LOS ANGELES. Alma Molina

LOS ANGELES. 

Esta historia la escuchè alguna vez, se las comparto. 

Era una muchacha que trabajaba hasta muy noche,  llegaba como a las 12.30 de la madrugada.

Su mamá se preocupaba y  mandaba a su otro hijo por ella. 

Una noche se le hizo más tarde y agarrò un camión que la dejaba mas cerca, pero esa noche su hermano no pudo ir y le dijo, tomas los dos camiones, no pases por la calle solaitaria que està cerca de la casa, a esa hora ya esta muy oscuro y te puede pasar algo.

Ella le dijo que si, que asì lo harìa, pero como saliò tarde, tomó el camión para llegar mas pronto, se bajò donde siempre y pasó por el callejón obscuro.

A medio camino vio a un hombre que la miraba y por un momento dudo y pensó en regresarse, pero siguió y empezó a rezar, al pasar junto al hombre solo agachò la cabeza y siguió caminando.

Al otro día cuando pasò por ahì con su hermano, algo llamò su atención, era un bulto negro, que en la oscuridad apenas se veìa. 

Al pasar junto al bulto se dieron cuenta de que era una mujer  asesinada brutalmente.

Cuando llamaron a la policia les dijeron que ya iban para allà, que ya estaba reportada y que habìan alcanzado a detener al hombre, el cual habìa violado y asesinado a la mujer. 

Tuvieron que ir a la delegaciòn a rendir su declaraciòn como testigos y le mostraron a la persona detenida a travès de una ventana, se acercò y era la misma persona que ella viò la madrugada anterior.

Le dijeron al tipo que un dìa anterior habìa pasado por ahì una chica, que porque a ella no le hizo nada y el contestò que como le iba a hacer algo si iban dos hombres con ella, uno de cada lado.  

Eso la sorprendiò mucho, y pensò que habìan sido dos angeles que Dios le mandò para protegerla al escuchar que ella le pedìa ayuda en su oraciòn.