-no señito, ahorita no...gracias-
-tú estás condenado....
De pronto la voz de la mujer había cambiado, se escuchaba como si las voces de un hombre y una mujer fueran emitidas desde su garganta, el terror se volvió a apoderar de mi, y salí caminando más rápido de ahí, al llegar a la puerta del edificio, giré la cabeza, con el fin de volver a ver a la señora, ya no estaba.
-nenita...nenita...
En ese momento esa niña giró el cuerpo para quedar frente a mi, caminó unos pasos intentando abrazarme, fue entonces cuando la vi, y debo decir que no era de este mundo, su cabello rizado recaía en sus hombros, su tez estaba pálida, mortecina, sus ojos coronados por enormes ojeras denotaban un sufrimiento terrible, sus labios estaban amoratados, ella caminó hacia a mi mientras yo, quedé paralizado, sin saber si ocultarme en mi departamento o correr hacia la calle.
-
Fue una frase tajante que salió de su boca, yo comencé a temblar tanto de miedo como de frío, y un olor nauseabundo se había apoderado del pasillo, solo se que esquivé ese abrazo de ultratumba, sin cerrar mi apartamento, corrí a la escalera, solo me importaba salir de allí, tras de mi, escuchaba sus diminutos pasos resonando en la madera del corredor, llegué a la escalera y solo alcancé a escuchar un terrible grito apagado tras de mi.
Llegué al piso de abajo y ese vecino, que siempre cerraba su puerta ante los demás, en ese instante como un milagro, la tenía abierta para mi.
-oye ¡aquí vecino!-
Le tomé la palabra sin pensarlo, y en un instante estaba a salvo con él, parece que ya me esperaba de inmediato me pidió que me sentara y después de un silencio incómodo, se abrió la conversación, supe entonces que el vecino se llamaba Germán y que era el residente más antiguo del edificio Rex
-se lo que te está pasando....¿La viste verdad?
-vi algo.....
-hijo, he vivido aquí desde 1960, se que pasan cosas, más en el departamento 13-
-no vecino es 23
-No siempre fue así, cambiaron la numeración cuando pasó lo de Lolita-
-¿Lolita?
-Bien, creo que no estás listo para la verdad, pero alguien te lo tiene que decir-
Don Germán sirvió un poco de tequila en una taza y me lo dio, después el se sirvió su ración y siguió hablando.
-¿volvió al vicio?-
-peor, comenzó a golpear a Lolita, y a veces a la nena también, yo me metí varias veces, pero luego el venía, le hacía la llorona a Lolita y ella lo perdonaba...
-él la mató-
-no, simplemente, la abandonó, y cada que podía le pasaba cuanta vieja podía enfrente... pero una tarde la tarde que todo pasó... no supimos bien por que, pero esa tarde Lolita llegó de trabajar y mató a su pequeñita, la ahogó en la tina, y... después... ella se ahorcó....
eso fue en el departamento en el que vives....
-ay cabrón...-
-desde ahí todo aquel que llega a vivir, queda salado... le va mal en el trabajo... y se rumora que aunque se vayan de ahí, esa maldición los persigue...-
-creo que mejor me voy...-
-¿y a dónde? quizás debas encontrar alguna respuesta, quizás estés aquí por alguna razón....¿sabes? yo pienso que hay algo más, algo que debes buscar, quizá solo así te libres de esa maldición.
Ahora muchas cosas ya tenían sentido, debía buscar algo ue hubiera quedado pendiente ¿pero qué?
Ya un poco más sereno y con muchas dudas, volví al departamento, después de todo ya había amanecido....
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