II ) con la condición de ser únicamente narrador y no tener que calzarse los zapatos de claqué. Pero, una vez en el plató, no pudo resistirse. Los números que bailan juntos los coreografió Gene Kelly teniendo en cuenta los 77 años que tenía ya Fred Astaire.
Fue algo así como el último baile, el final de una época.



JACK WILD Ely Ortiz.


Jack Wild. Nacido cerca de Oldham, en el norte de Inglaterra, el 30 de septiembre de 1952, Wild entró pronto en el mundo del cine, teatro y televisión. Jugando al fútbol en un parque con Phil Collins fue descubierto por la madre del futuro músico, June, una cazadora de talentos. En pocos meses, subía al estrado londinense dando vida en el musical Oliver al Gran Truhán, el pícaro que enseña los trucos de la calle a Oliver Twist. Repitió el papel, compartiendo cartel con Mark Lester y Oliver Reed, en el filme del mismo título, cosechando su primera y única candidatura a los Oscar.
La película le abrió las puertas de Hollywood y a los 16 años fue el protagonista de una serie de televisión Hr PuFnStuff, que más tarde también llevaría al cine. Para entonces era un ídolo juvenil, En 1971 filma las peliculas Melody y Flight of the Doves, y llegando a grabar tres discos, incluido Everything's coming up roses. Y cayó en picado empujado por un incontrolable espíritu autodestructivo. Alcohólico y diabético a los 21 años, perdió fama y audiencia. Dejó la bebida en 1988 y reemprendió su carrera profesional aunque no recuperó la salud.
En 1990 se le detectó un cáncer de boca que él mismo relacionó con sus malos hábitos. "Nunca había oído de este tipo de cáncer hasta que me lo diagnosticaron. Lo que aprendí rápido es que mi estilo de vida me ha convertido en una bomba. Era un fumador empedernido y un bebedor incluso más consumado y parece que esta combinación es una mezcla mortífera", dijo en una entrevista. Otras interpretaciones suyas fueron Robin Hood, el príncipe de los ladrones, de 1991, y Basil, de 1998.
El tratamiento en los últimos años fue muy doloroso y, en 2004, le fue extirpada la lengua. No podía hablar ni comer ni beber. No cabe duda que la autodestrucciòn ejerce un magnetismo especial entre los niños prodigio. Muere el 1o. de marzo del 2006.





domingo, 15 de mayo de 2016

MISTERIOSA DESAPARICIÓN DE 267 SOLDADOS EN GALLIPOLI Ely Ortiz


MISTERIOSA DESAPARICIÓN DE 267 SOLDADOS EN GALLIPOLI
El 21 de agosto de 1915, los soldados australianos y neozelandeses del 5º Batallón del Regimiento de Norfolk avanzaron penetrando en una nube, la que luego se elevó sin dejar ningún rastro de ellos.
La península de Gallipoli, está ubicada en la parte europea de los Dardanelos (conocida en la antigüedad como Quersoneso de Tracia); sus principales poblaciones son Eceabat y Gelibolu.
El 25 de noviembre de 1914, Churchill sugiere por primera vez un ataque naval a los Dardanelos, con el fin de atacar a las potencias centrales por lo que se consideraba su punto más débil: Turquía.
A partir del 15 de enero del año siguiente dan comienzo las operaciones preliminares, poniendo en estado de alerta a las tropas británicas en Egipto. El 19 de febrero se inician una serie de acciones de tanteo y desembarcos, que tropiezan con fuerte resistencia por parte de las tropas turcas, ayudadas por “consejeros” alemanes.
El domingo, 25 de abril, fuerzas británicas efectúan desembarcos en gran escala en la península.
El 8 de mayo se da por terminada la primera fase de la campaña; se ha ganado algo de terreno, pero a costa de grandes pérdidas.
Hasta el mes de agosto, los aliados sufren varios reveses, entre ellos las pérdidas de algunas unidades navales, como los acorazados Goliath, Triumph y Majestic, hundidos por naves turcas o submarinos alemanes.
El viernes, 6 de agosto, los británicos -mandados por el general Hamilton- atacan las alturas de Sari Bair, que tras sangrientos combates que duran cinco días, no logran ocupar; el frente de Gallipoli se estabiliza y comienza la guerra de trincheras.
En octubre, el general Horace H. Kitchener, enviado a investigar la situación, aconseja la retirada, que comienza entre los días 19 y 20 de diciembre y concluye en enero de 1916.
La campaña de los Dardanelos supuso un completo fracaso militar para los ingleses y sus aliados que, ante las pérdidas (más de 46.000 muertos y 250.000 heridos o mutilados entre los que había ingleses, irlandeses, escoceses, australianos, neozelandeses, senegaleses, hindúes y franceses), deciden retirarse.
Por el fracaso Churchill fue degradado de su puesto como primer lord del Almirantazgo y se pasó al Ejército.
LA DESAPARICIÒN DEL 5o. BATALLÒN DELREGIMIENTO REAL DE NORFOLK.
En esta desafortunada expedición aconteció uno de los más controvertidos y extraños episodios de la Primera Guerra Mundial.
Al sur de la bahía de Saros (Suvla), en la parte occidental de la península, se hallaba la “cota 60″, tenazmente defendida por los turcos, por ser uno de los puntos clave de la defensa (la parte más estrecha de Gallipoli).
El sábado, 21 de agosto de 1915, se envió para expugnarla a un fuerte contingente de tropas del “Anzac” (cuerpo expedicionario australiano y neozelandés), que fracasaron en sus intentos.
Para reforzarlas fue enviado el 5º Batallón del Regimiento de Norfolk (integrado por 1000 soldados), que inmediatamente, y desafiando los obuses turcos, se lanzó al asalto, pereciendo las tres cuartas partes de sus efectivos.
De los 267 hombres que lograron aproximarse a la “cota 60″ nada más se supo.
Terminada la guerra, las autoridades turcas no pudieron dar una explicación satisfactoria al respecto.
Afirmaron desconocer la existencia de ese regimiento, y que jamás habían tenido prisioneros que afirmasen pertenecer al mismo.
Se dieron diversas interpretaciones del hecho, desde una matanza de prisioneros (nunca probada), hasta que “fueron rodeados intempestivamente por una especie de niebla, la cual reflejaba de tal modo los rayos del sol, que los observadores de artillería quedaron deslumbrados por su resplandor y no fueron capaces de proseguir su bombardeo artillero de apoyo”.
Un grupo de testigos presenciales (22 soldados de la 3ª Sección del Cuerpo de Ingenieros, 1ª Compañía de tropas neozelandesas), entre los que figuraba el zapador F. Reichart, nacido en Matanda, distrito de Bay of Plenty, hizo una declaración jurada, firmada por otros dos testigos, de la que extraemos algunos párrafos:
"El día amaneció claro, sin nubes, exceptuando únicamente unas seis o siete nubes en forma de pan, todas exactamente iguales, que permanecían en lo alto, sobre la “cota 60″.
Se advirtió que, pese a que soplaba un viento del sur, que corría a una velocidad de seis a siete kilómetros por hora, aquellas nubes no se movían ni cambiaban de forma. Permanecían inmóviles, a una altura de unos 60 grados vistas desde nuestro puesto de observación, situado a unos 16 metros de altura.
Otra nube, semejante en su forma a las anteriores y que podría medir unos 250 metros de longitud, 60 de altura y otros tantos de anchura, se encontraba inmóvil también cerca del suelo y justo por debajo del otro grupo de nubes.
Esta última nube era extraordinariamente densa y parecía casi sólida.
Todo esto fue observado por 22 hombres de la 3ª Sección de la 1ª Compañía del Cuerpo de Ingenieros neozelandés, entre los que me encuentro yo, desde nuestras trincheras en Rhodendendron Spur, alrededor de 2500 metros al sudoeste de la nube que se hallaba cerca del suelo.
Esto situaría el emplazamiento de las nubes inmóviles en el aire a una altura de 1200 metros… Observamos como unos centenares de hombres del 5º Regimiento de Norfolk escalaban el lecho seco de un torrente, que les llevaba hacia la “cota 60″, cubierta, en parte, entonces por la extraña nube. Parecían ir a reforzar las tropas de aquella “cota”.
Los soldados del 5º Batallón del Regimiento de Norfolk fueron penetrando en la nube sin vacilar.
Cuando llegaron a la nube, fueron penetrando en ella sin vacilar.
Pero ninguno salió de allí jamás. Alrededor de una hora más tarde, después de que el último hubiese desaparecido, la nube, muy discretamente, se levantó como una niebla cualquiera, pero conservando su forma, y subió lentamente hasta unirse a las otras.
Al mirarlas nuevamente parecían “guisantes en sus vainas”. Durante todo este tiempo, el grupo de nubes había permanecido inmóvil, pero tan pronto alcanzó la altura de las demás, el conjunto de nubes comenzó a moverse lentamente en dirección Norte, hacia Bulgaria”.
Este extrañísimo fenómeno atmosférico, recuerda más a una gigantesca nave nodriza o nave cigarro camuflada como una nube que a otra cosa y no parece creíble que estos 267 soldados muriesen en acción, sin que los turcos hubiesen registrado los uniformes.
El Regimiento "abducido" se formó en 1908, como un cuerpo voluntario del ejército.
Al iniciar la guerra el regimiento fue reforzado con soldados y oficiales provenientes de la Commonwealth.
El 5° Batallón de Norfolk había llegado a Suvla al mando del coronel Sir Horace Proctor Beauchamp, famoso por su exceso en fumar pipa.
El coronel, junto con 16 oficiales y 250 hombres, no fueron vistos de nuevo.
Extraña nubosidad como la que se vio en Gallipoli en agosto de 1915.
Se sabe que el 21 de agosto fue un día desastroso.
Amaneció nublado. El campo de batalla estaba cubierto por una neblina fuera de estación.
En el Final Report of the Dardanelles Comision, Sir Ian Hamilton apuntó: “Por algún extraño capricho de la naturaleza la bahía Suvla y la planicie fueron cubiertas por una extraña neblina. Esto fue de muy mala suerte ya que no podíamos ver al enemigo. Además, al atardecer el Sol nos cegaba y difícilmente veíamos las líneas enemigas. Deseaba posponer el ataque pero por varias razones esto no fue posible”.
A lo largo de la historia se han registrado múltiples desapariciones de grupos más o menos numerosos, nunca bien explicadas y la desaparición de estos 267 hombres se agrega al listado que por supuesto, para los historiadores “oficiales” no encuentra una explicación. Lo más lógico es que fueron literalmente secuestrados por una inteligencia y tecnología superior a la nuestra.
Los datos sobre este extrañísimo suceso se conservan en el Imperial War Museum de Londres.