LA VERDAD DEL VIAJE A LA LUNA. Parte 3.
Pero ocurriò algo imprevisto, los sovièticos no aceptaron los consejos y directrices de los militares aliados para establecer un proyecto conjunto en el control del espacio y el 4 de octubre de 1957 ante la sorpresa del mundo y la irritaciòn de los aliados, tomaron la delantera con el ya referido lanzamiento del "Sputnik".
Y durante una dècada, entre 1957 y 1968 los militares norteamericanos y sovièticos fueron confirmando lo que ya sabìan o imaginaban y mucho màs.
En ese perìodo fueron lanzadas mas de 20 sondas automàticas que se estrellaron en la luna, o alunizaron suavemente.
En total, sin contar las imàgenes obtenidas por la URSS, la NASA recibiò 230 000 fotografìas del satèlite natural.
La luna fue fotografiada en su totalidad y a muy diferentes alturas, pero los militares que controlaban y controlan la agencia espacial norteamericana no dieron a conocer muchas de esas imàgenes.
¿Por què? .¿Què mostraban?
En una de ellas, tomada por la sonda "Lunar Orbiter 2" en noviembre de 1966, se aprecian 2 muros o carreteras paralelos de 27 km de longitud, cada una de estas construcciones totalmente artificiales, tiene una anchura apròximada de 450 mts. En el muro o carretera de la derecha se aprecia incluso un curioso detalle, la construcciòn ha sido alterada rompiendo la impecable linea recta con una curva de 1000 mts.
En otra de las fotografìas los militares norteamericanos descubrieron lo que llamaron la gran presa, una no menos enigmàtica construcciòn de 5 km. de longitud al norte del mar Imbrium.
El 19 de noviembre de 1966 la misma "Lunar Orbiter 2", captaba a 48 km de altura y sobre el mar de la tranquilidad otra extraña formaciòn, en èsta ocasiòn se trataba de enormes pilares o monolitos perfectamente alineados de 3 en fondo, en total 30 obeliscos de identica altura, aquèllo obviamente no podìa ser una formaciòn natural.
En total NASA terminò censurando 900 fotografìas, todas ellas pasaron directamente a los archivos del Pentàgono.
En ellas se distinguen grandes plataformas, posibles ruinas de edificios o ciudades, carreteras y gigantescas cùpulas.
Las sospechas de los militares en efecto se cumplieron y siguieron con el plan previsto.
Los servicios de inteligencia militar norteamericanos se cubrieron las espaldas en previsiòn de una hipotètica fuga de informaciòn, para ello utilizando a NASA como pantalla propiciaron la redacciòn de un informe que los eximiera moral y jurìdicamente de cualquier responsabilidad en caso de ocultamiento.
Èste documento conocido como "Informe Brookings", redactado por prestigiosos cientificos, sociòlogos, polìticos y economistas, fue presentado a la càmara de representantes e impreso en abril de 1961, cuando NASA la gran tapadera de los militares estaba a punto de recibir luz verde y los necesarios dineros para el proyecto Apolo.
En èste informe ademàs de reconocer que la vida extraterrestre es una posibilidad real, se aconseja a NASA que no difunda los posibles hallazgos que pueda encontrar en la carrera espacial.
En la pàgina 215, en la secciòn titulada "Implicaciones de un descubrimiento de vida extraterrestre", el documento señala que la exploraciòn del espacio podrìa desembocar en el hallazgo de artefactos no humanos.
En ese supuesto continùa el "Informe Brookings" nuestra civilizaciòn se verìa amenazada por un irremediable proceso de desintegraciòn tal y como ha sucedido en la tierra en otras èpocas y con otros pueblos.
Este documento efectivamente no deja en buen lugar a la supuesta democràcìa norteamericana, en el "Informe Brookings" se anima a NASA a ocultar informaciòn y eso fue lo que hicieron.
En el viaje de ida hacia la luna, el Apolo XI viviò una primera experiencia que tambièn fue silenciada; cuando se hallaba a 200 000 kilòmetros de la Tierra, un extraño y gigantesco objeto apareciò en las proximidades de la nave, los astronautas lo describieron como una formidable "L", algo similar a una maleta abierta, aunque en ocasiones cambiaba de forma adoptando la figura de un cilìndro.
La noticia se filtrò a la prensa, pero NASA fiel a su consigna de ocultamiento sanjò el asunto con una explicaciòn tan absurda como insostenible "lo observado por el apolo XI, sòlo era el sobrealimentador del cohete Saturno IV". Absurdo, si, porque en esos momentos la referida fase del cohete se encontraba a 10 800 kilometros del Apolo.
Pero las mentiras de NASA apenas habÌan empezado...
CONTINUARA...
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