EL MIMO.
Una tarde de abril de hace 15 años, estaba en la universidad y viajaba con mi novia por una carretera en Miacatlán, Morelos.
Cuando entré a la curva, patinó el carro, pisé el freno y el carro giró, entré al carril contrario y voló el carro, golpeó la parte del toldo del copiloto, volvió a girar y cayó sobre las cuatro ruedas.
En el momento que estás girando, que estás derrapando, más que imágenes recuerdas los sonidos de la grava, cuando los frenos no responden, los vidrios viniéndose encima, la carrocería crujiendo.
Dos horas después del accidente, cuando pude contactar con mi madre, valorè haber salido vivo y mi novia tambièn, solo unas pequeñas heridas causadas por los vidrios que saltaron hacia nosotros.
En ese momento vimos como salido de una pelicula de terror a un mimo en la orilla de la carretera, a unos 100 metros de nosotros, haciendo una pantomima que en ese momento cataloqamos como macabra y de mal gusto.
Movia las manos como si estuviera recreando el carro al dar volteretas y se dejaba caer.
Comenzaron a llegar en ese momento dos patrullas y una ambulancia, le dije al policia que estabamos bien, pero que el tipo que estaba a cierta distancia no sabìamos que hacia en ese momento ahi, yo lo seguìa viendo pero el policia me dijo que no habìa nadie, era imposible que no lo viera, la distancia no era tan grande y el tipo seguia moviendose mucho, manos y cuerpo.
Nos subimos a la patrulla y al pasar junto al tipo ese, todavia nos decìa adios, le dije al policia que ahi estaba, el policia volteò y con su mirada buscaba lo que yo le señalaba, pero me dijo que no habia nadie.
Hasta la fecha es algo que me deja pensando, no es posible que solo mi novia y yo lo hayamos visto, eran como las 5 de la tarde, tal vez las 6, no estaba oscuro, nunca se escondiò, y hasta perdernos en la distancia siguio haciendo sus movimientos simulando que lloraba, que se caìa, etc.
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