SUCUBO Eduardo Liñan

leyendas pañaflor. SUCUBO

Escrita por Eduardo Liñan
Relato Basado en una experiencia real

Hace algún tiempo en una excursión que hice a unas cascadas cerca de la ciudad de Valles, llegamos a un pueblito a orillas del río Tampaón, acostumbrábamos acampar y por la noches.

Con cielos estrellados, nos sentábamos alrededor de una fogata y contábamos historias para no dormir; el señor que nos sirvió de guía en aquel entonces, nos contó una historia de una bella mujer que se aparecía por los caminos y seducía a los hombres, y que posteriormente los afectaba tanto que se perdían a si mismos y terminaban suicidándose y los que sobrevivían quedaban tan afectados física y emocionalmente que eran muertos en vida.

Perdían las ganas de vivir, este mismo señor nos prometió llevarnos a conocer a un supuesto sobreviviente de los encantos y ataques de aquella misteriosa mujer, a la noche siguiente y después de un largo recorrido, conocimos al supuesto atacado, era un hombre ya mayor, moreno y con rasgos huastecos, vivía en una choza con techo de palma y paredes de bambú, sus posesiones eran mínimas y estaba recostado sobre una cama hecha de maderos viejos, el ambiente olía a leña y aceite rancio, observaba que tenia varios padecimientos entre ellos las huellas de una embolia que le había paralizado la mitad de la cara, dejándole un rictus terrible.

Nuestro guía nos presentó y le pidió que nos contara su experiencia y entre balbuceos y palabras nos platicó acerca de una mujer, que se había encontrado una noche en el camino.

Èl regresaba de juntar leña y vio a lo lejos que estaba parada como esperándolo, ataviada con un vestido ceñido al cuerpo hecho de manta, que dejaba ver sus magnificas formas, de cabellos rubios y de rostro limpio y hermoso, el pensó de inmediato que se trataba de una turista.

De pronto la mujer se saliò del camino y el hombre aquel tan solo siguió por su lado, dijo que mientras caminaba, escuchò un chistido y al voltear cual fue su sorpresa al ver a la mujer desnuda y llamándolo para que fuera con ella, el hombre presa de la lujuria al contemplar a aquella visión, no dudo en dejar la leña para ir a su encuentro, la mujer en un movimiento se arrodillo ante el con un claro ofrecimiento de los placeres que le esperaban, el hombre no se pudo resistir, y al estar con ella cerrò los ojos y cuando los abriò volteò para mirar y deleitarse, solo que, se llevò una terrorìfica sorpresa.

Cuenta que la mujer bonita tenia ahora un rostro horripilante y fétido, negro y con ojos saltones, cuando quiso quitar de golpe a aquello, este ser mutiló al hombre en sus partes, mientras le daba una senda golpiza y ya no supo más, sobrevivió a sus heridas y desde ese entonces vivía encerrado en su jacal.

Para comprobar lo que nos decía, se dispuso a mostrarnos sus heridas.

En efecto, estaba castrado y tenia profundas marcas en el abdomen, espalda y piernas.

Como de araños y piel quemada.

Después de aquello nos inquietamos tanto que no pudimos dormir, en vez de eso seguimos caminando por la noche a nuestro destino, era ya de tarde del día siguiente cuando llegamos a un paso de lanchas y vimos a una mujer muy hermosa sentada en una de ellas, era tan bella que no era común en esos sitios, parecía del tipo americana, rubia y con un cuerpo voluptuoso, no quisimos seguir y nuestra sugestión hizo que nos regresáramos sin visitar aquel lugar, yo aun pienso en lo vivido y me inquieto.

Quizá la mujer era una turista más, pero eso jamás lo sabré.

Tiempo después de que ocurrió este evento, uno de los acompañantes con los que íbamos, fue atacado en su casa, victima de un brutal asesinato, lo mas extraño es la forma en la que murió, castrado, tasajeado y mutilado de las manos y pies.

Días antes de este hecho, perdimos contacto con èl y al buscarlo en su domicilio los vecinos nos comentaban que las veces que iba llegaba ebrio o drogado, acompañado de una mujer muy bonita.

Después de su muerte, los mismos vecinos nos contaron que la noche que murió, vieron entrar a la pareja,  màs sin embargo no vieron salir a nadie del humilde cuarto donde vivía.

Hasta el día de hoy su muerte sigue siendo un misterio y para nosotros en especial para mi, es ciertamente estremecedor.

Eduardo Liñan