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martes, 20 de diciembre de 2016

LEYENDAS SOBRE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Ely Ortiz


LEYENDAS SOBRE LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL.

Los siguientes párrafos conforman una lista sobre algunas leyendas siniestras del capítulo más sorprendente y violento de la historia de la humanidad: la Segunda Guerra Mundial.
El informe de los muertos.
El enigmático caso de tres pilotos de aviones bombarderos Douglas DB-7 Boston, que después de una misión de bombardeo a las defensas alemanas durante la Segunda Guerra Mundial, regresaron a la base con el terror impreso en sus rostros.
El mariscal, quien los recibió, los envió inmediatamente a elaborar su informe y luego les otorgo un descanso para que se relajara y tomaran unas cervezas.
Minutos después, el mariscal recibió la noticia de que estos mismos pilotos habían muerto en esta misión.
Este caso es muy interesante porque se dejó la evidencia física de la manifestación de estas tres almas en pena, que incluso después de la muerte escribieron el informe que contenía una descripción detallada de como murieron en la misión.
El caso es todavía hoy un misterio, como fue posible que ellos pudieran estar en la base, si habían muerto unas horas antes, durante la batalla, y mucho menos creíble es que pudieran escribir exactamente lo que sucedió en la batalla.
La única explicación razonable es que otros tres impostores tomaran el lugar de los pilotos…
Sin embargo, en materia de “hipótesis” es mucho más absurdo que estos tres impostores estuvieran en batalla como para saber exactamente lo que sucedió en esa misión.
Las almas del Pàcifico Sur.
Todas las batallas de la Segunda Guerra Mundial libradas en el Pacífico Sur, fueron sangrientas, sombrías e implacables.
Y tal vez para algunos la pesadilla aun no termina.
Hacia finales de los 50, un reportero de la BBC de Londres informó que había una casa en Kuala Sengalor, Malasia, anteriormente ocupada por oficiales japoneses, donde se podían escuchar resonar los pasos de pesadas botas militares.
Otras fuentes informaron que los pescadores de la isla filipina de Corregidor, ferozmente disputada, siguen viendo patrullas espectrales años después de la guerra.
Hasta la agencia Reuters, la agencia de noticias británica más respetada, escuchó una historia de la costa norte de Nueva Guinea al respecto.
Es como si estos soldados espectrales se perdieran en un lapso de tiempo, para siempre repitiendo el mismo acto que tuvo lugar antes de su muerte.
Los soldados del eterno cañón antiaéreo.
En la primavera de 1944, el Puerto de Hollandia (hoy Jayapura) fue el escenario de una importante invasión aliada.
La isla, ocupada por los japoneses, fue un trampolín a las Filipinas y fue atacada por las fuerzas del general Douglas MacArthur.
Tomados por sorpresa y derrotados, los soldados japoneses huyeron hacia el este y los aliados entraron en la isla.
Los lugareños dijeron que algunos japoneses se quedaron … al menos en espíritu.
En 1956, Reuters informó que los residentes de Hollandia habían pedido a los miembros de un comité exorcizar una cañón antiaéreo japonés abandonado en la playa.
Todos los días, a la medianoche, dijeron, fantasmas de soldados japoneses esqueléticos con cascos parecían manejar el viejo cañón oxidado y velaban la espera de un posible ataque aliado. Y esto se repitió …. todas las noches!
Normandía Negra.
Según cuenta un oficial de Marina Ingles, no identificado, en el año 2000, se relató en documentos oficiales, que el barco en el que trabajaba un marino estaba en Le Havre, Francia, cuando, entonces, alrededor de las 23:45 de la noche, se dirigió al puente para reemplazar el turno con un compañero.
Este intercambio de turnos se conoce como la tumba (graveyard shift) en la Marina.
Al llegar al puente, vio al compañero y al capitán analizando informes meteorológicos, el capitán dijo que no había echado el ancla y que se esperaban fuertes vientos durante la noche.
Se debía evitar a toda costa que el barco golpera con los restos de algún otro navío de la segunda guerra mundial, o de cualquier otra reliquia de la guerra, ya que había muchos restos dispersos en ese momento.
El capitán también le dijo que tendría que permanecer en vigilia, porque hablaba con fluidez inglés y sería la mejor persona, en todo caso, para comunicarse con el puerto y escuchar los informes y las instrucciones.

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