CIENCIA MALDITA DOS. PARTE 13.
Al cerrar la puerta de la habitación de Fargas comenzamos a planear la mejor manera posible de acabar con la secta, pero debemos recordar que nos quedaba poco tiempo para que hacer cualquier cosa, ellos iban a poner en marcha la parte más importante de su plan.
-Cuenca.... no se si voy a poder con esto, estoy herido-
-Ya lo había pensado....-
-Y si vas tú, lo mas seguro es que si acaso llegas a salir vivo de ese sitio, la policía... bueno, lo más seguro que te arresten y pases por lo menos un año en prisión, mientras logro aclarar todo.... pero... sabes que se tiene que hacer ¿verdad?-
-Si, pero... ¿estás insinuando que yo lleve al comando a ese lugar....?-
-Si, eres la persona indicada, has visto el caso, has sobrevivido a todo y nadie mejor que tú para saber como son los razonamientos de la secta....-
-pero... yo... yo no soy policía Fargas....-
-Sabía que ´dirías eso.... así que por favor... llámale a Susana, yo creo que andará por el pasillo, no puedo permitir que acabes en el reclusorio por esto.-
Pensé que Fargas simplemente me haría a un lado confiándole todos los detalles de la operación a Susana, hasta el momento en el que ella entró a la habitación, llevando en sus manos una pequeña caja de madera, era una caja con un acabado muy esmerado, de inmediato pasó de sus manos a las de Fargas....quien parecía impaciente por abrirla.
-¿ya podemos comenzar Susanita?-
-Solo falta Trejo comandante...-
Escuchamos que alguien tocaba la puerta, yo de inmediato abrí para darme cuenta de que ahora ya estábamos completos, pues el detective Trejo había llegado....
-Pasa Trejo....-
-Comandante ¿Cómo está?-
-Bien.... bueno, la comida aquí es malísima.... pero bueno Cuenca acércate...-
En ese momento Fargas abrió la caja, y pude ver lo que contenía: una placa de policía y una pistola de cargo... El comandante comenzó a hablar, a hacer una especie de ceremonia improvisada....
-Carlos Cuenca.... por tus actos por el bien de la ciudad y sus habitantes, este día 30 de octubre de 2027 yo Víctor Fargas, comandante en jefe de la procuraduría de justicia te nombro detective de la unidad de homicidios....-
Pese a que me estaba metiendo en más y más problemas al recibir esa placa, era conmovedor para mi que ahora sería parte esencial del equipo del comandante Fargas, simplemente me coloqué la placa en el cinturón y acepté el arma que me estaba tendiendo Fargas, quien después de ver con beneplácito que yo aceptaba ser parte de su equipo, se dirigió a quienes serían mis nuevos compañeros:
-oigan... denle un abrazo a Cuenca.... ahora... es uno de los nuestros....-
Aquel abrazo fue aún más emotivo, pero se había llegado la hora, el deber que nos habíamos echado en la espalda como un enorme peso para cargar, nos decía que había llegado la hora de salir y enfrentar a los miembros de la secta. Y Fargas lo sabía, por lo que un poco titubeante y algo débil, intentaba levantarse de la cama de hospital en la que había reposado a lo largo de las últimas horas.
-Cuenca, por favor... ayúdame, necesito levantarme....-
-Lo siento, pero tendré que decirte que no.....estás herido....no.... no puedes ir....-
-Cuenca.... si no hacemos nuestra operación, muchas personas van a morir, sin mencionar que estos tipos podrían hacer algo peor....-
En ese momento Susana se dio cuenta de algo que quizá ninguno de nosotros había pensado....
-Oigan.... pero si los doctores se dan cuenta de esto, querrán saber el por que de tanta premura para salir de aquí...eso... podría poner al descubierto lo que planeamos....-
En ese momento se me ocurrió una idea algo loca, para lo cual hice que Susana me acompañara, fuimos al área de suministros médicos y nos robamos unos atuendos como los que usan los médicos para realizar cirugías. ya con el cubre bocas y las cofias se difumina la identidad de cualquier persona, y cuando Fargas nos vio entrar con semejante idea en la mente, no pudo sino sonreír de manera maliciosa ante lo que venía después.
Unos minutos más tarde, dos doctores cruzaban el vestíbulo del hospital en dirección a la calle, pero esos doctores eran falsos pues se trataba de Fargas y yo, caminábamos despacio, pues temí que de hacerlo rápido, las heridas de mi amigo, se agravaran.
Al salir, ya nos esperaba Susana en su coche pues ella se había adelantado para hacer más eficiente nuestra fuga, de inmediato subimos, y una moto se encendió tras el coche de Susana, era Trejo, que ya también venía con nosotros. De inmediato las pregunta obligada
-¿a dónde comandante?....-
-Vamos a mi casa Susy... hay una operación que planear....-
Cuestión de una hora tal vez, fue el tiempo que tardamos en llegar a la casa de Fargas.... una vez dentro, no pusimos manos a la obra... revisando planos , datos, detalles....la lluvia de ideas no se hizo esperar....
-Podemos llegar por este lado... colocar carga explosiva aquí... y aquí-
-No.... creo que mejor cerramos las compuertas en esta parte....-
A mi me llamó la atención el hecho de que Susana revisaba los nombres en una lista.... pocos minutos después me enteré de que esos nombres eran de oficiales de policías que se unían a nosotros de forma clandestina....
-Comandante... hablé con Abraham Salazar...está disponible... también Agustín de Anda.... y otros de fuerzas especiales....-
-Está bien Susy... solo diles que se preparen para una guerra....-
-Ya vienen para acá...-
A mi me inquietaba francamente, el estado de salud de Fargas, pero como parte del equipo yo lo cuidaría, tal como él cuidaría de mi o de mis demás amigos, había llegado el momento, la armería en casa del comandante se quedaba vacía, mientras todo ese arsenal era cargado en la camioneta.... ya estábamos listos para aquella batalla final....solo que quise aclarar dos puntos con Fargas
-¿Cómo te sientes?....-
-mejor que nunca Cuenca....oye promete que vas a cuidarte...pero sobre todo que sabrás honrar esa placa....-
-Te lo prometo amigo.... tú promete que vas a cuidarte....-
-Tú cubrirás mi espalda...y yo la tuya ¿estamos?-
-Si Fargas... oye.... quiero que seas el padrino de mi hija....-
Fargas me miró con mucha empatía, y se que se alegró ante lo que le pedí, pero no pudo contestarme pues en ese momento Susana nos interrumpió:
-Comandante.... ya llegaron-
En ese momento llegaron nuestros refuerzos tácticos, quince policías de los mejor que había, incorruptibles comprobados, decididos a hacerse matar por una causa, subimos a los coches que teníamos al alcance, y unos minutos después... nos hallábamos, en la entrada de lo que podía ser nuestro infierno y nuestra tumba.....
CONTINUARÁ....No se pierdan el gran Final....
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