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domingo, 5 de junio de 2016

MAGDALENA SOLIS Ely Ortiz


ASESINOS SERIALES.
MAGDALENA SOLIS.
Magdalena Solis, naciò en la dècada de los 30s, no se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento, pero lo que si es bien conocido de èsta mujer, es que fue una asesina en serie y una lider sectaria mexicana, conocida entre sus adeptos como la gran sacerdotisa de la sangre.
Magdalena provenìa de una familia altamente disfuncional y de escasos recursos, comenzò a ejercer el oficio de la prostituciòn a muy temprana edad bajo las ordenes de Eleazar Solis, quien era su hermano y fungìa de proxeneta.
A inicios de la dècada de los 60s, Magdalena, su hermano Eleazar y los hermanos delincuentes Santos y Cayetano Hernandez, idearon una estafa que supusieron era una brillante idea que finalizarìa con todos sus problemas econòmicos.
Arribando al pequeño pueblo de Yerba Buena en el estado de Nuevo Leòn, que en aquel entonces no tenìa màs de 50 habitantes viviendo todos en pobreza extrema, se autoproclamaron profetas y sumos sacerdotes de los poderosos y exiliados dioses incas.
En un inicio los hermanos Solis eran tan solo sumos sacerdotes mientras Santos y Cayetano eran sus supuestos guardianes.
Aprovechàndose de la ignorancia de los habitantes, aseguraron que los dioses Incas, a cambio de adoraciòn, ofrendas y tributos, les otorgarìan a ellos los tesoros que estaban escondidos en cuevas de las montañas cercanas y que aquellos que no creyeran serìan castigados por los dioses a su regreso.
Al principio las ofrendas y tributos que la que se hizo despuès llamar verdadera diosa exigìa, eran muy sencillos, casi simples, dinero y comida ademàs de marihuana que servia para mantener controlados a los habitantes del lugar, en fin, nada que pudiera parecer extraño, nadamàs allà de una simple extorsiòn colectiva.
Pero el poder que poco a poco los habitantes fueron confirièndole a Magdalena fue introducièndose en su cerebro a tal grado que ella misma fue creyendo en sus propias mentiras hacièndole pensar que su rol divino era totalmente real.
Fue entonces que las cosas comenzaron a tornarse macabras, extrañas en demasìa, aquello se habìa convertido màs bien en una secta.
Las peticiones de Magdalena se convirtieron en caprichos sexuales, pues la autoproclamada sacerdotisa comenzò a exigir que se realizaran orgìas donde incluso y muy a pesar de todos los habitantes, niños de todas las edades debìan participar.
Todo èsto se tornaba cada vez màs violento, màs desagradable.
Mientras los dìas transcurrìan, hubo dos personas que se hartaron de aquellos abusos sexuales y de inmediato decidieron abandonar la secta, pero claro estaba que aquello no les iba a ser posible, los demàs adeptos presos del miedo y fieles creyentes los acusaron ante los sumos sacerdotes por lo cual, fueron condenados a la pena de muerte y los dos infortunados fueron linchados por los demàs adeptos.
Aquello comenzaba a llenarse de sangre.
En las cuevas de las montañas, en donde se supone estaban enterrados los tesoros, el ritual se hacia con regularidad, las orgìas se llevaban a cabo sin problemas, el deseo pederasta de Magdalena, se transformò con el tiempo en un deseo de sangre y sacrificio.
Magdalena ideò entonces el llamado ritual de la sangre, con el cual segùn la supuesta diosa se comunicarìa con los dioses aztecas quienes le dirìan donde se encontraban los tesoros incas.
El sacrificado quien usualmente era alguien que no estaba muy de acuerdo con todo aquel engaño, era brutalmente golpeado, quemado, cortado y mutilado por todos los miembros de la secta para despuès ser desangrado hasta morir.
Toda aquella sangre se depositaba en un càliz y posteriormente era mezclada con sangre de pollo y hojas de marihuana, Magdalena bebia primero despuès pasaba el caliz a los sacerdotes, y finalmente todos los integrantes debìan beber del mismo recipiente.
Se cree que màs 12 personas fueron victimas de aquel nuevo sacramento.
Posteriormente Magdalena les sacaba el corazòn como ofrenda para los dioses a quienes a veces eran voluntarios a cumplir con el sacrificio, y si èsto pareciera poco, la sacerdotisa de la sangre finalizaba el ritual consumiendo la carne del cadàver sacrificado.
Magdalena comenzò a creer firmemente en que ella era la reencarnaciòn de la diosa azteca Coatlicue, la sangre era el ùnico alimento digno para los dioses, a travès de ella preservaba su inmortalidad, la diosa necesitaba beber sangre para mantenerse eternamente joven.
Las carnicerías duraron seis semanas continuas del año de 1963..
Era una noche del mes de mayo de ese mismo año, cuando un joven de 14 años de edad, vecino de la localidad, Sebastián Guerrero, deambulaba por las cercanías de las cuevas en donde la secta de Solís realizaba sus ritos.
Atraído por las luces y los ruidos que salían de una de las cuevas, entró a husmear; se encontró con un terrible espectáculo, en silencio observó la atroz masacre que sufrió una pobre y desconocida víctima.
Aterrado, corrió más de 25 Km., desde Yerba Buena hasta la localidad de Villa Gran, lugar donde se encontraba la estación de policías más cercana.
Exhausto y todavía en estado de shock, no acertó en dar ninguna otra descripción del "grupo de asesinos, que presas del éxtasis, se aglutinaban para beber sangre humana", como vampiros.
Los oficiales se rieron de las declaraciones balbuceantes de Guerrero, las tomaron como los delirios de un muchacho perturbado o drogado.
A la mañana siguiente, un oficial, el investigador Luis Martínez, lo escoltó a su casa y de paso podría mostrarle "donde había visto a los vampiros.", ese fue el último día que Sebastián Guerrero y Luis Martínez fueron vistos con vida.
La policía consternada por las desapariciones de Guerrero y Martínez, tomaron el caso en serio, se comenzó a hablar de una secta satánica.
El 31 de mayo de 1963, la policía en conjunto con el ejército desplegaron un operativo en Yerba Buena.
Detuvieron a Magdalena y Eleazar Solís en una finca de la localidad, tenían en su poder una considerable cantidad de marihuana.
Santos Hernández murió abatido por las balas de la policía al resistirse al arresto.
Cayetano Hernández fue víctima de sus propias mentiras: fue asesinado por uno de los miembros locos de la secta, llamado Jesús Rubio, que ante la crisis quiso poseer una parte del cuerpo de un sumo sacerdote para protegerse.
En pesquisas posteriores se encontraron, primeramente, los cadáveres descuartizados de Sebastián Guerrero y Luis Martínez, cerca a la finca donde fueron detenidos los hermanos Solís, (a este último se le había extirpado el corazón, al estilo de los sacrificios aztecas), después fueron hallados los cuerpos, también descuartizados, de las otras vìctimas en las inmediaciones de las cuevas.
Magdalena y Eleazar Solís fueron condenados a 50 años de prisión, por tan solo 2 homicidios, (los de Guerrero y Martínez), no se les pudo comprobar su participación en los otros asesinatos porque todos los miembros del culto detenidos se negaron a declarar, la sugestiòn mental habìa sido tan grande que aùn despuès de todo lo que habìa ocurrido temìan todavìa a sus inexistentes dioses..
Muchos de los miembros de la secta murieron abatidos en el tiroteo con la policía, ya que, armados se atrincheraron en las cuevas.
Los que fueron detenidos, fueron condenados a 30 años de prisión por cargos de asesinato en la modalidad de "homicidio en grupo o pandilla, o linchamiento", su condición de analfabetismo y pauperismo sirvieron de atenuantes.
No fue hasta años después que algunos ex-miembros de la secta hablaron de los horrores del culto.
Y para finalizar y como dato curioso les comento que existe una banda de rock belga que tomó su nombre de esta asesina: "Magdalena Solís"

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