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jueves, 18 de agosto de 2016

HORA DE AVENTURA (Creepypasta) Capítulo 3 Christian Perales








HORA DE AVENTURA (Creepypasta)
Capítulo 3.
Después de hacer esa llamada en búsqueda del veterinario, el doctor Casas me hizo ver que era hora de ir a mi domicilio.
-Ahora doctor Ortega, quiero que vayas a casa, que descanses un poco por que a partir de mañana, viviremos en este hospital, no iremos ni siquiera al baño, aprovecharemos cada minuto, lo que sea con tal de salvar a este paciente ¿está claro?...-
-¿puedo preguntar algo doctor Casas?-
-Aqui vamos de nuevo... ¿de que se trata esta vez doctor Ortega?...-
-¿por qué?....-
-¿por qué qué?...-
-¿por qué le importa este paciente?... usted se retiró del ejercicio de la ciencia médica por que estaba descepcionado de los pacientes ¿no?... ¿por qué ahora si?...-
-Solo lo hago por el prestigio que esto representa... nada más.. y por que pagan bien... ahora a casa doctor Ortega...-
Llegué a la soledad de mi casa a eso de las dos de la madrugada, con algo de suerte dormiría hasta las ocho, a las nueve estaría en el hospital nuevamente y si todo salía bien quizás podríamos hacer que aquel diminuto niño de la pijama de conejo despertara. Simplemente, no podía más, las noches previas no había logrado dormir a causa de que la idea de que tendría que desconectarlo me había arrebatado el sueño, ahora estaba a punto de entrar en una maratónica batalla por salvar la vida de mi paciente, aunque con tantas frustraciones que había experimentado al intentarlo durante tres años, me hacían estar excéptico acerca del funcionamiento de nuestros esfuerzos y con estos pensamientos me fui a dormir.
No se cuanto tiempo habré llevado entregado al sueño, solo se que entre la obscuridad de mi habitación había algo que me inquietaba, a ratos me despertaba y dirigía la vista a mi alrededor, pero no lograba ver nada, así que nuevamente me dormía, hasta que en uno de esos episodios escuché unos diminutos pasos resonando en la habitación, apenas iba a encender la lámpara sobre mi buró cuando en medio de las sombras, pude ver que un grupo de niños y niñas se había postrado al lado de mi cama, esos niños, a primera vista parecían normales, ataviados con sus pijamas simplemente me observaban mientras que yo pese a estar usando todas mis energías no lograba moverme, no lograba ni siquiera pronunciar una sola palabra, o gritar con la esperanza de que al vivir en un edificio antiguo, alguno de mis vecinos escuchara algo, pero simplemente mi voz se apagó cuando mis ojos, al adaptarse a la obscuridad, me revelaron que aquellos niños simplemente lucían enfermos, portadores de un gran dolor y deteriorados en sus facciones por la mano de la enfermedad. Sus rostros se veían verdosos, y sus labios amoratados, como si se tratasen de niños que hubiesen muerto por asfixia: el que parecía el mayor del grupo comenzó a hablar, no estoy seguro si para si mismo o para el resto de quienes le acompañaban.
-Si, si es el....-
Una de las niñas, que sostenía una muñeca complementó la conversación del primer niño...
-Me da mucho miedo....-
-Dicen que él no quería hacerlo...-
-¿y crees que pueda?...-
-No lo se....voy a preguntarle.-
En ese momento aquel niño de amoratado rostro se acercó más a mi, incluso pude percibir que su aliento era una combinación de dulces, y medicamentos, eso no era normal....
-¿Doctor?¿tú vas a sacarnos de ahí?....-
Yo simplemente no podía hablar, me sentía aterrado, y solo la voz de aquella niña interrumpió el silencio, para preguntarme algo todavía más desconcertante...
-¿has visto a mi mami? Está obscuro y frío donde estoy... dile que me busque, que no quise romper su florero....-
Y el niño que finalmente comandaba al grupo observó que por algún motivo tenían que irse de ahí...
-Se terminó nuestra hora de aventura... tenemos que regresar-
-¡no!¡yo no quiero!- Dijo la niña....
-Así tiene que ser... a lo mejor el lo sabe, ya no esperaremos mucho...-
Acto seguido aquellos niños desaparecieron de la misma manera como habían llegado, yo simplemente me reincorporé, como si de pronto el interruptor que te activa y desactiva las fuerzas hubiera vuelto a encenderse, pero la verdad me sentía muy confundido, no sabía si lo que acababa de sucederme era obra de mi cerebro fatigado, o un simple sueño surrealista y demasiado cruel, si embargo ya eran las siete con treinta de la mañana, la noche se había ido muy rápido o yo simplemente perdí la noción del tiempo, como fuera era mejor levantarse y preparar el desayuno, aunque lo de preparar, era un espejismo, ya que por lo general, desde mi divorcio y cambio de casa, simplemente cada mañana tomaba el teléfono y pedía que me llevaran algo del restaurante de la esquina, y ese día no fue la excepción.
-¿Bueno?....Hola Tomás aquí molestándome... quiero lo de siempre... ajá... si término medio y sin mermelada... ya sabes.... ¿Cómo que a donde?... Es en el edificio Rex, departamento 23....muy bien aquí lo espero.... gracias....-
Después de eso me metí a bañar, al salir, mi desayuno ya estaba en la puerta del departamento, no podía disponer de más tiempo así que mientras me colocaba aquella bata que le decía al mundo que soy médico y me anudaba la corbata comencé a comer, sin embargo, algo en la vieja duela del departamento llamó poderosamente mi atención: eran las diminutas huellas de un piecito´mojado, iban en dirección hacia una de las paredes y cuando traté de poner más atención, estas simplemente desaparecieron al llegar a la pared. Estaba buscando una explicación lógica a lo que veía, cuando el celular en la mesa de centro comenzó a sonar, se trataba del doctor Casas, que solo me había llamado para que me apurara a llegar al hospital.
CONTINUARÁ....

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