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viernes, 25 de marzo de 2016

EL DESCENSO A LA LOCURA. CAPÍTULO 2 Ely Ortiz






EL DESCENSO A LA LOCURA.
CAPÍTULO 2
Entré a la habitación y parecía que había perdido al ente, pero no fue así todavía pudimos ver cuando se asomó por la diminuta ventanilla que tienen las puertas del manicomio, así fue como Roberto y yo, pudimos terminar de detallar sus facciones, esos diente semipodridos eran como colmillos afilados, sus ojos enrojecidos nos buscaban en la obscuridad de la habitación. Más no se atrevió a entrar, ni siquiera a tocar la puerta, simplemente después de empañar el cristal con su aliento, se fue como llegó, arrastrando su bolsa y su pala.
-¡¿qué es eso?!-
-¿lo viste?... ese es el Kavner... no te preocupes, nunca entra a las habitaciones-
-si, ¿pero que es?-
-No se, hace seis años unos pacientes decían verlo, nadie les creyó por que ya de por si uno de ellos era esquizofrénico, lo cierto es que durante el tiempo que lo vieron, muchos pacientes comenzaron a morir de forma inexplicable, y otros tantos se suicidaron... ¿te acuerdas de Mirna?...-
Como no iba a recordarla, hacía unos días yo mismo la había visto morir al estrellarse con el suelo en repetidas ocasiones.
-Si... pero ella se suicidó...-
-No, ella... ella fue perseguida por el Kavner la noche anterior a su muerte, no se que le hizo, pero cuando ya iba a ser dada de alta, fue cuando se suicidó... ¿no se te hace raro?-
No tenía yo, muchas ganas de prestarle atención a Roberto de hecho brindársela me ponía en riesgo de que me pasaran del pabellón general, a un cuarto de aislamiento, y sí, reconozco que llevaba tres años, pero jamás había conocido ese lugar.
-bueno ¿y que quiere ese tal Kavner?...-
-no lo sabemos, yo solo lo he visto dos veces con esta, una vez me persiguió también pero logré entrar a una recámara y lo perdí...-
-y ¿qué hacemos?... ¿te das cuenta de que somos los menos locos de este lugar? algo tenemos que hacer...-
Estuvimos deliberando largo rato, pues no sabíamos si iban a creernos, después de todo, muchos de nuestros compañeros del mismo dolor estaban en ese lugar por haber visto cosas similares al Kavner, decidimos que por lo menos por algunos días nos quedaríamos en la misma habitación por la noche y veríamos si este ente se volvía a aparecer o si sucedían otras muertes inexplicables, entonces ya tomaríamos cartas en el asunto. Mientras tanto para nosotros la mejor defensa sería la inacción.
Sin embargo, al amanecer en aquella sucursal del infierno, nuestro plan se vino abajo, pues era día de pastillas amarillas y dibujos, ya se imaginarán, consistía en darnos a tomar esas pastillas con las que nos transformaban en robots sumamente manipulables, y después darnos papel y lápices para dibujar, para ver que tanto seguíamos de desquiciados, y esa fue la mayor sorpresa, mientras Roberto dibujaba una enorme cuadrícula perfecta que parecía no tener fin y yo me negaba a dibujar como siempre, los demás pacientes a nuestro alrededor dibujaron una especie de demonio, ataviado con una máscara y con una gabardina, una pala y una bolsa ensangrentada a cuestas, por lo menos cinco de ellos, entre sus delirios y abismos de la mente habían dibujado a el ente que nosotros habíamos visto en el pasillo la noche anterior.
Nos causó mucha alarma ver a esa pesadilla plasmada en papel, a la hora de entregar los dibujos, uno de los doctores con su semblante se delató ante nosotros, se puso nervioso al ver los dibujos de los pacientes, de inmediato, ordenó cerrar las puertas que conducían a las escaleras, pero de pronto un ruido raro debió la atención del doctor, de Roberto y la mía, escuchamos el ruido en el baño, un golpe, otro y otro, de inmediato vimos pasar a los enfermeros a toda prisa, el doctor, ignorándonos también corrió al baño, los otros pacientes no eran consientes de su entorno pero nosotros sí, así que corrimos detrás del médico hasta llegar al baño, la escena era perturbadora: Vicky, una paciente depresiva, con seis años en el hospital, se había golpeado en la frente en reiteradas ocasiones y con mucha fuerza, contra la pared del baño, no sabemos cuantas veces lo habría hecho, pero a juzgar por la mancha enorme de sangre en la pared, habían sido muchas, ahora estaba agonizante en el piso con la cabeza destrozada. El doctor se arrodilló para revisar sus signos vitales, con la esperanza de que aún hubiera algo que hacer por ella, ella solo ocupó su último aliento para decirle unas palabras que hicieron estremecer tanto al doctor como a nosotros:...
-Kavner.... está aquí..-
Después de eso... Vicky murió...
Creímos por un momento que Vicky sería nuestro más importante testimonio de lo que habíamos presenciado en el pasillo Roberto y yo, así que sin consensarlo entre nosotros primero, decidimos confiarle eso tan delicado.
-Doctor: Anoche vimos al Kavner...Estuvo aquí en el pasillo...-
-¿El Kavner?....mh... vengan conmigo...-
Hizo una seña para que lo siguiéramos, y comenzamos a caminar tras él, hasta llegar al área de seguridad mínima, por primera vez en todo lo que llevaba ahí tenía una probadita de lo que era el mundo normal, fuimos hasta la oficina del doctor.
-así que... ¿ustedes lo vieron?
-Si, era enorme y traía una pala...-
-Roberto... tenemos que ir más lento...-
-No... no se preocupen. Increpó el doctor: no supimos como caímos en esa trampa, pero de el baño de la oficina del doctor salieron cuatro enfermeros, que de inmediato nos sometieron y pese a tratar de resistir, lograron inyectarnos un sedante, Roberto se durmió como en un minuto, yo me mantuve despierto cerca de tres, pero ya mareado... se lo que alcancé a escuchar de labios del doctor... pero el sueño me vencía así que solo recuerdo haberlo escuchado decir:
-Lo vieron... quiero que los tengan aislados... -
CONTINUARÁ....

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