CIENCIA MALDITA UNO PARTE 5 Christian Perales

CIENCIA MALDITA UNO PARTE 5.

De inmediato me vi rodeado por cuatro oficiales uniformados y un detective, debo señalarles que en 2017 en el Distrito Federal se adpotó la forma de impartición de justicia muy similar a la de Estados Unidos, por lo que en otros tiempos quienes fueran judiciales, ahora eran detectives… y ahora si, incorruptibles, implacables. 

Guardé silencio mientras me conducían a una camioneta de la corporación, mientras caminaba vi a Adriana mirándome con preocupación y extrañeza desde el interior del coche, en el fondo sabía que no podría ayudarle, al menos no esa noche.

El camino a la comandancia duró unos cuarenta  o cuarenta y cinco minutos, tiempo que utilicé en ordenar mis pensamientos, y razonar muy bien acerca de lo que iba a contestar, aun cuando no tenía ni idea de que me iban a preguntar. 

Al llegar me condujeron al típico cuarto con un gran espejo en la pared, otra "adopción" de nuestro sistema de justicia, en el techo había una cámara que captaba todo lo que ahí sucedía, en el centro una mesa y dos sillas. 

En una de las sillas me sentaron a mi, casi a la fuerza, y comenzó el interrogatorio sin más preámbulos… no recuerdo bien que fue lo que me preguntaron, pero era más que notoria, más que dolosa, la forma en que lo hacían, un miembro de la policía militar, cuyo apellido no recuerdo, era quien hacía las preguntas, me preguntaba si la doctora Salas tenía enemigos, incluso me llegó a insinuar que tal vez yo la había asesinado…

-¿cuales eran sus motivos? ¡respóndame Cuenca!-
-¡yo no fui…!

De nada servía, él estaba obstinado en que yo confesara un crimen que no cometi…aunque quizá él sabía que mi creación maldita lo había hecho. 

Terminó por poner sobre la mesa, ante mí, las fotos del cadaver de la doctora Salas… era aterrador… sobre todo por que era la segunda vez que veía un cuadro así ese mismo día, las lesiones en nuestra mentora, eran iguales a las de Joaquín. 

En ese momento estuve tentado a hacer una confesión, y no se si fue mucho valor o mucha cobardía, o el hecho de saber que si me encerraban, no podría detener a Adriana, pero me contuve y continué aferrándome al silenció, y en el instante un pequeño milagro sucedió, un detective, al parecer de mayor rango que mis "captores" entró a la sala, vestía un traje beige, un folder bajo el brazo denotaba que era fiel a leer los informes y por primera vez una cara más o menos amistosa en aquel lugar.

-¡Salgan!, yo interrogaré al testigo-

No terminó de decir esas palabras cuando ya todos salían del salón haciendo un intento de fila. El detective, desconectó la cámara dió un par de vueltas por el salón, encendió un cigarro mientras hacía descender unas persianas que terminaron por cubrir el enorme "espejo" situado en la pared

-¿fuma?-
preguntó mientras me extendía su cajetilla en una clara invitación a tomar un cigarrillo…

-no gracias-
-Soy el detective Fargas-…

Despues de eso se hizo un gran silencio, lleno de tensión e incomodidad, mientras yo imaginaba la cárcel o algo peor… la pena capital, tambien recién adoptada. 

El detective me miró por un largo instante mientras jugueteaba con la cajetilla entre sus manos, los codos sobre la mesa, una actitud muy desenfadada.

-hoy mi mamá volvió a recordarme doctor, volvió a recordar a cada uno de sus 6 hijos…mi hija… tiene 8 años, y tenía párkinson, pinche enfermedad-

-es muy poco usual en los niños…-

-si lo se… decían que no tenía cura… pero hubo un milagro… a las dos les hicieron un tratamiento llamado Cronos… no sabe… cada día le doy las gracias a Dios…mi hijo está bien ahora…mi mamá nos volvió a contar esas historias…creo que usted entiende… ¿no?-

-creo que si-

-un chip y toda mi pinche vida se arregla…y ora me llega usted ¿sabe que los cuates estos ya lo tienen como sospechoso? -
-¿Se refiere a los que salieron?-
-si…y pienso que tienen algo de razón, aunque se que usted no mató a la doctora… pero se que algo tuvo que ver… 

¿entiende en el dilema en el que estoy?… no puedo proceder contra usted doctor… y quiero pensar que es inocente… ¿qué hizo? ¿que pasó anoche? …-
-anoche estuve en casa detective, con mi esposa-
-si, se que su esposa dirá lo mismo… pero…y se otra cosa, hoy su coche amaneció destruido ¿no?-

En ese momento abrió su folder y me mostró todo lo que llevaban investigado, parecía que ya sabían de sobra las atrocidades que llevaba cometidas hasta ese momento

-mire, la cosa está asi: su maestra de tesis está muerta… nos reportan que el otro doctor… Joaquín Gasca… está desaparecido… ¡yo no se Cuenca pero eso hace sospechar a cualquiera!…-
-quiero mi llamada telefónica-
-eso no va a ser necesario Cuenca, yo siento que te debo una… y pues las pruebas del forense revelan que el atacante… es mujer… eso te quita la luz de encima por un rato… yo pienso… que hiciste algo, pero sin mala intención… y me juego toda mi carrera en esto… pero estoy de tu lado… vete…-

-¿en serio?-
-si, en serio pero vas, y me arreglas eso, lo que sea que hayas hecho, la próxima que te vea no creo poder ayudarte…-

El detective me había brindado su apoyo ¿o me habría dejado ir para que lo guiara? no lo se, pero como el dijo tenía una oportunidad y la iba a aprovechar. 

Ya era de noche, las 11 pm para ser exacto, así que llamé a Naty para que no se preocupara por mi, al menos más de lo debido…

-amor… oye… tuve un problema… ya voy a la casa…-
-si mi amor no te preocupes-
-¿cómo estás?-
-bien, estaba preocupada… pero Adriana me dijo que habías ido con Joaquín al laboratorio-

sentí estremecerme.
-¿Adriana?… ¿a qué hora hablaste con ella?…-
-ahorita… ella está aqui… vino a visitarme…- CONTINUARÁ