LA CASA DE "LA VICARIO"
CAPÍTULO 5....
Sobra decir que cuando volvimos a casa me encerré en mi habitación junto con todos mis fantasmas, y también es más que evidente que una vez más pasé una terrible noche en cuanto a dormir se refiere, en el único momento en el que pude conciliar un poco el sueño, comencé a soñar con aquellas terribles imágenes de la guerra, sobre todo vino a mi una etapa en la que a lo lejos vimos como los compañeros de la unidad 57 fueron decapitados por una tropa rebelde. Ese momento en el que la cabeza de uno de mis compañeros fue desprendida del resto de su cuerpo y sus ojos se quedaron enfocando en parte hacia el infinito y en parte a dónde estábamos nosotros nunca se me olvidará. Habíamos hecho una expedición con el único fin de rescatarlos, pero llegamos tremendamente tarde, justo en el momento en el que la muerte ya se encontraba degustando el postre en aquel macabro festín. Y es que en algún momento supimos ganar la guerra, pero no logramos ganar la paz.
Desperté nuevamente, sobresaltado, en medio de una total obscuridad y me costó mucho trabajo entender que ya no me encontraba en la zona de conflicto, era difícil para mis sentidos adaptarse a estar en casa. Me levanté del suelo e intenté alcanzar el interruptor, pero cuando lo accioné no pasó nada, eso me hizo entender que la luz se había ido. Finalmente, toda vez que logré adaptarme en la penumbra, fui a la ventana y contemplé la calle vacía: era curioso ver como la obscuridad y el silencio, parecían haberse apoderado de todo: no se veía nada, ni se escuchaba el más mínimo sonido, ni un coche pasando por la avenida cercana, o algún perro ladrar, ni siquiera mi vecina preparando los tamales. Mejor dicho, ahora parecía que aquella enigmática casa de los homicidios parecía resaltar pues se veía con una claridad un poco fuera de lo común. De inmediato, el recuerdo de haber visto a mi compañero de combate con el cuerpo destrozado y el rostro desfigurado, se hicieron presente en mi mente.
-¿que chingados me pasa?.... ¿es esta la locura?...-
No pude reflexionar más tiempo, pues después de un instante pude ver, como en el interior de aquella casa se formaba un resplandor, fue algo breve, como cuando alguien dispara un arma de fuego en un sitio sin iluminación. Luego de eso, la puerta principal de aquella sombría casa se abrió, y de ella salió una joven, no rebasaría la edad de veinte años, caminaba lentamente, como si un gran peso se hubiera cernido sobre ella, su ropa estaba sucia y lucía muy antigua, para ser exactos era como de la década de los setenta. Se detuvo un momento y miró hacia donde yo me encontraba: pese a la distancia que separaba ambas casas, yo podía ver su semblante desencajado y portador de una enorme tristeza. Después levantó ambas manos y pude ver que estaban completamente bañadas de sangre, una vez que hizo esto, retomó su lento caminar, y se perdió entre dos árboles viejos que integraban el jardín de aquella casa.
Yo intentaba encontrarle lógica a lo que había visto, pero no la tenía, así que intenté abarcar más con la mirada, por lo que de inmediato abrí la ventana de mi alcoba, y al asomarme, busqué entre las sombras el paradero de aquella joven, pero por más que me esforzaba tratando ubicarla, era imposible, por lo que toda vez que me rendí cerré la ventana de nuevo, y cuando tuve el cristal de esta frente a mi, pude ver el reflejo de la joven como si ella estuviera parada detrás de mi. Giré el cuerpo de inmediato pero una vez más me encontraba solo en mi habitación.
-¿pero qué?..... mejor.... me salgo....-
Decidí que lo mejor era ir a buscar un trago o simple contacto humano, no podía hablar de los sucedido con mi mamá así que recordé que en un bar llamado Tío Pepe, me recibirían por lo menos hasta que casi amaneciera, no tenía que pasar la noche a solas. Resultó que ahora todo mi mundo cabía en un baúl del ejército, toda mi ropa estaba ahí, junto con otras cosas que me dejó la guerra como herencia, así que aprestándome a salir, abrí la tapa en busca de una chamarra que me permitiese soportar el frío.
Pero al abrir aquel baúl mi ropa no estaba, en su lugar encontré a aquella jovencita, con su ropa desgarrada y sucia y su cabello enmarañado su piel con un color entre pálido y verdoso, sus ojos enmarcados por terribles ojeras y todo acentuado por una boca amoratada, ella se quedó mirándome fijamente y dejando entrever una enorme cortada en su cuello, de la que emergía una gran cantidad de gusanos y larvas. Uno creería que en una guerra ya lo había visto todo, pero eso era insoportable, al grado de que quedé petrificado sin saber que hacer, al punto de que ella se levantó y me sujetó por el cuello, y yo, con el entrenamiento de años en el ejército, se lo permití, no hice nada por evadirlo, de hacho no podía hacer nada, todo mi cuerpo se sentía pesado, entumido, hasta que ella me habló al oído....
-¿eres tú quien detendrá los ecos mortales?... Ven... necesito que me hagas mujer...-
De pronto, ella intentó besarme, y fue lo que me permitió reaccionar, la empujé y cayó al suelo, envuelta en una risa demoniaca....
-Jajajaja Idiota.... aún no estás listo... vendrás con nosotros....-
Después de eso, tal como llegó desapareció ante mis ojos, se hizo como una nube de humo de cigarrillo. Y yo por mi parte decidí no pasar otro instante ahí, ya sin chamarra salí corriendo, bajé las escaleras y al abrir la puerta de la casa, una enorme silueta se dibujó ante mi, resulta que ahora tenía frente a mi a quien fuera mi oficial al mando en la guerra, el Coronel Davon Marshall, aunque debo decir que su aspecto era perfectamente normal, salvo por una enorme cicatriz producto de alguna herida de combate.
-¡¿coronel Marshall?!-
-Si, disculpa que llegue a esta hora fue el único vuelo que encontré...-
-Se que va a sonar loco lo que le voy a preguntar ¿usted...?¿está vivo?...-
-¿que tontería es esta soldado?... ¿Qué acaso te visitan los muertos?....-
-Le sorprendería coronel.....-
-No me digas coronel, ahora solo soy Davon....-
-¿Desertó?....-
-No, ya sabes... una vez que sobrepasas cierta edad te dan un jamón y un reloj como despedida ¿no me invitas a pasar?-
-Claro....-
-¿Sabes qué....?. me apetece mas un trago... ¿hay algún bar por aquí?....-
-Si, de hecho para allá iba-
-pues no se diga más....-
CONTINUARÁ.....
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