Buenas tardes grupo, ayer me quedé en que había entrado a la primaría.
La mayoría de mis compañeros, llevaban su mochila nueva y sus útiles, yo llevaba una bolsita de plástico con una libreta un lápiz y un sacapuntas, algunos niños se reían de mi por la crueldad de niño, pero otros me preguntaban con curiosidad por qué llevaba esa bolsita, así aprendí a diferenciar a la gente y también que habíamos pobres y otros con posibilidades económicas .
Cuando empezó la clase yo la entendí muy rápido, llevaba algo que mis compañeros no, yo ya sabía leer y escribir gracias a mi hermano mayor que todo lo que aprendía llegaba y nos lo enseñaba a mi hermano menor y a mí .
Al pasar de los días, me di cuenta que al final de clase habían muchos colores, lápices, gomas y sacapuntas tirados, los recogí todos y los lleve a la dirección, el director me hizo notar que sería imposible regresarlos a sus dueños y me dijo que me los podía quedar, así me fui armando de una lapicera muy completa.
Mi mamá nos quería mucho, pero nos tenía que dejar solos para ir a trabajar, tenía dos empleos.
Casi no la veíamos, nos dejaba en una mesa de madera enana rollitos de jamón, pedacitos de queso, bolillos, vasos de plástico con leche y cuando llegaba de trabajar nos preparaba comida en forma.
Un día mi mamá estaba llorando sentada en la cama, su llanto era tan fuerte que no atinaba a decirle nada, yo tenía seis años, llegaron mis hermanos y la vieron llorar, tampoco dijeron nada,el problema? que no había nada para comer y se sentía impotente.
Nos organizamos mis hermanos y yo, y fuimos a tocar a la puerta de todos los vecinos ofreciéndonos para ir a mandados, ya saben traer las tortillas, refrescos, ir a la verdulería, lavar trastes o trapear, en menos de dos horas ya nos habíamos hecho de un dinerito y fuimos a comprar comida, ahí decidimos ayudarle a mi mamá de manera fija.
Mis hermanos boleaban zapatos y yo le ayudaba a su quehacer a una señora que hacía dulces mexicanos para vender, me gustaba mucho por que aparte de mi sueldo, me regalaba dulces.
En la escuela, mi hermano mayor y yo estábamos becados, pero por calificaciones, no como ahora que dan becas a diestra y siniestra y sin ningún esfuerzo, ese dinero también se lo dábamos a mi mamá.
Todo transcurría más o menos normal hasta que nos llevò de vacaciones de verano a casa de mi abuela, conocimos a una tía de mi mamá que era bruja de magia negra y quien en un descuido de nuestros padres a mis primos, a mis hermanos y a mi, en una fiesta familiar bajo un ritual, nos otorgò "poderes" y de ahí se derivan muchas historias que ya les iré contando.
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