Poco después se encontró con un rebaño de ovejas y se metió entre ellas.
Con el correr de los días, el cachorro llegó a creer que también era una oveja.
Pero un día, un león adulto se apareció junto al rebaño y las ovejas corrieron espantadas para ponerse a salvo y el pequeño león también huyó asustado.
El enorme león le dio alcance y el cachorro, muerto de miedo, le dijo:
- ¡No me comas! ¡Por favor, no me comas!
El gran león, sin decir nada, lo llevó hasta la orilla de un arroyo y lo obligó a que mirase las dos figuras reflejadas en el agua.
El cachorro, al darse cuenta que también era un león, dejó de sentirse oveja y comenzó a comportarse como lo que realmente era, un león.
MORALEJA:
A veces, el convivir con gente pequeña y temerosa nos vuelve como ellos y olvidamos lo que realmente somos.
este trata de la amistad
ResponderBorrarmuy buena fabula