Todo transcurría normal, nos estabamos divirtiendo, hasta que vi esa ardilla que trepaba por un árbol, me emocioné mucho pues jamás había visto una, y lo que hice fue gritar a todo pulmón para que mis compañeros la vieran
-¡miren una ardilla, ahí, en el árbol!-…
pero la ardilla me jugó una mala pasada ya que se escondió y yo quedé en ridículo ante la clase y como nunca falta el más burlón del salón, Estéban estuvo ahí para aumentar el tamaño de mi herida
-si, como no…seguro la ardilla de Bob Esponja ¿no? ¡cállate niño ardilla!-
En ese momento me dió un empujón que me hizo caer sentado en el lodo; todos se reían de mi y de ahí por el resto de la tarde me convertí en el "niño ardilla". Es de los momentos en que quieres desaparecer.
-mi mamá me puso jícamas, ¿gustas?-
-no niño ardilla, me vaya a volver ardilla como tú ¡guacala!-…
Ahora hasta Susy, mi más tierno objeto de amor infantil, se estaba burlando de mi….Me levanté y me fui a comer solo y juro que aún cuando me separé del grupo, podía escuchar sus burlas. Llegó el momento de subir de nuevo al autobús, y la maestra me dijo que mejor me sentara hasta adelante, justo detrás del asiento del chofer, pensando yo creo, que ahí me protegería de las burlas. No fue asi, Esteban y sus compinches ya hasta habían compuesto una canción del niño ardilla, y en mi mente todo se agolpó: ardilla,ardilla, ardilla… ¡ardilla!
Lo siguiente que recuerdo es como si hubiéra sucedido en cámara lenta… pasaba el autobus escolar entre el monte y el barranco… barranco que terminaba en un pantano… recuerdo haber tomado un extinguidor que pendía en la pared del autobús…No fue un accidente, fue un acto deliberado, quise hacerlo, tenía el odio metido en mi alma…golpeé muy fuerte al chofer del autobús en la cabeza… De ahí todo se volvió confuso…el autobús volcó y cayó en el barranco, para terminar hundiéndose en el pantano, nadie sobrevivió, fueron muriendo lentamente, a medida que el agua lodosa devoraba aquel el camión amarillo, yo simplemente, me senté en el piso del camión a escuchar como uno a uno, sus gritos de miedo se iban apagando, ahora era yo quien reía...al final todo quedó en silencio.
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