EL DESCENSO A LA LOCURA.
El doctor Cárdenas entró al hospital y de inmediato todo el personal comenzó a rendirle la pleitesía a la que estaban acostumbrados y por primera vez en todo el breve tiempo en que conocía a la doctora, vi un dejo de preocupación en su rostro, para ese momento ya sabíamos más que de sobra, que no podíamos confiar en Cárdenas.
-¿qué hacemos doctora?-
-necesito que te escondas el mayor tiempo posible, dame solo un día más y te prometo que volveré con quien nos pueda ayudar... ve a tu cuarto y enciérrate... yo... debo ir a hablar con él-
Salí y me fui por el pasillo opuesto al de la doctora, llegué y me encerré en mi cuarto de aislamiento, por la diminuta ventanilla pude ver a la doctora hablando con el doctor Cárdenas, los vi muy contrariados y después de un rato vi a la doctora entrar a su oficina, para salir hacia el vestíbulo del hospital, corrí hasta la ventana de mi habitación solo para ver como subía a su auto, pero antes me hizo una señal, levantando su pulgar, de alguna manera sentí que todo iba a estar bien. Yo intenté quedarme en la seguridad de ese lugar, pero los ruidos que producía el Kavner, se hicieron presentes, me asomé y de nueva cuenta vi pasar a ese engendro, y noté que cada paso quedaba, su bolsa de yute iba dejando un rastro de sangre fresca, supe que de nuevo había matado a alguien, pero lo que más sorpresa me causo fue ver que el doctor Cárdenas lo abordó en el pasillo, y no solo eso, estuvieron conversando, solo que no pude escuchar de qué, y parecía que realmente el único que hablaba era Cárdenas... pero de pronto, ese doctor del mal volteó hacia mi puerta.. se que me vio se que no pude esconderme, agacharme tan rápido, yo me volví a agazapar, pues pensé que en ese momento el Kavner, entraría por mi, pero después de eso todo quedó en silencio.
Creí que estaba a salvo, creí que nadie me tocaría ahí, pero en cuanto el sueño me estaba venciendo, escuché un sonido muy aterrador, la perilla de la puerta giraba lentamente y era la que producía ese ruido. Antes de que pudiera incorporarme, cuatro enfermeros se abalanzaron sobre mi, yo resistí tanto como pude, pero en ese momento, sentí un piquete, característico de cuando te llenan el organismo con narcóticos para dormir, después la debilidad muscular, y por último de dormí abandonando toda esperanza de sobrevivir.
Habré dormido una o dos horas, solo par despertar muy confundido, no sabía donde me encontraba, en principio por que el efecto de los sedantes habían hecho estragos en mi mente, y segundo por que estaba en un lugar que no conocía, estaba atado de muñecas y tobillos a la cama, volteé para todos lados buscando un indicio del donde podría estar y me llené de miedo al ver que era esa especie de quirófano abandonado que habíamos conocido en la víspera, Roberto, la doctora y yo. Solo que ahora estaba dispuesto como un macabro anfiteatro, y en la puerta por la que habíamos entrado, vi a dos guardias, de los que en otro momento cuidaban el hospital. Ante mi, a medida de que iba recordando el conocimiento, se erigían unas figuras casi demoniacas, trataba de decirle a mi mente que eran humanas pero al menos yo, los veía como seres con colmillos enormes y una infinita maldad en la mirada.
-Esta vez si va a funcionar....yo quiero hacer la incisión... ¿de verdad no está dañado?-
-no solo era depresivo, debió salir hace ya dos años, pero del doctor Cárdenas lo mantuvo aquí para el experimento...-
-ya quiero empezar....-
-no... nadie toca este cerebro hasta que llegue el doctor Cárdenas-
Todavía no me recuperaba bien del coctel de sedantes que le habían servido a mi cerebro, así que apenas lograba entrelazar mis ideas cuando escuche llegar un sonido, que para mi, ya era sinónimo de perdición... Era el Kavner que venía entrando arrastrando su pala y su bolsa de yute.... se posó ante mi, tan cerca que pude sentir su aliento en mi rostro ahora ya se había despojado de la máscara que en otro momento había cubierto su rostro, y podía ver el resto de su horrenda cara. estaba lleno de cicatrices y cuando comenzó a reírse de mi diminutas gotas de una mezcla entre saliva y sangre salpicaron mi piel. En ese momento la depresión que me había conducido a ese lugar, se hizo presente pero esta vez era distinta yo no quería refugiarme, quería pelear, defenderme, así que inútilmente comencé a tratar de zafarme de las ataduras, y en ello invertí gran parte de mis energías, pero parecía inútil.
En ese momento entró el doctor Cárdenas, y habló un instante con el guardia de la puerta,
-quiero que nadie entre... este día es decisivo para nuestra organización....-
El Kavner se acercó al doctor Cárdenas, pero ahora había abandonado su furia, ante el galeno, se comportaba como un perrito faldero...Cárdenas le habló con mucha familiaridad...
-Ve a comer... pero cuida que no te vean...-
El engendro, salió en medio de una risa frenética, así que el doctor tomó la palabra y habló ante lo que me quedó claro eran médicos....
-Hey Hitler.-
-Hey Hitler- contestaron al unísono los presentes...
-¿imagino que ya saben por qué están aquí... esta noche... el sueño de la Alemania nazi, se hará realidad... no ha sido fácil retomar los experimentos del doctor Kavner... pero esta noche... ¡la humanidad comenzará a temer a nuestro poder!-
El júbilo no se hizo esperar... todos los doctores en ese sitio aplaudían otros estaban eufóricos, Cárdenas siguió hablando.
-El proyecto Kavner hizo de mi propio hijo... un ser libre... es un ser humano como pocos, se está deshaciendo de todos los enfermos mentales con discreción y no solo eso, alimentarse de ellos, lo hace ser un superviviente...pero hoy simplemente romperemos las barreras entre lo posible y lo que pertenece al más allá. Sin más preámbulos, quiero presentarles al "giroscopio de Kavner-Cárdenas"-
El doctor corrió una cortina y en ella apareció un aparato muy extraño, algo como un proyector, después de un aplauso generalizado siguió hablando:
-El doctor Kavner nos dejó este legado, en una apunte del Necronomicón, libro que el doctor Kavner supo entender a cabalidad, encontró que el infierno existe, y que se constituye de demonios... que a su vez se constituyen de energía... no podemos transportarlos de a la tierra, pero este aparato, nos permitirá traer sus pensamientos e introducirlos en cualquier ser humano... imagínense lo que podríamos hacer con este poder...
CONTINUARÁ...
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