ESTA ES UNA FIESTA....
Memo era un niño hasta cierto punto feliz, pese a sus carencias y no me refiero precisamente al dinero, si no que de lo que carecía el era del cariño de sus padres. Vivía en una elegante residencia en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de México rodeado de lujos y con una economía creciente. Pero ocasionalmente le causaba un vacío enorme el hecho de que sus padres estuvieran siempre trabajando, viajando a todos lados y él se quedaba en casa en compañía de su nana y sus guardaespaldas. ¿existe más soledad que eso?.
Sin embargo, la noche del 1 de noviembre las cosas cambiarían para él.....
Como cada noche subió a la terraza de la residencia a contemplar las luces de la cuidad, quizás ese era el momento más solitario de su vida, pues al estár ahí, le personal que se encargaba de su custodia no estaba con el, simplemente se sentaba ahí mientras su nana y sus escoltas cenaban y se preguntaba ¿que estarán haciendo las personas que viven allá?. Pero esa noche, la noche de difuntos vio algo que le causó una emoción inmensa. Una gran procesión caminaba por las calles, y se veían muy alegres, cantaban y bailaban mientras iluminaban su camino con velas de todos los tamaños, aquello era un gran espectáculo, algo que llenó de calor el corazón de Memo.
-quiero ir ahí.... ¿será?....-
Cuando eres niño simplemente la vida es simple, no piensas, no entiendes de consecuencias, ni de riesgos, así tengas uno de los apellidos más aristocráticos de la ciudad, así que Memo simplemente lo hizo, salió con total sigilo de la mansión y se las arregló para burlar a sus dos escoltas, a su nana e incluso al personal de la caseta de vigilancia del fraccionamiento donde vivía. En pocos minutos se encontraba en la calle semidesierta de la selecta colonia donde moraba. Como pudo encontró a la procesión que ya iba a algunas cuadras de distancia. Quería unirse, quería compartir ese instante con ellos, y no le importó que en ese momento la diferencia entre ellos se hiciera visible, ellos no tenían más que las ropas que tenían puestas, la mayoría de las personas que integraban la procesión eran muy delgadas, un poco pálidas pero se veían felices.
Apenas se había incorporado a aquel grupo cuando una pequeña niña notó su presencia y comenzó a platicar con el.
-Hola....¿eres nuevo aquí?-
-Si, ¿Qué están haciendo?....-
-Vamos a pedir calaverita a las casas, pero aquí no nos han dado nada.... así que ya nos vamos a otro lado....aquí en esta parte de la ciudad no celebran el día de muertos....-
-Es que.... ¿puedo ir con ustedes?....-
-¡Claro!... mira, yo soy Carlita... él es Martín y el es mi abuelito Germán.... oye, pero vamos a caminar mucho ¿no importa?...-
-No... no importa... yo soy Memo... memo Rivadeneira...-
-Oooorale-
En ese momento el abuelito de Carlita interrumpió la charla de ambos niños....
-Aquí con nosotros olvídate del apellido... disfruta de la fiesta, nadie es nada aquí... hay ricos, pobres, altos, chaparros, flacos, gorditos... pero eso no importa, importa lo que tengas en tu corazón... dame la mano pequeñín, tenemos muchas casas que visitar esta noche....-
Y fue una promesa cumplida, visitaban los hogares donde las luces de las veladoras indicaban que había una ofrenda, entraban muchos de ellos y salían entusiasmados, con sus manos llenas....
-¡miren aquí hay pan....! ¡y arroz con leche!....- Decían algunos
-¿no te dieron tejocotitos?.... no pero ahora vamos a casa de Reinaldo....-
Y en la casa de Reinaldo había Tequila, cigarrillos para quienes fumaban, música y copal. Y así iban a otras casas....
-Mira Memo: calaveritas de azúcar y chocolate... ¿quieres una? me dieron muchas...-
-Gracias Carlita...-
Se escuchaban aquí y allá con gran entusiasmo y algarabía los comentarios de los que integraban aquel tumulto....
-¡En la casa de Quetita hay tamalitos... vamos!.....-
Y así, casa por casa la noche fue avanzando entre cantos, risas, comida y genuina alegría de quienes integraban aquella procesión. Hasta que ya entrada la madrugada, como todo en la vida y en la muerte se termina, era hora de regresar a casa, había llegado la hora de la despedida. Don Germán se acuclilló para hablar con Memo.
-Bueno chamaco, te vamos a acompañar a tu casa y de ahí nosotros ya nos vamos a casa también....-
-¿ya?... ¿tan pronto?.... ¿no puedo acompañarlos?....-
-Ay muchacho... pensé que no tendría que decirte esto pero no, no puedes venir, todavía tienes mucho que hacer.... y nosotros... simplemente no podemos llevarte a donde vamos, nosotros no decidimos eso....-
-¿por qué?.....-
-Ay chiquitín.... es que creo que no lo haz notado... pero nosotros estamos... muertos.... espero que no te asustes....-
-No... eso no me asusta... ustedes son mis amigos.... ¿de verdad no puedo ir?¿o no pueden quedarse conmigo?....-
-Tal vez ahorita no lo entiendes, pero como te dije: tienes mucho que hacer aquí en la tierra todavía, nosotros.... tenemos el permiso divino para llegar solo esta noche, estamos con quienes nos amaron y aún nos aman, y no nos olvidan, todo lo que viste... el pan, la música, las flores, las frutas... son nuestras ofrendas, es lo que quienes se quedaron nos ponen...-
-pero... esta noche fui muy feliz....-
-Y lo serás... si tú no nos olvidas, tampoco lo haremos nosotros.... el próximo año te invitaremos a acompañarnos también, pero hoy tienes que regresar a tu casa...-
-Está bien don Germán... pero prométame que el próximo año regresarán....-
-¿Ves esta velita?... quiero que tú la tengas, el próximo año quiero que el 1 de noviembre la enciendas, la pongas cerca de tu ventana... nosotros la veremos y así vamos a saber que no nos olvidaste... y vendremos a visitarte...-
-Les juro que les pondré el pan más sabroso que hayan probado, y también copal....-
-Seguro que si... ahora.... ya entra a tu casa para que podamos irnos....-
Como si se tratara de algo más de magia, sin darse cuenta, Memo ya estaba frente a la puerta de su casa... se despidió de todas las ánimas y les reiteró su promesa de colocar un altar de muertos con toda la devoción que había en su alma de niño, antes de entrar, miró hacia atrás y pudo ver como sus nuevos amigos se alejaban y desaparecían en medio de la noche. Nadie en casa de Memo se dio cuenta de que él se había ausentado por tantas horas. Guardó la velita que le había dado don Germán y se fue a dormir.
Al día siguiente despertó con la voz de su papá hablándole:
-Memo... despierta hijo....-
-¡papá!....-
-Vaya... no estabas dormido... pensé que habías muerto jajajajaja....-
-papá... fíjate que ayer.... en la noche....-
se detuvo antes de decirlo, sentía un cierto temor plenamente justificado de que su papá no le creyera....
-¿En la noche que?.....-
-Nada.... -
-Bien ahora necesito que te vistas por que quiero que me acompañes a la construcción... nuestra empresa está construyendo una zona residencial como nunca... y después vamos a ir al cine....-
-Si pá....-
Memo salió de su cama sin saber si lo que había vivido durante la noche había sido un sueño, pero sus dudas se disiparon al ver que la velita que Don Germán le había dado, seguía ahí, en el cajón de su ropa.
-Entonces si sucedió....-
No tuvo más tiempo de asimilarlo, salió con su padre y fueron a contemplar una inmensa obra que la constructora de su padre estaba edificando, al llegar un ingeniero civil le habló al padre de Memo
-Señor, todo está bien... solo que tenemos un pequeño problema... el panteón... necesitamos moverlo....todo....-
En ese momento, aquel ingeniero señaló hacia un sitio del terreno en construcción era un viejo panteón bastante derruido, pero conservaba cierta algarabía que había dejado tras de si el festejo de la noche anteror y cuando los tres se acercaron Memo pudo leer incluso las inscripciones de las lápidas:
...."Quietita Robledo... recuerdo de tus nietos....".... "Germán Gómez... 1939-2006".... "Carlita Gómez Dios guarde tu alma angelito"....
-Ellos... son mis amigos... ¡papá!... no pueden mover el panteón...-
-¿por qué?... .
-ellos están descansando... si los mueven su alma no encontrará el camino de regreso....-
El papá de Memo pensó lo que su hijo decía por un momento, jamás lo había visto tan eufórico por algo.... finalmente le respondió al ingeniero....
-No.... ya escuchaste a mi hijo... este panteón no se mueve de aquí... busca alguna solución, cambia algo en los planos.. hay que hacer que funcione....-
-Si señor....-
-Y una cosa más.... quiero que embellezcas este sitio, lo más que se pueda, destinaremos más presupuesto, lo que sea, pintura, reconstruyan la barda, planten pasto y árboles... consigan bancas...es un sitio de descanso... ¿puedes inge?...-
-Si señor....-
-Está bien, eso es todo... los veo el lunes....-
...... UN AÑO DESPUÉS....
Las cosas han cambiado en la vida de Memo, sus papás pasan más tiempo con el, su padre lo está guiando con miras a convertirse en ingeniero civil, y el afirma que desea ser un ingeniero de panteones, quizás incluso esté inventando una nueva rama de la ingeniería... lo cierto es que esta noche, Memo ha terminado de poner su ofrenda sin olvidar colocar la vela que don Germán le dio... y ya se fue a dormir... lentamente durante la noche la puerta de su habitación se abre, mientras que un sutil aroma a copal impregna el ambiente. Una pequeña carita se asoma, Memo reconoce quien es a pesar de que aún está medio dormido....
-¿Carlita?....-
-Si Memo... ¿vas a salir a pedir calaverita con nosotros....?.....-
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