CIENCIA MALDITA UNO PARTE 9 Christian Perales

CIENCIA MALDITA UNO PARTE 9.

Acostada en esa cama de hospital, Naty tiene un sueño con desosiego, presiente que algo está mal, entreabre los ojos y ve con horror que Adriana está al pie de su cama, mirándola con esa sonrisa que se ha vuelto odiosamente diabólica, empuñando un cuchillo.

Naty quiere gritar con todas sus fuerzas,pero las zondas no permiten que salga su voz, intenta levantarse, incorporarse, pero su debilidad y el efecto de los sedantes le impiden moverse.

Adriana toma el cuchillo y arremete contra Naty, con risa desbordada, mórbida continúa su ataque, todo se tiñe de rojo… Todo ha terminado ya, ante la mirada atónita de los doctores que entre risas no pueden detener a Adriana... no se percatan de que el hospital está envuelto en llamas, una enfermera corre, también su cuerpo es devorado por vivas lenguas de fuego...

-¡ay cabrón…!-

Era una pesadilla, el sueño me venció por algunas horas, despierto y estoy en la casa del detective Fargas…

-tranquilo Cuenca, aquí estás a salvo-

me tranquiliza saber que Fargas está conmigo…

-mi esposa...-
-lo se Cuenca…esto ya va a terminar, además mandé a poner una escolta clase 5 para que la cuiden, ahorita ni el presidente puede acercarse a ella-

-no es el presidente el que me preocupa ¿qué hora es? ¿dormí mucho?-
-lo necesario Cuenca…-

-¿estamos solos?… ¿y tu familia?...-
-ah… mi esposa se llevó a mi hija a ver a sus abuelitos a Pachuca, regresan hasta dentro de una semana… ¿tienes hambre?…-
-si...-

Comimos lo que había, salido de una lata… mientras platicábamos de forma velada cual sería la manera más adecuada de detener a Adriana, la forma de ubicarla… 

Fargas se encargaría de que ambos no termináramos en la cárcel, o peor… en el corredor de la muerte.

-¿tu amigo dijo que esta criatura quería matar al borrachín que causó el accidente no?-
-si…-
- pues estamos de suerte… al menos sabemos dónde va a atacar…-
-no entiendo…-

-bueno,ya hice mi chamba… este conductor tenía una sentencia de 9 años…conducir en estado de ebriedad era para más, pero en meses... por buena conducta pudo salir…claro haciendo trabajo comunitario… y como no era peligroso… lo asignaron de velador a la planta de placas y engomados…solo tenemos que ir y vigilar… aunque si ya lo supo esta vieja va a atacar hoy-

-¿por qué estás tan seguro?¿cómo sabría ella dónde ubicar al cuate este?-
-no es un secreto… en el hipernet, hay un directorio de voluntariados, si se volvió tan astuta buscó ahí, y ahora sabe dónde pegar-

-¿es una corazonada Fargas?-
-si, pero casi estoy seguro…¿quieres una copa?-

En ese momento sentí que no me vendría mal, así que acepté… Fargas sirvió dos vasos de tequila, me extendió uno…

-salud Cuenca-

Bebimos esa copa muy rápido, pues era hora de actuar… Fargas se levantó y tomó su juego de llaves,

-necesitamos armas Cuenca-

Hizo un ademán invitándome a seguirlo, la casa tenía sótano y bajamos, ya al fondo de ese lúgubre rincón de la morada del detective, se extendía un pasillo, coronado por una puerta metálica, la cual estaba resguardada con tres candados que mi nuevo amigo abrió…

-Cuando tienes niños Cuenca, hay que ser muy cauteloso... verás lo que tengo aquí... solo te voy a decir que se te adelantó la navidad...-

Ante nosotros se extendió un gran arsenal… el hecho es que no se si todas esas armas eran legales, o no, pero parecía que aquel hombre de la ley se hubiese preparado para un acontecimiento así, o mas aun: para una guerra.

-¿esperabas un apocalipsis zombi Fargas...?
- Pues no, pero hay cada pinche loco reanimando cuerpos..., pásate...-

En una vitrina se podían ver cuatro rifles de asalto, y una escopeta recortada, en una vitrina más pequeña colocada al fondo varias pistolas de tipo escuadra, pude notar que eran de calibre grueso, en una repisa, yacían cajas de balas para las diferentes armas, tambien había numerosos cuchillos de combate, en las paredes pendían chalecos antibalas e incluso tenía un par de granadas, fue lo primero que tomó fargas y las puso en una especie de bolsa de lona, abrió la vitrina de los rifles y sacó un par…extendiéndome uno a mi...

-¿haz usado uno de estos Cuenca?-

¿qué si los había usado?… no había disparado ni con los rifles de la feria, sentí temor de cometer una gran equivocación usando algo para lo que no estaba preparado, los últimos años los había pasado entre tubos de ensaye y computadoras, no tenía el espíritu beliscista y aventurero de Fargas, me sentí frustrado al saber que en ese momento la única solución viable a nuestro problema era la brutalidad.

-¡no es un examen final Cuenca!… mira… usa la escopeta… patéa mucho, pero a corta distancia no falla... hasta un cieguito pega con esto.-

Tomó un rifle para si, y le puso un cargador, cortó cartucho y se lo colgó al hombro, abrió un armario y de él sustrajo unos cartuchos extra, finalmente tomó dos chalecos antibalas, y un par de zapatos del tipo minero…

-póntelos, esos no te servirán-

Me puse los zapatos y el chaleco, mientras fargas ponía más municiones en la bolsa de lona, además de tenderme un puño de balas para la escopeta, simplemente me llenó los bolsillos del chaleco con ellas. 

-¿las granadas son  muy necesario detective?-
-mhh no son letales, solo paralizan, es… por si podemos capturarla viva…-

Antes de salir tomó de un cajón una pistola que enviaba cargas eléctricas, y razoné por un momento que todas esas armas serían innecesarias si lográbamos meterle un buen toque que descontrolara el chip. Así salimos de la casa de Fargas… ya en su coche, algo me hacía sentir incómodo.

-Fargas ¿no crees que estamos exagerando?-
-mejor exagerar y equivocarse ¿no?-
-creo que sí-
-si te sirve de consuelo, trataremos de atraparla… no de eliminarla-

-¿coleccionas armas?-
-no, si por mi fuera… solo trato de estar preparado…-
-¿preparado para qué? -

-no se… me da miedo lo que sucede…han hecho… en los laboratorios…cosas muy buenas… pero tambien…cosas terribles: perros gigantes…virus… gente con cerebros asesinos…artificiales, es cuestión de tiempo…harán algo que no podremos parar, creo que ya lo hicieron de hecho… y yo estoy listo para defenderme y defender a mi familia…pinches científicos…ustedes y su ciencia maldita…-

Había mucho de razón en las palabras de Fargas, él me apoyaba pues mi invención había salvado a su hija y a su madre, ahora ese mismo invento, amenazaba con destruir su vida, su carrera policiaca, su mundo… pensaba en eso mientras el detective conducía…Por fin llegamos a la planta de placas y engomados, todo estaba demasiado tranquilo… demasiado obscuro.

-¿siempre está asi de obscuro?-
-no Cuenca, algo no está bien,-

El portón de acceso de proveedores estaba abierto, y entramos a la planta por ahí, Fargas empuño su rifle, listo para atacar, como si estuvieramos en una película de guerra… yo, sin saber que hacer, llevaba la escopeta con el cañón hacia el suelo, creo que en el fondo no quería dispararle a nadie. 

Llegamos a la caseta de vigilancia: no había nadie, seguimos caminando, con sigilo, entre alterones de lámina, entre máquinas, en una obscuridad casi inexorable, sintiendo el miedo hacer estragos en nuestras voluntades.

De pronto, y en una forma muy enfermiza… la corazonada del detective se había hecho realidad, en una polea de transporte de material, estaba el cuerpo sin vida del velador, diría que "alguien" lo había colgado, pero sabíamos de sobra quien, sus cuerpo estaba de cabeza, atado de pies y manos, y su rostro cubierto de sangre, una herida en su cuello nos hizo entender que Adriana lo había cortado despues de colgarlo…había tenido una agonía muy dolorosa…

-llegamos tarde, ya se fue-
Comentó Fargas al mirar aquel infame espectáculo. No acababa de decir esa frase cuando escuchamos pasos en la barandilla del área de fundición, y vimos pasar una silueta ya muy conocida y odiada…iba a correr tras ella… pero el detective me detuvo…
-no…no vayas…puede haber puesto muchas trampas… 

CONTINUARÁ