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lunes, 19 de septiembre de 2016

LA PERTURBADORA HISTORIA DETRÀS DE JAMES DEAN. PARTE 2. Ely Ortiz








LA PERTURBADORA HISTORIA DETRÀS DE JAMES DEAN. PARTE 2.
James decidiò conducirlo en compañìa de Rolf, los 500 km. aproximadamente que lo separaban del circuito, ya que querìa saber como se iba a comportar a la hora de encarar la carrera.
Como iba muy de prisa un oficial de trànsito lo parò y le puso una multa por exceso de velocidad y poco despuès el Porsche recibiò el impacto de otro coche que no lo vio, incrustàndose contra un poste del tendido elèctrico.
James no llegò a pisar el freno, porque suponìa que el otro coche iba a frenar, de hecho le dijo a su acompañante "tiene que detenerse, tiene que vernos", pero no fue asì y el "pequeño bastardo" se estrellò quedando convertido en un amasijo de metal.
Los dos salieron despedidos, pero James muriò camino del hospital con el cuello partido, mientras que su mecànico sufriò varias lesiones pero ninguna de gravedad, se destrozò una pierna y se rompiò la mandìbula.
Por su parte el conductor del otro vehìculo, yacìa ileso en la carretera en estado de shock mientras repetìa una y otra vez "no lo vi, juro que no lo vi", porque claro que los rayos del sol reflejados en la carrocerìa de aluminio habìa convertido al coche en invisible al ojo humano.
A partir de aquì "El Pequeño Bastardo" comenzò un largo viaje lleno de infortunios que acabò dejando una estela de cadàveres y heridos hasta 1960, año en el que se perdiò su rastro.
El mismo dìa del accidente, el conductor que transportaba los restos del vehìculo accidentado, falleciò aplastado por el coche.
Dìas despuès George Barris comprò el amasijo metàlico, pero una vez en su taller, el coche se deslizò inexplicablemente partiendo las dos piernas a uno de los mecànicos.
Tras esto George decidiò venderlo por piezas, lo deshuasò y vendiò el motor, el chasìs y las ruedas a tres personas diferentes para que las pudieran añadir a sus respectivos coches de carreras.
Sin embargo, de entre los que participaron en carreras con las piezas del coche instaladas en los suyos, uno perdiò el control del vehìculo y chocò contra un àrbol perdiendo la vida en el acto.
El otro, el que poseìa el chasìs resultò gravemente hèrido tras sufrir un accidente en una curva del circuito.
Por su parte la persona que habìa adquirido las ruedas, curiosamente se le reventaron las dos a la vez, acabando en una cuneta.
Mientras el coche con el chasìs de James Dean se encontraba en el garage, un hombre perdiò uno de sus brazos al intentar robar el volante.
Al final, su propietario ante tanta desgracia, decidiò cederlo a la policìa de tràfico para una exposiciòn ambulante, sobre los riesgos del exceso de velocidad.
Con motivo de una de èstas exhibiciones, el ya denominado el "porsche del averno" en el dìa de la inauguraciòn se cayò del pedestal que lo sostenìa rompiendo la cadera a una adolescente.
En otra ocasiòn, estando el coche cargado en el camiòn, al camiòn le fallaron los frenos aplastando a un coche aparcado.
Tambièn se produjo un incendio en el garage en donde se encontraba y todos los vehìculos que estaban ahì quedaron carbonizados, salvo "el pequeño bastardo" que no sufriò daño alguno.
Màs tarde, con motivo de una exposiciòn de seguridad vial, el vehìculo fue trasladado a Oregon, donde el conductor que lo transportaba perdiò el control y el camiòn acabò estrellàndose contra un edificio, perdiendo la vida.
En 1959, mientras se encontraba en otra exposiciòn en Nueva Orleans, el porsche sin causa aparente se desmoronò y se partiò en 11 piezas, estaba apoyado precisamente en una solida base de hierro.
CONTINUARA...

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