Amigos de grupo Anècdotario, êste blog ha sido creado para que se nos facilite la bùsqueda de todas las anècdotas,historias, reflexiones, cuentos cortos, leyendas de Mèxico y el mundo, etc. Es un blog apto para todas las edades y en èl todos hemos puesto nuestro granito de arèna. Aquì està la recopilaciòn de nuestras aportaciones y se los dedico con todo mi cariño.

sábado, 6 de febrero de 2016

MAXIMILIANO Ely Ortiz







A MAXIMILIANO Y A BENITO JUAREZ LA HISTORIA LES HIZO UNA MALA JUAGADA; AMBOS MASONES; AMBOS LIBERALES; AMBOS BUSCABAN EL PROGRESO DE MEXICO
Maximiliano no fue fusilado, Juárez le perdonó la vida y murió a los 104 años
Benito Juárez publicó un edicto poco después de que Maximiliano de Habsburgo fuera fusilado en el Cerro de Las Campanas en Querétaro en 1864 junto a los generales Mejía y Miramón.
El escueto comunicado decía que «el Archiduque Fernando Maximiliano José de Austria había sido hecho justo por las armas».
Poco tiempo después, apareció en El Salvador un hombre culto, elegante y de esmerada educación, que se hacía llamar Justo Armas y que pronto llegó a convertirse en un personaje muy apreciado dentro de la alta sociedad salvadoreña.
Este hombre, que guardaba un parecido asombroso con el emperador de México, siempre se mostró reació a contestar cualquier pregunta que se le hiciera sobre su pasado y solía presentarse a sí mismo como el único superviviente de un gran naufragio.
15 años de investigaciones
Después de quince años de intensas y dilatadas investigaciones en El Salvador, Bélgica, Francia, México y Austria.
Rolando Deneke, arquitecto de profesión pero apasionado por la historia, no tiene ninguna duda de que Justo Armas y Maximiliano de Austria eran una misma persona.
La primera noticia de esta doble identidad la tuvo cuando era pequeño, pues su abuela Consuelo le contaba a menudo «cosas de Don Justo, a quien había conocido mi bisabuela Abelina. Ella insistía en que JUSTO ARMAS había sido el emperador de México y yo no cuestioné nunca esta historia por respeto, aunque no la creía. Pero a medida que crecía me fui interesando cada vez más por la historia y cuando tuve la oportunidad de visitar Austria aproveché el viaje para obtener datos y lo mismo hice en otros países. Ahora ya no me cabe ninguna duda».
Deneke ha encontrado documentación que muestra que Justo Armas ya estaba establecido en San Salvador en 1870.
Cuando llegó a este país fue acogido por Gregorio Arbizú, vicepresidente y canciller en el Gobierno del presidente Francisco Dueñas y masón.
Desde entonces y hasta su muerte Armas fue asesor de todos los presidentes de El Salvador y se encargó del protocolo de la cancillería y también de dirigir los servicios de los banquetes diplomáticos.
«Llamaba mucho la atención —afirma Deneke—, porque, a pesar de ser un hombre impecablemente vestido y de exquisito trato, no usaba calzado; elegantemente vestido recorría las calles de San Salvador y dirigía el servicio de banquetes completamente descalzo.
Nunca le reveló a nadie el motivo de esta excentricidad, aunque se sabe con certeza que se vio amenazado por un grave peligro de muerte y, sin mayor esperanza de ser salvado, le prometió a la Virgen ir descalzo el resto de su vida si conseguía salvarse.
Justo Armas hablaba de un naufragio y la esposa de Maximiliano, la emperatriz Carlota, ordenó hacer un grabado para comunicar la muerte de su esposo a las casas reales europeas en el que se le veía hundiéndose en un barco y abrazado a una bandera blanca».
Fraternidad masónica
Pero, ¿por qué Benito Juárez, el hombre que juró acabar con los invasores extranjeros de su país, decidió perdonarle la vida al archiduque y se prestó a organizar un simulacro de su muerte?
«Maximiliano de Habsburgo y Benito Juárez eran masones y siendo hermanos masones, Juárez no lo podía matar —explica Deneke—.
La única salida que le quedaba era la de matar al emperador, pero salvar al hombre.
El archiduque juró no revelar nunca más su identidad, fingieron su fusilamiento y le proporcionaron un salvoconducto para venir a El Salvador en donde vivió más de 60 años, pues falleció a la edad de 104 años».
Para Déneke son muchos los datos que apoyan esta historia que más parece un relato de ficción y que, de hecho, ya ha sido excelentemente novelada por el diplomático español Santiago Miralles en «La Tierra Ligera» (Ediciones de La Discreta).
Prosigue Deneke «Después del fusilamiento, todas las potencias europeas presionaron a México para que devolviera el cadáver de Maximiliano y México respondía que por motivos de fuerza mayor les era imposible acceder a sus peticiones.
Tengo copias de las fotografías de tres posibles cadáveres del emperador que no se parecen entre sí y que tampoco se parecen a Maximiliano.
Cuando el supuesto cadáver llegó a Austria, siete meses después de su ejecución, su madre, la archiduquesa Sofía, exclamó que ése no era su hijo».
Además, en mayo de 1864 —un mes antes de ser fusilado en Querétaro—el austriaco, aduciendo razones de salud, dejó de comparecer en el juicio que se llevaba contra él y ni siquiera acudió a la lectura de la sentencia.
Fueron muy pocas las personas que pudieron verle en los últimos días, como si se le quisiera tener expresamente apartado del mundo.
El día señalado sólo una veintena de personas acudieron al lugar de la ejecución y fueron mantenidos a gran distancia por un cordón de soldados.
Para formar el pelotón de fusilamiento reclutaron a un grupo de campesionos que no habían visto nunca antes al emperador.
Prueba de ADN positiva
Pero hay más datos que refuerzan la tesis de Deneke. «Existía un extraordinario parecido entre las facciones de Maximiliano, Justo Armas y Francisco José de Austria. Un estudio antropológico de comparación craneo-facial hecho por una antropóloga costarricense dio resultados positivos.
Contando con la autorización de la familia adoptiva de Don Justo (los Arbizú) y con todos los permisos legales, se tomo una muestra de los restos óseos de Armas con el propósito de llevar a cabo la prueba más contundente para la identificación, el ADN.
Recientemente, cuando encontraron los restos del último zar de Rusia, el Príncipe Felipe de Edimburgo sirvió como donante para el examen de ADN, pues su abuela materna era hermana de la zarina Alejandra.
En nuestro último viaje a Austria conseguimos una muestra de sangre de una pariente de Maximiliano por la línea materna directa para poder llevar a cabo la prueba que dio positiva. Como positivo fue también el estudio grafológico que se realizó en Florida comparando la letra de Armas con la del archiduque».
Otro dato que refuerza esta teoría es que Justo Armas conservaba en su casa objetos —vajilla, cristalería, cubertería, una cajita de oro de rapé…— que habían pertenecido a Maximiliano de Habsburgo y que una mano invisible le enviaba desde México.
«En uno de mis viajes a México —comenta Deneke— pude comprar algunas piezas de la cubertería de Maximiliano que he podido comparar con cucharas y tenedores de la cubertería de Don Justo.
Son idénticas. Además, en París llevé todas estas piezas a la casa Christofle, que había hecho los cubiertos del archiduque, y me aseguraron que eran de la misma cubertería e intentaron comprármelas para su museo».
Pero las coincidencias no terminan aquí. En plena I Guerra Mundial, Don Justo Armas recibió la visita de dos emisarios austriacos a los que no quiso recibir en su casa.
Por mediación del alemán Alexander Porth, que era propietario del «Nuevo Mundo», el mejor hotel de San Salvador, Don Justo acudió a la cita después de dos negativas. «La hija de Porth, Doña Fe, que murió hace diez años y sabía hablar bien el alemán, me contó cómo fue este encuentro.
Estaba interesada por el comportamiento de Don Justo, ya que recibía de él clases de etiqueta y no comprendía por qué se mostraba tan reacio a recibir a estos señores y por qué cuando asistió a la cita, ésta tuvo lugar en la habitación de los austriacos y no en uno de los salones.
Al encontrarse casualmente por allí pudo oir la conversación en la que se le pedía a Don Justo que volviera a Austria porque el Emperador Francisco José estaba muy enfermo y debía subir al trono.
Según contaba Doña Fe, Armas se negó rotundamente y dijo que en su día se le había obligado a renunciar al trono a él y a sus herederos, pues su hermano le hizo firmar esta renuncia antes de ir a México, aunque cuando le condenaron a muerte la revocó. Dijo que era un hombre anciano, que quería que le dejaran en paz y abandonó la habitación dando un portazo».
También resulta significativo que no se rompieran los sellos del archivo personal de Maximiliano, que él mismo mandó desde México antes de su caída, hasta mil novecientos treinta y muchos.
Y Justo Armas falleció en 1936.
«Parece increíble pensar —concluye Deneke— que el emperador Maximiliano de México viviera en El Salvador por más de sesenta años descalzo y sin poder revelar su verdadera identidad.
Pero ya no tengo ninguna duda y creo que el hecho cambia el rumbo de la historia y crea las bases para trazar nuevos lazos de amistad entre El Salvador, México y Austria».

LAS RAÌCES NEGRAS DE VERACRUZ Mayka pers












Amigos, existe una parte de la historia de Mèxico de la que casi no se habla, nuestra amiga Mayka Perss nos la comparte, es un poco larga, ojalà que se den un tiempo para leerla, es muy interesante.
LAS RAÌCES NEGRAS DE VERACRUZ.
Hay otro México profundo, que no es el México viejo, el del altiplano y el maíz, ni el bronco y violento de tiempos más recientes.
Es el de la costa del Caribe, el de la caña y el café, el petróleo y el danzón, y tiene su epicentro en Veracruz, una ciudad cuyo solo nombre evoca un mar de historias.
Encrucijada del comercio global en la época colonial, fue punto de entrada de los conquistadores españoles y puerto de llegada de miles de esclavos robados a África.
Llegaron encadenados en las sentinas de los barcos negreros para trabajar en los ingenios del azúcar, las haciendas y las minas.
Por su condición cautiva, ocupaban una posición social inferior a la del indio y se convirtieron en los antepasados invisibles de la nación mexicana.
Pero la historia es terca, la toponimia no miente y los afromexicanos existen.
Repartidos en dispersas y pequeñas comunidades aisladas en varias regiones del país, sobre todo en el Estado de Veracruz y en la Costa Chica de Guerrero, olvidados por la historia oficial y víctimas aún de un racismo inconfesable, su mera presencia actual es una reivindicación de un pasado cultural y social que algunos antropólogos han bautizado como la tercera raíz, junto con la española y la india, del México moderno.
Zósima, una mujer negra de 80 años, está sentada a la sombra de la tarde junto a la puerta de su vivienda, una casa pintada de un rosa mexicano desvaído que contrasta con el verde de las cañas, los limoneros, los mangos y las plantas de piña que la rodean.
Lleva viviendo toda la vida en Mata Clara, un pequeño pueblo a una hora en automóvil al este de Veracruz, y da la impresión de que desde hace mucho tiempo està a solas consigo misma.
No hay demasiado empleo y los jóvenes se marchan, muchos a Estados Unidos.
Recuerda que su abuelo vino de la isla de La Martinica, cuando en el siglo XIX se importó mano de obra negra de las Antillas, y reconoce que sigue existiendo racismo.
“Somos mexicanos de toda la vida, pero por el color de uno nos tratan peor.
A mis nietos, cuando iban a la escuela, les ponían apodos”.
Su yerno, un hombre fuerte y joven, susurra: “Hay racismo, poco, pero todavía hay. Se nota en las miradas de la gente”.
Don Primitivo, de 87 años, vive dos cuadras más abajo.
Repantigado como un patriarca en un destartalado sillón, cuenta que trabajaba en un ingenio y que su familia vino de Cuba.
Nietos de piel negra de todas las edades juegan en el porche de madera.
Su yerno, de inconfundibles rasgos indios, espeta: “Aquí no hay negros”.
Poco más tarde, a unos cuantos kilómetros, un taxista del vecino municipio de San Miguel querrá dejar las cosas claras: “Aquí lo que hay es pura gente normal”.
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Mata Clara está al lado de Yanga, “el primer pueblo libre de América”, como dice un cartel a su entrada, por haber sido fundado en 1608 por un grupo de esclavos huidos o cimarrones liderados por el legendario Ñyanga, que, tras varios años de lucha por la libertad, logró que el virrey, el marqués de Cerralvo, legitimase definitivamente el asentamiento con el nombre de San Lorenzo de los Negros o San Lorenzo Cerralvo en 1630.
A partir de las últimas décadas del siglo XVI, los cimarrones se convirtieron en una amenaza para el tráfico de mercancías entre Veracruz y el centro de México, y se lanzaron varias expediciones de castigo contra ellos.
Ñyanga y sus seguidores se internaron en territorio poco poblado y, tras años de escaramuzas, llegó la negociación.
Nacería así el primer pueblo de negros libres de América con el compromiso de entregar a las autoridades a los esclavos huidos que buscaran protección entre ellos, algo que al parecer jamás cumplieron.
El pueblo, cercano a la villa de Córdoba, fundada en 1618 como una especie de frontera contra los cimarrones, cuenta actualmente con unos 5.000 habitantes.
En una de sus plazas se alza una escultura del coloso Ñyanga empuñando un machete.
El padre jesuita Juan Laurencio, quien acompañó a los españoles en sus batidas contra los cimarrones, lo describió así: “Yanga era un negro de cuerpo gentil, Bran de nación [procedente de lo que hoy es Ghana] y de quien se decía que si no lo cautivaran fuera rey en su tierra…”.
“Hubiera sido un Martin Luther King en nuestros días”.
Asegura Bob Hayes, uno de tantos gringos viejos, asentados en Veracruz. (Tambièn Bill Haley, el pionero del Rock`n Roll viviò ahì una años).
En el café de La Merced, lugar de encuentro de buenos aficionados al béisbol y que él ha convertido en su oficina, Hayes desayuna mientras una banda interpreta el son mandinga.
Hayes, un afroamericano de más de 70 años, que dice haber trabajado durante 15 para el primer alcalde negro de Los Ángeles, Tom Bradley (1973-1993), lleva desde el año 2000 viviendo en esta ciudad y ha escrito varios libros sobre Yanga y la esclavitud.
Sus opiniones son tajantes, influidas por la lucha por los derechos civiles y contra la segregación racial en Estados Unidos:
“México es un país racista. Dicen que no hay discriminación porque niegan que haya negros y los negros creen que son morenos. Están estigmatizados, pero no tienen orgullo”.
La historiadora Adriana Naveda Chávez-Hita, del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana y especialista en la población negra de México, explica las verdaderas circunstancias de esta migración forzada y su evolución:
“Actualmente solo queda el fenotipo porque son más mexicanos que el mole. Gonzalo Aguirre Beltrán, el padre de la antropología mexicana, calculó que llegaron unos 250.000 esclavos –equivalente al número de españoles asentados en México durante los tres siglos de dominación colonial–, aunque algunos autores modernos elevan esa cifra hasta casi los 400.000 por el contrabando.
La mayoría llegó a finales del siglo XVI y principios del XVII, y fueron tan pocos porque la población indígena era muy numerosa”.
Sin embargo, añade, “en el caso del puerto de Veracruz eran el primer grupo racial por delante de blancos e indios”.
Muchos vivían extramuros de la ciudad en barrios como el de La Huaca, que aún hoy se conserva, con sus casas de madera pintadas de colores y construidas originalmente, según la leyenda, con los tablones recogidos de los naufragios.
Los esclavos traídos por los mercaderes de carne humana, principalmente portugueses, ingleses y holandeses, desembarcaban en San Juan de Ulúa, un islote a menos de un kilómetro de la costa sobre el que los españoles levantaron en 1535 una formidable fortaleza, desde donde eran distribuidos a toda Nueva España.
El fuerte, cuyo tamaño da idea del intenso tráfico comercial de la época virreinal, es parte también de la historia del México independiente.
Aquí estuvo preso el presidente Benito Juárez; desde aquí dirigió y aquí fusiló Venustiano Carranza durante la revolución mexicana, y en sus mazmorras penaron un bandido de leyenda, Chucho el Roto, y la mítica mulata de Córdoba, famosa por su belleza y acusada de brujería.
San Juan de Ulúa está actualmente asediado por el crecimiento del puerto de Veracruz, pero no cuesta mucho imaginar el pánico y el dolor de aquellos africanos llevados a tierra extraña para ser vendidos.
Un hombre de entre 20 y 50 años valía entre 300 y 400 pesos, dependiendo de su oficio; las mujeres jóvenes, un poco menos; los niños, entre 100 y 150; los bebés, unos 70, y enfermos y ancianos, 25, a precios de 1758, según el registro de una hacienda.
Pero no solo los compraban los hacendados. Maestros barberos, boticarios, alcaldes, notarios del Santo Oficio, clérigos, militares, escribanos y viudas también poseían esclavos, incluso se entregaban como dote o se donaban a conventos.
A los descendientes de indio y negra se los denominaba pardos; a los de español y negra, morenos
Su único equipaje era su memoria, y a la aculturación de la esclavitud se sumó un proceso acelerado de mestizaje que enseguida desafió la capacidad racional del burócrata más perfeccionista.
Andando el tiempo, a las tres castas originales de españoles, indios y negros se fueron añadiendo las clasificaciones de castizo, mestizo, mulato, zambaigo (hijo de negro e india), mestindio, lobo, coyote, jarocho, cambujo, chino jarocho, chamiso, albarazado, gíbaro, barcino, cuatralbo.
Hasta llegar a recurrir, en una “evidente muestra de desesperación” del funcionario, a expresiones como las de “torna atràs”, “tente en el aire”, “ahí te estás” y “no te entiendo” para nombrar a las mezclas que ofrecían mayor complicación.
Esta mezcla de todos contra todos sería una característica de Nueva España, donde la infamia de la esclavitud no tendría nada que ver con la de las plantaciones de las islas del Caribe, Brasil o Estados Unidos.
En el magma de la sociedad colonial, la diáspora africana no formó una comunidad uniforme y distintiva.
Los afromexicanos fueron una fuerza de trabajo móvil trasladable allí donde la población indígena no existía o había descendido drásticamente.
A mediados del siglo XVII, la mayoría de negros y mulatos serían libres, y un siglo más tarde, cuando la esclavitud se desmoronaba por no ser ya rentable, las denominaciones más comunes eran las de pardo –descendiente de indio y negra– y la de moreno para referirse a cualquier mezcla entre español y negra.
Un ejemplo de estas generalizaciones, fueron las Milicias de Pardos y Morenos Libres, que en diversas ocasiones acudieron a la defensa de Veracruz frente a invasores extranjeros.
Esta sociedad abigarrada, pluriétnica y multicultural, que ha dado lugar en Veracruz a una cultura mestiza, jarocha, pervive en la toponimia con decenas de nombres como Mocambo y Mandinga.
Cerca del cerro Congo se encuentra Coyolillo, aldea o congregación de “raza afromestiza”, como dice un cartelón a su entrada, situado a unos 40 kilómetros de Xalapa, la capital del Estado.
A través de una carretera sinuosa y un paisaje feraz con plantaciones de chayote, maíz, frijol, jitomate y tabaco se asciende hasta este pueblo fundado en el siglo XVII por esclavos liberados probablemente de la hacienda San Miguel de Almolonga.

Sus habitantes, en su mayoría ancianos y niños –muchos jóvenes se han ido a la capital o se han marchado a Estados Unidos–, solo recuerdan hoy que sus antepasados trabajaban jornadas extenuantes y que recibían castigos corporales.
Salvo cuando llegan los días grandes del carnaval, con más de 140 años de historia y al que acuden muchos visitantes africanos, su memoria se ha ido desvaneciendo como las gotas de lluvia.
La independencia y la guerra a partir de 1810, así como la crisis del azúcar de esos años, fueron el último empujón, “para la homogeneización de la sociedad”.
“Todas las castas votaron en las elecciones del Ayuntamiento de México en noviembre de 1812, y en 1829 un decreto nacional prohibía la esclavitud”.
Un siglo más tarde, con la llegada de la revolución mexicana y su exaltación de lo indio, la existencia del negro y su contribución a la cultura de este país serían borradas de la historia oficial.

MINICUENTO DE TERROR Frank LaMora


MINICUENTO DE TERROR

Una noche, -empezó contándome una amiga y colega- mi esposo me despertó sobresaltado.

- ¿Q-Qué pasa, Toño? -le pregunté- ¿Por qué me desp...?

- Nenita, -me dijo- o...otra vez estabas hablando dormida.

- Discúlpame, gordito. Voltéate y trata de ignorarme.

- No puedo... -me respondió, mientras encendía la luz del buró de su lado y al instante vi que en su cara había miedo- e-es que... esta vez escuché la voz horrible de alguien que te contestó.

EN LA SELVA Frank LaMora











EN LA SELVA.

Esta anécdota que les comparto, me sucedió en 1972, cuando tuve la suerte de escribir algunos argumentos para la revista de Chanoc.



Para documentarme sobre la selva y el mar, hice un viaje a Chiapas. Ya en el sureste y acompañado de dos guías, me di cuenta que la selva es un lugar misterioso, donde la soberbia y la lógica urbanas se hacen pedazos en pocas horas.

Confieso que la selva me intimidaba y más al anochecer, cuando lo negro adquiere su real significado y todo se llena de oscuridad. Sin embargo, si quería conocer la selva tenía que aventurarme en aquella masa de tinieblas impenetrables.

Después de dos días con sus noches en medio de la espesa vegetación, me había acostumbrado al ruido incesante de esos lugares, pero a la tercera noche, cuando estábamos a punto de dormir, todo cesó de repente y reinó un completo silencio sobrecogedor.

Casi de inmediato comenzó un sonido distinto a todo lo que yo había escuchado. Fue como si todos los seres vivientes de la selva se hubieran puesto de acuerdo y de manera coordinada para cantar la misma melodía. 

Un canto que nos rodeaba y nos envolvía, y por momentos parecía surgir a pocos centímetros de nosotros.
- ¿Qué es eso? -pregunté a los guías-
- Son los duendes, -dijo uno- por aquí hay muchos.
- Se llaman chaneques. -dijo el otro-
- ¿Ellos son los que cantan?
- Sí, patrón. Quieren regalos.

Uno de mis acompañantes puso en el suelo una botella de mezcal; el otro dejó caer una o dos cajetillas de cigarros Faros y yo, de mi mochila saqué carne seca y algunas tortillas de harina que llevaba.

Y así, tan de repente como había comenzado aquel canto, también se cortó, y escuchamos a nuestro alrededor como pisadas de pies pequeños que corrían en diferentes direcciones.

Cuando buscamos lo que habíamos dejado en el suelo ya no había nada.

EL DETECTOR DE METALES. Frank LaMora





EL DETECTOR DE METALES..

Trato de recordar en que año fue, pero ya pasó muchísmo tiempo cuando en mi natal Torreón, una noche de mi ya muy lejana adolescencia, vi detenerse frente a mi casa, un coche antiguo; podría decir que era de los años 20's, como los que aparecían en la serie de tv. "Los Intocables".

De él bajó un hombre de traje negro, corbatín y sombrero, muy catrín, pero contrahecho y se ayudaba de muletas para caminar. Preguntó por mi papá y luego de que ambos hablaron, mi padre entró a la casa y salió con un localizador de metales, propiedad de un amigo suyo, que él guardaba. Y me dijo:
- Ven, acompáñame -.

Subimos al auto aquel y enfilamos hacia la vecina ciudad de Lerdo, Durango.
Llegamos a una casona impresionante y el coche entró por un portón de madera. Adentro, había un patio con macetas y plantas. A mí me dejaron en un rústico comedor, mientras mi papá iba con el hombre de las muletas hacia unos cuartos. 

Adentro de la casa no había electricidad (un lujo para esos años), pero usaban quinquès de petróleo para alumbrarse. Mientras yo esperaba, me dieron un jarro con atole y una semita.
Luego de varios minutos, apareció mi papá con el aparato y me dijo:
- Ya vámonos-.

Tomamos un camión y regresamos a Torreón.
Al otro día, el dueño del aparato aquel pasó por mi papá a la casa, porque ambos trabajaban en el mismo taller y cuando mi papá le contó lo de la noche anterior, el hombre se alteró y le dijo a mi padre:
- ¡Oye, no, nadie habló conmigo, y menos para prestarle mi aparato! ¿A poco se lo diste?
Mi padre le dijo que no, que solamente habíamos ido a Lerdo, que usaron el aparato dentro de aquella casona y volvimos a Torreón con él.
- Has de saber, dijo el amigo de mi papá, que cuando alquilo el "buscador de tesoros", aparte de cobrar, me tienen que dar un pequeño porcentaje de lo que encuentren. Así funciona ésto. Vamos a Lerdo.
No tardaron en volver, y los dos traían la cara ceniza y larga, como de susto. Se veían muy desconcertados.
Mi padre decía:

- Ahí está mi hijo que fue conmigo, pregúntale a él.
Me subieron a la camioneta y enfilaron de nuevo a Lerdo. Cuando nos detuvimos, el amigo de mi papá me preguntó:
- ¿Podrías reconocer la casa a donde vinieron anoche?
- Es esa. -le dije, señalando la casona-
Sí, era la misma, pero no lucía como la noche anterior, sino que se veía vieja, abandonada y parecía venirse abajo con el viento más débil.
Yo me asomé hacia adentro por entre las resecas tablas de la puerta y el patio en donde había macetas y plantas, sólo había yerbajos crecidos y reinaba un total descuido y el abandono.

Una señora que barría su banqueta, se acercó a mi papá y a su amigo y oí que les decía:
- ¿Ustedes son los que van a comprar la casa? Ví que vinieron hace rato a verla y ya regresaron otra vez (sic). 

Porque han de saber que esta casa perteneció al general Benjamín Argumedo, aquel que le decían "El León de La Laguna" y que fue el peor enemigo de Pancho Villa. 

Aquí vivió su hermano con su familia.
- No, -dijo mi papá- no nos interesa la casa, pero buscamos a un señor bajito, jorobadito, de muletas...
- Ah, pues él era el hermano del general, pero... ¡huuuuy! ese señor se murió hace como veinte años.

EL AYUDAR NOS AYUDA A NOSOTROS MISMOS. Alfredo Minero Santander










Hola amig@s de grupo Anècdotario,  buen día para tod@s.

No tengo la menor idea de como vayan a tomar esta anécdota ó experiencia.

Sucedió el día jueves,  eran pasadas de las ocho de la noche, estaba cayéndose el cielo à cubetadas.

Iba llegando á la casa de ustedes y en el momento en que iba  entrando se acercó un chavo y me dijo que por favor no le cerrará la puerta, que no lo corriera que tenía hambre y también mucho frío.

En su mano traía dos monedas,  me dijo que sí le podía vender una tortilla y le pregunte que sí no habìa comido y me respondió que no,  como me tarde en entrar a la casa salió una de mis hermanas a ver que pasaba por que me habìa tardado en entrar.

Me vio a hablando con el chavo,  le pedí de favor que sí le podía regalar un taco de lo que habían cocinado y le calentó de comer, ese dìa prepararon caldo tlalpeño. 

Se lo comió con tantas ganas y se lo saboreó de lo más rico, pero aparte nos  pidió de favor que sí le podíamos regalar un poco màs.

Le fuì a servir  y a llevar un bolillo y un café lo más caliente que se pudo. 

Cuando términò se puso a llorar pleguntàndome por què. 

Le contestè que un taco y un vaso de agua no se le niega a nadie, con las dos monedas que tenìa intentò pagarme y yo le dije que se los guardara por que a la mejor los iba a ocupar al otro día. 

Como no le aceptè las dos monedas se quitò un Rosario que tenia colgado a  su cuello y me pidió de favor que lo aceptara.

En eso, la lluvia terminò y èl se marchó.

Ustedes amigos del grupo se pueden imaginar como me he sentido estos días? 

Muchas gracias por tener la delicadeza de leer  èsta anécdota que dios los bendiga y tengan un sábado fenomenal.

PRIPYAT Ely Ortiz










PRIPYAT.

A lo largo y ancho del planeta, existen multitudes de pueblos y ciudades fantasmas, pero probablemente, ninguna tan espectacular como Pripyat.
Esta floreciente ciudad, de 50000 habitantes, fué evacuada en menos de tres horas y desde aquel momento, hace ya 22 años, nadie ha vuelto a pasear por sus calles.
Pripyat es una ciudad fantasma al norte de Ucrania en la región de Kiev, en cercanías de la frontera con Bielorrusia, la actual Belarús, que debe su nombre al río que atraviesa la ciudad.
¿Qué pasó?
Esta ciudad es conocida porque sufrió el peor accidente de la historia de la energía nuclear el 26 de abril de 1986 cuando se produce el sobrecalentamiento y explosión del reactor número 4 de la planta nuclear de Chernobyl, el cual emitió 400 veces más radiación que la bomba atómica que cayó sobre Hiroshima en 1945, por lo que la ciudad se vio afectada por la radiación y debió ser evacuada.
La evacuación fue llevada a cabo en tan solo tres horas por el ejército ruso, cuando la mayoría de los habitantes fueron desalojados de sus casas contra su voluntad, y los animales domésticos y de ganado fueron sacrificados.
Historia.
Fue fundada en 1970 para dar hogar a los trabajadores de la central nuclear de Chernobyl y a sus familias. Debido a su estratégica posición geográfica en un clima relativamente templado y un suelo muy fértil, la ciudad comenzó a desarrollarse, convirtiéndose en una de las zonas más agradables para vivir en toda la antigua URSS.
Debido a eso, la población en sólo 16 años creció hasta más de 40.000 personas.
Ahora
Actualmente no tiene ningún habitante, más que investigadores, científicos y fuerzas de seguridad que custodian la zona de exclusión.
La ciudad es ahora un museo de la era soviética tardía, tiene muchos edificios de apartamentos, dentro de los cuales se encuentran abandonadas fotografías, juguetes de niños, ropa, objetos personales, etc.
También hay restaurantes, plazas de juego, hospitales, escuelas y gimnasios que también fueron abandonados.
Debido al inexistente mantenimiento de las construcciones, dentro de ellas el moho, hongos e incluso plantas han crecido gracias a la humedad producida al derretirse la nieve de invierno.
Por una larga carretera completamente vacía se llega al puesto de control de la zona de seguridad de 30 kilómetros cuadrados resguardada por el ejército alrededor del área del accidente.
El terreno que rodea al antiguo reactor está cercado también por un nuevo perímetro de 10 kilómetros cuadrados, que es donde se considera que hay mayor contaminación.
Pripyat era una ciudad de unos 50.000 habitantes, que alojaba a los trabajadores de la planta nuclear de Chernobyl, quienes fueron evacuados días después del accidente, el día de la explosión el viento evitó que la nube radioactiva acabase con todos sus habitantes.
En la zona de 30 kilómetros alrededor del reactor había unas 94 aldeas y las ciudades de Pripyat y Chernobyl.
Actualmente, tras la masiva evacuación de la población, sólo queda un puñado de aldeas y la pequeña urbe de Chernobyl, donde hay unas 7.000 personas, es decir, menos de 5% de lo que había hace 20 años. La ciudad quedó totalmente suspendida, una muestra de ello es que aún se encuentran símbolos comunistas en los panoramas, por ejemplo, en la casa de voto, todavía están las urnas y los carteles que se mostrarían el 1 de mayo.
Sobre el edificio de gobierno, aún están los escudos de la URSS y de la República Socialista Soviética de Ucrania; e incluso partes del himno de la URSS escritas en un edificio.

MI VIDA. Roci H Murrieta







MI VIDA.
Buenas tardes amig@s , yo siempre escribo de lo que me rodea , de lo que siento , de lo que pasa a mi alrededor , sé que muchos de ustedes me conocen por mi sentido del humor ácido , pero ahora quiero que conozcan algo más sobre mi , pensé mucho en si publicaba esto o no , pero si con esto ayudo a una sola persona , habrá valido la pena .
Quienes ya me conocen desde hace algún tiempo sabrán que en el grupo de ANECDOTARIO empecé a contar mi vida , pero me que de por ahí de los 14 años ......bueno pues hoy decidí contarles cosas muy malas que me pasaron por dos motivos que no daré a conocer , pero espero que le llegue el mensaje a quien lo necesita .
A los 18 años recién graduada de la prepa conocí a mi único novio , que con el tiempo se convirtió en mi esposo , debido a que él vivía en Puebla y yo en la ciudad de México nuestro noviazgo fue muy largo , casi seis años , tres de los cuales vivió en la ciudad de México en realidad los tres últimos años de noviazgo , debido a mi educación no le daba la mano , ni besos , no lo dejaba que me abrazara y si salíamos mi mamá iba con nosotros.
Él a veces pensaba que no lo quería por que no le permitía muchas cosas , llegó el día de la boda y minutos antes de la ceremonia me llevo en privado a una habitación y me dijo : ''Yo te he respetado todos estos años , por que tú me has dicho que eres virgen , pero si me doy cuenta que no , te regreso con tu mamá '' . Yo enamorada y tonta no me ofendí , sólo asentí con la cabeza.
Paso un tiempo y Dios me bendijo con un hijo al que amo con todo mi corazón , fue engendrado con amor con la persona que mas amaba.
Yo me desvivía atendiendo a mi esposo y a mi hijo , me parecía estar viviendo un cuento de hadas.
Lamentablemente mi madre enfermo , hacía muchos años le habían diagnosticado diabetes e hipertensión , pero nunca se cuido y ahora la enfermedad la atacaba sin piedad , fueron cinco años de ir y venir al hospital de los cuales dos fueron consecutivos , medio comía , medio dormía y medio descansaba , era la única que la cuidaba , entre esas estadías en el hospital hubieron varias cirugías , en el inter me embaraze pero no me había dado cuenta , me empecé a sentir mal y cuando me llevaron al hospital perdí a unos gemelos ya tenía cuatro meses y no me había dado cuenta , me deprimí mucho.
A mi esposo lo notaba distante e incómodo con que cuidara a mi mamá , estaba entre la espada y la pared , amaba profundamente a mi esposo , pero amaba también a mi mamá. Llego mi aniversario de bodas numero trece y pensé numero de mala suerte , pero no le di importancia , me volví a embarazar y ahora si tome cuidados extremos , aunque apenas contaba con dos mese de embarazó y no se me notaba , mi esposo me dijo que si quería ir a la fiesta de su empresa , le dije que si , pero el me ponía muchas trabas , ''que si le iba a hacer daño al bebé'' , '' que si me podía enfermar ''en fin , que le dije que no iba , él me dijo que si podía ir un ratito y le dije que si ratito que se transformo hasta las siete de la mañana del día siguiente , nunca había faltado a la casa y yo primero estaba angustiada , después enojada y luego furiosa.......obviamente peleamos . y a causa del disgusto perdí al bebé .
Y aquí en este momento de la vida todo se enreda , me empezó a doler el estomago mucho , fue un ir y venir al seguro , que tenía gastritis , que no , que síndrome de colon irritable , que no , que intestinos perezosos , que no , que colitis y por fin un diagnostico que no esperaba ;cáncer de estomago muy avanzado , la salud de mi madre era muy frágil , no tenía mucho que acababa de perder a un bebé y ahora me decían esto , entre una sensación de irrealidad oía , lo que me proponían como tratamiento , que empezó casi de inmediato.
Mi mamá me veía vomitar y me decía : ''controla tus nervios hija , por que se esta cayendo el cabello ´´, pobre no sabía que estaba enferma , como al mes de tratamiento mi hijo que estaba jugando en el estacionamiento como a eso de las diez de la noche , entró corriendo a la casa - mi hijo tenía once años - y muy tímidamente me dijo : ''Ma´ me llego un mensaje a mi cel pero es para ti '' , lo leí y poco más o menos decía así : ''Conoces a Fulanito de tal , tienes una relación amorosa con él , háblame , tengo algo importante que decirte '' , marqué al teléfono de donde habían enviado el mensaje , me contesto una mujer y me dijo que era la ''novia'' de mi esposo -''en mi pueblo les dicen de otra forma - a partir de aquí empezó la pesadilla más grande de mi vida......la mujer esta investigo donde vivía y pese a que yo la trate como a una dama a quien la habían engañado igual que a mi , ella saco las garras y como que se invirtieron los papeles ella se ponía en plan como de esposa y me armaba cada escándalo.....
En esos días a mi mamá le empezó un dolor horrible , ya le habían quitado un riñon y el que le quedaba ya no le estaba funcionando , otro ir y venir al hospital.
Yo me sentía mal emocional y físicamente , seguí recibiendo tratamiento y seguía atendiendo a mi mamá ..... y deje a un lado mi vida ''amorosa'' , en uno de los escándalos que me armo esta mujer , mi esposo le dijo que no se iba a divorciar de mi , que no iba a dejar a una mujer como yo , por una mujer como ella , la mujer se enfureció y le pregunto que cosa tenía yo , que no tuviera ella, mi esposo le contesto : '' mi esposa ha sido sólo mía y tú eres una ramera '' , ella le dijo ''ay si seguro la agarraste virgen '' y mi esposo le dijo '' si , y me arrepiento de haberla engañado y lastimado ''.
La mujer esa me acosaba por teléfono , en la calle , con cartas , pero por mis problemas , yo no me dejaba provocar , no quería que mi madre se diera cuenta , ella seguía en el hospital , me veía cada vez más deteriorada y se sentía culpable la pobre.
Un día llegue al hospital a ver ami mamá , el último informe lo daban a las once de la noche , cuando salí del hospital empecé a caminar hacia los taxis , iba distraída y no fue sino hasta que me rodearon tres hombres que salí de mis pensamientos , yo me les quedé viendo fijo sin entender que querían , entonces estire mi mano con la bolsa para que la agarraran , pero no la tomaron.......me jalonearon a un lote baldío y me violaron , me lastimaron mucho , yo lloraba , suplicaba , apelaba a su bondad , todo inútil , cuando terminaron me dijeron : ''Dile a tu esposo que ya no es el único '' , in mediatamente supe lo que pasaba , así humillada , llorando , con miedo y lastimada salí a la avenida , una patrulla me llevo a urgencias y me ayudaron en lo que fue posible , pero mi alma quedo muy dañada , tuve que levantar una demanda , me tomaron fotos así toda lastimada , histérica llorando , el medico legista me tuvo que revisar , tuve que narrar una y otra vez lo que me había pasado , me mandaron al psicólogo , pero no podía ir no tenía tiempo , me hicieron estudios de enfermedades de transmisión sexual , los cuales salieron negativos y me dieron medicamento para evitar un posible embarazo , los siguientes días fueron horribles .
Como al mes de esto me mandaron a traer al hospital donde estaba mi mamá , cuando llegue me estaban esperando como doce doctores , me explicaron que el riñon de mi mamá ya no servía y me dieron un resumen general de su salud , yo no entendía nada y apenas atine a decir : ''Y que sigue , que se puede hacer ?'' , la respuesta :''Nada , a su mamá le queda mes y medio de vida por mucho '' , los vi directo a los ojos y les dije : '' Tengo que avisarle a mis hermanos '' , ellos me contestaron : ''A su hermano no lo localizamos en su trabajo y su hermana no quiso venir ''.
Después de eso me entregaron de alta a mi mamá , yo tenía que reprimir el llanto , de día me daba baños eternos y lloraba mucho a escondidas de mi madre y de noche iba a revisar cada media hora para ver si respiraba.......duro viva menos de un mes , todo esto sucedió en muy poco tiempo.
Por que escribo esto ? , llore mucho , sufrí , tuve muchas pérdidas , pero no renegué de Dios , si no hubiera sido por ÉL , no se que habría sido de mi , entonces me di cuenta que dependo totalmente de Él , que estoy en sus manos y lo bendigo una y otra vez ''Bendito sea Dios por que me ha dado muchas cosas buenas y en medio de las malas esta conmigo , bendito ÉL por darme la capacidad de entender el sufrimiento de los demás y bendito ÉL por permitirme disfrutar la vida con alegría a pesar de los pesares .
A TI , QUE ESTÁS DESESPERADO (A) , QUE PIENSAS QUE TU PUEDES SOLO , A TI QUE CREES QUE ESTÁS SUFRIENDO , SABES QUE , AUNQUE NO QUIERAS DIOS ESTÁ CONTIGO Y TE VA A SACAR ADELANTE .

jueves, 4 de febrero de 2016

REMEDIO PARA LAS MALDADES. Leyenda Ely Ortiz

REMEDIO PARA LAS MALDADES. (LEYENDA)
Son varias las historias que explican la presencia de un palo grueso, como de un metro de largo que estuvo colgado de una alcayata durante muchos años sobre la pared de una casa situada en una calleja del centro de la ciudad de México. Por ese detalle, dicen, a esa calle se le nombró: Callejón del Garrote.

Una de esas historias, si no la más verídica, si la mas curiosa, narra que en la época de Maria Castaña, hace muchos años, en ese lugar se reunìan vagos y mal vivientes para urdir sus pillerias, beber alcohol y armar escándalos.
El causante de ese desorden era Genaro Bojórquez, un pícaro de 15 o 16 años, que vivia en esa calle, y quien a pesar de su corta edad era muy conocido por sus delitos. Todos los truhancillos aquellos lo tenían por su lider.
En un cuchitril vivia Genaro con su pobre madre, doña Panfilita, una mujer de edad avanzada que solo tenía ese hijo a quien quería mucho, pero no dejaba de reconocer sus defectos.
Ella misma contaba a sus vecinas lo malvado que el muchacho había sido desde niño, pues apenas anduvo a gatas fue el verdugo del gato de casa: lo pellizcaba, hasta arrancarle los pelos y le jalaba la cola, y cuando el felino lo rasguñó, el chiquillo lo arrojó al pozo; y el minimo se ahogo, mientras él se reía.
Ya más grandecito, golpeaba sin motivo y con saña a otros niños, pues le gustaba verlos sufrir y sangrar, y como siempre había sido muy alto y muy fuerte, no había quien pudiera con el. 
Su maldad era tal, que a los siete años empezó a hurtar, primero a su madre, que apenas ganaba unos pesos lavando ropa. 
Luego empezó a meterse a las casas vecinas y se llevaba lo que podía, desde monedas, hasta gallinas. Vendiendo lo que hurtaba, empezó a conocer a la gentuza que ahora frecuentaba.
Los vecinos estaban muy fastidiados de aquellos rufianes que no solo ensuciaban la calle con basura, escupitajos y orines, si no que además agredían a los niños y jóvenes que ahi vivìan, a quienes les quitaban sus pertenencias. A las niñas, adolescentes y señoras, avergonzaban con vulgaridades.
La justicia de entonces, con sus alguaciles y corchetes, nada podía hacer contra de aquellos delincuentes, pues si alguna vez llegaban por ahí, los pillos huían trepando las paredes y cruzando las azoteas. 
Si alguna vez era atrapado alguno y encarcelado, no tardaba en salir libre y volver.
La madre de Genaro, avergonzada ante sus vecinos, por la conducta de su hijo, le suplicaba inútilmente que cambiara sus hábitos.
-¿Por qué eres asi, Genaro? -le decia Panfilita, con lágrimas sobre sus mejillas.
-Así nací, asi soy, si no le gusta, me voy -contestaba el descarado.
La mujercilla amaba a su hijo aunque fuera un delincuente, y por nada del mundo quería que se marchara. Lo que más deseaba era que aquel muchachote, tan inquieto, tan fuerte, llevara su vida por mejor camino. Pero de nada habian valido los regaños, rezos, novenarios, y hasta extenuantes caminatas a la Villa de Guadalupe, hechos por Panfilita, Genaro seguía de pillo.
Alguien le dijo que consultara a la madre Juliana, una india muy anciana que tenía fama de bruja, capaz de hacer cosas increibles. Y aunque la hechicería le daba temor, decidió buscar a Juliana con tal de lograr algún resultado. 

Así pues, salió una mañana rumbo a Tacubaya, donde vivía la hechicera, con una esperanza pequeña, y regresó por la tarde con una tranca grande.
Una vecina al verla cargando aquel palo, que casi era de la estatura de Panfilita, le preguntó: -¿Para qué lo quiere, vecina?
-Es un remedio contestó la mamá de Genaro, con una gran sonrisa.
Ese dia al anochecer, cuando el borlote de los pillos empezaba a hacerse en grande, salió la señora a la puerta de su casa cargando aquel palo misterioso. Genaro bebía y chanceaba, presidiendo el alboroto. Su madre lo llamó con dulzura: "Genaro, hijito, ven. alguien te busca".
El muchacho no era obediente, pero acudió al llamado de su mamá pensando que se trataba de algún compinche que había robado algo y queria mostrárselo dentro de casa para no ser visto.
Cuando Genaro cruzó el umbral de la casa, la señora aventó el garrote dentro y luego cerró la puerta con llave.
De inmediato se empezaron a escuchar los gritos. -¡Ay! ¡Ayyayay! ¿Quién...? ¡Ay! ¡Déjame...! ¿Quién es...? ¡Espíritu maldito, demonio o lo que seas! ¡Ay! ¡Ay! ¡No, ya no me pegues, por favor! ¡Ay, Ay, Ay!
Al oír el escándalo, sus amigos trataron de abrir la puerta, pero no pudieron, era zaguancillo muy bien puesto y macizo, de mezquite.
También algunos vecinos salieron a ver qué pasaba y le preguntaron a la madre de Genaro, ella lloraba pero parecía contenta.
-Están curando a mi hijo -contesto con cierto orgullo.
Después de un buen rato, la señora abrió la puerta y aquel muchachote feroz salió como un corderito, pero uno muy lloroso y asustado que decía temblando y con los ojos desorbitados: "¡Ese maldito palo me ha golpeado!"
El madero estaba ahi tirado en el piso, inmóvil y para nada parecía algo sobrenatural.
Algunos amigos de Genaro creyeron que estaba loco, otros estaban muy avergonzados de ver su lider lloriqueando, y varios más procuraban que no se les notara que estaban asustados, creyendo que el garrote podía hacerles lo mismo a ellos. Todos se fueron.
Doña Panfilita, muy satisfecha, colgó el garrote fuera de su casa y luego entró con su mallugado hijo para ponerle fomentos en su adolorido cuerpo.
Desde ese día Genaro, al entrar a su casa, le decía al palo: "Me porte bien, me porte bien".
Y cuando no era cierto, dicen que aquel garrote desaparecía de su lugar y adentro se empezaba a escuchar los gritos y lamentos del muchacho. 
Eso sucedió muy pocas veces, por que Genaro pronto encontró una ocupación que le gusto mucho y decía muy contento.
-¡Me encanta, y además me pagan!
Pues si, por que trabajaba en un taller de canteros. En muy poco tiempo logró hacer piezas notables, con sus manos fuertes, hacía que el cincel y el marro sacaran a la piedra figuras de santos, angelitos, leones, gárgolas, columnas con sus capiteles, estatuillas y bustos de héroes, también hacía marcos sólidos para portones con sus respectivos escudos, que enunciaban el linaje de los que iban a habitar alguna casa. 
Lo que mas le gustaba era esculpir fuentes y se sentía orgulloso al verlas funcionar, barboteando chorros de agua que se deslizaban con figuras de peces o ninfas, también hechas por él.
Genaro en algunos años, se hizo fama de gran artesano, y de bastante dinero, y él y su madre se mudaron de casa. 

Dicen que el garrote ahí se quedo y que la acción del tiempo lo destruyó. Pero otra versión de la historia cuenta que alguien de otra colonia, al saber de sus poderes curativos para quitar vagos de las calles, se lo llevó... 

Hay quien dice que en la actualidad algunas personas lo buscan con la ilusión de ver si aun existe, para intentar con ese remedio sobrenatural librarse de las pandillas, que hacen de las suyas en muchas zonas de nuestra ciudad.