EDIFICIO REX Capítulo. 4 Christian Perales

EDIFICIO REX, DEPARTAMENTO 23.Capítulo. 4

No se que impulsos te hacen cruzar las barreras, alguien con un poco de coherencia en su mente habría huido de ese lugar, más yo estaba a punto de abrir esa puerta tras la cual me aguardarían algunas respuestas, pero sin duda alguna muchos peligros. La llave había abierto la puerta, ahora al empujarla, el sonido de su arrastre me hacía saber que no se había abierto en mucho tiempo, dentro, todo era obscuridad, previamente, ya me había equipado con una lámpara, así que entré, arriba de mi podía ver el elevador trabado entre dos pisos, sin poderse mover desde hacía ya más de diez o quince años. Y hacia abajo una enorme fosa donde la luz de mi diminuta lamparita se perdía, en una gran obscuridad, pegada a la pared de ese cubo había una escalera, bueno eran solo varillas dobladas a modo de escalón, me puse la lámpara entre los dientes para asirla con la boca y como pude, comencé a bajar por esa escalera al inframundo.

Lo curioso es que solo debían ser 5 pisos y yo calculaba estar descendiendo el equivalente a 12, no se por que, pero ese foso era demasiado largo, y el ir surcando entre telarañas, cucarachas, ratones y un denso olor a drenaje hacía que el camino fuera interminable finalmente llegué hasta abajo, donde comenzaba un pasillo, era como los que existían en la parte que hoy conocía del Rex, en cuanto a simetría, pero parecía que ene ese lugar había transcurrido cien años, todo estaba cubierto de moho, y el sitio parecía caerse a pedazos. Cada paso que daba lo hacía con mucho cuidado, pues ese piso también era de madera, y por instantes temí que fuera a desaparecer bajo mis pies, y la luz de la linterna no era suficiente para alumbrar el lugar y ofrecer seguridad. Todo fue muy rápido, detrás de mi sentí como si una corriente de aire helado me pasara por la nuca, y al mismo tiempo traspasaba mi cuerpo, luego, la vi, en definitiva era Lolita que ahora se materializaba ante mi, con sangre en sus ojos y la misma mueca de sufrimiento al haberse suicidado. Se puso ante mi en aquel pasillo, yo pese a estar aterrado y con ganas de salir corriendo de ahí, decidí que necesitaba darle luz a este asunto, necesitaba saber que acontecía.

-¿que quieres de mi Lolita...?. yo se quien eres...-

Di un paso más, sin darme cuenta de que ante mi había una serie de escalones, no era muy alto, pero resbalé y terminé rodando hacia abajo, sentí que aquello era el fin caí sobre trozos de madera rota y una de las tablas se encajó en mi pierna, no era grave, no ponía en peligro mi vida, pero ante el golpe y la tabla clavada no iba a se fácil salir de ahí, la angustia se apoderó de mi corazón, y más por el hecho de que ahora Lolita estaba frente a mi, pero algo había cambiado, ahora su tez, si bien era aún aterradora, sus facciones estaban serenas, su pálido rostro había hallado algo de paz. Se acercó a mi rostro y comenzó a hablara con la voz más serena esta vez.

-¿crees en verdad que me suicidé...?. ¿crees que tendría el mal corazón de matar a mi hija?.... ella era todo por lo que luchaba en vida...-
-entonces dime que pasó... por que no puedo vivir así... ¿Qué necesitas?-
-necesitas ver...-
En ese momento me señaló algo que parecía como un cajón entre los cimientos del edificio, me levanté como pude, sacando de mi pierna los restos de tabla, bueno tanto como se podía, la sangre que salía de mi herida, si bien era de importancia, yo sabía que aún podía y tenía que mantenerme con vida, fui a donde Lolita me había señalado y lo que vi fue lo más macabro y aterrador, que jamás había visto: Seis costales con osamentas, ya no quedaba nada de lo que alguna vez había sido un cuerpo, mas que huesos y algo de cabello.
-¿qué...Chingados...?-
-Estamos atrapadas, él nos mató, el y su hijo...su hijo... nos engañaba... yo fui su pareja, su mujer.....y cuando supe lo que les hizo, amenacé con denunciarlo...?-
-¿quienes eran?...-
- Simplemente mujeres que creyeron en él, y solo las prostituyó en la Merced....
El me mató, mató a mi hijita... hizo que todo pareciera suicidio.. pero yo no la maté... ni me colgué de esa vigueta...Conocí a este hombre en 1984, en una fiesta, él dejó de drogarse, dejó el mal camino por mi y nuestra hija, pero su papá, estaba mu metido en el negocio de la prostitución, y como su hijo no quiso seguir en eso, su propio padre lo mandó a asesinar... una tarde él vino con cinco tipos mataron a todas las chicas incluyéndome a mi, aunque yo no era parte de ese negocio, pero fue él quien me colgó de la viga personalmente...a ellas las escondió aquí y las cubrió con cal y cemento nadie se dio cuenta hasta hoy .-
-¿qué quieres de mi..?-
-dame luz.. justicia....-
-¿quién te hizo esto...-
-Germán...Germán Fuentes....-
¿Sería posible que el vecino que la noche anterior me había ayudado, era capaz de hacer semejante acto?
No tuve tiempo de pensarlo mucho, pues en un momento en el que estaba descuidado este vecino, Germán apareció de entre las sombras, arremetiendo contra mi con una pala que traía en sus manos, ese primer golpe, me aturdió de tal manera que caí al suelo, y un hilo de sangre brotó de mi nariz de inmediato, traté de parar el segundo golpe, aun cuando pude sentir que mi antebrazo casi s dislocaba.

-¡¿era necesario pinche chamaco?!!! ¡¿Tenías que saberlo cabrón?!!!-

Ese si era mi fin. entre golpes algunos fallidos otros asestados con cierta debilidad, logré levantarme, y medio abatido por esa hondonada de golpes, comencé a defenderme pues ahora estaba en el entendido de que era él o era yo, pero ya me había menguado algo con la caída y luego con los golpes, así que este tipo Germán, parecía resistir mis golpes, calculo que habremos estados forcejeando por diez o quince minutos, la obscuridad era cómplice de este hombre, y estar sangrando en algunos puntos, era mi debilidad, finalmente... no se como.... la suerte se puso de mi lado, en la refresca se había roto un tubo de desagüe por lo que el agua pestilente comenzó a fluir Germán, tuvo un mal movimiento, quiso estirarse para golpearme y la edad hizo lo suyo, el se resbaló, y al caer tocó los cables que alimentaban de electricidad al edificio, y de inmediato se convirtió en una masa de luz, al recibir la descarga de 300 voltios en el piso mojado, yo me alcancé a subir a donde el piso era madera, y me salvé de arder junto con él. Finalmente, todo quedó en obscuridad y silencio, me acerqué y vi el cuerpo de mi rival yaciendo muerto, ya no había nada que hacer, Lolita volvió a aparecer frente a mi, y claramente pude ver como se iba desvaneciendo en un rayo de luz

-Gracias...-
Fue lo que escuché, pero no solo dicho por Lolita, habían con ella, otras voces de mujeres incluso la de una niña, dándome las gracias mientras un rayo de serena luz se hizo presente en el lugar, ellas solo esperaban algo de justicia para poder descansar en paz. Era hora de salir de ahí, de volver a arriba, más al voltear, para buscar la salida ahí, a mi lado, de nuevo estaba Germán, que intentaba ahorcarme, pero sus manos solo traspasaron y se perdieron en el infinito...
-Ya te moriste viejo pinche...-
-no, no, ¡Noooo! -
En ese momento, no se si se debió al cansancio de no haber dormido tres noches, o las lesiones... pero pude ver como en el piso, se formaba un agujero, y se notaba que en el fondo de este hervía lava o algo, y unas manos jalaban a Germán para llevarlo hasta este agujero...yo lo vi desaparecer ahí....

Ya no es relevante como volví a mi departamento, pero avisé a mis vecinos en cuanto pude, y muchas familias, al menos supieron que fue de esas mujeres, todo se manejó muy discretamente, ya están descansando, y si en mis manos está jamás habrá otro suceso así, pues ahora cuido de mi y de mis vecinos.
La vida en el edificio parece seguir igual, per si a mi me toca decirlo, soy un tipo así, y vivo en el edificio Rex...departamento 23