HORA DE AVENTURA CAPITULO 7 Christian Perales

HORA DE AVENTURA (CREEPYPASTA)

CAPÍTULO 7...

A veces desconocemos el valor que podemos llegar a tener, a veces ese valor nos mueve de formas esxtrañas, y ese fue mi caso, pues al ver a aquel grupo de niños fantasmales, mi reacción imediata fue de encararlos, necesitaba respuestas, y posiblemente ellos las tenían.

-¡¿de que me hablan niños?!..... hablen...-

Uno de los niños se separó del resto y señalando con su dedo índice hacia la nada, me dijo algo que para aquel momento no tenía sentido alguno...

-Doctor.... no puedes detener el tiempo... él lo está logrando... pronto seremos más... pronto seremos todos.... no tengas miedo...-

En el momento que este niño terminó de hablar, una corriente de aire muy violenta se dejó sentir en el interior de aquella casa, seguido de un extraño aroma a dulces, y de pronto toso a nuestro alredeor se obscureció, sin embargo, los rostros enfermos de aquellos pequeñines, aún se podían ver con claridad, como si una misteriosa luz, los iluminara, pero eso duró poco, pues lentamente sus siluetas se iban perdiendo en la obscuridad, antes de desaparecer, el niño que había hablado al principio dijo una última frase...

-Aun no termina....déjenlo terminar...la obscuridad no puee devorarlo a el... pero a ustedes si...-
-oye: si no me ayudas, un niño morirá....-
-Están equivocados... ustedes murieron, en este plano tienen vida, pero su futuro está sellado... la obscuridad vendrá....-

Para ese momento la corriente de aire en el interior era demasiado fuerte como para que la doctora Frann y yo nos mantuvieramos en pie, y apenas alcancé a escuchar lo que ella me decía:

-¡doctor Ortega....!¡hay que salir de aquí!....-

Después de ello, sin saber como, ya nos encontrabamos fuera de la casa, y entonces la doctora me dijo algo que movió todas mis inquietudes.

-Ya está sucediendo doctor Ortega... tenemos que regresar lo antes posible al hospital...-
-¿sucediendo que?....-
-Por favor.... es algo que no puedo explicarle yo sola... vámonos al hospital...-

Conduje de regreso al nosocomio y el camino estuvo lleno de un silencio incómodo, en el que afortunadamente ya no sucedieron más cosas raras, salvo en el momento en el que llegamos al estacionamiento, donde definitivamente algo muy raro sucedía, resulta que en otros tiempos aquel sitio estaba lleno de coches y de personas en constante tránsito, siempre había alguien, pero en esta ocasión no se encontraba nadie, incluso no había un solo vehículo a excepción de la motocicleta anaranjada del doctor Casas, el ambiente se sentía pesado y en la atmósfera se respiraba un extraño aroma, mezcla de humedad y dulces caramelizados.
Entramos al edificio hospitalario, y ahí todo parecía normal: con el ir y venir de los doctores, de las enfermeras y de los camilleros, ahí parecía que todo se mantenía inalterable, íbamos apenas hacia el piso de neurología cuando una doctora me solicitó una opinión médica.

-Doctor Ortega, me llegó un paciente ¿puede venir a verlo por favor?... -

No podía negarme, pues era yo el único residente de neurología a esa hora, así que le pedí a la doctora Frann que se adelantara, con la promesa de que la vería después. Una vez ante el paciente que acababa de llegar comencé a escuchar la descripción del sus padecimientos.

-Es un paciente poli traumatizado, según el reporte de la cruz roja responde al nombre de Davon Marshall, lo encontraron en el interior de una iglesia, sus reflejos son coherentes, y no tiene trauma craneal, sin embargo nos dice que estuvo en el infierno, y que la obscuridad lo devorará todo...hace un rato se quedó dormido-
-¿la obscuridad?....-
-Si, también dice que aún escucha los ecos mortales... ¿Qué nos estará queriendo decir?....-

Era más que obvio que escuchar dos veces en la misma noche, el término "ecos mortales" y "la obscuridad lo devorará todo" hacen estremecer a cualquiera, pero supuse que este paciente no tenía relación con lo que mi grupo investigaba, así que pensando que era otro loco, solo me limité a auscultarlo, tras una rápida revisión me di cuenta de que en su pecho aún portaba las placas de identificación del ejército de Estados Unidos.

..... "LT. Davon.S. Marshall 1981 MS9631219.5 US. ARMY"....

Tras leer la placa ahora muchas cosas tenían sentido:

-Es un ex combatiente doctora, es normal que diga que estuvo en el infierno, está desvariando...aplique 30 unidades de Ativán y déjelo descansar, mientras tanto que valoren sus lesiones los médicos de trauma... lo vendré a ver en un par de horas... mientras, por favor llame al teléfono de la embajada de Estados Unidos... a ver que nos pueden decir de este paciente .-
-Si doctor...-

Después de eso simplemente dejé a ese paciente en manos de la doctora, y me dirigí al elevador, para reunirme con el doctor Casas y el resto del equipo. Cuando las puertas del ascensor estaban a punto de cerrarse, un hombre, alto y enfundado en un traje negro me pidió que detuviera el artefacto, y a juzgar por la premura, supuse que tenía algo de prisa por llegar a los pisos superiores, por lo que detuve unos momentos el ascensor hasta que él pudo abordarlo,. Una vez dentro, se inició una de esas pláticas incómodas que solo se dan en un elevador.

-que calor hace...¿no doctor?...-

Para ese momento no había reparado en el hecho de que el calor era insoportable, digo, después de todo nos encontrábamos en una época del año en la que por lo regular hace aunque sea un poco de frío. De pronto, como siempre sucede en los hospitales de tanta antigüedad, el elevador se detuvo entre el piso siete y el ocho; yo, por la premura que tenía de reunirme con el doctor Casas, oprimí el botón de manera frenética, esperando que con eso, el ascensor siguiera su curso, pero parecía que estábamos atorados, y las cosas empeoraron a medida de que se fue la luz en el interior y se encendió una débil lucecilla de emergencia

-Ya no creo que avance doctor, creo que usted y yo estaremos un rato aquí...-
-Solo es una pequeña falla, creo que puedo destrabarlo....-
-Es inútil amigo doctor....-

De pronto un extraño aroma a formol impregnó el ambiente, al tiempo que el calor aumentaba, fue cuando escuché algo que me crispó los nervios...

-Es inútil ya se lo dije...-
-Así lo he destrabado otras veces...-

En ese momento la voz de aquel hombre cambió totalmente, dejó de ser amable y se volvió grave y como si fuera emitida desde una caverna...

-Me refiero a que es inútil que intente salvar a ese niño, ya nos pertenece... y no me importa si su insignificante equipo tiene que morir, ninguno de ustedes estará a salvo mientras intente arrebatarnos lo que es nuestro...-
-¿y...?....¿y usted quien es....?....-
-Lo único que necesitas saber es que tengo muchos nombres....son seis... seis ... seis... realmente no lo entenderías.... aléjate de ese niño... o si no....-
-¿o si no que?¡maldito loco, yo no te tengo miedo...!...-
-lo tendrás....-

En ese momento el elevador se destrabó y terminó de subir hasta el piso de neurología, sin embargo la luz no regresaba, ni se iba aquel olor a formol, pero no me pensaba quedar un minuto más, así que salí del ascensor tan rápido como pude, al salir, caminé por el pasillo donde en la estación de enfermeras se encontraba la jefa de estas.

-Doctor, hace un rato que lo esperan, ya revisé al pacientito en coma, no presenta ningún cambio...-
-Clarita: necesito que llame a seguridad, hay un maldito loco en el ascensor....-
-¿disculpe?....-
-El ascen...necesito que llame a seguridad...-
-Doctor, me va a disculpar, pero ese elevador se descompuso esta mañana, mire: hasta le pusieron el candado para que nadie entre ahí.....-

Miré hacia el ascensor y era verdad, una pesada cadena y un candado bloqueaban el elevador por el que yo acababa de llegar, y por el mismo en el que me había topado con ese extraño ser.

-Clarita, voy a pedirle un favor.... necesito que vaya a la biblioteca del hospital y me traiga un libro sobre la cultura celta y uno sobre teología... aquí le dejo los datos...-
-Si doctor....-

Saqué un papel y anoté, el título y el autor de los libros que necesitaba, tenía una especie de corazonada....De pronto, en el pasillo se hizo presente el doctor Casas, con su arrogancia que lo caracterizan.

-Llegas tarde doctor Ortega....-
-Tres años tarde doctor casas....-
-No me refiero a eso... llegó el momento de tu iniciación... por así decirlo... hoy harás lo que ningún otro doctor ha hecho jamás...-

CONTINUARÁ....

1 comentario