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jueves, 16 de febrero de 2017

MARY CELESTE Christian Perales

La foto de Cuentos de Terror para antes de ir a dormir
CICLO BARCOS FANTASMA.
El Mary Celeste.
Una de las tradiciones de la navegación, es la de no cambiar de nombre a un barco, jamás ´por ninguna circunstancia debe rebautizarse un navío, y esta tradición aparentemente surge del barco Mary Celeste.
Pues bien, este barco, desde que fue construido y botado en 1861, tuvo un inicio bastante siniestro, pues el capitán que había de dirigirlo por primera vez, sin motivo aparente falleció ahogado al caer por la borda del navío, dicho capitán era un hombre de probada experiencia y buen nadador, por lo que las causas que encierran su muerte nunca fueron aclaradas.
Este barco originalmente, se le asignó el nombre de Amazon y su primer dueño contaba una serie de cuestiones que a final de cuentas lo hicieron querer deshacerse del barco, narraba que en cuanto entraba con el a aguas tranquilas o sobre todo en las noches, escuchaba una voz femenina cantando una vieja canción dedicada a Nueva Escocia. Finalmente en 1867 tras quedar varado en tierra firme el dueño después de ser recatado lo vendió a un estadounidense mismo que después de hacerle reparaciones y modificaciones importantes, decidió rebautizarlo como "Mary Celeste" -en elagunos manifiestos de viaje aparece como Marie Celeste"- .
Pasaron los años, tiempo en el que la embarcación fue reutilizada más como un transporte de carga lejos de su origen recreativo, años en los que su desepmeño transcurrió con total normalidad hasta que una mañana de 1871, se hizo a la mar con destino a Gibraltar, con 7 tripulantes a bordo, además de la hija del capitán. El navío para ese momemtno transportaba alcohol industrial. Al día siguiente el barco fue encontrado por otro navío, en medio del oceano Atlántico, y la impresión que tuvo el capitán del otro barco, era que en primera instancia, no había nadie en la cubierta del Mary Celeste.
Tras hacer varios intentos por comunicarse con la tripulación, y no recibir respuesta alguna, los tripulantes del otro barco decidieron abordar al Mary Celeste, lo que encontraron a continuación fue lo siguiente:
....."La comida estaba tibia, y servida en el comedor de la quilla, comida caliente, recién servida, un selecto vino... pero nadie se encontraba a bordo..."
Y ese es uno de los grandes enigmas en la historia de la navegación pues nunca se ha sabido que sucedió con las personas a bordo, no había señales de pelea, de violencia o de haber sido atracado: pues toda la carga que transportaba estaba intacta, no hacía falta nada. Si sus tripulantes hubiesen saltado al océano, cuando menos alguno de los cuerpos o de las prendas que vestían habrían sido encontradas. Tampoco pudieron haberse movido a otro barco, pues según las cartas de navegación de la época, el barco más cercano, estaba a 4 horas de distancia, y tampoco llegaron a tierra, pues si bien estaba cercano a la costa, era imposible para un ser humano llegar nadando hasta la orilla.
Sinceramente quizás nunca sepamos que ocurrió con la tripulación del Mary Celeste, sin embargo, esta historia nos invita a pensar muchas teorías acerca del destino final de sus ocupantes ¿Cuál es la tuya?....
Amigas y amigos, esto es Cuentos de terror para antes de ir a dormir, después de este reportaje continuaremos con nuestro cuento estelar "Se mi Valentín" que regresa a sus pantallas en los próximos días.

VENGO POR LO QUE ME QUITASTE Christian Perales

La foto de Cuentos de Terror para antes de ir a dormir
VENGO POR LO QUE ME QUITASTE.
Como bomberos siempre estamos ahí, sin esperar nada a cambio, es el solo hecho de salvar una vida lo que mueve nuestro espíritu. Lo cierto es que somos seres humanos y tenemos fallas, defectos como cualquier persona y a veces nos equivocamos al hacer nuestra labor.
Recuerdo la etapa más triste de la ciudad de México: los sismos de 1985 que dejaron centenares de muertos, miles de heridos y un enorme hueco en nuestros corazones. El 29 de septiembre de ese año -diez días después de consumada la tragedia- nos encontrábamos en las ruinas del edificio de la marca de ropa Topeka, soportando el penetrante olor a muerte y el profundo sentimiento del dolor ajeno, con la constante amenaza del gobierno de meter maquinaria pesada para retirar de tajo todos los escombros. Nosotros aún así esperábamos un milagro, después de todo esa mañana en otro lugar, una cuadrilla de voluntarios había encontrado con vida a una mujer, que de alguna manera había logrado burlar a la muerte después de pasar diez días bajo toneladas de concreto y varillas retorcidas. Pero pasaban los minutos, las horas y nuestro milagro simplemente no llegaba. A las seis de la tarde nuestro capitán dijo que reduciríamos la brigada, ya que otros de mis compañeros eran necesarios en las ruinas de Televisa, pues desmontarían un tanque de gas, que hasta ese día no había sido descubierto.
De tal suerte de que me quedé solo con tres de mis compañeros, Martín de la Vega, un novato que llevaba escasos veinte días como bombero y Artemio Santos, veterano con más de veinte años de servicio. Casi entre la obscuridad, encontramos una habitación que había formado una especie de cámara y había protegido a al menos quince costureras, pero desafortunadamente eso solo les había prolongado la agonía, ya que estuvieron vivas al menos tres o cuatro días, en una obscuridad total, sin agua ni alimentos, algunas de ellas lesionadas de gravedad, y sintiendo como lentamente se les acababa el aire que respiraban. Cuando descendimos el cuadro era más que aterrador, la mayoría de ellas tenían las manos destrozadas, se habían hecho tanto daño en su angustia por salir que habían rascado con las manos los escombros hasta literalmente arrancarse la piel de los dedos. En sus cuerpos, la inflamación se había hecho presente, incluso las que habían sobrevivido más tiempo, tenían una mueca de dolor y angustia, a consecuencia de que intentaron respirar en ese ambiente cada vez más carente de oxígeno. Artemio fue el primero en romper el silencio incómodo en el que nos estábamos refugiando.
-Llegamos tarde compañeros.....-
-¿ninguna está viva?....-
-No... ya no mi comanche....-
-Hay que decirles que se preparen para recuperar los cuerpos.... ya después podrán meter la maquinaria pesada... ya no hay nada que hacer.....-
-¿qué hacemos?...¿nos vamos?...-
-nos vamos en lo que nos mandan los amarres....-
-Si... creo que ya no hay motivo para quedarnos...-
Dimos la vuelta por el túnel que habíamos escarbado, Artemio empezó a subir primero hacia la superficie, e íbamos a seguirlo, hasta que con un grito nos pidió que nos detuviéramos.
-¡espérense!... no avancen, el agujero se cerró.... voy a escarbar un poquito y ahorita ya nos salimos.... ahí quédense-
-Si....-
Me quedé con Martín, sabíamos que a lo mucho en quince o veinte minutos, saldríamos de ese sitio, después de todo ya habíamos vivido situaciones como esa durante algunos rescates. Martín comenzó a explorar aquella mórbida cámara, aquella tumba de escombros con su linterna, hasta que algo llamó su atención.
-Comanche ¿ya vio?....-
Señaló hacia una parte que no habíamos detallado, entre una enorme viga había una mujer más, que yacía atrapada, de una forma tan cruenta que solo asomaba su rostro destrozado y cubierto de polvo, no tenía el uniforme como las demás, definitivamente en vida había jugado un rol distinto en esa fábrica, lo que quedaba de sus ropas era elegante a medida que descubrimos un poco el polvo pudimos ver que tenía un blazer y falda ejecutiva, sus medias rasgadas difuminaban un poco la sangre de sus piernas destrozadas y sus zapatos de tacón hacían juego con el resto de su ropa, y ahora se veía bien su brazo,en cuya mano estaba aquello que en realidad había llamado la atención de aquel novato: Era un anillo de compromiso, se veía muy costoso, y realmente lo era, y resaltaba con fulgor ante la mortecina luz de la linterna de Martín. quien ya se había aprestado cerca de aquel cuerpo inerte de la desafortunada mujer.
-Esto debe valer... unos cinco millones (*)-
-Martín, no me importa lo que estés pensando... deja eso en paz... somos bomberos no ratas....-
-Ella ya no lo necesita y a nosotros nos caerían cien esos centavos....-
-Que lo dejes.... no quiero tener que reportarte....-
-Ya... está bien comanche... por eso aquí no pasamos de perico perro-
Nuestra discusión fue interrumpida por el júbilo de Artemio, quien nos avisaba que ya podíamos salir de ahí.
-¡Comanche!... sube tú primero, tienes más experiencia después entre los dos jalamos a Martín....-
-Va, ya voy subiendo....-
Después de eso salimos de ese sitio, perdí la noción del tiempo mientras explicábamos a los peritos como debían recuperar los cuerpos ya usando la maquinara pesada, por donde tenían que comenzar y como tenían que ir abriéndose paso, Después de eso ya no fuimos necesarios y se nos ordenó volver a la estación a esperar un nuevo llamado.
La estación estaba sola y en un silencio total, silencio al que nos habíamos acostumbrado pues nadie quería hablar de la situación que enfrentábamos, era algo que aunque fuera por unos minutos queríamos olvidar. De tal suerte que mientras Martín y Artemio subían al área de descanso, en la oficina principal me encontré con una compañera operadora.
-que gusto que hayan vuelto con bien... bienvenidos....-
-Gracias.... oye, ¿por qué no descansas un rato? Trata de dormir, yo atiendo los teléfonos mientras....-
-¿De veras?...¿no vienes muy cansado?....-
-Si de veras.... la verdad no creo poder dormir.....-
-Te tomo la palabra, ya con media hora que pueda dormirme....-
-ándale ve....-
Y se fue al área de descanso, mientras yo me quedé en la caseta de comunicaciones atendiendo el teléfono y el radio. Pasaron dos horas, vi el reloj y eran las tres de la madrugada... Todo estaba en calma relativa.... de pronto, en medio de aquel silencio escuché el ruido de unos tacones que se dirigían hacia la estación, después, ante mi se dibujó la silueta de una elegante dama, ella estaba bien vestida, pero algo en su mirada denotaba mucha tristeza, además de que su cabello estaba cubierto de polvo, que a mi no me parecía raro, pues el polvo estaba en todos lados, todos teníamos nuestra dosis diaria de polvo por tantos edificios colapsados. Me incorporé y recibí a aquella dama.
-¿puedo ayudarle en algo?....-
-Gracias... Estoy buscando a Martín de la Vega....-
-¿Martín de la vega?....Permítame lo voy a vocear....-
Tomé el micrófono y lo llamé....
-Martín de la Vega... tiene visita... Martín de la Vega.... tiene visita....-
A los pocos minutos Martín bajó por el tubo y al ver a la dama que le aguardaba, se quedó petrificado..... La dama de inmediato lo abordó.....
-Hola Martín.... ¿te acuerdas de mi?....-
Martín ni siquiera contestaba.... de pronto ella sacó la mano del bolsillo de su abrigo... y mostró que en esta faltaba un dedo, a juzgar por la lesión tenía poco de haber sido cortado, entonces caí en la cuenta de lo que había sucedido, pero la dama siguió hablando.
-No te voy a hacer daño... solo quiero que aprendas a no tomar lo que no es tuyo....dame mi anillo por favor....-
-¡¿Tomaste su anillo Martín.....?!....-
-¡Fue un error! ¡Tú estás muerta!.....-
-Claro que lo estoy... y tú me cortaste el dedo para quedarte con el anillo...¡Dámelo!.....-
Lo último que recuerdo es a Martín devolviéndole el anillo a aquella dama, que después de dar unos pasos fuera de la estación desapareció ante nuestra mirada, después de eso me desmayé... recobré la conciencia doce horas después. No dije nada de lo ocurrido pues me enviarían al hospital psiquiátrico junto con varios compañeros que perdieron la cordura en aquella época. Martín se suicidó dejando una nota póstuma que decía.
"perdónenme, quiero quedarme pero ella vendrá por mi"....
Hay quienes dicen que enloqueció... pero solo yo se lo que realmente sucedió esa noche.... que espero jamás se vuelva a repetir....
FIN....
(*) NOTA: En 1985 la moneda mexicana tenía tres ceros más por lo consiguiente 5 millones de pesos, en la actualidad equivalen a cinco mil pesos

QUEEN MARY Christian Perales

La foto de Cuentos de Terror para antes de ir a dormir
ESPECIAL BARCOS FANTASMA.
QUEEN MARY.
Comenzamos este ciclo con el que quizás sea uno de los barcos más embrujados, y llenos de leyendas a nivel mundial: El Queen Mary.
El Queen Mary es un barco de manufactura inglesa, que vio la luz el 12 de diciembre de 1934, pero hizo su viaje inaugural el 26 de mayo de 1936, y desde ahí además de sus bellezas y lujo extraordinarios, fue considerado uno de los barcos transatlánticos más veloces de la época. Y hasta ahí todo bien, nada fuera de lo normal. Pero su suerte cambiaría a mediados de 1940 año en el que con la gran demanda de navíos de combate para la segunda guerra mundial, el barco fue readaptado como una nave de combate, labor que desempeñó de una manera estoica, pues gracias a su velocidad, y capacidad de carga y maniobra, rápidamente se convirtió en un dolor de cabeza para el ejército nazi e incluso su fama creció tanto que desató la ira del propio Adolfo Hitler, quien llegó a ofrecer una cuantiosa recompensa para quien lograra hundir al Queen Mary.
El problema con estas embarcaciones, es que donde hay una guerra, siempre estará la fría sombra de la muerte acechando a cada momento, de tal suerte que este barco, fue tanto testigo, como escenario e incluso causante de muchas muertes, fue entonces un comensal directo en el festín macabro. Y fueron muchas bajas, muchas muertes que acaecieron en las entrañas de esta nave, muchos los muertos que tuvo que transportar en sus cámaras internas, y así vio llegar el tan ansiado fin de la segunda guerra mundial.
Con todos estos amargos recuerdos a cuestas el barco volvió a Estados Unidos de Norteamérica, donde una vez más fue convertido en un lujoso crucero recreativo... y es ahí donde las cosas se ponen interesantes... Los primeros miembros de la tripulación que hicieron un viaje en este navío referían que escuchaban ruidos extraños, en los pasillos del barco, hablaban de pasos, risas e incluso alaridos de terror, provenientes de los niveles inferiores del barco, es más que obvio que en cuanto buscaban el origen de estos ruidos extraños,, no encontraban absolutamente nada que los ocasionara. Pero muchos refieren que al estar solos en los enormes pasillos del Queen Mary, escuchaban pasos detrás de ellos, al parecer de personas que corrían en medio de una gran alarma y agitación.
Naturalmente, y cuidando su fuente de trabajo, los tripulantes de la nave prefirieron guardar silencio al respecto, en un pacto no escrito, acordaron que simplemente tratarían de ignorar, lo que sucedía a bordo; sin embargo, al poco tiempo fueron los propios pasajeros quienes comenzaron a advertir de los ruidos extraños y no solo eso, muchos comenzaron también a ver apariciones espectrales en las inmediaciones del Queen Mary, siendo una de las más famosas una conocida como "la mujer en la alberca" y se narra que en la segunda cubierta del barco, donde hay una alberca bajo techo, muchos observaron a una mujer a punto de zambullirse en las aguas de la alberca, dicha mujer usaba un bañados al estilo de la década de los 30 ó los 40, y su rostro era de un enojo total, hacia quienes osaban a observarla, y en algún momento con una mínima distracción, esta mujer desaparecía ante sus ojos. Otra de las apariciones célebres era la de la cabeza de un hombre que ocasionalmente se le podía ver sobre uno de los frigo bares del casino en el interior del barco, dicha cabeza, aparecía unos segundos sobre el pequeño refrigerador, observaba a los comensales y apostadores del casino, y finalmente desaparecía ante sus ojos.
Con el tiempo, estos sucesos comenzaron a cobrar fama, y lejos de asustar y alejar al turismo, muchos comenzaron a intentar viajar en el navío, armados con cámaras fotográficas y una serie de prototipos experimentales, que prometían documentar estos fenómenos. Y eso fue lo que permitió que algunas fotografías pudieran revelar ciertas presencias, como la de la foto que ven abajo, en el círculo verde se aprecia una sombra, muchos afirman que era el fantasma del almirante John F Savage , quien muriera incendiado vivo por la caldera del navío cuando una de las bombas del ejército nazi dañó parte del casco del Queen Mary. Finalmente, la última foto de esta publicación , hace referencia a una que un pasajero tomó cuando al entrar entre la clandestinidad, fotografió las entrañas del barco, lo cierto es que a esta persona de quien se desconoce el nombre, fue encontrada muerta en el suelo de la cubierta de menaje del barco, con su cámara en la mano, al revelar el rollo, encontraron dicha fotografía, aunque hay ciertas voces que afirman que es falsa. Dicha fotos ha sido analizada por expertos quienes no han logrado desmentir o corroborar la veracidad de la imagen.
Actualmente el Queen Mary se encuentra anclado en las costas estadounidenses, y a pesar de que flota, ya n puede moverse, sus motores y hélices fueron removidas y hoy solo ha quedado reducido a un restaurante, hotel y museo, esperando el día en el que el océano reclame su vida, y seguramente guardando en su interior... los más obscuros secretos de la humanidad en guerra.

CICLO BOMBEROS, EN AGUAS OBSCURAS. Christian perales

CICLO BOMBEROS.
EN AGUAS OBSCURAS
Ser bombero ya de por si es un trabajo dificil, arriesgado pero que en algunos momentos te llena de satisfaciones, y existe dentro de este trabajo una división de la que casi no se habla, pues nuestros actos no son tan llamativos o visibles, pero somos también una parte importante del cuerpo de bomberos, nosotros somos los buzos del H. Cuerpo de Bomberos.
ANÓNIMO.
Apenas podía creer lo serena que estaba la noche, me encontraba de guardia en la estación y por primera vez en semanas, estaba durmiendo, parecía que nada perturbaría aquella noche, pero me equivoqué, y no fue la alarma para un llamado la que me despertó me habría gustado que fuese así: y es que simplemente mi sueño se truncó sin un motivo aparente. Desperté en medio de la noche sintiendo la presencia de alguien, como que en ese momento no estaba solo en aquella área de descanso y cuando me orienté y mis ojos se acostumbraron a la obscuridad, pude darme cuenta de que ante mi, se encontraba una niña pequeña.... pero definitivamente eso... no era algo normal, pues además de que una estación de bomberos no es un sitio para niños, esta pequeña no era algo común, usaba un vestido blanco, que casi pudiera decirse que hacía juego con su piel pálida, mortecina, sus ojos estaban coronados por grandes ojeras, sus dientes se alcanzaban a percibir entre sus labios, y ellos descomponían aún más su silueta, estaban ennegrecidos y eso, y el hecho de que su cabello estaba mojado, le daba un aire aún más macabro. No sabía que hacer, aun cuando debo señalar de que aquella niña no trataba de acercarse más, simplemente me observaba, mientras mi cuerpo se encontraba paralizado por el miedo. Finalmente cuando daba todo por perdido, escuché los pasos de mis amigos que llegaban de un servicio, subiendo por la escaleras. La niña unos segundos antes de desaparecer, dijo algo casi en secreto, apenas perceptible, aún hasta para el oído más desarrollado.
-Eres tú....-
Y así como llegó desapareció entre las penumbras del área de descanso.
Entre las pláticas con mis amigos, y haciendo acopio de un extraño valor, me calmé, pero ya no pude volver a dormir, pensando en lo que acababa de ver y tratando de recordar si esa niña había sido el motivo de alguno de mis rescates en medio de las aguas. Pero lo cierto es que no, afortunadamente par mi, jamás había tenido que rescatar a un niño, así fue como llegó la mañana para mi, solo pensando y tratando de olvidar el asunto.
A las nueve de la mañana recibí un llamado y en cuestión de minutos me encontraba en el lugar del suceso, una zona en el tristemente famosa canal de aguas negras llamado "La compañía", un lugar conocido por la cantidad de víctimas que anualmente recolecta entre sus aguas. Y la parte en cuestión era un cárcamo delimitado por una especie de represa de concreto, en el cual unas pesadas turbinas movían el agua generando una especie de poderosa corriente hacia arriba, que mantenía fluyendo las aguas del drenaje.
Una vez que me Al llegar, unos peritos del ministerio público, me comentaron lo que debía hacer.
-Mira amigo bombero, tenemos el cadáver de un masculino, al parecer la corriente lo arrastró hasta aquí, ya lo quisimos jalar con ganchos pero al parecer está atorado entre las propelas de las bombas....-
Mientras ellos me explicaban lo sucedido, mis compañeros ya montaban los arriates y los arneses para bajarme a aquel caudal de aguas putrefactas, para que yo desatorara, a aquel desafortunado cuerpo, que flotaba a ras de las aguas y a veces estas los sumergían un poco. Una vez que me coloqué el equipo para buceo en aguas negras, mis compañeros me colocaron el arnés y un cable de acero para jalarme en cuanto cumpliera con mi objetivo, me puse en la canastilla de inmersión listo para recibir mis instrucciones y ponerme de acuerdo con el operador de la grúa que me haría descender hacia las fangosas aguas llenas de misterio y olor a muerte.
-Son como quince metros, te voy a bajar, pero voy a mantener tenso el cable, no me voy a arriesgar, por que dicen que la profundidad de este sitio es como de treinta metros, son quince para llegar hasta el cuerpo y tres para que puedas maniobrar... de todos modos enciende tu comunicador, ojalá que hoy si funcione.-
-Si, veme bajando... -
Parecía un recate más, debajo de mis pies pude ver como la canastilla de seguridad entraba al agua putrefacta, y aunque en ese momento las bombas habían sido apagadas, aún persistía una corriente que me movía con todo y canastilla. Lentamente descendí más y pude sentir como aquella masa de agua obscura comenzaba a cubrir mi cuerpo, encendí las luces del traje de seguridad y sentí como me sumergía en las tinieblas, para luego estar ahí abajo, completamente solo, respirando a través de las mangueras que me proveían aire desde el exterior.
A pesar de las luces del traje, casi no lograba distinguir nada, por lo que casi a tientas, entre la basura, pude distinguir el cuerpo de aquel hombre, efectivamente, una de sus piernas se encontraba atorada en la propela de las turbinas, pero por su avanzado estado de descomposición no me resultó difícil destrabarlo, apenas moví su pierna y esta se desprendió del cuerpo, mismo que flotó hacia la orilla muy lentamente, yo coloqué el resto de aquella extremidad en otro cable que servía para este fin y que serviría para llevarla al exterior. Era hora de salir de ahí, miré el medidor de la línea de acero.
-¿22 metros?.... no puede ser.... - Pensé, pues resultaba que era demasiado para los cálculos de mis compañeros en tierra, se suponía que yo estaba a quince metros de la grúa, más dos de profundidad, 22 metros era una medida que no concordaba con las distancias en línea recta.
-Ya sáquenme....-
-Enterado... sujétate a la canastilla....-
-Afirmativo....-
El cable de acero que me sujetaba comenzó a jalarme hacia arriba y me sentí aliviado de saber que saldría de ese sitio, pero no fue así, de repente, entre aquella obscuridad, sentí un golpe seco, tan fuerte que me tiró de la canastilla, y me hizo perder la orientación. Pero aquel era un sitio de vida o muerte y tenía que orientarme lo más rápido posible, así que en segundos ubiqué la dirección a donde tenía que ir, nadaría con todas mis fuerzas, para tratar de salir de ahí o por lo menos llegar a la superficie donde mis compañeros lanzarían otra guía de acero. Pero cuando comencé a nadar algo se aferró a mi pierna, pensé que era la basura o la materia propia del lugar, más cuando miré hacia abajo, con terror pude ver algo apenas iluminado par la mortecina luz del traje de seguridad... era la misma niña que horas antes había visto en la estación.
Afortunadamente para mi, no intentó aferrarse nuevamente a mi pierna, se puso a la altura de mi visor, de mi cara y me hizo la seña de que guardara silencio... lo cual era absurdo, por que es más que obvio, que nadie me escucharía en ese sitio, por muy fuerte que lograra gritar, amén de que las comunicaciones dentro del traje, dejaron de funcionar. Traté de guardar la calma, y entonces ella, la niña, hizo una seña, con su dedo índice, me pidió que mirara hacia abajo. Lo hice, pero no pude distinguir nada, y fue en ese momento cuando noté que a menos de un metro de mi, la canastilla de seguridad había vuelto a descender. No lo pensé, volví a aferrarme a la canastilla y finalmente me subieron, pero aún así noté que entre las aguas negras, aquella niña seguía señalando hacia abajo.
Llegué a la superficie, a la tierra firme y ahora tenía una corazonada, tenía que seguirla o seguramente no viviría en paz, aunque necesitaba recobrar un poco e aliento, mis compañeros lo sabían y fueron en mi auxilio.
-¡¿Qué pasó?!... ¿te caíste de la canastilla?... -
-Dame 40 metros de guía... y...40 de guía auxiliar y un gancho automático...voy a bajar de nuevo....-
-¡¿estás loco?!¡apenas si te pudimos sacar!....-
-Vi algo.... necesito que me bajen de nuevo....-
-Hijo de la chingada... ¡está bien!¡ya oyeron! ¡40 de guías y un gancho automático Cervantes va a bajar de nuevo!....-
Como si se tratase de un dejavu, una vez más me encontraba bajando en la canastilla, pero ahora mi descenso sería mayor, hasta el fondo de aquel canal, hasta el suelo de la represa, en pocos minutos estaba caminando en ese fangoso suelo, con una obscuridad mayor a la que había experimentado en mi primera inmersión, y después de unos minutos que a mi se me hicieron como décadas, finalmente encontré, lo que me parecía que debí de buscar, Eran los restos de un automóvil, en el interior, apenas perceptible se encontraban lo que parecían dos cuerpos, ya no había tiempo que perder, enganché la guía auxiliar y pedí que me sacaran.
Llegué a la superficie y de ahí a la tierra firme, cuando el otro cable aún no terminaba de sacar a aquel coche, para sorpresa de todos, el auto resultó ser un Datsun modelo 79, llevaba al menos 35 años sumergido en las aguas del canal, cuando lo abrimos, noté con terror, que lo que había visto en su interior, eran efectivamente, dos cuerpos... el de una madre... y su pequeña hija... el auto había formado una especie de burbuja que había conservado parte de sus facciones.
Tiempo después supe que una tarde lluviosa, de 1982 esa mamá y su pequeña hija, habían huido de casa por el maltrato que su padre les infringía, y en una mala maniobra y a consecuencia del suelo mojado, la señora perdió el control de Datsun y cayeron a las aguas del canal, que las devoró por más de 30 años, también supe que la mamá respondía al nombre de Aurora... y la pequeña de nombre Sandra... y esto no me lo narró la policía, de hecho nadie investigó lo sucedido, lo que se es por que la pequeña Sandra, me lo ha dicho, y ahora se que a diferencia de su mamá... ella no piensa descansar.
FIN...