Amigos de grupo Anècdotario, êste blog ha sido creado para que se nos facilite la bùsqueda de todas las anècdotas,historias, reflexiones, cuentos cortos, leyendas de Mèxico y el mundo, etc. Es un blog apto para todas las edades y en èl todos hemos puesto nuestro granito de arèna. Aquì està la recopilaciòn de nuestras aportaciones y se los dedico con todo mi cariño.

martes, 20 de diciembre de 2016

LA AVENIDA Juliana Cruz


LA AVENIDA.

Esto sucedió cuando yo era una niña de aproximadamente 11 años, mi hermana de 9 años y mi madre.
Veníamos caminando por la Avenida central poniente, mi madre en medio, mi hermana y yo cogidas de su mano una a cada lado.

En Tuxtla Gutièrrez, una avenida muy transitada de autos particulares y de vehículos de transporte público.

Regresábamos de la casa de mi tía caminando ya que era cerca. 
Eran casi las 5 de la tarde, en el horizonte siempre resalta a la vista unos edificios altos de una unidad habitacional muy grande.
Seguíamos caminando en un trayecto que hacíamos frecuentemente y casi todos los días, sólo faltaba una cuadra para doblar la esquina y llegar a la casa.
Algo sucedió. Nos invadió un silencio sepulcral, algo absoluto... absoluto, y nos encontramos en un paraje futurista donde la avenida era anchísima, casi el triple de su ancho normal, no habían carros, todo estaba desierto pero había a los costados sembradìos como de trigo bajitos, casi todo era a nivel del suelo.
Nos encontrábamos paradas en una vereda de una avenida también ya que el suelo de ésta parecía asfaltado.
El cielo era rosado, casi lila y en vez de ver los edificios de la unidad, veíamos una cúpula gigantesca plateada con puntas sobresalientes.
Nos quedamos admirando ese panorama por varios segundos.

Luego, intempestivamente escuchamos los autos la bulla normal de la Avenida y nos dimos cuenta de que estábamos nuevamente en la avenida central.

Seguimos nuestro camino y de pronto comenzamos a preguntar a mi mamá qué había pasado.

Ella tampoco se lo explicaba... No estábamos asustadas, estábamos sorprendidas y admiradas ya que en ese lugar se sentía mucha paz.

Cuando llegamos a casa mi papá estaba sentado en la sala, hablando por telèfono, y cuando nos vio dijo que ya estabamos ahi.

Mi mamà le preguntò que con quièn hablaba y el dijo, a donde estaban las ando buscando desde ayer.

Ahora soy una persona adulta. Nunca sabremos dónde nos fuimos esa tarde, la experiencia nunca se volvió a repetir.

Al pasar del tiempo nos mudamos de la zona, pero les juro que esta experiencia fue real.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario