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jueves, 28 de enero de 2016

DIA DE LOS INOCENTES PARTE 7 Christian Perales

DIA DE LOS INOCENTES. CAPÍTULO 7
Simplemente ya no teníamos a donde ir, aquel grupo de zombies se acumuló como un enjambre frente a la caseta de vigilancia, nosotros nos encontrábamos relativamente a salvo en el techo de aquel pequeño reducto que nos habían dejado, pero ya no había forma de escapar, la distancia hacia el pasillo que conducía hacia los ascensores estaba por lo menos a cincuenta pasos.
Lo cual en vista de las circunstancias era una distancia enorme y aquella caseta estaba muy céntrica con respecto al resto del estacionamiento, por lo cual, cualquier otra ruta de escape estaba igual de distante e incierta, así que de momento solo restaba sentarse en el techo y esperar a que sucediera un milagro, a que sucediera una tragedia o a planear el siguiente movimiento, cuando menos, aquellos seres no se estaban esforzando mucho por alcanzarnos simplemente se postraron ahí a esperar a que el hambre o cualquier otra cosa nos hiciera bajar de nuestro refugio, ellos después de todo tenían todo el tiempo del mundo. 

Y lo peor para nosotros es que ahora ya no contábamos con algo para defendernos, tuvimos que subir tan rápido a aquel techo, que nuestro "arsenal" se quedó en el interior de la caseta.
-Doctor... al menos pude sacar todas las llaves....-
-¿y cual crees que sea?....-
Regué todas aquellas llaves a un lado, sobre el techo de aquella caseta y las fui observando una a una para ir descartando las que no parecieran las llaves del ascensor de carga, y como un mero acto de resignación comencé a arrojar las que no servían al rostro de los no-muertos, que simplemente se desorientaban cuando aquellos artilugios de bronce y latón los golpeaban entre las cejas....
-Esta es del coche de Varguitas....esta es del coche de Ernesto Jardón...estas del coche de Blanca....¿quién chingaos necesita tantos llaveros?...¡tomen esto maricas!.-
Mientras hacía ese acto de mera desconexión de la realidad, pude ver como Tina limpiaba sus lágrimas....mientras desconsolada sollozaba...
-No quiero morir así....-
En eso el doctor rompió el silencio....
-Yo... una vez olvidé una gasa dentro de un paciente... nadie se enteró, y culparon a los practicantes.-
-¿qué?....-
-No quiero llevarme eso en mi conciencia Grizzli....si muero.... al menos quiero confesar mi culpa....-
-quiero pensar que fue un accidente...-
En eso Tina tampoco quiso llevarse algo consigo a la tumba, ante la posibilidad de que aquella noche fuera la última que pasáramos en la tierra...
-Yo fui la que raspó el coche del jefe hace unos meses...-
-¿es en serio?...-
-Si.... siempre lo dejaba muy salido y yo me distraje un momento... y...bueno... nadie vio... después el jefe salió todo enchilado y casi corren al vigilante....-
Tanta honestidad desbordada nos estaba relajando un poco, sentí la necesidad de confesar algo también...
-Yo... yo me robo la papelería de la estación.... y ¿te acuerdas del osito que te di en el intercambio de navidad Tina....-
-Estaba horrendo....-
-A mi tampoco me gustaba... alguien del público me lo hizo llegar....y bueno... ata cabos...-
-Ja... miserable....-
-Si... ahora ya no parece importante ¿verdad?....-
En eso fue el doctor el primero en recobrar nuevos bríos...
-¿y qué?...¿esto es todo?... ¿nos vamos a quedar así y que nos coman?....-
-¿y que hacemos doc?...-
-no se... pero...-
Como era de esperarse miramos a nuestro alrededor hacia todos lados, buscando algo que nos pudiera ser de utilidad para escapar de ahí, y de pronto, una muy pequeña posibilidad se abrió ante nuestros ojos, como era una costumbre en un edificio de tal antigüedad, una vigueta se alzaba sosteniendo el techo del inmueble y cruzaba hasta el otro lado, terminando en una escalera de emergencia y esta a su vez tenía una puerta que no permitiría el acceso a los reanimados, claro solo si llegábamos a tiempo y lográbamos cerrarla.....
-Doctor.... si caminamos por encima de la vigueta podríamos llegar a la escalera y dejarnos caer cerca de las escaleras...-
-Es muy estrecha Grizzli....¿que pasará sin nos caemos?, seremos devorados y tendremos las piernas rotas... o algo peor-
Para ese momento Tina veía en aquel plan una enorme posibilidad de seguir con vida, así que simplemente optó por aferrarse a dicha posibilidad...
-Si podemos... solo que hay que ir a gatas.....-
-Es mejor que quedarse aquí.....-
-¿y la llave?.....-
-Es una de estas tres las demás eran de los coches...-
El doctor estaba un poco escéptico, pero ante la poca posibilidad de escape era lo mejor que se podía hacer...
-Está bien... está bien... ya si... hagámoslo...¿Quién va primero?...-
Tina era la más delgada de los tres y por consiguiente la más ágil así que le ayudamos a subir a la vigueta y una vez encima de esta, comenzó a gatear hacia aquella escalera de emergencia, después subí yo haciendo un poco a un lado mi fobia a las alturas... de inmediato los zombis comenzaron a recorrer el mismo tramo, solo que ellos en el suelo, en espera de que cometiéramos un error para poder comernos. 
Con todo y que nosotros nos movíamos lento, ellos lo hacían más torpemente. Apenas habíamos llegado a la mitad de nuestro trayecto, cuando me di cuenta de que el doctor no nos estaba siguiendo.
-¡Doc....!¡¿Qué estás esperando?!¡esto solo funciona si llegamos los tres al otro lado!....-
-¡perdóname Grizzli....!¡no puedo!...¡mi equilibrio es muy malo....!.-
-¡no seas payaso doctor!¡ven...!...-
-¡no amigo!.... hasta aquí llego... sálvate tú... y saca a Tina de aquí....-
Y en ese instante, sucedió lo que nunca pensé ver, el doctor, simplemente saltó al suelo del estacionamiento y al caer, se plantó ante los zombis con gran valentía y aplomo.
-¡oigan idiotas!....aquí....-
De inmediato los zombis comenzaron a ir en pos del doctor, el intentó correr y escapar, pero nosotros ya no supimos si lo logró, aparte de que no tuvimos el valor para voltear y ver como moría, su sacrificio nos brindó un tiempo que no podíamos desperdiciar, así que seguimos adelante hasta llegar a la escalera de emergencia.
-Gracias doc....-
Murmuré para mis adentros mientras llegábamos al otro lado y bajábamos a la seguridad de la puerta de aquella escalera,;pero no fue así de fácil, no habíamos visto que uno de aquellos seres no había aprovechado para ir por el doctor, y al bajar ya nos esperaba, resultó ser el vigilante, aquel desafortunado hombre que en las primeras manifestaciones del día, había sido mordido y casi devorado por su propia novia.
Su rostro estaba ensangrentado como lo de los otros muerto vivientes, le faltaban trozos de la carne de sus brazos y tenía parte del cuello cercenada, amén de que tenía un enorme hueco en el abdomen por el cual sus entrañas se hacían visibles. 
Tina y yo nos quedamos petrificados, afortunadamente éste zombi era muy lento así que cuando intentó abrazar a Tina, yo le di una patada que no solo lo hizo caer, si no que desprendió su pierna a la altura de la rodilla. Al caer simplemente le pateamos la cabeza, aprovechando la fragilidad que se había apoderado de su cuerpo, y solo nos detuvimos hasta que dejó de moverse por completo.
-Estás bien Tina....-
-No... ¡ya no puedo!....-
-Si... si puedes... tienes que poder, llegamos hasta aquí contra todo pronóstico hay que seguir ¿está claro?...-
-Está.... está bien....-
Luego de eso entramos al cubo de la escalera y cerramos la puerta, pese a que Tina se negaba a hacerlo...
-¡no Grizzli!...¡no cierres, el doctor está allá todavía...!...-
-está muerto Tina....-
Cerramos, pusimos el seguro y por un instante que duró algo así como tres segundos, nos sentimos a salvo, pero lo más aterrador estaba por venir: si bien estábamos en el camino correcto hacia el elevador de carga que nos sacaría de el edificio de la estación, esa escalera era el sitio idóneo para que esas cosas nos acecharan, si bajábamos, eso nos conduciría al otro nivel del estacionamiento donde posiblemente habría más de ellos, si lográbamos bajar aún más también nos encontraríamos con la recepción del edificio atestada de esas criaturas, las mismas que una hora antes se habían comido a Fernando.
La opción era subir hasta donde iniciaba el cubo del ascensor de carga, un sitio al que solo se podía acceder con la llave, esa misma que solo nosotros teníamos, pero la incertidumbre de subir era mayor a la de bajar: pues momo una norma de la estación, la energía eléctrica en los pisos superiores se cortaba de manera automática a las seis de la tarde y era más que claro que eso había sucedido hacía ya varias horas.
-¿hacia dónde Grizzli?....-
-Hay que subir....-
-No hay luz....-
-Aún así no podemos quedarnos aquí...-
Era tal la obscuridad que al tratar de subir el primer escalón Tina se tropezó y por poco cae de la escalera, ahora sí, todo era incierto nosotros simplemente no lográbamos ver nada.

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