LA SUBIDA DEL MUERTO.
Mi mamà tenìa seguido lo que le llaman subidas del muerto, al grado que ya le daba miedo irse a dormir porque diario era lo mismo.
Mi papà ya estaba desesperado con èsta situaciòn porque ya se estaba enfermando, el se iba a trabajar muy temprano y en las noches ya no dormia sintiendo a mi mamà moverse de un lado a otro, asi que los dos se pasaban en vela las noches.
Comenzaron a dormir separados, y en la primera noche que pasò ella sola, ya se estaba durmiendo cuando sintiò al ente ese subirse en ella y paralizarla por completo, solo que en èsta ocasiòn le hablò al oido pidiendole que le hiciera un novenario y cuando terminara tambièn le mandara a hacer una misa, prometiendole que la dejarìa en paz, y que no solo eso, sino que ademàs la ayudarìa a que no pasara ninguna dificultad econòmica y a que no tuviera muchos hijos.
Èsto sucediò en los años 50s cuando todavìa no habìa muchas cosas para el control de la natalidad, ademàs era muy mal visto que se usara algo para evitar a los hijos, aunado a que las familias sentìan que tenìan que tener muchos hijos para tener una buena reputaciòn tanto las mujeres como los hombres.
Mi mamà le platicò a mi papà y èl le dijo que tomando ya cartas en el asunto habìa vendido esa casa y habìa comprado en otro lado, asì que se hirìan de ahì y que con eso el muerto dejarìa de molestarla.
Y asì fue, no volviò a sentir nada, pudieron dormir bien los dos, solo que mi mamà tuvo 19 hijos y una vida de apuros econòmicos.
En alguna ocasiòn me dijo que de lo ùnico que se arrepentìa era de no haber ayudado a un alma en pena, que lo demàs para saber si hubiera sido cierto.
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