LAS CAZUELAS. Guadalupe Melgoza

LAS CAZUELAS. 

Mi abuelo materno, platicaba que cuando joven, ya casado. llego a la Cd de Mexico, èl venìa de provincia. 

Comprò unos terrenos en la Col. Portales (en los aňos 30), fincò unos cuartos para poder habitar y posteriormente construir una casa en forma.

Platicaba que el terreno estaba en una esquina, tenia una nopalera muy grande y que cuando se sentaba a comer la vista de la ventana daba para ese lugar.

Un dìa a la hora de la comida, viò con sorpresa que una mujer vestida de blanco, estaba parada justo en la nopalera, sorprendido le habla a mi abuela diciendole   " ven y dime si tu conoces a esa señora, preguntale que desea".

Se asoma mi abue y no ve a nadie y se lo hace saber a èl, pero mi abuelo sigue viendo a la mujer.

Platicò que a partir de ese dìa no dejò de ver a este ser, pero ahora con un ademàn, con la mano le llamaba para que la siguiera, ahora la veia dentro y fuera de la casa.

Mi abuelo fue a una Iglesia y platicò lo sucedido, y por respuesta se le aconsejò que se enfrentara a este ser y le preguntara en el nombre de Dios que queria, asi lo hizo mi abuelo y por respuesta este ser con seňas le pidio que le siguiera y al llegar a la nopalera se arrodillo y empezò a rascar. 

Acto seguido esta señorara se fue. Mi abuelo la veia siempre parada en el mismo lugar.

Hubo un cambio, ahora escuchaba que le hablaba y le decia escarba pero tu solo y no le digas a nadie.

Se armo de valor y asi lo hizo pero por la tarde, para su sorpresa, encontrò tres cazuelas, dos grandes y una mediana.

Platica mi abuelo que le costò mucho trabajo sacarlas por su peso, ya tenièndolas fuera las colgò en la cocina que  y le dijo a mi abuela que nunca las usara.

En ese tiempo llegò una tìa de mi abuelo y le chuleo mucho las cazuelas,

Fue tanta la insistencia, que mi abuela le regalò la mas chica causandole mucha molestia a mi abuelo.

El tenia su motivo para no tocar lo encontrado.

Despuès de un tiempo regresa la tia y le dice a mi abue que si no usa las cazuelas, que se las venda, es tanta su insistencia que mi abuelo le pide a mi abuela que le ayude a cambiar las dichosas cazuelas de lugar.

Pero eran tan pesadas que una se les callò y "oh sorpresa", las cazuelas tenian en su construcciòn monedas de oro.

El sacerdote con el que habìa hablado, le dijo a mi abuelo que usara el dinero porque a èl se le habia dado.

Por un tiempo no supo nada de la tìa, con el tiempo se enterò que habia muerto.

Mi abuelo pensò siempre que la tia si supo del dinero por eso fue tanta su insistencia,.