RELIQUIAS DE AZUCAR Y MIEL
La gran variedad del dulce tradicional mexicano ha constituído, a través de los siglos, un signo de idiosincracia de los pueblos.
Con la llegada de los españoles, los antiguos mexicanos incorporaron a sus postres la leche, el azúcar, la canela, huevos y la fruta, para contribuír a la gastronomía internacional con el uso del chocolate y la vainilla.
Pero fue en los conventos donde la alquimia dulcera se conjugó entre las tradiciones indígenas y las enseñanzas hispánicas salpicadas de vestigios árabes que permitieron regodearse en almibaradas creaciones, vigentes hasta nuestros días.
¿Quién no ha probado los "picones", "besos", "suspiros", "trompadas, "pelo de ángel", "gaznates", "reinas", "alegrías", "duquesas", "camotes poblanos", "los borrachitos", y otras muchas delicias más?
¿Recuerdan los dulces que endulzaron nuestra infancia, nuestra adolescencia, o que todavía seguimos disfrutando?
¡Saludos desde Querétaro!
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