Amigos de grupo Anècdotario, êste blog ha sido creado para que se nos facilite la bùsqueda de todas las anècdotas,historias, reflexiones, cuentos cortos, leyendas de Mèxico y el mundo, etc. Es un blog apto para todas las edades y en èl todos hemos puesto nuestro granito de arèna. Aquì està la recopilaciòn de nuestras aportaciones y se los dedico con todo mi cariño.

viernes, 15 de enero de 2016

DIA DE LOS INOCENTES CAP. 1. Christian Perales.

DÍA DE LOS INOCENTES.
Mi carrera en la radio fue un chiste desde el principio, siento la necesidad de aclarar que estudié y me preparé con ahínco para ser corresponsal de guerra, y llegué a serlo, cumplí parte de un sueño bizarro que me llevó a adentrarme en los horrores de la guerrilla en Colombia e incluso conocí de frente; cara a cara, lo que fueron los cruentos combates en Afganistán. 
Pero cuando hubo cambios en mi vida, los gastos crecieron y para ser honestos las ofertas de empleo en  aquello en lo que yo me había especializado, eran muy pocas, además del hecho en que me convertí en padre por primera vez y no quise someter a mi esposa y a mi bebita a sentir la angustia de estar esperando noticias mías cada que había una conflagración bélica en algún lugar del mundo.
De tal suerte que fue la radio de amplitud modulada la que me acogió, y no voy a negar que me recibió con los brazos abiertos, por lo que que terminé trabajando como locutor en un programa llamado "La buena onda", que se transmitía por las mañanas y hasta entrado el medio día. 
Básicamente era uno de esos programas de variedades, en el que mi misión era transmitir buenas emociones, música, humor y esporádicamente daba las noticias más relevantes, aunque no era el fin del programa constituirse como noticiario.
No era lo que yo tenía contemplado, pero poco a poco fui aprendiendo a amar ese trabajo, y era bueno en él, tenía uno de los más altos niveles de audiencia a esa hora y los directivos de la estación estaban tan complacidos que yo tenía a mi entera disposición un gran equipo de trabajo: una unidad móvil que diario salía con tres de mis compañeros y amigos a repartir regalos alusivos al programa, y a la estación, dos corresponsales más, que se encargaban del área de noticias y por supuesto mi ingeniera de cabina, con quien pasaba más tiempo que en mi propio hogar, de tal suerte que éramos una familia.
Lo que voy a narrarles sucedió en un día 28 de diciembre, el día de los santos inocentes; esa mañana el públicò me estaba llamando al programa más que de costumbre y el ánimo en las personas era más festivo que otros días. 
Incluso antes de comenzar la transmisión ya habían llegado las primeras llamadas al estudio, a la hora de iniciar el programa como era de esperarse en esa fecha comencé el programa presentando a mis compañeros de trabajo, y de ahí pasé a hacer una broma usando para ello la sección de noticias
-"Buenos días amigas y amigos esto es la buena onda, yo soy el grizzli Santana y me acompañan en los controles técnicos la inge Lizania Jimenez y en este momento la unidad móvil tripulada por Tina Hernández y Fernando Trejo se encuentra en la colonia escuadrón 201, así que los primeros diez en llegar se llevarán a casa el disco de la mejor música de la estación, en una edición de colección, su llavero y sus vales de gasolina por cortesía del Grizzli Santana. ¡así que coooranleee!... Y ahora nos vamos a las noticias: Esta mañana entró en vigor un reglamento que prohíbe circular a los autos rojos a más de treinta kilómetros por hora, el presidente de México presentó su renuncia al declararse incompetente para gobernar el país y el papa Francisco anuncia el estreno de su nuevo disco de heavy metal acompañado de la banda Kiss, ahora si inocentes palomitas vámonos a la música esto es algo de cranberrys de 1998 y se titula: Zombi... estás en la buena onda"
El programa estaba cumpliendo con su cometido, llevar buen humor a los radio- escuchas, y así se fue, como agua entre los dedos. 
Terminamos la parte en vivo y mi ingeniera y yo decidimos permanecer bastante tiempo, más en la cabina, con la intención de grabar el programa de año nuevo, así no tendríamos que acudir a la estación y nos regalaríamos un día de descanso al fin. 
Todo pasó sin novedad, a eso de las siete de la noche, terminamos y Lizania se fue a casa, yo habría hecho lo mismo pero me encontré con el jefe, quería saludar y compartirme unas opiniones sobre el programa:
-Hola grizzli oye, que buen programa ahora si te volaste la barda con lo del ´papa-
-Gracias jefe....-
-Es por eso que se me hace un nudo en la garganta el tener que pedirte tu renuncia...-
-¿qué?.-
-Ja ja inocente palomita, nos vemos mañana si Dios quiere-
Palabras más palabras menos, después de despedirse de mi, se fue dejándome envuelto en la envidia que me provocaba que su auto estuviera frente a las oficinas generales, mientras que yo tenía que subir tres pisos de estacionamiento, cuando yo era la estrella de la estación, bueno en realidad eso no me conflictuaba en nada.
El ir y venir por los ascensores, por los pasillos del complejo donde residían muchas estaciones de radio, me hacía conocer a muchas personas, conocí alguna vez en esos pasillos a Carmen Aristegui, o a la conductora de aquel programa de misterio y terror: la hora de Özlem Amsedel ¿y que decir del noticiario de Verónica Diosdado? la comunidad era muy grande, al menos éramos trescientas personas, entre locutores, periodistas e ingenieros los que estábamos conviviendo a diario en aquellas oficinas, en aquellos estudios.
El elevador abrió sus puertas entonces en el nivel 3-L y esa era la señal inequívoca de que tenía que salir de él; mi coche de cualquier manera estaba hasta el fondo de aquel estacionamiento, pero... algo lucía diferente en ese instante, todo estaba demasiado callado, y muchas de las luces integradas por tubos de neón estaban apagadas, otras incluso estaban desprendidas del techo, colgando con la amenaza de desplomarse en cualquier momento la verdad nunca había puesto atención a esos detalles, pero ahora no solo me sentía en un lugar en ruinas, podía sentir como si alguien me observara....
.
-¡Pero que cochinero!... bueno ha de ser por que casi no salgo a esta hora...- pensé, mientras caminaba al sitio donde dejaba mi coche, el sentimiento de ser observado crecía a medida de que yo avanzaba, pero al parecer no había nadie más ahí, ni un conserje o algún vigilante, tampoco algún otro compañero que acudiera por su auto. 
De repente tras de mi, escuché a alguien que caminaba o intentaba caminar, pues al parecer arrastraba los pies, pero no pude ubicar de donde provenía, y fue ahí cuando reaccioné asociando la fecha con lo que estaba sucediendo....Fernando y Tina estaban jugándome una broma.
-¡que buena broma Fernando! ¡casi me orino del susto!.... ¡ya no sean payasos!¡salgan, ya se que es una broma!...-
Pero no recibí respuesta alguna, solo escuchaba tras de mí algo distantes, esos pasos pesarosos, seguí caminando tratando de mantener la compostura, pero debo reconocer que el miedo ya comenzaba a apoderarse de mi.
De repente, en el suelo vi un líquido rojo al principio formando un hilo delgado poco perceptible en la penumbra, pero después se hacía un enorme rastro, como si alguien hubiese sido asesinado y luego arrastrado, pero desaparecía entre las sombras que eternamente reinaban en aquel sitio...
-Estoy imaginando cosas....-
Trataba de tranquilizarme a mi mismo y así llegué hasta mi coche, lo abordé y lo encendí. 
Recuerdo haber estado reacomodando el espejo interior cuando vi algo sumamente perturbador, detrás de mi, en un cajón vacío del estacionamiento había un grupo de personas, todos en cuclillas, hacían una especie de festín en el suelo, cosa que llamó mi curiosidad, por lo que sin apagar el motor del coche bajé de este, solo para ver la cosa más horrenda que jamás había visto: 
Estas personas se estaban comiendo, literalmente a una compañera de la estación, habían abierto su estómago y sus víscera expuestas servían de alimento a estas personas. 
Me quedé paralizado ante el escenario y no alcanzaba a entender si lo que veía era una broma de los santos inocentes o el verdadero comienzo del apocalipsis. 
De pronto la víctima de estos caníbales volteó la cabeza en dirección a donde yo estaba parado, sus ojos llenos de miedo estaban a punto de apagarse mientras me susurró algo que jamás he de olvidar.....
-A.... ayúdame.... ayúdame....-
Fue entonces que me di cuenta de que aquello era real, ella estaba siendo devorada aún con vida, pero lo más aterrador fue enterarme de que era muy conocida por mi y por mis compañeros de trabajo. 
Se trataba de Magdalena Torres, quien era la coordinadora de la sección de noticias casi de toda la cadena, siempre ahí siempre al pie del cañón, trabajaba hasta muy tarde, y ahora estaba ahí frente a mi con el abdomen destrozado y la sangre que salía de las heridas en su rostro apenas lograba difuminar el gran dolor que sentía, a tal punto de que su súplica cambió al tiempo en que una lágrima rodaba por su mejilla.
-Grizzli... mátame por favor....-
Esas palabras resuenan en mi mente hasta este día, lamentablemente no pude hacer nada por ella, aquellos seres comenzaron a olfatear en busca de más comida y fue entonces cuando uno de ellos notó que yo estaba ahí, de inmediato estos seres se levantaron y comenzaron también a buscarme, ya no era momento de quedarme ahí para ver que sucedía, caminé unos pasos hacia atrás intentando llegar a mi coche que seguía encendido, en ese momento una luz se coló desde la calle, e iluminó los rostros de aquellos seres y fue cuando me di cuenta de la magnitud del problema, no eran "seres" todo ese grupo estaba formado por personas que yo conocía que habían formado parte de mi círculo de trabajo. 
Al primero que reconocí fue a David, él cada jueves llegaba a abastecer las máquinas despachadoras automáticas, pero ahora no era ni la sombra de quien era normalmente, su piel estaba verdosa y tenía llagas en todo el rostro, sus labios amoratados y sus ojos parecían dos enormes brazas y de su boca manaba la sangre que había pertenecido a Magdalena, también en esa multitud encontré a Diana Limón, ella era de administración tampoco era grato verla convertida en un monstruo, y más por el hecho de que su tobillo estaba roto, el hueso estaba expuesto pero a ella parecía no importarle, pues seguía caminando hacia mi, su mirada furiosa me hizo entender que todo rasgo de humanidad en ella y en los demás se había esfumado para siempre.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario