Iglesia Cristiana Primitiva.
EL CULTO A LA MUERTE DESDE LAS CULTURAS ANTIGUAS
Desde que las primeras comunidades humanas en el Paleolítico desarrrollaron sus capacidades simbólicas, las prácticas rituales relacionadas con la muerte han ido evolucionando a lo largo del tiempo.
Las ofrendas y ajuares depositados en el lugar de las sepulturas nos hablan, ya en las culturas más antiguas, de un verdadero culto a los muertos y de una espiritualidad humana basada en la creencia en otra vida más allá de la muerte.
Podemos decir, que la práctica religiosa de honrar a los difuntos es tan antigua como la humanidad y la costumbre de celebrar un dia de culto a los espíritus de los antepasados es compartida en muchas culturas y lugares del mundo, coincidiendo desde épocas remotas con el inico del año nuevo, en Noviembre.
En las culturas de la antigüedad el invierno era vivido como la época del año más fría y fúnebre y estuvo asociada desde tiempos inmemoriales al concepto de muerte en relación con el ocaso que, en cierto modo, experimenta la Naturaleza en esta estación.
El mortecino tiempo invernal, se iniciaba cuarenta días después del equinoccio de otoño (22 de septiembre), concretamente el 1 de Noviembre.
En las culturas ancestrales como la china o la egipcia , el culto a los muertos se realizaba respectivamente en los templos y en las pirámides.
Los antiguos chinos recordaban a sus antepasados quemando incienso, encendiendo velas y colocando ofrendas de alimentos sobre un altar.
Hasta el siglo II de nuestra era, no se generalizó la inhumación de los cadáveres, la forma común de enterramiento había sido hasta entonces la incineración.
A partir de este siglo nacería la costumbre de inhumar o enterrar a los muertos en cajas de madera o bien de piedra, que derivaron en sarcófagos esculpidos.
En la Roma clásica, estos sarcófagos formaban parte de monumentos funerarios y se construían junto a las vías romanas.
OTOÑO, LA ESTACIÓN DE LA MUERTE
Los egipcios creían en la dualidad del espíritu, uno de ellos iniciaba el viaje al más allá y el segundo quedaba vagando, por lo que tenía la necesidad de comer.
Las ofrendas iban dirigidas a este espíritu que habitaba en el cuerpo embalsamado donde podía seguir existiendo.
Plutarco (historiador griego) afirma que Osiris fue encerrado en su caja y colocado a flote “en el diecisieteavo día del mes de Athyr, cuando las noches estaban haciéndose largas y los días decreciendo.”…
En el calendario egipcio y en tiempos de Plutarco, Athyr de hecho si coincidía con los meses de Octubre-Noviembre.”
En la cultura india, “la fiesta hindú de los muertos hindú Durga originalmente también fue vinculada con su Año Nuevo que comenzaba en Noviembre.”
“En la antigua Asiria las ceremonias para las almas de los muertos eran en el mes de Arahsamna, cuando el dios sol se convertía en el Señor de la Tierra de los Muertos.”que después se convierte en el mes de Heshvan en el calendario judío, desde mediados de Octubre a mediados de Noviembre.
Los Persas, a su vez comenzaban su Año Nuevo en Noviembre, en un mes que era llamado Mordad-month, el mes del ángel de la muerte.”
En el otoño del año, los aborígenes australianos “pintaban rayas blancas en sus piernas y brazos para parecer esqueletos.”
Enigmáticas pinturas rupestres en Australia muestran a los “wondjina” Estos personajes antropomórficos carecían de boca, la parte superior ensachada y enormes cabezas con rostros semejantes a calaveras con ojos y nariz.
En la Polinesia francesa, “los habitantes oraban por los espíritus de los ancestros que partían al final de su celebración del Año Nuevo en Noviembre.”
En Perú, “el Año Nuevo Inca comenzaba en noviembre y el festival llamado Ayamarka—que significa cargar el cadáver—concluía con las ofrendas de comida y bebida en las tumbas.”
Para los aztecas mexicanos también guardaban “el Día de los Muertos al mismo tiempo de otoño del año.”
En muchas partes de Europa, el dia 2 de Noviembre es el Día de todas las almas, el Día de los Muertos.
En Francia “Le Jour des Morts, el antiguo Día de los Muertos se cristianizó posteriormente, siguiendo la costumbre de llevar flores a las tumbas.”
Festividades antiguas celtas que forman la Rueda del Año
Los anglosajones antiguos, en concreto los habitantes celtas de Gran Bretaña, “guardaban su Año Nuevo en Noviembre.”
En Wales y Escocia; “llegado Noviembre es el tiempo de que los fantasmas sean recordados.”
Es aquí, precisamente en esta ceremonia druídica anterior a la etapa cristiana, donde radica la vinculación de la celebración del culto a los muertos, con la tradición actual occidental y la actual festividad de Halloween.
En la fiesta conocida como la noche de Samhain que se celebraba el 1 de noviembre, en el comienzo del año nuevo en el calendario celta.
Las primeras referencias de honrar a los difuntos se encuentra en el Antiguo Testamento. En el libro 2° de los Macabeos está escrito: «Mandó Juan Macabeo ofrecer sacrificios por los muertos, para que quedaran libres de sus pecados» (2 Mac. 12, 46);
La Iglesia cristiana primitiva acostumbraba a anotar a los hermanos difuntos en la díptica, formada por dos tablas plegables, con forma de libro, con los nombre de los muertos por quienes se había de orar.
Así mismo y desde sus inicios, los primeros cristianos también celebraron el aniversario de la muerte los mártires que se convertian en santos del martirio.
Durante las persecuciones de Diocleciano el número de mártires llego a ser tan grande que la Iglesia, sintiendo que cada mártir debería ser venerado, señalo un día en común para todos.
Según el testimonio del cronista medieval Viduquindo de Corvey, en Alemania cerca del año 980, hubo una ceremonia consagrada a la oración de los difuntos el día 1 de noviembre, fecha aceptada y bendecida por la Iglesia.
El abad Odilo del monasterio de Cluny en el 980, añadió la celebración del 2 de noviembre como fiesta para orar por las almas de los fieles que habían fallecido, por lo que fue llamada “Conmemoración de los Fieles Difuntos”.
De allí se extendió a otras congregaciones.
En los países de tradición católica europea, se celebra el 1 de noviembre como dia festivo que venera a todos los santos, que no tienen una fiesta propia en el calendario litúrgico.
Sin embargo la Iglesia Ortodoxa lo hace el primer domingo después de Pentecostés.
Durante la Reforma protestante, la celebración de los Fieles Difuntos fue fusionada con la de Todos los Santos por la Iglesia Anglicana.
A pesar de la influencia de Lutero, que abolió esta celebración en Sajonia y de las penas eclesiásticas luteranas, sobrevive esta celebración en la Europa protestante.
EL DIA DE MUERTOS EN LATINOAMÉRICA
La llegada de los españoles a tierras americanas, supuso que, en el siglo XVI, la celebración cristiana del dia de Todos los Santos se exportara, y se mezclara con las tradiciones europeas y prehispánicas, haciendo coincidir las festividades católicas del Día de todos los Santos y Todas las Almas con el festival similar mesoamericano, creando el actual Día de Muertos.
Es una festividad algo diferente a la de otros paises de tradición católica. Incluye un Altar de muertos que consiste en una serie de adornos florales acompañados de la comida favorita del difunto; además de fotografías y otros detalles.
En las zonas andinas de Sudamérica, especialmente en Ecuador, Perú y Bolivia, la costumbre es preparar e intercambiar entre familiares y amigos las guaguas de pan para consumir con la chicha morada que en algunas áreas rurales son también ofrendas principales en los cementerios.
Por su parte, los musulmanes no celebran particularmente un dia de culto a lo difuntos. Las oraciones por ellos se hacen en los funerales.
Eso sí se conmemoran los aniversarios de su muerte y se recitan versos del Corán para alcanzarle al difunto una bendición especial.
Conclusión:
Así que esta fiesta de origen pagano de homenaje a los difuntos es celebrada en muchos lugares del mundo y data de una antigüedad inmemorial, siendo gradualmente incorporada como la fiesta de los difuntos o de Todos los Santos en el ritual cristiano.
El punto de encuentro de esta celebración son los cementerios que aumentan durante estos dias enormemente su afluencia.
Las tumbas de nuestros antepasados son adornadas, así como los sepulcros que se decoran con flores mortecinas para honrar su memoria, al tiempo que se reza por las almas de los que ya no pertenecen al mundo de los vivos.
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