CAPÍTULO 12.
Comencé a conducir aunque dedo decir que ignoro por cuanto tiempo, pues nada en aquel sitio tenía un sentido, las cosas no eran como en nuestro mundo aunque eran muy similares, solo que al parecer algo terrible le había sucedido a este mundo. No podía precisar que era, pero era simplemente desolador, a las orilla de la carretera alcanzaba a ver las ruinas de lo que alguna vez fueron ciudades, casas abandonadas, la mayoría víctimas de un incendio que devoró su interior dejando un cascarón humeante como mudo testigo de una catástrofe, también habían muchos vehículos, coches camiones, automóviles de todas clases y tamaños, lucían abandonados en la misma posición en la que aguardaban a que el semáforo cambiara de luz, algunos de ellos ostentaban huellas de manos ensangrentadas y ello me hacía entender que quienes murieron dentro padecieron heridas y dolores insoportables.
Para donde quiera que dirigiese la vista, me encontraba con vestigios de lo que alguna vez fue una civilización similar a la nuestra, televisores destrozados, enterrados entre montañas de basura,, restos del progreso mal entendido, ya nada servía, nada tenía sentido. Decidí que era hora de reportar mis movimientos al doctor Casas, así que de nuevo utilicé el radio.
-¿Alguien me escucha?... cambio...-
Las reglas que rigen a un mundo civilizado deberían ser las mismas que rigen a uno destrozado, nunca debí distraerme tanto con el radio, pues de repente vi un pequeño vuelto, algo como una sombra pasar frente al auto y después de eso sentí como pasé las llantas del vehículo sobre algo, no era común, conocí esa sensación en el mundo real, había arrollado a algún animal. De inmediato detuve la marcha de aquel coche y me bajé para tratar de encontrar algo de divisar algo en la total obscuridad. Pero no veía nada, solo escuchaba el sonido de una débil respiración cerca de mi, pero la obscuridad era tanta que casi era imposible ubica de donde provenía esta respiración, así que decidí pasarlo por alto y conducir de nuevo, pero cuando estaba a punto de subir al coche de nuevo, escuché una voz que me reclamaba.
-¿que no tienes un poco de consideración?....-
Y por increíble que pudiese parecer el hecho resultó que aquello que había arrollado con el coche, era un enorme labrador dorado, y efectivamente, él era quien me hacía el reclamo.
-Puedes hablar....-
-Claro que puedo hablar y hacer muchas cosas, de hecho si no tuviera prisa te haría pasar los tormentos más insufribles, pero ahora estoy buscando a alguien....-
-Tranquilo amigo....-
-Tranquilo tú, tu forma de conducir te conducirá a la perdición... menos mal que soy muy elástico si no ahora estaría muerto....-
-Ya, discúlpame por favor....-
-¿hacia dónde te diriges?....-
-Es curioso por que yo también estoy buscando a algui... en...-
En ese momento me quedó muy claro con quien estaba hablando, quizás por la conmoción del momento no lo noté pero definitivamente ese perro era Jake... el enorme labrador que el veterinario rescató de la casa de los Mathew..
-¡Tú eres Jake....!-
-Vaya... no eres tan torpe como pareces....-
-Ya párale... estoy aquí por que estoy buscando a Finn, tu amo....-
-¡¿encontraste a Finn?!... ¡tú lo encontraste!....-
-No, aún no, pero hace rato alguien me dijo donde está... debo llevarlo a casa...-
-Yo debo cuidarlo hasta el día del juicio....-
-Disculpa ¿qué?....-
-La verdad es confuso... complicado de entender, y yo no debo decirte nada hasta que la reina dulce me lo autorice, mientras tanto debo encontrarlo, se que me necesita por que ahora soy un perro mágico... ¿puedo ir contigo?....-
-Claro pero vámonos ya...-
En ese momento ambos abordamos el auto, por fin ya no me sentía tan solo en ese mundo de locos en el que me había infiltrado, comencé a conducir entre aquellas ruinas, entre edificios y casas colapsadas, entre cascarones de bombas, y fierros retorcidos, mientras conducía trataba de entender lo que sucedía y quizás Jake tendría algunas respuestas.
-¿tú sabes que sucedió aquí?...-
-Pensé que tú lo sabrías, eres el gran doctor que tiende puentes entre los abismos de la mente humana ¿no?...-
-¿así que tú crees que esto es obra de una mente dañada?...-
-De muchas mentes dañadas... ellos lo ocasionaron, de verdad, aquí, no estás imaginando nada, todo esto es muy real, está sucediendo y nos puede devorar...-
-Sigo sin entender... ¿por qué Finn vino a este sitio?....-
En ese momento llegamos a una parte en la carretera..en donde había una área de descanso, junto con ella un letrero, bueno, más bien solo la mitad de este; no se alcanzaba a leer con claridad, pero a medida de que nos adentrábamos en este sitio la temperatura descendía y poco a poco todo aquel paisaje se iba congelando....
-¿Esto es nieve Jake?....-
-Eso parece... tiene sabor dulce....-
-¿te la estás comiendo?....-
-Soy un perro, no puedo evitarlo....-
-Si, eso pensé.... ¿Qué es este lugar?....-
-No lo se pero hace frío....-
En ese momento sentimos un fuerte golpe en la parte trasera del coche, sabíamos que algo nos amenazaba, pero de nueva cuenta, ahora entre la nieve y la obscuridad, no veíamos nada, hasta que de la nada nos dimos cuenta de que habíamos sido rodeados por unos seres cuyo cuerpo estaba hecho de sólido hielo, ellos nos impidieron el paso.
-¡¿Quién osa a entrar en el reino de hielo?!... ahora por su atrevimiento e insolencia morirán-
CONTINUARÁ
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