ANAHUAK Luis Bernardo Reveles

¿SABIAS QUÉ EN EL ANAHUAK SE CELEBRABA LA “NAVIDAD” ANTES DE LA INVASIÓN?

PERO NO LA DEL CRISTO JESÚS, SINO LA DE HUITZILOPOCHTLI.

Justo en las fechas decembrinas.

Las posadas cristianas como tal se comenzaron a celebrar en el pueblo de Acolman hasta 1587 en lo que actualmente conocen como el Estado de México, siendo auspiciadas las “Fiestas de Aguinaldo” por Fray Diego de Soria con el permiso del Papa Sixto V.

Pero dicho permiso tenía una intensión que pocos conocen.

En primera fue la de evangelizar a los "Anahuakas" realizando dicha celebración desde el 16 hasta el 24 de Diciembre en los atrios de los templos católicos.

De alguna manera obligaban a asistir a los Anahuakas y a los mestizos que se resistían a la evangelización por medios de las amenazas inquisitorias.

Para hacer sentir a la gente integrada, hacían grandes fiestas, comenzando a incluir en ellas las bengalas y la demás pirotecnia para iluminar los cielos con supuestos efectos “mágicos”.

Entre las imágenes que proyectaban hacían representaciones de la Natividad de Cristo Jesús, tomando de igual forma la tradición de las piñatas, implementando villancicos que sustituían a los cantos sagrados de Anahuak.

Este intento de cristianizar a los Anahuakas verdaderos no fue del todo agradable ya que para ello tuvieron que asesinar a muchos de ellos, torturarlos, mutilarlos, avergonzarlos y someterlos.

Más para los Anahuakas una celebración en dichas fechas no era tan indiferente, siendo que mientras en gran parte de Europa se perparaban para la natividad del Cristo judio, en el anahuak se preparaban para recibir al "Niño Sol" Huitzilopochtli.

Los Mexihka y las demás naciones nahuas celebraban en fechas Precuauhtemicas (antes de Cuauhtémoc), con gran pompa el nacimiento de Huitzilopochtli (el colibrí surdo, esencia de la voluntad inquebrantable).

Según los datos descubiertos en 1942 por el investigador Germán Andrade Labastida dice que: “Esta ceremonia era precisamente en la época de Navidad, por la noche y al día siguiente había fiesta en todas las casas, donde se obsequiaba a los invitados suculenta comida y unas estatuillas (no ídolos sino representaciones) hechas de maíz azul, tostado y molido, mezclado con miel negra de maguey”.

Reforzando esto, cabe decir que justo en esas fechas transcurría la veintena de Panquetzaliztli (décima veintena del calendario Mexihka, el calendario más exacto del mundo junto con todos sus similares anahuakas), la cual era dedicada a celebrar al "Niño Sol" Huitzilopochtli, el 21 de Diciembre del calendario juliano, o sea, el solsticio de invierno, cuando el sol se encuentra en su manifestaciòn màs pequeña.

La ceremonia comenzaba con una carrera encabezada por un corredor muy veloz que cargaba en los brazos una figura de Huitizlopochtli hecha de amaranto y que llevaba en la cabeza un "Pantli" (bandera) de color azul (texuhtli)

Esta carrera, comenzaba en Huey Teocalli (Gran casa de energía) y llegaba hasta Tacubaya, Coyohacan (hoy Coyoacán) y Huitzilopochco (ignorantemente nombrado después por los hispaneka como Churubusco).

Detrás del corredor le seguía una multitud que se había preparado con ayuno en ofrenda a la escencia de la voluntad inquebrantable Huitzilopochtli.

El 21 de Diciembre el sol renacìa en la fecha del solsticio de invierno, simbólicamente el Sol ya había muerto al recorrer completamente la bóveda celeste hasta el 20 de Diciembre.

El SOL metafóricamente iba al Mictlàn (lugar a donde va la gente que muere, lugar de la quietud y el misterio) en donde transmutaba (ya que nunca muere) en forma de colibrí (por eso es el sol pequeño a diferencia del solsticio de verano en que el sol se ve muy grande como águila) para volver a comenzar el ciclo, volviendo de èste modo al "origen"

Es de suma importancia mencionar que simbolicamente el sol resurgía en Malinalco (hoy en lo que llamamos Estado de Mèxico, justo el 24 de diciembre, siendo celebrado dicho evento con Ofrendas de danza (esa es la ofrenda humana, cuando uno se ofrenda a sí mismo en cansancio, sudor, ayuno y esfuerzo, nunca hubo sacrificios humanos ni antes ni después de la INVASIÓN hispaneka).

También en otras partes de Anahuak se celebraba, no solo en la Confederación de Anahuak, en donde se instalaban "pantlis" o banderas de papel amate en todos los árboles frutales y plantas comestibles de esa misma temporada.

Se hacían entonces ciertas ofrendas a los pies de los árboles, dándoles TEOCTLI (licor de esencia hpy llamado pulque) y tlaxcalli (tortilla) como haciendo una forma de agradecimiento por haber ofrendado sus frutos a los Anahuaka y brindarles "su" fuerza.

Resulta entonces que al romper piñatas y repartir los dulces se está haciendo de forma simbólica la misma representación "simbolica", de allí que se den bolsas de frutos (colación) ¿ahora todo cuadra?.

Fue entonces que los frailes agustinos, viendo toda esta tradición procuraron sincretizar la fiesta de Huitzilopochtli en panquetzalistli con la natividad del Cristo Jesùs judio, afectando principalmente a los mestizos que no hallaban una identidad propia y se refugiaron en la misericordia cristiana, siendo asì màs fàcil la imposiciòn de una nueve religiòn y orden. Y SE

En las fechas navideñas para los cristianos, los Anahuaka adornaban los templos con flores y hierbas; esparcían juncia en el piso, hacían su entrada danzando y cantando, y cada uno llevaba un ramo de flores en la mano.
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Entonces en el siglo XVIII las celebraciones se volvieron muy populares entre la población mestiza que en ese entonces ya era mayoritaria en ciertas partes del territorio del centro de Anahuak, como en Tenochtitlan.

Entonces las celebraciones ancestrales se vieron sustituidas por el canto popular mestizo cultural, pero sin embargo no dejaron de realizar ciertos rituales NAHUAKAS dentro de los templos católicos.

Por ende podemos decir que a pesar de tantos villancicos, posadas y fiestas de piñata SE DEJA ENTRE VER LA CULTURA ANCESTRAL ANAHUAKA QUE ESTÁ RESURGIENDO CON FUERZA INCONTENIBLE.