Amigos de grupo Anècdotario, êste blog ha sido creado para que se nos facilite la bùsqueda de todas las anècdotas,historias, reflexiones, cuentos cortos, leyendas de Mèxico y el mundo, etc. Es un blog apto para todas las edades y en èl todos hemos puesto nuestro granito de arèna. Aquì està la recopilaciòn de nuestras aportaciones y se los dedico con todo mi cariño.

domingo, 10 de junio de 2018











EL LIBRO DE CUERO ROJO.
Para empezar, mi nombre es Samuel, el dia antes de que empezaran los eventos que apenas ahora, espero que no sea de otra manera, terminaron, fue un dia al que ustedes etiquetarían de normal.
Al salir de clases era ya costumbre que yo y mis amigos salieramos a la calle a jugar futbol un rato en la tarde, aquel día no fue diferente de los otros días, mi mejor amigo, Raúl, trajo su balón favorito, un balón original del America, que en aquel entonces era un equipo de mucha fama, en fin, todo continuo normal.
Ya habían pasado dos horas mas o menos, el sol ya esta en sus ultimas, casi se ocultaba, pero aun así nosotros seguíamos ahí, jugando, divirtiéndonos.
Yo decidí tomar un descanso, pues siempre es agotador jugar futbol, mas si no se trae agua consigo, así que me senté en la banqueta, para tomar un poco de aire.
Mis amigos seguían jugando justo frente a mi, ya la luz de la calle se había encendido, aun habían de esas luces amarillas lagañosas que se usaban, por lo que el balón a duras penas era visible, pero eso no importaba mucho realmente. no me di cuenta, pero, por la banqueta, por la misma por la que yo estaba sentado, un sujeto se aproximaba, yo solo pude verlo una vez que este paso junto a mi, estaba muy andrajoso, sucio, desaliñado y caminaba de una manera extraña, moviendo escandalosamente los brazos, dando pasos bastantes separados unos de otros pero a la vez casi arrastrando los pies, me volteaba a ver en ocasiones, pero rápidamente desviaba la vista y aceleraba el paso.
Realmente no tome tanta importancia, tal vez se había tratado de algún drogadicto, que por mi barrio no faltaban, de lo que jamas me di cuenta fue, que, junto a mi, el hombre dejo un libro de pasta roja..
Al terminar de jugar fut bol, Ramón, un amigo de la escuela, me dijo que si aquel libro de cuero rojo era mio, yo le dije que no, era la primera vez que lo veía.
Lo tome y lo hojee, no tenia ni una sola letra, las hojas estaban en blanco, así que supuse que estaba nuevo, ademas, tenia bastantes hojas, por lo que podría usarlo para la escuela o, mejor, para dibujar, que era algo que me encantaba.
Lo tome y lo lleve a casa aquel día.
Es curioso como de tenerlo ahí, sobre mi mueble de la ropa, de repente desapareció, pero no le di importancia, mejores cosas se perdían en mi habitación, pues no solía limpiarla muy seguido, a menos que mi mama se lo ordenara.
Fue de aquí en adelante que las cosas malas empezaron a pasar.
Por las noches, podía escuchar los diminutos pasos un un insecto con muchas patitas, caminar por la pared, pero jamas veía al insecto, pensaba que se trataba de un cien pies que caminaba por el interior de la pared, pero era muy fuerte el ruido, podía escucharlo chillar y moverse entre los muros, eso no me permitia dormir.
No fue sino hasta una noche que, mientra terminaba la tarea, escuche el chillido del maldito insecto, aun mas fuerte que otras veces, se escucho junto a mi cama, voltee para verlo, por reflejo natural, y ahí estaba, era el insecto, pero, para mi desafortunada sorpresa, no era un insecto normal, era un desgraciado y abominable insecto de mas de un metro de largo, tal vez un metro y medio, con algo parecido a una cabeza de bebe o una cabeza humana sin pelos.
Grite tan fuerte como fui capaz, para ver si mi mama o mi papa me auxiliaban, pues no pude moverme por mas que lo intente.
El insecto me veía con esos ojos, casi muertos, era como si por pura coincidencia las pupilas estuvieran vueltas hacia mi.
Escuche los pasos de mis padres, que se dirijian hacia mi habitación, entonces el insecto se oculto debajo de mi cama, descendiendo rápidamente y colándose por aquellos diez centímetros que había entre la cama y la pared en la que se encontraba pegado con sus ponzoñas, patas o pezuñas, como sea que se le llame a esas cosas.
Mis padres entraron, preguntándome porque había gritado, yo solo les dije que algo grande se había metido debajo de mi cama, así que mi Papá, bruscamente, movió la cama hacia un lado, dejando ver en el suelo, debajo de la cama, una horrible y apestosa baba purpura verdosa.
Les explique que un enorme y horrible insecto había estado ahí, era similar a un cien pies, pero gigantesco y con una cabeza similar a la de un hombre blanco y albino, mis papas no creyeron eso, desde luego, pero tampoco me tomaron por un loco, pues la baba púrpura verdosa era algo que ellos, o yo, hubieran visto alguna vez.
El insecto no apareció aquel día, ni siquiera el resto de aquella semana, por lo que olvide al insecto por un tiempo, pues solo fue un susto, uno terrible.
Debo aclarar que, de aquí en adelante, todo ocurrió de una manera muy rápida y descontrolada, para ser mas directos, todo se fue al carajo.
Yo jamas había sido enfermizo, solía jugar en la lluvia, en el lodo, andar en el sol, lo que fuera, por lo que el hecho que cada enfermedad que hubiera en la temporada yo también la contrajera era algo que a mis papas le extrañaba.
Ya no podía salir al sol, porque empezaba a estornudar y a moquear incontrolablemente o simplemente me sangraba por chorros la nariz, no podía estar poquito tiempo en el fresco de la tarde porque empezaba con la tos y las flemas, no podía mojarme poquito con la lluvia porque luego luego me daba gripe, por lo que me fue imposible jugar con mis amigos.
Todo el tiempo lo pase adentro de mi casa, mirando por la ventana a las otras personas pasar por las calles que yo antes recorría sin el miedo de que una estúpida enfermedad me detuviera. Solo estaba ahí sentado frente al televisor o en la computadora, la única razón por la que salia era para ir a la escuela, aunque tampoco me iba bien alli.
Pues si bien, no era yo el mas inteligente de la clase, tampoco no era de lo peor, mi promedio era de 8.7 casi siempre, por lo que fue alarmante para mis profesores que mi calificación pasara de promedio a casi reprobado, la razón, era sencilla, empece a sentirme muy agotado durante las clases, sin energia, sin animo, muchas cosas empezaron a molestarme, cosas que ahora considero simplemente irracionales, mi conducta también empeoro, a los enfadosos que antes simplemente los ignoraba ahora no los soportaba y en dos ocasiones hasta termine peleando con ellos, claro, jamas fui bueno para las peleas, asi que termine la ultima vez en el hospital, seguido de la ya conocida ayuda Psicológica, la cual considero que si funciona, pero sea lo que sea que a mi me estuviera pasando no era normal.

Terminé expulsado de la escuela, pues creyeron que no servia que siguiera asistiendo, aunque eran pocos los días que si asistía, pues solía estar enfermo o simplemente no me sentía con ánimos.
Termine consiguiendo un trabajo mediocre, limpiando un taller de mecánica, por lo que solo me pagaban 200 pesos.
Hasta ese momento creí que la mala pata solo me estaba invadiendo a mi, pues estaba ciego a lo que realmente estaba pasando, solo veía las nubes de mis penas y rencores, mis enfermedades y los males que me aquejaban, sin saber que, otro miembro de mi familia, mi papa, estaba aun peor que yo.
Ni yo ni mi madre sabíamos que papa estaba pasando por una terrible crisis, al parecer su trabajo se había ido a la quiebra, por lo que el termino desempleado, el había trabajado toda su vida en una mueblería y hasta donde yo supe le había ido muy bien, pues realmente de eso vivíamos, pero jamas nos enteramos de como o porque la empresa había cerrado.
La crisis de papa fue tan terrible que apenas y lo veía en casa, tomo un trabajo de velador, en el cual termino tomando el horrible vicio del licor, el cual lo trastorno por completo, ya no nos ayudaba con los gastos del hogar, esa tarea paso de lleno a mi y a mi Mamá, pues Papá prefería gastarlo en licor, cuando no habia para mas tomaba alcohol barato cuando bien le iba, tequila
Una noche escuche su llanto, estaba en el pasillo superior de la casa, junto a mi cuarto, maldecía su existencia, maldecía la existencia de Dios e incluso la existencia de mi Madre y la mía.
Aquellos quejidos continuaron por mas de una hora, en la cual pude sentir como su voz se iba embriagando mas y mas, hasta que las maldiciones se convirtieron en simples burlas, en las cuales se burlaba de mi, de mi Mamá y todo lo que lo rodeaba, ganas no me faltaban de abrir la puerta y golpearlo tan fuerte como me fuera posible, en ese momento lo odiaba !
Siguio asi, burla tras burla, cada vez menos soportable, hasta que no pude mas,abri la puerta, mi intención era golpearlo, si se pudiera, hasta dejarlo sin sentido, pero al abrir la puerta solo me tope con el cuerpo inerte y sin vida de el, balanceándose muy levemente de un lado a otro, colgando de una cuerda que había sido amarrada de uno de los soportes del techo, pues el pasillo jamas habia sido reparado al cien por ciento.
El estaba muerto, yo estaba paralizado del horror,pero a la vez sentí un morbido alivio difícil de explicar, intente caminar hacia las escaleras, pues pensaba en contarle lo ocurrido a mi madre, pero justo cuando le di la espalda al cuerpo que colgaba del techo, escuche nuevamente los quejidos de mi papa.
Las piernas me fallaron, termine hincado frente a las escaleras, la espalda ahora me dolia de tanto temblar, pues aquella voz seguía brotando de los labios muertos de mi padre, maldecía a la vida, maldecía a Dios, me maldecia a mi, pero lo hacia muerto y con un sarcasmo que yo no podía soportar.
Entonces, al ver que mis pies no reaccionarian, decidí simplemente impulsarme con mis manos escaleras abajo, cayendo hasta el piso inferior, en donde escuche por ultima vez: -Maldito seas tu, demonio maldito-
Nuevamente pase por el mismo proceso que antes había vivido, la ayuda psicológica, los estudios de salud y las otras estupideces que no servían de nada, finalmente pude volver a casa.
Era un miércoles, eso lo recuerdo muy bien, cuando entre a mi habitación y, por primera vez en un largo tiempo, me tope con aquel libro de cuero rojo, lo tome y lo abri, ahora tenia en su interior muchos signos desconocidos, por lo menos hasta la mitad del libro, algo que me preocupo bastante, pues después de todos los incidentes, mi mama se había vuelto cristiana o algo asi, por lo que tener aquellos signos y dibujos en un libro podía ser algo malo para su salud, la cual tampoco era muy buena.
Escondí el libro en un cajón, uno que jamas usaba, pues ahora sentía que aquel libro no contenía nada bueno.
La casa empezó a volverse un lugar muy pesado en cuanto al ambiente se trataba, por las noches debía lidiar con el sonido de las patas de un insecto que caminaba por las paredes, el cual ahora estoy seguro que era el mismo, y de los lamentos dolidos me mi padre, que, fantasmagóricamente se escuchaban en ocasiones detrás de los muros.
Una noche, mientras dormíamos, se escucho el sonido de la puerta, la habrían y cerraban una y otra vez, después fue la de la entrada de la casa, después las ventanas y las otras puertas de adentro, todas al mismo tiempo, se empezaron a escuchar murmullos por todos lados, pasos que iban y venían, sonidos desgarrantes por aqui y por alla, de repente las cosas caían, sin motivo aparente, sentí horror, mi mama entro a mi habitacion horrorizada tambien, solo nos abrasamos y nos tiramos al suelo, mientras el estruendo de miles de personas que, obviamente, no estaban ahí nos derribaba, risotadas, carcajadas, gritos y maldiciones por todas partes.
Cuando finalmente termino todo salimos a revisar que había ocurrido, lo que vimos fue algo increíblemente perturbador, miles de huellas tapizaban, no solo el suelo, sino también las paredes y el techo con manchas de lodo con forma de pies humanos, los objetos como retratos, muebles, sillas, la televisión y demás cosas, platos, se encontraban destrozadas en el suelo, los azulejos del baño destrozados, como si algo de buen tamaño hubiera pisado ahí.
Aun no paraba de temblar, cuando, por entre mis pies paso aquel insecto gigantesco, el cien pies que hacia unos años habia visto en la pared, precisamente, tenia una cabeza similar a la de un humano, pero sin nariz no pelo, di un gran brinco hacia atrás, aquella cosa había rozado mis pies y se dirigía hacia la sala, en donde se encontraba la televisión destrozada, al igual que la mayoría de las cosas de la casa.
Mi mama solo balbuceaba, sin decir nada realmente, estaba terriblemente confundida y asustada, yo en realidad no lo estaba, solo estaba asustado, horrorizado, pero sabia muy bien que todo era mi culpa.
Me diriji a mi habitacion, entre y, justo como lo esperaba, el libro estaba justo encima de mi cama, lo tome y se lo mostré a Mamá.
Esta vez el libro contenía cosas que antes no había visto, dibujos, garabatos, de criaturas extrañas violando a personas en lo que parecía ser el infierno, métodos de tortura y castigos que ni siquiera la terrible inquisición hubiera podido imaginar.
Mi mama me miraba con un terrible asco, pues era muy creyente de cosas como la brujería, fantasmas y demonios, empezó a regañarme, a reclamarme porque no se lo había dicho, porque lo había conservado, porque no lo había tirado.
No pude decir una sola palabra, pues sabia bien que todo era probablemente mi culpa, la mala vibra que nos invadió a mi y a los demás, la crisis de mi papa y su muerte, los acontecimientos inexplicables, todo.
Yo no recuerdo si lo siguiente realmente paso, pues justo despues mi cabeza empezó a arder terriblemente, en un instante todo se volvió negro y despues desperte en una camilla de un hospital.
Ahora la policía me quiere arrestar por el asesinato de mi propia madre, esa tarde un grupo de policías se acerco y me tomaron por la fuerza, ahora no entiendo que hice o que paso, pero según la investigación forense, yo había descuartizado con un vidrio el cuerpo completo de mi Máma, la sangre estaba en mis manos, el vidrio había lacerado la carne. Pero... yo no lo recuerdo!

No hay comentarios.:

Publicar un comentario