Esta historia la platicò mi abuelita a mi mamà y y ella a mi.
Sucediò que en el rancho en que habitaba mi abuela, vivìan solas unas señoritas solteronas.
Mas o menos por el tiempo en que se terminò la revoluciòn,
Tenìan la costumbre en ese rancho que cuando alguien moria, la gente llevaba en caja de madera al difunto a recorrer todas las casas y la gente salìa a despedirse de ellos, y a acompañarlos al panteòn a enterrar.
Bueno, muriò alguien del pueblo, y a partir de ahi cada noche al sonar las doce les tocaban a la puerta a estas señoritas.
Les decian desde afuera, que caiga o no caiga.
Les dio tanto miedo que le dijeron al sacerdote de la iglesia lo que pasaba y el sacerdote les dijo que salieran para ver quien hacìa eso.
Puès en la siguiente noche, salieron a asomarse y no habia nadie.
Pero seguìa sucediendo lo mismo,
A la siguiente noche se escuchan los toquidos, y la voz que decìa "que caiga o no caiga".
Una de las dos se armò de valor y le contestò "pues que caiga".
Se escuchò un ruido muy fuerte, salieron y estaba un cajòn de muerto.
Como pudieron lo metieron y dijeron, y ahora que hacemos con el muertito, vamos a ver quien es.
Y con miedo y todo lo abrieron, su sorpresa fue que tenia monedas de oro.
Dice mi mamá que a partir de ahi se convirtieron en las personas màs ricas del pueblo, y que ayudaron mucho a la gente.
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