LA LLORONA.
Hoy viernes contaré una historia sucedida en mi infancia hace unos 25 años en mi lindo pueblito EL ZARCO, en Guerrero a unos minutos de Zihuatanejo.
Era el pueblo de mi padre, lo visitábamos cada año y una de las pocas diversiones en la noche (ahora ya hay transporte, carretera y miles de opciones de diversión nocturna) era ir a tirarle al aro de basketball en la cancha de la escuela.
Ahí me encontraba con mi primo Jorge Moreno Corona, no había nadie más jugando y de hecho mucha gente acostada, únicamente la opaca luz de una lampara haciéndonos compañía.
Estábamos jugando cuando comenzamos a escuchar un tipo grito-quejido que venía de la oscuridad del camino... enfocamos la vista y no veíamos nada.
El quejido y grito lastimero continuaba ocasionalmente pero cada vez con más fuerza y frecuencia mientras nosotros seguiamos jugando solos en la plaza rodeados de la oscuridad del pueblo y pocas luces prendidas.
Cuando el grito se hizo más insistente y cercano, donde bastaba acercarse al camino pero había en nosotros la prudencia (no la valentía) fue cuando decidimos alejarnos.
Yo atribuí el grito al programa "Siempre en domingo".
Pocos minutos al llegar a la casa de mis tíos, recordé lo más sorprendente y -para mi a esa edad- espantoso que poca gente tenía televisión en esa época y... que el canal 2 no se veía en ningún canal.
Ese sería mi primer encuentro con lo que yo pienso era "La llorona".
No recuerdo si el grito venía del camino al panteón o de la zona despoblada del mismo pueblo, pero aun recuerdo esos caminos obscuros... y este tema sale en algunas charlas cuando veo a mi primo en estas edades.
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