Mi anécdota no tiene nada de fantasmas, al menos, no de los tradicionales.
Hoy en Charcas, S.L.P., regresando de "La Pulga" (como las Vías en SLP, o Tepito en el DF), a mi hermano y a mi se nos ocurrió tomar fotos de las calles adornadas con estrellitas, papelitos y demás artilugios colgantes en cordeles entre las calles.
Cuando de repente el mismísimo Comandante casi me detiene "por fotografiarlos en sus actividades".
En primera, ni "actividades" vi, en segunda, yo ni en cuenta que la casa del fondo (la anaranjada) fuera la jefatura, y en tercera ¿cuánto miedo se queda guardado para que se piense que una enana de menos de 1.58m tuviera "nexos delictivos" cuando las 'f'otos' se pueden sacar hasta con un celular -y yo con mi discreta canon-?
Tristemente hoy me doy cuenta que la sociedad ha quedado no sólo lastimada, sino estigmatizada a cualquier extraño que pretende ser un tranquilo turista caído por el recalentado obligado en familia.
Abajo la foto incriminatoria, mi hermano en su pose de "viendo el infinito" y yo terca a que salieran los papelitos de arriba, al fondo la jefatura "en sus actividades"
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