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viernes, 15 de enero de 2016

DIA DE LOS INOCENTES CAP. 6. Christian Perales.










DÍA DE LOS INOCENTES.
CAPÍTULO 6.
Salimos al pasillo y comenzó la masacre, a final de cuentas el doctor tenía razón, ni siquiera teníamos que acabar con los zombis, simplemente los derribabas y ya, tal como mi ahora compañero de aventura lo había vaticinado, aquellos desafortunados seres caían de manera muy simple y no solo eso; era notorio que no podían levantarse, aún así se arrastraban por el suelo en nuestra búsqueda. 

Sin embargo el doctor quería cerciorarse de que los no-muertos no pudieran seguirnos así que descargó su furia en sus cuerpos, golpeándolos con el extintor. 

Hasta aquel momento era una batalla fácil, a los pocos minutos lo que una vez fue la sangre de aquellos zombis ya cubría parte de nuestras ropas, y habíamos acabado con el contingente de al menos diez de ellos que se habían postrado cerca de la cabina. Luego de tener libre el pasillo, corrimos y con cierta sorpresa vi que ahora el doctor entraba a la siguiente cabina.

-Doc ¡¿qué haces?!....-
-Hay que agarrar otro extintor o cualquier cosa para defendernos...-

Por fortuna, aquel sitio era la cabina donde Özlem Amsedel transmitía su programa, siempre aficionada al beisbol ella tenía un bate autografiado por Martin Mc Wire, siempre adornando ese lugar, de inmediato supe que ese sería mi pasaporte para salir de aquella pesadilla, así que de inmediato lo tomé, aunque con cierto cargo de conciencia pues era el tesoro personal de alguien, y el doctor no abonó mucho a combatir ese malestar.

-¿Es en serio?...¿el bate de Özlem?... te va a matar cuando se entere....-
-Casualmente doctor.... ella está desaparecida... y creo que como están las cosas en este lugar, desaparecido significa.....-
-Hay que salir de aquí.... ¿Qué tan lejos queda la caseta de vigilancia?...¿seguro que la llave del elevador de carga está ahí?.-
-Si, cuando trajeron mi máquina expendedora, el vigilante tomó la llave de un tablero ahí dentro... Ya solo tendremos que llegar al final de este pasillo... pero tendremos que abrir la puerta del fondo y no sabemos que hay atrás...-
-Por ahí salió Tina... eso les dará en que entretenerse...no nos tomarán mucho en cuenta mientras se la estén comiendo....-
-¿ya hacemos esto doc?¿ya somos asesinos y usamos de carnada a nuestros mejores amigos...?-
-Por eso tu carrera como corresponsal no funcionó Grizzli, en estos casos tienes que sobrevivir tú y luego los demás... ¿crees que tengan armas en esa caseta de vigilancia?...-
-¿que?... no... no creo aquí... no se maneja efectivo, no había necesidad de tener armas, el vigilante tenía un tolete y un aerosol de pimienta...-
- ¿viste lo que pasó con esas cosas?... cuando los golpeé... tienen el cerebro muy inflamado y los huesos del cráneo muy gelatinosos.... esto es una toxina....-
-Creo que eso viene siendo lo de menos...hay que movernos antes de que lleguen más.-

Salimos de la cabina y todo parecía estar despejado, pero no tomé en cuenta de que aquella zombi tremendamente veloz seguía al acecho, y pese a su tobillo roto que hacía que su pie colgara mórbidamente apenas sujeto al resto de su pierna por piel y nervios, todavía corría, amén de que tuvo la inteligencia necesaria para levantarse. fue un error momentáneo, de esos momentos en los que bajas la guardia y como una fiera derribó al doctor, él intentó defenderse con su extintor pero este solo le sirvió para cubrirse y no se mordido, las mordidas las recibía aquel aparato de combatir el fuego.

-¡Dale Grizzli....!....-

Yo estaba paralizado del miedo pero solo dejé que el terror me invadiera por cinco segundos, aunque no estaba dispuesto a matar, ya no tenía alternativa, así que los primeros golpes fueron difíciles, pero solo me detuve cuando ya no quedaba nada del tejido encefálico de esa mujer....

-Gracias Grizzli....-
-¿ves como sí se puede salvar a otros?...-
-Lección de humildad, ayúdame a levantarme....-

Después de tenderle la mano, el doctor se incorporó, y se puso a observar por un instante a aquella desafortunada novia del vigilante...

-Ella era Juanita....-
-¿importan ahora los nombres....?-
-Si... estoy seguro que alguien es responsable de esto y cuando lo agarren quiero hacerle una lista bien elaborada de todos los que murieron por su culpa...¿oíste eso?....-

Casi imperceptible, pero muy real, del otro lado de la puerta a la que pretendíamos llegar, escuchábamos el grito ahogado de Tina.... y quizás nuca sabremos que nos movió para ir en su ayuda, pero ahora corrimos a buscarla, cuando abrimos la puerta que conducía al estacionamiento, afortunadamente para nosotros solo habían tres de ellos.

Tina había logrado meterse debajo del chasis de una de las camionetas de la estación y dos de esos no-muertos no tenían la inteligencia para agacharse y buscarla, pero con el tiempo nos hemos dado cuenta también, que la población zombi no es homogénea, a ellos los mueve la compulsión de comer y algunos han desarrollado habilidades para procurarse la comida, así que èste reanimado se había agachado lo suficiente como para mirar debajo de la camioneta y aunque su cuerpo engarrotado no se lo permitía, hacía todo lo posible para llegar hasta nuestra amiga. 

Ella estaba vulnerable ante aquel ser, pero una vez más obró la ironía, aquel ser estaba a merced de nosotros, pues en su prisa por alcanzar a Tina, ni siquiera se percató de nuestra presencia.

Fue fácil acabar con el, el extintor de aquel galeno de la radio comprobó una vez más su eficacia, bastaron dos impactos para que aquel muerto volviera a estar... muerto. 

Una vez que cayó Tina gritó más asustada, pues al caer, su rostro destrozado por los golpes quedó literalmente frente al de ella, y tardó unos segundos en reaccionar y darse cuenta de que nosotros estábamos vivos y ayudándole.

-Tina... soy el Grizzli... sal de ahí....-
-¡Grizzli cuidado!....-

En un mundo de muertos reanimados no hay espacio para la confianza excesiva, fue tal el júbilo por hallar a Tina con vida que por unos segundos nos olvidamos de que los otros dos zombis estaban ahí y hubo un instante en el que casi me alcanzan, pero después de un rato de huir de ellos te aburres, y acabas convirtiéndote en su verdugo. 

Por razones que desconozco, lejos de experimentar miedo sentí como un malsano afán de venganza se apoderó de mi, y en ese momento jugué con aquellas criaturas caminando hacia atrás con el bate bien empuñado, los azuzaba para que me siguieran, mientras el doctor le ayudaba a nuestra amiga a salir de debajo de la camioneta.

-Vengan maricas... vengan acá... ¿quieren comerme idiotas?....-

Esos seres solo me veían, pero la lentitud de sus movimientos hacía que no pudieran alcanzarme y cuando ya me sentí en confianza, comencé a asestarles golpes en el rostro.... Y creo que ese fue el momento en el que yo me convertí en el peor de los zombis también, por que ya no los estaba matando para sobrevivir, más bien un extraño sentido del bienestar se apoderó de mi, hasta que el doctor me marcó el alto.

-¡Ya Grizzli! ¡suficiente!... ¿Qué te pasa? ¿Quién es el monstruo?...-
-Ya... ya me calmo... Tina... ¿estás bien?¿no te mordieron?...-

Y Tina estalló en llanto....

-¡Se comieron a Fernando!....-
-¿En...?¿Fernando?....-
-Si... entramos por la puerta y salieron muchos de ellos.... al principio pensamos que era una broma de los inocentes, y cuando tomaron a Fer.... él ni siquiera hizo por escapar, pensó que eran los de Arte Spot...que eran actores maquillados, como los de la broma de Halloween... hasta que uno de ellos lo mordió......había mucha sangre... ¡¿qué está pasando?!.....-
-Bueno... lograste escapar.... ahora tenemos que salir de aquí... ¿está claro?... Fernando no habría querido que tú murieras en este lugar...¿te mordieron?....-
-no, yo si me eché a correr.. ¿hay alguien más aquí?...¿alguien más se salvó?.-
-,No, solo nosotros, muchas gente ha muerto...Hay que buscar la llave doctor...-

Ya estábamos a unos pasos de la caseta de vigilancia, el doctor entró empuñando su extintor y después entré yo, desafortunadamente nos dimos un tremendo tope en la pared al darnos cuenta de que en aquel tablero donde celosamente el vigilante alguna vez colocó las llaves, habían más de cincuenta y todas muy similares entre sí....

-¡¿cuál de todas es doc?!-
-No se ¿no hay otra luz? no veo bien enciéndela....-

La oscuridad puede ser aterradora, pero más lo es cuando cortas de tajo esa oscuridad solo para darte cuenta de que a tu alrededor hay como veinte o treinta zombis, y eso es lo que nos pasó a nosotros, al momento de encender las luces una vez más nos encontrábamos al borde de la muerte rodeados por quienes en vida eran nuestros amigos pero tristemente ahora solo nos buscaban para devorarnos. 

En la forma en la que se habían distribuido ya habían rodeado la caseta haciéndonos imposible escapar corriendo y eran demasiados para un combate cara a cara.

-¡¿Qué hacemos Grizzli?!....-

Me preguntaron mis amigos, y yo en ese momento vi que la única opción viable era trepar al techo de la caseta de vigilancia, ahí no seríamos alcanzados, aunque esas cosas tenían todo el tiempo del mundo, para esperar a que bajáramos, pero era la única escapatoria en ese instante. 

Ayudamos a subir a Tina, luego subió el doctor, pero a mi casi me alcanzaban pues aún y sin saber por qué quité todas las llaves de aquel tablero y las coloqué en una bolsa que el vigilante tenía sobre su escritorio.

-¡¿Grizzli qué haces?!....¡súbete!....-
-¡vamos a necesitar la llave todavía!-

Cuando intentaba subir al techo de la caseta, uno de los zombis me tomó por el tobillo y al hacerlo varios de ellos se acercaron... creí que era mi fin, recibí varios rasguños pero afortunadamente ninguna mordida. y pese a que casi suelto aquella bolsa con las llaves, la voluntad pudo más y el doctor y Tina me jalaron para llegar al techo de la caseta, ahora estábamos a salvo, pero nuevamente acorralados.

DIA DE LOS INOCENTES CAP. 5, Christian Perales.









DÍA DE LOS INOCENTES
CAPÍTULO 5.
Sabía que sería regañado por aquella intromisión al aire, pero al menos ahora ya tenía la atención del jefe, y con ella, todo el poder que le confería poseer un medio de comunicación masiva. Era obvio que el jefe estaba más que enojado.
-¡Oye pinche Grizzli¡ ¿Se puede saber que te pasa? ¡¿Ya te mandas solo o qué? 
Una cosa es que te permita hacer bromas en tu programa y otra muy distinta es que ya sientas que puedas hacer y deshacer en mí estación -
-Jefe, permítame explicarle, esto ya no es una broma.... esto está pasando...-
-Si pelmazo... como los ovnis aterrizando en la alameda central de la broma del año pasado ¿no?...¿ya se te olvidó la broma del chapo? de hace dos años.-
-Jefe, es en serio por favor llame a la policía... -
-No Grizzli... ¿por qué no está Mar Frann transmitiendo si programa?¿le pediste prestado su espacio?...-
-Ella está.... muerta jefe...-
-No mames.... mira: ya me llamaron los de más arriba, te quieren fuera del aire mañana mismo....-

En ese momento pensé que si le hacía creer al jefe que estaba cometiendo un acto de total rebeldía, y lo hacía enojar lo suficiente, él traería a la fuerza pública para que me desalojaran de la estación, así que decidí hacerle creer que había enloquecido....

-¡pues mire que lo que usted me diga me tiene sin cuidado, yo soy el rey de la estación y desalójeme si puede....!-
-¡¿ya viste lo que estás diciendo idiota?!... ahorita voy para allá a ver si me sostienes en mi cara lo que me estás diciendo por teléfono....-
-órale aquí lo espero y véngase por la sombrita...-

Después de colgar la llamada, el doctor se encontraba impaciente por saber que me había dicho nuestro jefe...

-¿qué te dijo?...-
-Viene para acá, solo espero que no venga solo... ah por cierto, estamos despedidos...-

Era trágico el giro que habían dado las cosas, el día había transcurrido entre bromas y ahora ya solo quedaba espacio para la pequeña ironía de quedarse sin empleo, lo cual ahora ante la posibilidad de morir ya casi no tenía importancia. 

El silencio se apoderó de la cabina, por unos instantes solamente, pues el sonido del timbre de mi teléfono celular me hizo literalmente brincar del susto. 

Miré la pantalla solo para horrorizarme al ve que era Fernando quien me estaba llamando.

-¿bueno?...¿Fernando?...-
-Grizzli soy yo, oye: ya llegamos a la estación pero está cerrado ¿Qué hago?...-
-¡Váyanse!... por favor Fernando ¡vete de aquí y haz que venga la policía!....-
-Grizzli ya "broder" esas bromitas no funcionan conmigo....-
-¡que no es broma!... llévate a Tina, ¡vete!....-
-A ver espérate ya se abrió la puerta... voy a meter la camioneta al estacionamiento... no me cuelgues....-
-¡que te vayas!....Fer... en buena onda vete....-
-Si... ándale ¿Qué me va a pasar?.... ¡hijo de su....!-

Eso fue lo último que le escuché decir a Fernando, luego solo se oyó a través del teléfono los gruñidos y gorjeos ensordecedores de los no-muertos, cuando el aparato cayó de las manos de Fernando ya no se escuchó nada a través de él, pero los gritos desgarradores de sus últimos momentos se escuchaban claramente hasta la cabina de transmisión donde nos encontrábamos, gritos apagados que denotaban un terrible dolor y un gran miedo. 

Queríamos tapar nuestros oídos para dejar de oír a nuestros amigos muriendo, pero ante la situación estábamos obligados a escuchar, se trataba de tener una perspectiva mayor de las cosas, para saber que hacer o como sobrevivir aunque fuera unas horas más....

-Están muriendo Grizzli....-
-No quiero saber....-
-¿sabes qué?, ya se volvió peligroso quedarnos aquí, creo que tenemos que buscar la forma de salir, en la calle cuando menos podemos echarnos a correr, pero aquí solo es cuestión de tiempo para que esas cosas vengan por nosotros-
-¿y si viene el jefe?...-
-Pues... si es que llega a venir, podría toparse con la misma suerte que Fernando... la misma suerte que Tina....-
-La camioneta que traía Fernando es bastante robusta, siempre dejaba las llaves en la visera.... si logramos llegar a ella, podemos salir de aquí....-
-No, ese sitio esta clarísimo que está lleno de esas cosas, piensa en algo más...algo que no involucre espacios cerrados o subir y bajar escaleras...-
-¿y cómo?.... ¿ya se te olvidó que estamos en el último piso?...-
-Hay una pequeña... pequeñísima opción....¿recuerdas el convivio del 15 de septiembre que hubo unos colados?...-
-Si...-
-Ellos entraron por la zona del elevador de carga, esa cosa casi es manual, solo hay una puerta de entrada en la parte de atrás del edificio y la otra está aquí en la azotea... solo tendríamos que llegar hasta ahí... el único problema es que la llave está en la caseta de vigilancia....-
-¿la que está en éste piso?...-
-Si...-
-Por ahí entré a la cabina... hay como siete de ellos....-
-¿crees que si los enfrentamos logremos vencerlos?....-
-¡¿enfrentarlos?!¡¿se te olvida que son más fuertes?!....-
-Si, pero los he observado, tienen un equilibrio muy frágil, no tenemos que vencerlos forzosamente, basta con hacer que se caigan, se les dificulta mucho levantarse....-
-¿y que hay de los que se mueven rápido....?-
-No lo se, habrá que ver si funciona derribarlos también....-
-Eso ni siquiera es un plan....-
-Haremos esto en dos partes... abrimos la puerta y vemos cuantos de ellos son veloces, así podemos calcular cuantos deben ser derribados...-
-Eso tiene más sentido-

Deliberamos un rato y por fin, nos decidimos a abrir la puerta, al momento en que tuvimos contacto con el exterior, los no-muertos comenzaron a acercarse, tal como lo había dicho el doctor, eran muy lentos y su equilibrio muy pragmático, pero no era razón para confiarse todavía, escuche unos pasos en el pasillo, alguien con más velocidad se acercaba corriendo, era la novia del vigilante, ella había sido de los primeros en convertirse en zombi y era poseedora de una velocidad tan estrepitosa que estuvo a punto de alcanzarnos, intentamos cerrar la puerta pero uno de sus pies quedó dentro, haciendo palanca, para luego introducir una de sus manos en búsqueda de nuestro ser. 

Como si esto fuera poco los demás "reanimados" lentos pero letales, ya también ejercían presión sobre la puerta, teníamos que hacer que aquella mujer sacara el pie para poder cerrar.

-¡Doc... dale con el extintor!.....-

Eso no lo tuve que decir dos veces, el doctor descargó su furia sobre ese pie que nos estaba poniendo directo en las fauces de la muerte, luego de muchos intentos, ella se retrajo, permitiendo que la puerta se cerrara a tope....después de eso, cuando aquella puerta nos volvió a brindar seguridad, me dejé caer en el suelo, mi ánimo y mi físico se encontraban extenuados....

-Ay en la ma... eso estuvo cerca..... y pensar que había pedido que cambiaran la puerta por una de madera que no se atorara...-
-¿viste eso?....-
-¿qué?....-
-le rompí el tobillo....-

Me asomé por la ventana que daba hacia el pasillo y lo pude constatar, aquella zombi, tenía la pierna destrozada a la altura del tobillo, por una afortunada casualidad, habíamos logrado que se volviera lenta, y también habíamos dañado su equilibrio.

-Ya no podrá perseguirnos Grizzli...-
-Si, ahora solo hay que hacer que todos los zombis que están tras la puerta se quiten....-
-¿cómo le hacemos?....-

De pronto aquel sitio se había convertido en un terreno fértil para la ironía, escuchamos como se abría la puerta que conducía del estacionamiento a las cabinas de transmisión, y ahora con mucha sorpresa para nosotros, nos dábamos cuenta de que Tina, con mucha suerte había logrado sobrevivir, y había logrado correr hasta ese sitio donde nosotros habíamos hallado refugio, sin sufrir un solo rasguño, o alguna mordedura, pero desafortunadamente para ella ahora se encontraba a merced de al menos nueve o diez no-muertos. 

Al verlos detuvo su marcha y de inmediato corrió para alejarse de ellos, pero ya los había atraído, y comenzaron a moverse en pos de alcanzarla. Esa era nuestra señal, con un extintor en la mano como única arma, era hora de abandonar la relativa seguridad de la cabina....

DIA DE LOS INOCENTES 4. Christian Perales.


DÍA DE LOS INOCENTES
CAPÍTULO 4
Llega el momento incómodo en el que no sabes si te adaptas,  te acostumbra o simplemente te resignas a que posiblemente no sobrevivas a esa noche, nosotros estábamos lidiando con algo para lo que no estábamos preparados, más bien algo para lo que nadie estaba preparado. 

¿Quién pensaría que semejantes abominaciones pudieran estar tomando por sorpresa la ciudad de México? 

Después de todo ese tipo de cosas solo sucedían en las películas, después de ver que Mar, no podría pasar ese cristal, nos sentamos en el suelo, más el doctor no estaba del todo cómodo con la idea de dejar de luchar, así que tomó el extintor de la cabina, su tamaño relativamente pequeño lo convertía en el arma ideal para defenderse de "ellos"....Luego de un silencio incómodo, las palabra comenzaron a fluir lentamente....
-No puedo creer.... ¿Mar?....-
-Ni yo doc....¿crees que haya más de estas cosas?....-
-Es anaerobio....-
-¿qué?....-
-Que la cosa que está causando todo esto se transmite por las mordeduras, no por el aire... por ahora estamos a salvo....-
-¿habías visto algo así?....-
-¿qué te digo?....fui miembro de médicos sin fronteras... estuve en Camboya, luego en Nigeria, me tocó ver de cerca la peor epidemia de ébola.... pero esto es peor.... mucho peor...¿humanos que comen humanos?.... es el fin... si alguien sabe de matanzas esa es la raza humana...-
-Ya no tienen raciocinio...ya no pueden considerarse seres humanos-
-Al revés... razonan primitivamente... ya no les importa nada, ni los bienes materiales, ni el estatus o las jerarquías... ahora si reaccionan como un terrible ser humano desinhibido...ahora si son demasiado humanos-
-¿y qué vamos a hacer?....¿nos quedamos aquí sintiendo lástima por nosotros mismos?....¿qué tal si pasa el tiempo y nadie viene a ayudarnos?....-
-podríamos intentar correr y salir de aquí... pero ¿y si esto ya está en las calles?....-

so me hizo reaccionar, de inmediato me levanté y me asomé por la única ventana de la que disponíamos en ese lugar, una ventana pequeña que solo te permitía ver una pequeña porción de la avenida Insurgentes, parecía que solo nuestro diminuto mundo se había detenido, pues afuera, en la calle las personas seguían con su vida normal, los autos pasaban en su constante ir y venir, las personas caminaban en la calle, sin mayor preocupación que la de hacer que su aguinaldo sobreviviera a la temporada navideña.
-Doc:.... en la calle todo está normal....-

El doctor se incorporó para asomarse también por la ventana, y después de corroborar lo que yo le había dicho, sus conjeturas no se hicieron esperar...
-Estamos encerrados con esas cosas....-
-¡¿en serio?!.....-
-Si, a la velocidad que se propaga esto... no se te hace raro que nadie en la calle lo note.... ¿quieres que te diga la verdad?.... alguien nos encerró con estos seres, alguien sabía que algo se desataba....-
-Ahora que lo recuerdo.... ¿te acuerdas que de la noche a la mañana nos dijeron que no fuéramos al depósito de suministros bajo ninguna circunstancia?...-
-y luego... colocaron la automatización de las puertas... nadie entra y nadie sale a menos que tengas... un control remoto para el portón del estacionamiento...-
-O la contraseña para la puerta del vestíbulo...-
-pudo ser una coincidencia....-
-¿dónde está du coche?...-
-En el estacionamiento de este nivel... con las llantas hacia arriba....-
-¡me lleva!...¿tienes tu celular?.-
-Si, pero ya no tiene saldo... ¿y tú....?-
-Te voy a decir algo que es muy irónico.... nunca me compré uno, pues no quería traer el "aparato del cáncer" en mi bolsillo, ¿estúpido no?.

Tanto cuidarme y ahora quizás moriré tratando de llegar a la puerta, de todos modos, a como están las cosas no hay luz para alimentar las cerraduras ¿o si?..me imagino que los cierres automáticos funcionan con electricidad.-
-Solo quedan las luces, que alimentan las cabinas de transmisión...-
-Eso está bien para contar un chiste al aire....-
-En este momento no se me ocurre alguno....-
-Y el grizzli Santana se quedó sin material....un... un momento....-

En ese momento tuvimos la misa idea los dos....

-Podemos salir al aire Grizzli.... podríamos avisar a la ciudadanía lo que está pasando aquí.... al menos creerán que enloquecimos, y mandarán a la policía a que nos arreste... pero vendrán por nosotros....-
-Eso suena bien... pero se te olvida una "pequeña cosa"....Necesitamos enviar la transmisión desde la cabina... esa cabina donde pusimos a Mar....-

Ambos nos quedamos viendo hacia aquel grueso vidrio a través del cual ella también nos observaba, en espera de que sirviéramos como alimento, sabíamos lo que tenía que pasar después sabíamos bien que si queríamos enviar esa transmisión la única manera era que la cabina pudiera usarse....

-ya se lo que piensas doc.... no, no voy a hacerlo.... apenas ayer le había pedido que fuera la madrina de mi hija....-
-podríamos buscar otra cabina... la mía por ejemplo....-
-Eso es en el piso de arriba.... el lugar está lleno de esas cosas.... no lograríamos llegar....-
-¿entonces...?....¿te das cuenta de que hay que....?-
-Si, no lo digas....-
-Es la única manera Grizzli... de todos modos ella se ha ido....-
-¡Estamos hablando de matar a una compañera de trabajo por Dios!....-
-técnicamente ya está muerta... pero nosotros no....-
-¿cómo lo hacemos?....-

Desafortunadamente para nosotros y para Mar, eso no sería una eutanasia, sería un acto tremendamente brutal, y ahora se que una situación donde llega el apocalipsis zombi, tienes que tomar decisiones muy difíciles, ahora se lo duro que es cuando tienes que rematar a un amigo, a un compañero de trabajo, o a un ser querido, duele, pero simplemente es lo que tienes que hacer si deseas un día más de vida. 

Y nosotros no teníamos en la cabina más objetos que un paraguas, unos abrecartas, y el extintor, a final de cuentas elegimos que sería con ese, por que era lo más efectivo con lo que podíamos contar en ese momento.....

-Hora de escoger Grizzli.....Tu abres, la sujetas y yo la golpeo o ¿al revés?-
-No... no creo que pueda.... está bien yo la sujeto.....pero trata de que nos sufra mucho....-
-Que no te muerda....-
-Si... solo prométeme que si me llega a morder, me darás con el extintor hasta que tengas la certeza de que no seré una de esas cosas....-
-Tú harás lo mismo....-
-Si, pero ya no te pongas sentimental....-
-A la cuenta de tres....-

Sentí que pasó toda una vida antes de que escuchara el tres, la puerta se abrió y vimos cuan macabro podía ser aquel fenómeno de infección, Mar no había mordido a nadie aún pero su boca ya se encontraba llena de sangre, y la razón era que un zombi debe comer por lo menos la mitad de su peso al día, no se de donde saqué esa regla, pero es así, después entenderán por qué llegué a esta conclusión, y Mar había pasado la última hora y media sin algo que comer, por lo que se había comido la piel de sus propios dedos. 

Aunque estaba errática se quedó quieta por un instante tan efímero que, ni supimos en que momento se abalanzó para intentar comernos, yo logré someterla, fue difícil esquivar su dentadura y evitar una mordida, pero más difícil fue tener que soportar lo que vino a continuación....
-¡ahora doc!.....-

Cerré los ojos y solo pude sentir como el extintor cumplía con su mortífera misión, debo decir que no fui tan valiente o tan deshumanizado, como para contabilizar cuantos golpes fueron necesarios, pero fueron muchos, demasiados para mi conciencia.... después de un terrible minuto Mar dejó de moverse, el doctor soltó entonces aquella arma contundente, sus manos temblaban, no se si fue por el cansancio o el remordimiento de haber segado una vida, yo bajé lentamente el cuerpo inerte de mi compañera, y lo hice reposar en el suelo, en cierta manera el doctor tenía razón, ya no era ella, ya no era aquella locutora que cada tarde llegaba y enarbolaba las frase contra el machismo, aquella que sin importar la hora te pasaba corriente, o te prestaba dinero, se había ido y ahora parecía que haberla sacado del estado zombi era lo mejor que podíamos hacer por ella.

-Ya cruzamos la línea ¿no doc?....-
-Nos obligaron a cruzarla Grizzli....-
-Hay que cubrirla....-
-Es peligroso mantener su cuerpo aquí, tendremos que sacarla al pasillo...-

Era lo peor, parecía que con cada minuto, una segunda vileza opacaba a la primera, cada vez era más inhumano, más degradante lo que teníamos que hacer, pero era vivir o morir. 

Tomamos el cuerpo y lo llevamos a la puerta, al momento de abrirla no había ninguno de los no-muertos en el pasillo, pero el poco ruido que hicimos los atrajo y comenzaron a llegar, nosotros simplemente volvimos a cerrar la puerta y nos atrincheramos, ellos trataban de abrirla pero afortunadamente para nosotros, no lo lograron. 

Por la gruesa ventana que daba al pasillo logramos ver que eran más de 15... muchos de ellos, a pesar de la descomposición de su facciones, seguían siendo rostros conocidos, como Rebeca Vega, la chef del elenco de "Cocinando con radio" o Ernesto Jardon, quien se encargaba de la sección financiera de varios programas, pero ahora ya no eran ellos, como si un ente demoniaco los gobernara, eran seres irascibles y hambrientos que golpeaban la ventana con un enorme furor.

-¿Crees que resista Grizzli?...-
-Esta si, el vidrio tiene como tres centímetros de grueso....-
-A trabajar... te podré al aire....-
-¿que...?¿yo?... doctor a mi nadie me creerá, hoy fue día de los santos inocentes y me la pasé todo el tiempo jugándole bromas a mi público, incluso hace rato llamé a la policía y creyeron que también era broma.-
-Grizzli: tienes más rating que yo... en cuanto escuchen mi voz creerán que ya empezó mi programa y le cambiarán a la repetición del tuyo, tienes que hacerlo tú....-

Pese a que en ese momento toda lógica se vuelve relativa, el doctor tenía la razón, en pocos instantes se hallaba en la cabina, yo ante el micrófono y me sentía aliviado cuando aquel letrero luminoso se encendió, ahora estaba más que contento de ver la palabra "AL AIRE", encendida en un foco rojo... solo me restaba hacer mi trabajo....

....-Buenas noches amigas y amigos, les habla su amigo el Grizzli Santana, de parte de Grizzli Show internacional y estamos interrumpiendo esta transmisión por que necesitamos .... por que requerimos de su ayuda... ha pasado algo muy grave, aquí en las instalaciones de Radio Forma, lo que están a punto de escuchar, ya no forma parte de una broma, esto es.... muy real... esta noche en una situación muy extraña.... nuestro centro de trabajo fue atacado por una extraña enfermedad, que convirtió a las personas en seres violentos... esta noche amiga y amigo, no te pido que me creas, pero para demostrar que esto es real te voy a pedir que llames a la policía o al ejército y los envíes a la estación... de verdad necesitamos la ayuda, no sabemos cuanto más podremos resistir.....-

Y eso fue todo, después de eso la luz se apagó, pues la planta de electricidad de emergencia culminaba el ciclo de su batería y el doctor y yo nos quedamos completamente a obscuras.

-¿que pasó?....-
-La planta, Grizzli,,, se apagó....-
-¿Eso fue todo?.... -
-por ahora sí.... espero que alguien lo haya escuchado....-
Ahora solo nos restaba tener fè, aun cuando el panorama se viera muy siniestro, pero pasando una hora desde aquel intento desesperado por buscar ayuda, hubo un teléfono que no habíamos considerado y ese fue el que comenzó a sonar.

Verán: Todas las radiodifusoras e incluso la televisión, tienen en la cabina algo que se le llama "teléfono rojo" es un teléfono como cualquier otro, solo que de él no puedes llamar, solo lo utiliza el jefe, el dueño de la estación para llamar cando se trate de un tema delicado, pero también para avisarte que ya te excediste con algún comentario al aire. 

Cuando sonó yo contesté más rápido que pude y efectivamente constatar que quien estaba del otro lado de la línea, efectivamente era mi jefe, el dueño de la estación. 

DIA DE LOS INOCENTES 3. Christian Perales.

DÍA DE LOS INOCENTES
CAPÍTULO 3
Ahora las cosas estaban peor que al principio, pues mientras enfrentabamos la posibilidad de tener la peor catástrofe de la ciudad de México, la policía consideraba que lo que yo les estaba avisando era una broma, en fin aún podía salvar a mi esposa y a mi hija, así que de inmediato llemé a casa pero nadie me contestó, sentí un profundo terror a imaginar que quizás esta crisis se había extendido con rapidéz y que ahora en algùn lugar además del edificio del IMER, estaban estos zombis destruyéndolo todo y comiéndose a mi familia. Pero me llené de alegría cuando mi esposa si contestó su celular en mi segundo intento por localizarla

-¿Osito?-
-Si amor soy yo.... ¿dónde están?....-
-Fuimos a casa de mi mamá pero en cinco minutos vamos a llegar a la casa.... ¿tú dónde estás?...-
-Estoy en la estación todavía... mira: ahorita que llegues a la casa necesito que tomes todo lo que puedas de comida, las medicinas de la nena y te encierres en nuestra recámara, cierra con doble llave y enciende el radio... no salgas hasta que llegue yo....-
-¿que tienes?....-
-Mira... yo te platico después...-
-¿estás borracho?....-
-No, por favor solo hazlo.... y pase lo que pase recuerda que te amo...-

Eso fue todo de repente la línea telefónica dejó de funcionar, algo muy malo estaba sucediendo en el edificio pues por un momento también se apagaron las luces normales y se encendieron las de emergencia, aunque estas no eran suficientes para disipar la oscuridad que se cernía sobre mi, de pronto  recordé que dos de mis amigos apenas estaban a punto de llegar y se toparían con el mismo infierno que yo acababa de librar.

-¡Fernando y Tina! ¡ellos vienen para acá!....-

Tenía que advertirles que no se acercaran al edificio, pues no tardarían en llegar a dejar la camioneta de la estación y en cuanto la unidad móvil entrara, quedaría atrapada a merced de "ellos". 

Busqué como loco mi celular que afortunadamente había guardado en mi bolsillo, entre tanta conmoción tenía la pantalla estrellada pero aún así funcionaba, fueron angustiantes los segundos que tardaron en contestarme, pero a final de cuentas pude advertirles....
-¿Fernando?....-
-Ya vamos para allá... lo que pasa es que le habían puesto el inmovilizador a la camioneta.... discúlpame grizzli...-
-No, está bien... solo que no puedo explicarte, pero no vengan a la estación.... -
-Jefe no te oigo....-
-¡que no vengan a la estación-
-¿cuál balón?-
-¡no vengan a la estación!-

De pronto sucedió lo inevitable, escuché una voz femenina que me hizo sumergirme en la desesperación y la frustración...

-El saldo de tu amigo se ha agotado, te sugerimos adquirir una ficha....-

Eso fue todo, perdí toda comunicación con el mundo exterior, ahora estaba atrapado en lo que hasta entonces era mi morada de trabajo y ni siquiera sabía si mis últimas palabras por el celular habían sido suficientes para salvar a mis amigos.

Me dejé caer de sentón recargado contra la pared, tratando de buscar respuestas en mi interior, y a pensar en el hecho de que "te explico después" se había vuelto una frase muy usada por mi en las últimas horas, después de todo era 28 de diciembre, era el día oficial de las bromas y al mismo tiempo ahí, a pocos metros de mi, mis mejores amigos y compañeros estaban padeciendo una grave enfermedad que los convertía en seres irracionales hambrientos de sangre. 

De pronto tocaron a la puerta, la desesperación en quien tocaba era tan grande que llamó poderosamente mi atención, me levanté y sin abrir traté de averiguar quien estaba del otro lado....
-¿quién?....-
-Grizzli, ábreme, soy Mar... Mar Frann.-

Era hora de correr el riesgo, no sabía si al abrir esa puerta, un montón de esos seres entrarían por mi y me devorarían, pero tenía la certeza al menos que una compañera de otro programa estaba esperando mi ayuda, después de tomar aire, abrí y de inmediato Mar entró su ropa estaba desgarrada tenía algunas heridas en el rostro pero fuera de eso parecía estar resistiendo, apeas iba a cerrar la puerta, cuando escuché la voz de otro compañero.

-¡no cierres!....-

Era el doctor Marco Antonio Estrada, él se había topado con los "no muertos" justo en el momento en el que llegó a la estación, su programa comenzaba a las diez de la noche, por lo que siempre llegaba a las nueve para prepararlo. Una vez que entraron cerramos nuevamente la puerta, yo la verdad estaba preocupado por Mar, se veía muy alterada....
-¿estás bien?....-
-Si... creo que sí....-
El doctor se sentó en una silla, su corazón estaba terriblemente agitado....

-Ay Grizzli ahora si se pasó tu gente, estuvo buena la broma.... pero no chinguen....que buenos efectos....-
-Doc... esto no fue una broma....-
-Algo muy feo está pasando....-
-Si, como no... amigo fúmate otro....-

De pronto Mar Frann comenzó a reaccionar después de lo traumático que había sido su encuentro con los resucitados.....

-Se comieron a.... Carmen....-
-¿a quién?....-
-Carmen Arellano, ella me ayudó... y no alcanzó a correr qué ironía ¿no?-

El doctor ahora estaba más que convencido de que lo que sucedía no era un montaje, simplemente con ver las heridas en el rostro de Mar, dándose cuenta de que eran reales, y ahora su mente estaba buscando también algún tipo de explicación racional, mientras trataba de atender a nuestra compañera, yo encendí un cigarro para tratar de calmarme, también le ofrecí uno al doctor...

-Supongo que como están las cosas no tiene caso seguir sin vicios... de todos modos veo que ahora es más fácil morir a manos de uno de ellos que de cáncer... fumaré contigo...-
Después de encender su cigarrillo siguió en búsqueda de respuestas..

-¿que son esas cosas grizzli....-
-en lo que a mi respecta son nuestros compañeros de trabajo...¿viste que muchos son las mismas personas que a diario coincidíamos aquí?.-
-ya no lo son... lo fueron alguna vez.... ahora son animales salvajes...-
-¿que crees que lo haya causado.....?....-
-Pudieron ser muchas cosas.... un virus... una bacteria.... histeria colectiva... una toxina...la pregunta es ¿Cómo detenerlo antes de que acaben con la vida?...-
-Yo golpee a uno de ellos en la cabeza, no sangran.... he visto películas en donde a los zombis se les golpea la cabeza y ellos quedan inmóviles.... pensé que eso debía acabarlos....-
-entonces no son zombis... olvídate de las películas, esto está pasando en la vida real no son los típicos zombis.... entonces ¿Cómo les decimos? ¿los no muertos?-
-Yo creo que el nombre es lo de menos, habrá que ver como los detenemos...-
En ese momento intervino Mar....

-Siempre me han dicho que los zombis serían lentos, el que se comió a Carmen corría demasiado rápido y su fuerza era descomunal....-
-Habrá que olvidarnos del combate cuerpo a cuerpo, eso no va a resultar...-

De momento estábamos en un buen lugar teníamos, espacio, ventilación y una máquina despachadora de golosinas, además de que la puerta de aquella cabina resistiría cualquier embate, eso serviría para sobrevivir un día o dos, o al menos hasta que las autoridades resolvieran el problema, así que por un acuerdo tripartita decidimos quedarnos ahí, en la cabina de grabación.

Las horas pasaron, era más que obvio que no lográbamos dormir, de pronto Mar se levantó de su silla, se notaba que tenía algún problema de salud, pues el reflejo del vómito se hizo presente, yo me levanté de inmediato a ayudarle...

-¿estás bien?...-
-Si Grizzli... solo fue algo que cené anoche...-

Hubo algo en lo que no habíamos reparado horas atrás, en el antebrazo de nuestra compañera había una herida distinta a las otras, esta era de una mordedura, pero ahora se veía sumamente inflamada y con bordes morados...
-¿te mordieron?....-
-Si... pero ya... ya me habría convertido en uno de ellos.... estoy bien....-
En ese momento la atención del doctor se centró en ese hecho....

-¿te mordieron niña?...Grizzli ¿tú lo sabías?....-
-No...-
-Está infectada.... nos pondrá en peligro....-
-¿que sugieres?....-¿quieres que la saquemos para que viva el destino cruel que vivieron nuestros amigos....?-
-¿y tú quieres vivirlo aquí dentro?....-
-No la voy a sacar de la cabina, hay cosas que podemos hacer, podemos atarla a una silla... eso sería más humano... ¿Qué tal si al rato averiguamos que esto es curable?¿podrás vivir con tu conciencia diciéndote que pudiste salvar a alguien y no lo hiciste?...-
-Pero es muy arriesgado, Grizzli....-

A veces la vida se nos va en discusiones como esta, y nosotros por estar tan entretenidos en nuestro asunto, nunca nos percatamos que en cuestión de uno breves minutos, los ojos de Mar se tornaron rojizos, mientras que su piel se hizo verdosa. y el instinto asesino se apoderó de ella. Sin darnos tiempo de reaccionar se abalanzó sobre el doctor y lo derribó, pero al menos, por suerte para él yo tuve una reacción muy rápida, de inmediato cubrí la cara de Mar con una chamarra, y luego la derribé, acto seguido el doctor se reincorporó y me ayudó a someterla....
-¡¿Ahora si la sacamos?!...-
-¡si...!....-

Apenas íbamos a abrir la puerta de la cabina forcejeando con Mar cuando nos dimos cuenta de que otro de los no muertos estaba caminando por el pasillo, y no solo eso, al menos eran entre tres y cuatro....

-¡No abras Doc....!....-
-¡¿entonces qué hacemos?!....-

Era muy arriesgado lo que se me ocurrió pero definitivamente era lo mejor que podía hacer, todas las cabinas de radiodifusión están divididas en dos partes, una sala donde se encuentra el locutor, y otra donde se encuentran los controles de la propia cabina, estas dos salas divididas por un cristal que evita el paso del ruido el cristal es un poco grueso y estábamos a punto de averiguar si resistiría los embates de un ser irracional....
-Aquí doc-
Abrimos la puerta y arrojamos a nuestra compañera dentro de la cabina de control.... ella al verse libre de nuestra opresión y de la chamarra que cubría su cabeza, comenzó a golpear frenéticamente, primero la puerta, y después el cristal, nosotros con terror no sabíamos que esperar, si el cristal no resistía tendríamos que escoger entre matarla a golpes o salir y esquivar a los no- muertos que se habían juntado en el pasillo. 

Afortunadamente el cristal soportó la prueba, hubo un momento en el que Mar dejó de golpear, solo se paró ahí a observarnos, a acecharnos... esperando un descuido de nuestra parte para atacarnos.

DIA DE LOS INOCENTES CAP. 2. Christian Perales.

DÍA DE LOS INOCENTES CAPÍTULO 2.
Ya no pude soportar más tiempo, el miedo que antes sentí se convirtió en un instinto de conservación, eran muchos los que  venían a mi encuentro y si no me movía correría la misma suerte que mis amigos, corrí un poco y subí a mi coche que se había mantenido encendido, aceleré y tuve que conducir en reversa para terminar de sacarlo del cajón de estacionamiento.

Fueron los cinco metros más angustiantes que habìa  vivido hasta entonces.

Con todos ellos corriendo tras de mí, era técnicamente imposible maniobrar, por lo que me detuve en seco cuando la defensa trasera de mi auto golpeó con otro coche y fue entonces cuando ya conduje hacia adelante, ellos se agruparon al lado pero el acelerón hizo que de inmediato se quedaran atrás, me sentí a salvo por unos momentos, pero después me di cuenta que iba directo a una encrucijada. 

Frente a mi, en la rampa que conducía a la salida del estacionamiento, una camioneta pick up había sido abandonada, su motor estaba encendido y la puerta del conductor estaba abierta dejando entrever que el asiento del conductor y la portezuela estaban llenos de sangre, después de meditar por un segundo recordé que esa era la camioneta del licenciado Robles

-¿se lo llevarían?- pensé mientras vi en el espejo retrovisor la cercanía de "ellos" ya era imposible ir de reversa, ahora estaba acorralado, solo quedaba una opción un pequeño paso muy estrecho pero aunque el coche se golpeara y raspara contra la pared era posible pasar e intentar llegar a la rampa de salida, volví a pisar el acelerador a fondo, brinqué las dos banquetitas que dividen los cajones y sentí como la lámina del vehículo raspaba la pared al tiempo que una cascada de vidrios rotos del auto se me venían encima. 

Lo había logrado, con muchos daños pero había salido de ese sitio y ahora me enfilaba por la rampa hacia abajo, y como siempre sucede, cuando estás a cincuenta metros de salir bien librado, algo sucede, yo me distraje viendo el espejo para ver si habían dejado de seguirme, por lo que no vi el momento en el que llegué al final de la rampa y en ella había un muro que separaba la salida de la entrada, di el volantazo, solo por instinto, solo para no chocar de frente, de lleno contra el muro, pero el impacto inclinado ocasionó que el coche se volteara quedando sobre su costado. 

Perdí la noción del tiempo, serían como tres minutos en los que estuve intentando tomarle sentido a lo que había sucedido, además de que me dolía el cuerpo por el impacto, de pronto vi, frente a mi sobre el cristal estrellado del a auto, una mano que arrancaba los despojos, a tientas busqué algo, cualquier cosa con la que pudiera defenderme, pero parecía inútil, todo dentro de la cabina estaba fuera de su lugar, cerré los ojos imaginando mi cruento fin, pero en ese instante escuché una voz...

-Señor Santana ¡¿está usted bien?!....-

Era la voz del guardia de seguridad, se había percatado del accidente y acudió en mi ayuda....

-No se preocupe señor Santana... voy a llamar a la ambulancia, usted no se mueva....-
-¡no, ambulancia no! está pasando algo muy grave allá arriba, sácame de aquí...-

Con algo de forcejeo pero logró sacarme, tenía una herida en la cara pero fuera de eso estaba bien, apenas salí y quise ponerlo en sobre aviso.

-Mira, si te digo lo que está pasando en el nivel de arriba no me los vas a creer, pero te voy a pedir que llames a la policía y que digas que tienes una situación de epidemia...-
-Pero ¿Qué pasó?-
-Te lo digo al rato, ve a la caseta y llámales....-

Me doy cuenta de las ironías del destino, yo conocía al vigilante hacía ya muchos años y era sabido que tenía una relación estable con Sara, ella era de mercadotecnia y era muy sabido que ella se quedaba después de terminar su jornada y cenaba con él, eso fue lo que desató la ironía pues ella siempre le decía  "Te comeré a besos"  y en unos instantes aquella promesa estaba a punto de volverse literal. 

Me recargué en los restos de mi coche a recuperar el aliento pensando que una llamada telefónica me separaba de la salvación y además mirando hacia la rampa  parecía que "ellos" no habían tenido la inteligencia para seguirme, los había desorientado. 

De pronto escuché el grito de nuestro vigilante y vi como intentó correr y ponerse a salvo, detrás de él Sara venía corriendo, ya le había mordido el cuello, era horrorizante darme cuenta que ahora estas cosas se movían rápido, pese a que los de mi primer encuentro eran muy lentos y poco racionales .

-¡Señor Santana corra!....-

No tenía que repetirlo, el problema es que correr a la ciega era muy peligroso, tenía que escapar con estrategia, y desafortunadamente para mi el único lugar seguro al que podía ir era a la cabina donde se producía el programa, la puerta era lo bastante gruesa como para servir de refugio por unas horas mientras la policía, el ejército o alguien se hacía cargo de el asunto, y había un teléfono, eso era suficiente hasta el momento; además de que la puerta de salida que desembocaba a la calle, estaba más lejos y era peligroso intentar llegar corriendo. 

El único problema era que tenía que pasar por enfrene de Sara, que después de derribar al vigilante ahora comenzaba a comérselo.
Como una cosa fortuita y afortunada para mi, la llave con la que se aflojan las tuercas de las llantas de mi carro, se salió con el impacto y estaba ahí al alcance de mi mano, con eso me defendería, lo tomé y sigilosamente y me encaminé hacia la puerta que daba al corredor, que a su vez desembocaba a las escaleras que conducìan a las cabinas de grabación.

A medio camino Sara ya había hecho trizas el abdomen del vigilante y se percató de que yo estaba ahí lo que hizo que se levantara y comenzara a observarme como un animal salvaje acecha a una presa antes de cazarla, mientras yo me quedé quieto pues sabía que algún movimiento brusco rompería ese  frágil equilibrio de la situación, eso si, en ningún momento solté la barra que empuñaba, estaba preparado para defenderme pues sabía que en cualquier momento ella correría a tratar de devorarme también ....

-Sara... escúchame... estás enferma... no quieres hacer esto... va a venir la cruz roja y te van a ayudar.... ¡Sara!....-

Pero eso era inútil, Sara se abalanzó sobre mi y no me dejó más alternativa que defenderme, casi cerrando los ojos asesté el primer golpe, fue certero, en la cabeza y eso la hizo caer a suelo, aunque lo más raro es que pese a que le destrocé la mitad del cráneo, ni siquiera una gota de sangre salió de su herida, pero estaba a salvo, eso era suficiente para mi, mi intención no era matarla, después de eso corrí y llegué hasta la puerta del corredor, todavía cuando la iba cerrando vi levantarse a Sara y corría detrás de mi nuevamente, pero no logró llegar, alcancé a cerrar la puerta, más cuando estaba recargado en ella, tratando de recuperar mis fuerzas caí en la cuenta de que todo eso, apenas era el inicio del caos.
-¿qué son estas cosas?....¿y si aquí dentro hay más de ellos?...-

Fuese como fuese era más peligroso volver al estacionamiento así que decidí apegarme al plan, caminé por el corredor hasta las escaleras y de ahí en minutos que parecieron una eternidad, llegué a la cabina, todo estaba solitario, de haber sucedido en otra época del año el lugar estaría lleno, pero por ser fin de año, casi todos los programas eran grabados, y casi no había nadie a partir de las siete de la noche. 

Era más que obvio que ya estaba paranòico así que antes de entrar revisé cuidadosamente la cabina, no había nadie, pero sobre todo no había nadie que me pudiera devorar.

Después de cerrar bien la puerta tomé el teléfono y llamé a la policía...la llamada entró de inmediato.
-emergencias 060 ¿Cuál es su emergencia?...-
-Señorita se que lo que voy a decirle es un poco disparatado, pero aquí donde estoy hay una epidemia o algo así, la gente se está matando vengan rápido....-
-Entiendo... mire, le voy a suplicar que no llame para hacer este tipo de bromas, por favor señor se que es día de los santos inocentes, pero hasta para hacer una broma hay límites, le voy a pedir que ya no llame...-
-¡¿qué?!, oiga señorita pero....-
Eso fue todo, la operadora de la policía me colgó pensando que aquello era una broma de los santos inocentes.

DIA DE LOS INOCENTES CAP. 1. Christian Perales.

DÍA DE LOS INOCENTES.
Mi carrera en la radio fue un chiste desde el principio, siento la necesidad de aclarar que estudié y me preparé con ahínco para ser corresponsal de guerra, y llegué a serlo, cumplí parte de un sueño bizarro que me llevó a adentrarme en los horrores de la guerrilla en Colombia e incluso conocí de frente; cara a cara, lo que fueron los cruentos combates en Afganistán. 
Pero cuando hubo cambios en mi vida, los gastos crecieron y para ser honestos las ofertas de empleo en  aquello en lo que yo me había especializado, eran muy pocas, además del hecho en que me convertí en padre por primera vez y no quise someter a mi esposa y a mi bebita a sentir la angustia de estar esperando noticias mías cada que había una conflagración bélica en algún lugar del mundo.
De tal suerte que fue la radio de amplitud modulada la que me acogió, y no voy a negar que me recibió con los brazos abiertos, por lo que que terminé trabajando como locutor en un programa llamado "La buena onda", que se transmitía por las mañanas y hasta entrado el medio día. 
Básicamente era uno de esos programas de variedades, en el que mi misión era transmitir buenas emociones, música, humor y esporádicamente daba las noticias más relevantes, aunque no era el fin del programa constituirse como noticiario.
No era lo que yo tenía contemplado, pero poco a poco fui aprendiendo a amar ese trabajo, y era bueno en él, tenía uno de los más altos niveles de audiencia a esa hora y los directivos de la estación estaban tan complacidos que yo tenía a mi entera disposición un gran equipo de trabajo: una unidad móvil que diario salía con tres de mis compañeros y amigos a repartir regalos alusivos al programa, y a la estación, dos corresponsales más, que se encargaban del área de noticias y por supuesto mi ingeniera de cabina, con quien pasaba más tiempo que en mi propio hogar, de tal suerte que éramos una familia.
Lo que voy a narrarles sucedió en un día 28 de diciembre, el día de los santos inocentes; esa mañana el públicò me estaba llamando al programa más que de costumbre y el ánimo en las personas era más festivo que otros días. 
Incluso antes de comenzar la transmisión ya habían llegado las primeras llamadas al estudio, a la hora de iniciar el programa como era de esperarse en esa fecha comencé el programa presentando a mis compañeros de trabajo, y de ahí pasé a hacer una broma usando para ello la sección de noticias
-"Buenos días amigas y amigos esto es la buena onda, yo soy el grizzli Santana y me acompañan en los controles técnicos la inge Lizania Jimenez y en este momento la unidad móvil tripulada por Tina Hernández y Fernando Trejo se encuentra en la colonia escuadrón 201, así que los primeros diez en llegar se llevarán a casa el disco de la mejor música de la estación, en una edición de colección, su llavero y sus vales de gasolina por cortesía del Grizzli Santana. ¡así que coooranleee!... Y ahora nos vamos a las noticias: Esta mañana entró en vigor un reglamento que prohíbe circular a los autos rojos a más de treinta kilómetros por hora, el presidente de México presentó su renuncia al declararse incompetente para gobernar el país y el papa Francisco anuncia el estreno de su nuevo disco de heavy metal acompañado de la banda Kiss, ahora si inocentes palomitas vámonos a la música esto es algo de cranberrys de 1998 y se titula: Zombi... estás en la buena onda"
El programa estaba cumpliendo con su cometido, llevar buen humor a los radio- escuchas, y así se fue, como agua entre los dedos. 
Terminamos la parte en vivo y mi ingeniera y yo decidimos permanecer bastante tiempo, más en la cabina, con la intención de grabar el programa de año nuevo, así no tendríamos que acudir a la estación y nos regalaríamos un día de descanso al fin. 
Todo pasó sin novedad, a eso de las siete de la noche, terminamos y Lizania se fue a casa, yo habría hecho lo mismo pero me encontré con el jefe, quería saludar y compartirme unas opiniones sobre el programa:
-Hola grizzli oye, que buen programa ahora si te volaste la barda con lo del ´papa-
-Gracias jefe....-
-Es por eso que se me hace un nudo en la garganta el tener que pedirte tu renuncia...-
-¿qué?.-
-Ja ja inocente palomita, nos vemos mañana si Dios quiere-
Palabras más palabras menos, después de despedirse de mi, se fue dejándome envuelto en la envidia que me provocaba que su auto estuviera frente a las oficinas generales, mientras que yo tenía que subir tres pisos de estacionamiento, cuando yo era la estrella de la estación, bueno en realidad eso no me conflictuaba en nada.
El ir y venir por los ascensores, por los pasillos del complejo donde residían muchas estaciones de radio, me hacía conocer a muchas personas, conocí alguna vez en esos pasillos a Carmen Aristegui, o a la conductora de aquel programa de misterio y terror: la hora de Özlem Amsedel ¿y que decir del noticiario de Verónica Diosdado? la comunidad era muy grande, al menos éramos trescientas personas, entre locutores, periodistas e ingenieros los que estábamos conviviendo a diario en aquellas oficinas, en aquellos estudios.
El elevador abrió sus puertas entonces en el nivel 3-L y esa era la señal inequívoca de que tenía que salir de él; mi coche de cualquier manera estaba hasta el fondo de aquel estacionamiento, pero... algo lucía diferente en ese instante, todo estaba demasiado callado, y muchas de las luces integradas por tubos de neón estaban apagadas, otras incluso estaban desprendidas del techo, colgando con la amenaza de desplomarse en cualquier momento la verdad nunca había puesto atención a esos detalles, pero ahora no solo me sentía en un lugar en ruinas, podía sentir como si alguien me observara....
.
-¡Pero que cochinero!... bueno ha de ser por que casi no salgo a esta hora...- pensé, mientras caminaba al sitio donde dejaba mi coche, el sentimiento de ser observado crecía a medida de que yo avanzaba, pero al parecer no había nadie más ahí, ni un conserje o algún vigilante, tampoco algún otro compañero que acudiera por su auto. 
De repente tras de mi, escuché a alguien que caminaba o intentaba caminar, pues al parecer arrastraba los pies, pero no pude ubicar de donde provenía, y fue ahí cuando reaccioné asociando la fecha con lo que estaba sucediendo....Fernando y Tina estaban jugándome una broma.
-¡que buena broma Fernando! ¡casi me orino del susto!.... ¡ya no sean payasos!¡salgan, ya se que es una broma!...-
Pero no recibí respuesta alguna, solo escuchaba tras de mí algo distantes, esos pasos pesarosos, seguí caminando tratando de mantener la compostura, pero debo reconocer que el miedo ya comenzaba a apoderarse de mi.
De repente, en el suelo vi un líquido rojo al principio formando un hilo delgado poco perceptible en la penumbra, pero después se hacía un enorme rastro, como si alguien hubiese sido asesinado y luego arrastrado, pero desaparecía entre las sombras que eternamente reinaban en aquel sitio...
-Estoy imaginando cosas....-
Trataba de tranquilizarme a mi mismo y así llegué hasta mi coche, lo abordé y lo encendí. 
Recuerdo haber estado reacomodando el espejo interior cuando vi algo sumamente perturbador, detrás de mi, en un cajón vacío del estacionamiento había un grupo de personas, todos en cuclillas, hacían una especie de festín en el suelo, cosa que llamó mi curiosidad, por lo que sin apagar el motor del coche bajé de este, solo para ver la cosa más horrenda que jamás había visto: 
Estas personas se estaban comiendo, literalmente a una compañera de la estación, habían abierto su estómago y sus víscera expuestas servían de alimento a estas personas. 
Me quedé paralizado ante el escenario y no alcanzaba a entender si lo que veía era una broma de los santos inocentes o el verdadero comienzo del apocalipsis. 
De pronto la víctima de estos caníbales volteó la cabeza en dirección a donde yo estaba parado, sus ojos llenos de miedo estaban a punto de apagarse mientras me susurró algo que jamás he de olvidar.....
-A.... ayúdame.... ayúdame....-
Fue entonces que me di cuenta de que aquello era real, ella estaba siendo devorada aún con vida, pero lo más aterrador fue enterarme de que era muy conocida por mi y por mis compañeros de trabajo. 
Se trataba de Magdalena Torres, quien era la coordinadora de la sección de noticias casi de toda la cadena, siempre ahí siempre al pie del cañón, trabajaba hasta muy tarde, y ahora estaba ahí frente a mi con el abdomen destrozado y la sangre que salía de las heridas en su rostro apenas lograba difuminar el gran dolor que sentía, a tal punto de que su súplica cambió al tiempo en que una lágrima rodaba por su mejilla.
-Grizzli... mátame por favor....-
Esas palabras resuenan en mi mente hasta este día, lamentablemente no pude hacer nada por ella, aquellos seres comenzaron a olfatear en busca de más comida y fue entonces cuando uno de ellos notó que yo estaba ahí, de inmediato estos seres se levantaron y comenzaron también a buscarme, ya no era momento de quedarme ahí para ver que sucedía, caminé unos pasos hacia atrás intentando llegar a mi coche que seguía encendido, en ese momento una luz se coló desde la calle, e iluminó los rostros de aquellos seres y fue cuando me di cuenta de la magnitud del problema, no eran "seres" todo ese grupo estaba formado por personas que yo conocía que habían formado parte de mi círculo de trabajo. 
Al primero que reconocí fue a David, él cada jueves llegaba a abastecer las máquinas despachadoras automáticas, pero ahora no era ni la sombra de quien era normalmente, su piel estaba verdosa y tenía llagas en todo el rostro, sus labios amoratados y sus ojos parecían dos enormes brazas y de su boca manaba la sangre que había pertenecido a Magdalena, también en esa multitud encontré a Diana Limón, ella era de administración tampoco era grato verla convertida en un monstruo, y más por el hecho de que su tobillo estaba roto, el hueso estaba expuesto pero a ella parecía no importarle, pues seguía caminando hacia mi, su mirada furiosa me hizo entender que todo rasgo de humanidad en ella y en los demás se había esfumado para siempre.

AUTORETRATO. Christian Perales.




AUTORETRATO. 

No fue la soledad del mundo caótico en el que nos tocó vivir, tampoco la amenaza constante de padecer por una ecatombe nuclear, no, simplemente estába ávido de que me pasaran cosas.
Es por eso que me pareció tan atractivo poner esa arma contra mi sien. 

Dejé muchas preguntas sin respuesta, dejé una gran incógnita tras de mi pero.... no podrán negar que tuve estilo digo: muchos toman píldoras y se duermen en espera de la fría mano de la muerte, otros simplemente se arrojan al paso del metro sin saber que esa es una forma muy dolorosa de dejar este mundo, ¿y que hay de los que se cuelgan de una viga? Ellos dejan una estela de morbo tras de si....

Yo en cambio tomé una elegante Taurus calibre 38 super, y me puse ante el espejo, para tener el sitio anhelado en la primera fila.

Es curioso que les llamen armas de fuego, yo sentí mucho frío al experimentar como la bala se abría paso entre mi cerebro. 

Ahora reconozco que fue un momento muy confuso en mi vida, pues al principio sentí un cosquilléo y después mi memoria ya no servía... como si el sistema se hubiera apagado.
Ahora
que los peritos recogen mi cuerpo y lo colocan en una lúgubre bolsa de color negro. me asaltan las dudas.... ¿Esto es penar? digo, por que veo a cada uno de ustedes cuando están viviendo sus vidas, cuando se ríen cuando se enojan... quizás justo ahora, al estar leyendo esto yo estoy detrás de tí, pero no me ves ni me verás, por que ahora soy solo una sombra, soy la sombra de lo que fui....

SITIOS ATERRADORES, CENTRALIA. Christian Perales

SITIOS ATERRADORES.
¿Que pensarían ustedes, si les dijera que el pueblo denominado como Silent Hill existe?.
Originalmente no se llamaba así, se llamaba Centralia y se localiza en Pensilvania en los Estados unidos de Norteameríca, es más que obvio el hecho de que todo lo demás en el videojuego y en la película que llevan su nombre, fue inventado por una mente más retorcida que la mía,, pero eso no le quita que también este pueblo tenga un legado, bastante siniestro.
A finales de la década de los 40, Centralia era un pueblo pequeño pero progresista, hasta que los pobladores encontaron que debajo de este, se ubicaban unas enormes fisuras ´cuya profundidad parecía infinita, así que con signos de dólares en los ojos tuvieron la idea más estúpida que se le pudo ocurrir a alguien: Depositar la basura en ellas. 
Al principio la cosa iba también que convirtieron el negocio de rentar las grietas a otras localidades que por una cuote quisieran sepultar el problema de la basura, el problema es que lo que fácil llega fácil se va y las grietas comenzaron a llenarse, y fue entonces cuando la segunda idea estúpida tomó forma: Decidieron quemar la basura para tener más espacio. 
El problema que no contemplaron fue que debajo de la ciudad se hayaba una beta de carbón.
Eso fue todo, en 1957 comenzó un incendio que se estima durará por lo menos 250 años más. 
Dicho incendio hizo que los habitantes de Centralia se tuvieran que salir con lo puesto, con una mano atrás y otra adelante, dejando atrás comercios, viviendas, automóviles, y toda su vida.
Bueno, actualmente parece que está prohibido acceder a Centralia, pero si deseas y logras ir, esto es lo que te espera:
1.- Una densa neblina formada 100% por la combustión del carbón y la basura, dicha neblina no te permite ver ni a diez metros de distancia, y no sabes lo que se pudiera esconder en semejante distancia.
2.- Un suelo con una temperatura de 65° centígrados o sea que no podrás usar tus sandalias favoritas.
3.- Un paisaje desolador, con una especie de apocalipsis, antes del apocalipsis, pero tranquilo, que posiblemente aunque creas que estás a solas en ese lugar, alguien esté observando cada movimiento que haces.
4.- La posibilidad de que la policía te dispare al salir de Centralia, digo, si es una posibilidad, pues ellos deben velar por que nada entre... o salga....
Amigos esta fue la primera entrega de SITIOS ATERRADORES. Hasta la próxima y no miren bajo la cama....