Siempre me había preguntado que había en el último piso de mi edificio, mas nunca me atrevía a subir.
Una madrugada mientras todos dormían yo no paraba de escuchar pisadas en el piso de arriba lo cual era raro ya que ese piso estaba deshabitado. La curiosidad no me dejaba dormir así que sin dudar me levanté, salí de mi casa y subí las escaleras. Se escuchaba la lluvia caer y el viento soplar.
Había una especie de puerta que estaba entreabierta me acerqué y la abrí, me acerqué a otra puerta de madera pero estaba cerrada. No había nada fuera de lo normal y por un momento me sentí idiota por pensar que me encontraría algo interesante, pero justo cuando me disponía a bajar a mi casa escuché un ruido extraño que procedía de aquella puerta, al voltear hacia atrás la puerta de madera estaba abierta, una extraña sensación se apoderó de mi y me incitaba a entrar y así sin darme cuenta caminé hacia la puerta y me adentré en ese misterioso y oscuro lugar.
No llevaba nada con que alumbrar mas que un mechero, afortunadamente la luna estaba llena y alumbraba desde una ventana.
Me puse a explorar, no escuchaba mas que el eco de mis pisadas y como escurría líquido de una gotera, hacia mucho frió y decidí volver pero al llegar a la puerta ésta estaba cerrada y no la podía abrir, intenté hacer más fuerza y de repente escuché un sonido, como si algo se cayera, venía del fondo de un pasillo caminé hacia el pasillo pero mientras mas me acercaba, mas tenía una sensación de pesadez en el cuerpo y como un nudo en mi garganta, escuchaba un susurro tan cerca de mi, pero al voltear no había nada ni nadie, solo la oscuridad.
Llegué a una habitación donde había varios cristales rotos esparcidos por el suelo, caminé con cuidado de no cortarme y pasé a otra habitación en donde comencé a escuchar pisadas y una respiración bastante fuerte, no me cabía duda de que algo o alguien estaba ahí conmigo.
La habitación era bastante oscura por lo que saqué mi mechero para lograr ver algo. Vi en una mesa una vela así que me acerqué a encenderla, tomé la vela y al dar la vuelta vi frente a mi una sombra enorme, terrorífica, difícil de describir. Tenía enormes colmillos y varias costras en sus brazos el olor a carne podrida hacia arder mi nariz sin embargo no podía responder, estaba ahí, inmóvil ante una especie de demonio. Finalmente, no se como, reaccioné y salí corriendo, pero mi mala suerte apenas comenzaba porque al salir tropecé y caí encima de varios cristales rotos que se enterraban y desgarraban mi piel, pero yo no sentía nada, estaba tan asustada que no respondía al dolor, mire atrás y vi al "demonio" recargado en la puerta. Con trabajo intenté levantarme pero el demonio se acerco a mi, me tomó del pie y me arrastró hacia él , se puso encima de mi impidiéndome hacer cualquier movimiento. La luz de la luna no me dejaba ver su cara, sin embargo sentía su respiración tan cerca y su saliva caía en mi cara y en mi pecho lo cual me resultaba asqueroso, el miedo me invadía y las lagrimas corrían por mis sucias mejillas, los cristales se clavaban en mi espalda y sentía como mi sangre escurría por cada parte de mi cuerpo.
En un momento deje de forcejear fue entonces cuando el "demonio" se me puso frente a frente, nos miramos a los ojos, sus ojos amarillos se clavaban en los míos. Se acercó a mi hombro y comenzó a morderme tan fuerte que comencé a gritar hasta quedarme sin voz. Llegó un momento que cerré los ojos y no sentí nada mas, ni dolor, ni miedo, nada.
Abrí los ojos, ya era un nuevo día, mire a mi alrededor y sorprendentemente estaba en mi habitación como si todo aquello hubiera sido un sueño, me levanté sobresaltada me miré al espejo, estaba bien, sin embargo tenía una marca en mi hombro como una mordida muy profunda. No le presté atención, lo importante es que estaba bien así que bajé a la cocina y me puse a hacer el desayuno.
A partir de ese día mi vida transcurrió con normalidad, sin embargo la marca en mi hombro sigue ahí para recordarme que todo fue real. Desde ese día algo en mi cambio, no paro de tener pesadillas con aquel demonio, pero a pesar de eso me siento elegida. ¿Porque entre tanta gente me paso esto a mi?.
Yo se el porqué: Porque yo nunca había apreciado la belleza de la vida, pero hoy en día veo las cosas desde otra perspectiva.
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