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domingo, 17 de enero de 2016

ALMA DELIA FUENTES. Ely Ortiz















 







ALMA DELIA FUENTES.
Naciò en la Ciudad de México el 22 de enero de 1937, es una actriz del cine mexicano, recordada por participar en la célebre película de Luis Buñuel: Los olvidados (1950) y algunas otras cintas en las que compartía créditos con las más memorables estrellas de la Época de oro del cine mexicano.
A los 9 años inicia su carrera en cine con una pequeña actuación en la cinta Sinfonía de una vida (1946), un año más tarde incursionó en el teatro con la Compañía de Teatro Infantil de Bellas Artes, bajo la dirección de Clementina Otero.
En 1949 se incorporó al teatro estudiantil Autónomo (TEA), con el que realizó numerosas funciones en parques y plazas públicas, ese mismo año actúo en dos cintas definitivas en su carrera:
1.-Una familia de tantas, de Alejandro Galindo, con Fernando Soler, Martha Roth, y David Silva
2.-Allá en el rancho grande, en su segunda versión y en donde interpretaba el personaje de Lilia del Valle en su etapa infantil.
Y es gracias a estas cintas que el público la identifica.
Al año siguiente Luis Buñuel la elige para que trabaje con el en su obra maestra:
-Los olvidados (1950), cinta que triunfa en el festival de Cannes y por la que Alma Delia es más recordada.
Gracias a esta película recibe una nominación al Ariel en la categoría infantil, siendo derrotada por su compañero de reparto Alfonso Mejía.
En 1951 Julio Bracho le da un papel en su película Historia de un corazón, protagonizada por una de las reinas indiscutibles del melodrama: Rosario Granados; gracias a este film gana finalmente el Ariel.
Luego de su triunfo en los Ariel, las oportunidades de trabajo no pararon y es así como filma con los grandes de la época, como lo demuestran sus trabajos en
A.T.M. A toda máquina! (1951) , de Ismael Rodríguez, compartiendo set con Pedro Infante y Luis Aguilar ,
Mi esposa y la otra (1952), con Marga López, Arturo de Córdova y Ramón Gay y Las tres perfectas casadas (1953), de Roberto Gavaldon, con Miroslava Stern.
Pese a su éxito, en 1954 decide darse un tiempo ya que su trabajo le resultaba extenuante, debido a su corta edad.
Regresa 8 años después, convencida por Ernesto Alonso para trabajar en una teleserie de mucho éxito y reparto multiestelar que incluía a Columba Domínguez, Carmen Montejo, Amparo Rivelles y Ariadna Welter; llamada
-Las momias de Guanajuato (1962)-
Poco después también hace su retorno al cine, en cintas como
El extra (1962) con Mario Moreno Cantinflas, quien según se dice la hizo llorar durante el rodaje debido al carácter irascible del cómico,
Las risas de la ciudad (1963), otro de sus triunfos fílmicos, al lado de Joaquín Cordero, José Elías Moreno y Julio Alemán,
Furia en el edén (1964) con Ignacio López Tarso, que a decir de este es una de las peores películas en las que participó,
Escuela para solteras (1965), de Miguel Zacarías con Fanny Cano, Luis y Antonio Aguilar,
Cargamento prohibido (1966), con Narciso Busquets,
El ángel y yo
Ubuntu y 8(1966), con un Tin Tan en su etapa de decadencia
Blue Demon destructor de espías (1968).
Una de las cintas del cine de luchadores mejor logradas y en la que a diferencia de El santo, Blue Demon presume de mujeriego y aun coquetea con el personaje de Alma Delia; poco tiempo después filma su última película:
Fallaste corazón (1970).
Siendo aun muy joven decide dejar la actuación para dedicarse a su familia, su carrera fue productiva aunque breve y abarco todo tipo de géneros, aunque siempre será recordada como Meche, la turbadora adolescente que frota su piel con leche de burra y es objeto del deseo de un infame ciego (interpretado magistralmente por Miguel Inclán) en la mejor película de su carrera:
Los Olvidados (1950).
La revista proceso, publicò un artìculo sobre la situaciòn actual en que vive Alma Delia Fuentes, en la que evoca al personaje de "Meche" por la similitud de circunstancias en la que ahora se encuentra, es una situaciòn triste que nos puede pasar a todos.
Esta es la pequeña "Meche" en la actualidad.
"Retirada del cine desde 1970, su vida es un enigma.
Ahora, la actriz de 78 años rompe el silencio y abre los rincones de la que fuera su elegante mansión en Naucalpan, hoy en ruinas, donde vive recluida en el garaje, entre la inmundicia.
Su indigencia, que evoca a Meche en un dejo de irónica fatalidad, devuelve al presente la sabiduría profética de Octavio Paz, expuesta en Cannes, en abril de 1951, cuando promovió con ahínco entre el jurado y la intelectualidad europea la película de Luis Buñuel, al señalar que los personajes nos hablan de -“un mundo cerrado sobre sí mismo, donde todos los actos son circulares y todos los pasos nos hacen volver a nuestro punto de partida."-
Alma Delia está sentada sobre una silla blanca, de plástico, cubierta de polvo y manchones pegajosos, a medio desvencijar.
Toma a sorbitos un café y trata de comer el pequeño bocadillo que unos vecinos le han convidado.
Sin dentadura, el proceso se dificulta, se eterniza… pero ella no se queja, lo agradece.
Son las 11:30 de la mañana y es su primer alimento, quizá el único que pruebe en todo el día.
La escena cobra tintes de surrealismo, mientras que Romina, su inseparable perra raza Pug y sus dos pequeños y cautelosos gatos, se afanan por obtener una pequeña ración de alimento, Alma Delia viaja al año 1951.
Está ataviada con ropa sucia. Las zapatillas rotas, las mallas roídas parecen incrustadas en sus piernas. Bajo su asiento hay un churrete de excremento animal sobre el que se arremolina un grupo de moscas que acompaña su charla, su travesía por la Riviera francesa.
Ensimismada, recuerda los llamados a maquillaje a las cinco de la mañana. Añora el rigor, la disciplina y el cuidado del genio aragonés sobre cada uno de sus personajes. “Disfruté mucho trabajar con él”, comenta al recordar el rodaje.
Toma un sorbo más de café, por su piel de aguanieve ya no ruedan aquellas gotas lácteas de burra con las que se bañaba Meche. Alma Delia cruza la pierna izquierda de la que ahora escurre un líquido ambarino, y se transporta a la Costa Azul de Francia, donde pudo ver la película por vez primera.
Buñuel ha sido el mejor director con el que colaboré en mi carrera, y Los olvidados mi película más emblemática”, enfatiza al terminar su bocadillo, compartido con perra y gatos.
Es la única actriz sobreviviente del filme. Cuando lo rodó tenía sólo 14 años y por él obtuvo su primera nominación al Ariel en la categoría de Mejor actuación infantil."
Da el último trago a su bebida y la crudeza del entorno la devuelve de un latigazo a la realidad.
El arrabal en el que se avecindó "Meche" hace 64 años, está incrustado dentro de la casa que hoy habita Alma Delia, en una exclusiva zona residencial del municipio de Naucalpan, en el Estado de México.
Dentro de su propio hogar, vive en medio de una lacerante soledad, en calidad de indigente.
La fachada de la vivienda convive en aparente armonía con su entorno.
A distancia, no desentona, pasa desapercibida, hasta que uno se acerca a la puerta de entrada.
Entonces, los olores entremezclados a orines, excremento, humedad, ruina y abandono desolador, golpean brutalmente y nublan la visión.
La bella Alma Delia Susana Fuentes González se casó a los 17 años con Julio Azcárraga, primo de Emilio Azcárraga Milmo.
De ese matrimonio nacieron los cuatro hijos que procreó: Alma Delia, Ana Rosa, Bertha Eugenia y Julio Azcárraga Fuentes.
El actor Rafael Armel Marcelo Luis Etienne Mazoyer, conocido en el medio artístico como Rafael del Río, fue su segundo y fugaz marido.
Ahora recluida en el garaje de lo que alguna vez fue su elegante residencia de cinco habitaciones, alberca techada, gran jardín y un despacho en el que solía encerrarse a estudiar los guiones de sus películas, de la vivienda construida en desniveles, aprovechando el declive del terreno, no quedan más que ruinas,
El tiempo implacable y la aplastante soledad han arrasado todo a su paso.
Quedan en pie, como en un guiño surrealista, unas cortinas con motivos infantiles, periódicos enmarcados con ilustraciones de los personajes mortuorios de José Guadalupe Posadas, alguna mesa, un par de cuadros.
El resto de lo que fue su hogar yace carcomido por la humedad, las polillas, la podredumbre.
Plantas silvestres y enormes telarañas se instalaron en su jardín; de su alberca con techo derruido, se apoderaron aguas negras y pestilentes; de sus alfombras, armarios y muebles, se han ocupado hongos, moho e insectos.
Los rastros de cajas apiladas en las habitaciones, repletas de objetos putrefactos, parecieran dar cuenta de que a Alma Delia, en un afán frenético por rescatar parte de su historia sepultada en la ruina, le ganó el tiempo.
La casa se la fue devorando, ella tuvo que emerger hacia la superficie, y optó por refugiarse en la parte más alta de la vivienda, el garaje.
Al cerrar la puerta de su hogar, se llevó intacto el recuerdo de los días de esplendor de su hogar, aunque con frecuencia evoca escenas muy dolorosas ahí mismo.
Alma Delia duerme hoy en la habitación que alguna vez fue de su chofer.
Pilas de basura, ropa sucia, alguna manta, fotografías de familia, restos de comida para mascotas y recuerdos agolpados se esparcen sobre su colchón, forrado con plástico y costales vacíos que intentan repeler orines y brindarle calor en las frías noches de otoño e invierno.
A unos metros, sobre el cofre de un auto Caprice de los años ochenta, que descansa inmóvil, cubierto por capas infinitas de polvo, la escena se repite: bolsas viejas rellenas de comida caduca, alimento para perros, platos de cartón, montones de desperdicios, es una suerte de mesa, alacena y armario.
Una pequeña puerta aledaña conduce a un estrecho baño, inservible, sucio, sepultado por trozos del plafón del techo que a diario se derrumba. Al lado, en otra habitación fétida y desaseada, se encuentra su refrigerador, muchas veces vacío.
A un costado, una larga escalera que conduce al área de servicio, la menos destruida de la vivienda, aunque igual de sucia y descuidada.
Ahí sorprende una nueva representación buñueliana… el sonido de un viejo radio que acompaña a un solitario perico que repite una y otra vez, desde su jaula, “burro”, “burro”.
Se llama Güero, y no está disecado –como afirma un vigilante de la colonia–, y sorprendèntemente su dueña, quien ya se desplaza con dificultad, se encarga diariamente de alimentarlo, de tapar su jaula para atajar el frío, asegura, de sacarlo al sol.
Alma Delia, la hija mayor, y su esposo, son, al parecer, los únicos familiares que visitan a la actriz con esporádica asiduidad, le llevan alimento y algunos enseres y quienes se encargan, de vez en vez, de aliñar el exterior de la vivienda, donde todo parece normal, aunque en el interior la catástrofe sigue intacta.
También son quienes se toparon semanas atrás con un vecino que, junto con otros más, acudió en su auxilio ante el hecho fortuito de que su casa se quedó sin luz y al salir a la calle a pedir ayuda la encontró.
El descubrimiento de la condición de abandono en la que vive Alma Delia Fuentes ha originado solidaridad de personas que habitan en su colonia y otras zonas cercanas. Tiene nuevos aliados.
El hecho no entusiasma a los familiares. La advertencia lanzada por el yerno a uno de los vecinos alcanza al resto: Meterse a la casa puede acarrear consecuencias legales. Se le puede llevar de comer, pero no pretender asear el entorno, adoptar medidas de higiene, atender sus carencias.
Aun así, un par de reportes fueron enviados a las oficinas federales de Atención Ciudadana de la Secretaría de Desarrollo Social, que a su vez canalizó el asunto al Instituto Nacional para la Atención de Adultos Mayores (Inapam). Un correo más fue dirigido al sindicato de actores, la ANDA, sin que haya generado, hasta ahora, alguna respuesta.
Los familiares justifican las ausencias prolongadas, el refrigerador vacío, todo… Dicen hacer lo que pueden y vuelven la mirada hacia Julio Azcárraga, el hijo que, aseguran, ha despojado a Alma Delia de dos viviendas, una de ellas en Acapulco.
Desde aquel encuentro, las visitas familiares se han espaciado más. Pese a ello, Alma Delia repite hasta el hartazgo que ella tiene muy buenos hijos. Especialmente las tres mujeres, que jamás le han dado problemas, y que tiene un titipuchal de nietos que la adoran.
La actriz, de maneras finas, de trato suave, parece estar convencida también de que abajo su casa se mantiene intacta. Educada, generosa, ofrece una habitación a quien lo necesite.
Ha decidido cerrar los ojos al horror que la rodea. Alma Delia que se erige día a día con gran dignidad, a pesar de su circunstancia, tiene 78 años, pero parece mucho mayor. Se ve frágil, camina encorvada, se apoya en un bastón –como si fuera una geisha da pasos cortos– y se desplaza lentamente, arrastrando los pies. Sin embargo, es una mujer de una fortaleza apabullante. Diariamente riega sus plantas, alimenta a sus animales, sobrevive sola en medio de tal desolación y miseria.
Dice que invita a los animales a su cuarto y habla con ellos, porque, a veces, la soledad, la abruma. A todo mundo que la escucha, le espeta decenas de veces que “mientras más conozco a las personas, más quiero a mis animales”. Alude entonces a una etapa en que, afirma, hubo personas que la hicieron sufrir mucho, pero el hermetismo sobre quién la dañó, por qué abandonó su ascendente carrera en cine y televisión, cómo fue que la devastación más absoluta alcanzó su vida y su casa, y por qué subsiste en el aislamiento y el olvido, es un asunto infranqueable.
Alma Delia Fuentes necesita ayuda, pero tiene muy claro que no pretende abandonar el espacio inmundo en el que ahora habita confinada. Como a la Meche de Buñuel, a ella la han abandonado. Ella no hará lo mismo ni con sus animales ni con sus plantas, particularmente con un helecho que, afirma, es el espíritu de Eduviges González, su madre a la que evoca con adoración, como a Carlos Fuentes, su padre, todos los días de su vida.
Su casa en ruinas, los recuerdos y sus películas forman parte del bagaje del que la exactriz no quiere desprenderse. Se ha convertido en la guardiana de su espacio, su memoria, su destino y el azar que invariablemente la remiten a su cinta emblemática, Los olvidados."

1 comentario:

  1. muy triste final para aquella actriz :'(, siempre la recuero por la pelicula de "el extra"

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