ROBERTO.
Buenas tardes amigos y amigas. Desde hace tiempo
Ely Ortiz me dijo que si algùn dìa queria compartir mi historia de vida con ustedes, lo hiciera aqui en la pagina, pero hasta hoy me decidi. Tal vez no sea la gran historia, pero quiero que la sepan para que me conozcan màs y asi corresponder a la confianza que me han tenido.
Roberto naciò muy dèbil, ya que su mamà era muy joven, tenìa 16 años y nunca durante su embarazo guardo el reposo recomendado.
Ella ya tenìa otro hijo, y sus papàs decidieron quedarse con èl, es decir, registrarlo como su hijo porque dijeron que con ellos estarìa mejor cuidado.
Asi que èl creciò pensando que sus abuelitos eran sus papàs,
Tenìa una tìa que lo consentìa mucho, le daba regalos, esa tìa era realmente su mamà, pero el en aquel entonces no lo sabìa.
Aùn llenandolo de cariño, mimos y regalos, el era un niño muy timido y retraido, al grado que tuvieron que llevarlo al sicologo, quien les dijo que lo metieran a una escuela pùblica, porque lo estaban sobreprotegiendo mucho enviandolo a escuelas particulares y maestros de de diferentes actividades.
Sus tìas jugaban mucho con èl, eran casi de la edad, pero por lo mismo el fue adquiriendo una manera de ser muy delicada, respetuosa, no le gustaba pelear ni discutir, se sentìa muy bien con ellas.
Cuando tenìa 8 años fue la primera vez que conviviò en la escuela con los niños de su barrio, de Tepito.
Y en ese tiempo supo quien era su verdadera mamà.
Era un niño tierno, le gustaba lo romàntico y su mayor pasiòn era la poesìa.
Siempre respetuoso con todos, principalmente con las mujeres, siguiò siendo igual en la adolescencia, pero en alguna ocasiòn y por accidente escuchò un mal comentario de parte de sus primos, ya que creìan que èl era "gay" y lo decìan con burla y despotismo.
Eso le molesto mucho, y actuando de manera inmadura, comenzò a actuar de manera diferente a como se habia conducido hasta ese momento.
Comenzò a conquistar mujeres, para demostrarles que no tenìan razòn en sus juicios, comenzò a ir al gimnasio, no tomaba, ni fumaba, y andaba con cuantas mujeres podìa, solteras, casadas, mayores o jovencitas.
Se volviò odioso, altanero, dèspota, dejaba a la gente con la mano extendida, hasta le decìan el "consentido de los dioses de tepito".
Un dìa, se fue de loco con una chica casada, pero no se dio cuenta de que el marido los iba siguiendo.
Los esperò a que salieran del hotel, los fue siguiendo, la chica se quedò cerca de su casa, y cuando Arath se fue a la suya, en Av. del Trabajo, el tipo aventò su camiòn hacia su coche y lo estrellò en un poste, como viò que seguìa vivo, sacò de entre sus ropas una pistola, disparò y cuando pensò que ya estaba muerto lo dejò y se fuè.
Quedò con la cara y la columna vertebral destrozada, y despuès de tres cirugìas de rostro y cinco de columna, ademàs de 7 años de terapia pudo volver a caminar, y despuès de diez años ya pudo salir a la calle.
Desde entonces no me reuno en grupo ni me tomo fotos, menos vídeos, pero Roberto quiere revivir de nuevo.
El 5 de agosto de 1997 hace casi 18 años fue cuando me sucediò èsto.
Mi decisiòn de compartirles mi historia se la debo a una gran amiga,
Melissa Altamirano García, quien me ha ayudado a recuperar la confianza en mi mismo y por lo mismo se lo quiero agradecer muy especialmente.
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