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lunes, 11 de abril de 2016

LA CASA DE LA VICARIO Christian Perales





LA CASA DE "LA VICARIO"
CAPÍTULO 8.
Solo quiero irme a casa.... siempre lo decía cuando estuve en guerra, y ahora estaba en lo que alguna vez había sido mi hogar pero era aún peor que la zona de guerra, tenía tantas interrogantes en la mente: ¿acaso aquella casa era la antesala del infierno? ¿que era, con exactitud lo que habíamos vivido en ese lugar?
Volví con el coronel a mi casa, durante el trayecto no dijo una sola palabra, como si de pronto aquel hombre de guerra se hubiese desmoronado, se veía hundido en profundas meditaciones, y no era normal, pues hast en los moments más cruentos de la guerra, siempre había sabido inspirarnos, nunca por ningun motivo dejó decaer el ánmo en sus hombres.
-Coronel ¿se siente bien?....-
-Necesito descansar muchacho....-
-eso haremos, en casa podrá dormir, asearse, mañana desayunaremos temprano-
-Suena bien soldado....-
Finalmente llegamos, y nos acomodamos para dormir, el coronel me pidió de manera encarecida que le permitiese dormir en la sala, lo cual era innecesario, pues había una habitación libre en la casa...
-¿sabes soldado?. me acostumbré a vigilar, te va a sonar un poco absurdo pero no puedo dormir si no tengo vista de las calles, necesito sentirme a salvo-
-Está bien coronel, pero si cambia de opinión podría....-
-Ve a dormir Martín....-
-Está bien coronel, descanse-
Otra mala noche para mi: en el menú de mis sueños solo habían imágenes de la zona de conflicto y esta noche no era la excepción, me tocó soñar una imágen recurrente, era una mezcla de sueño y recuerdo, había una jóven, no recuerdo el nombre que tenía, pero un día simplemente llegó a nuestra base y se hizo nuestra amiga, ella sabía que en el fondo cultivando la amistad de los invasores, mantendría a salvo a su familia, con el tiempo le llegamos a tomar mucho aprecio y confianza, y es eso loq ue terminó por perjudicarnos. Una tarde cuando ella llegó a la base, nos llevó algo de pan y pensamos por un momento que era una más de sus ofrendas de paz, pero no fue así, resulta que además llevaba 12 kilográmos de exploxivos plásticos ceñidos a su cuerpo. No lo vimos venir, y ahora yo soñaba ese instante en el que se hizo detonar, mi mente revivía el momento en el que esa chica se convirtió en una masa de fuego, generando una niebla roja, y se le llama así por que es la seangre de quien se hace detonar impregnando el ambiente que la circunda, y se repetía toda la escena, mis amigos, mis compañeros en el suelo, con el rostro desfigurado al haber sido alcanzados por la explosión, algunos de ellos sin un brazo o una pierna, solo que en esa pesadilla que estaba teniendo, yo no paraba de reír, mientras me lavaba el rostro con la sangre de aquella joven o quizá la de mis compañeros.
Desperté de golpe, sintiendo el corazón agitado, tenía mucha sed, miré el reloj y eran las dos de la madrugada, en casa todo estaba en tensa calma, el silencio apenas se interrumpía un poco por el sonido de una lluvia ligera que recién había comenzado a caer, me levanté del suelo y decidí ir a la cocina por agua, apenas había salido al corredor cuando en la ventana de la sala vi una enorme silueta, que se erguía entre las sombras, era el coronel, estaba ahí parado, montando guardia, de pie en una posición tan gallarda que parecía que seguía en el campo de batalla, su mirada estaba postrada en la calleja vacía, aún así y pese a que me inspiraba confianza por tantas cosas que habíamos vivido en la guerra, me acerqué con cautela y le hablé en voz baja, como si nos ocultáramos de un enemigo invisible.
-¿coronel?¿está usted bien?....-
-Nos descubrieron Martín, saben que estamos cerca....-
-¿quienes coronel?....-
-Shhhh no hables, ellos están cerca.... en la casa... esa casa... son demasiados....-
Por un momento llegué a pensar que el coronel estaba teniendo alguna alucinación propia de quien padece estrés post-traumático, hasta que me asomé a la ventana y vi hacia la casa de los asesinatos, pude ver claramente una gran cantidad de sombras, que parecían entrar y salir de las paredes, se que no solo yo lo veía, el coronel también.
-¿ahora entiendes de lo que te hablo Martín?.... y no solo eso... tenemos unos traidores-
El coronel me señaló hacia lo que constituía el jardín de aquella lúgubre casa, y pude ver nuevamente a mi compañero, aquel que fuera mi vecino y que había muerto en medio oriente con el cuerpo destrozado, caminaba entre las sombras, como si vigilara la zona.
-¿estás viendo eso Martín?....-
-si... si lo veo....-
-ellos han despertado....-
-Tal vez estamos demasiado cansados coronel....-
-Quizás.... haremos un trato... solo por esta noche olvidemos que esto sucedió, mañana veremos que hacer, solo no hay que bajar la guardia...-
Pese a todo, seguía siendo extraño que el coronel tratara de restarle importancia al asunto, pero quizás por un momento los dos estábamos sufriendo un ataque de histeria colectiva, lo mejor era intentar dormir
-Coronel: me voy a mi cuarto.....-
-No bajes la guardia....-
-No, pero en serio, debemos descansar, aquí estaremos a salvo....-
Después de eso, volvimos a dormir, y al menos para mi, por primera vez en mucho tiempo fue una madrugada en la que el sueño profundo se apoderó de mi, desperté a eso de las siete y de inmediato fui a ver como había amanecido el coronel, y de hecho lo encontré en la cocina, preparando el desayuno, y una vez más su semblante era el de siempre, como si nada de lo de la noche anterior hubiera sucedido.
-Hola Martín, espero que no te moleste, estoy preparando el desayuno....¿no se supone que vivías con tu mamá-
-Ella es enfermera, no regresará hasta esta tarde....-
-Bueno, no hay que estar con el estómago vacío ¿no crees?....-
-Coronel ¿está usted bien?-
-Claro ¿por que no habría de estarlo?-
-Lo de anoche....-
-Creo que tuvimos una alucinación, tal vez solo fue nuestra borrachera-
-Pero.....-
-Ya, hay que olvidar el asunto... hoy saldré tengo muchas cosas que hacer, así que si me permites volveré hasta esta noche,-
-Claro coronel, quédese el tiempo que guste....-
Había algo en ese coronel que no me estaba inspirando confianza, sin embargo le resté importancia, después de todo éramos hermanos en armas, solo contaba conmigo, olvidé el asunto y seguí con mi día...
CONTINUARÁ

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