Les contarè una anècdota que no tiene mucho, es de aqui en donde vivo, en Atzcapotzalco.
Puès bièn, deje a mi hija y a mi nieta en su casa y al regresar colguè una ropa a secar.
Me encuentro en un tercer piso, escucho la puerta de la entrada y me dije -quièn serà?-, me asomè y mirè que uno de mis hijos subìa la escalera.
Casi al llegar al departamento me dijo y tu nieta? - ya las fui a dejar, le conteste-.
Me metì dejando la puerta abierta, me dijo mi otro hijo, con quien hablas -pues con tu hermano, -.
Di la espalda al cuarto donde duermo y le dije, - oye dile a tu hermano que cierre la puerta y me contesta, -¿a quien le dices?-, -pues a tu hermano-
-No, aqui no entrò- entonces salì y no estaba nadie, subì otra escalera y nada, le hable por cel y no contestaba, asi lo hice como otras tres veces hasta que me contestò.
Le dije: por què te bajaste y donde estas?-, -estoy cenando en la esquina con mi novia-, le dije no, tu llegaste hace rato y traìas tu sudadera guinda y me dijo no, ven y comprueba.
Salì y si, estaba cenando con la novia y traìa una sudadera blanca, entonces quien me hablo?
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