ESTO ME LO CONTÓ AYER UN COLEGA...
... Hace poco me mudé a un departamento en una colonia muy tranquila y agradable.
Sin embargo, desde el primer momento me di cuenta que la gente que ahi vive es un poco... bueno, mejor te platico lo que viví en ese lugar.
No podía entablar conversación con nadie, pero me encontré un vecino, el de enfrente de mi puerta. Era un hombre como de cincuenta años, vestía bien, pero lo noté un tanto introvertido y callado, hecho que a mis ojos lo hizo muy interesante.
Nos hicimos amigos y solíamos platicar un rato en las noches cuando coincidíamos al tirar la basura en los contendores del sótano.
En nuestras conversaciones descubrimos que nos gustaba la misma música y como a mí, también le atraía el futbol. Y aunque era muy agradable, actuaba de una manera... digamos extraña.
Una de esas noches me invitó a su departamento, dijo que quería mostrarme algo que era su mayor entretenimiento y que tal vez me iba a gustar lo mismo que a él.
Antes de aceptar su invitación intenté hablar con los vecinos y preguntarles qué era lo que sabían de él, pero todos se molestaban y hasta hubo algunos que me dieron la espalda sin decir media palabra.
Hace una semana, aproveché que vino el administrador para entregarnos la correspondencia y le pregunté por mi vecino de enfrente.
Cuando escuché su respuesta, me quedé paralizado.
- ¿Del departamento frente al suyo? Ahí no vive nadie. El antiguo inquilino falleció allí adentro... le diré aquí muy en privado que le gustaba la magia negra y hablaba con seres de ultratumba, atraía a maléficos entes infernales, pero principalmente, invocaba al demonio.
Nadie sabe cómo murió, sólo nos dimos cuenta porque el pasillo empezó a apestar como a... como a tumba abierta y comenzaron a salir bichos asquerosos por debajo de la puerta... y para qué le digo más, sólo que ese departamento ha estado cerrado desde entonces.
Ayer me mudé de allí, -me dijo mi amigo como colofón a nuestra plática- y no quiero volver a saber nada de ese maldito lugar.
Amigas, amigos... como me lo contaron, se los cuento.
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