No sabemos como pasó, todo es confusión y caos, nuestra camioneta volcada con las llanta hacia arriba, sobre las vías del tren, cuya bocina puedo escuchar, se que se acerca, se que nos embestirá, más no puedo moverme... creo que mis compañeros están muertos, ninguno se mueve...
Todo comenzó hace tres días, yo pertenezco a una agencia de "paquetería" por así decirlo... en realidad trasladamos cosas para quien puede pagar nuestros servicios...si un jeque quiere un Mustang, nosotros se lo llevamos hasta las puertas de su palacio, si un anónimo quiere plutonio... no hay problema, podemos colocar un tigre blanco en Las Vegas en menos de 48 horas, sin importar que éste se encuentre en las estepas rusas; movemos todo lo que se nos pida, y no tenemos escrúpulos. Francamente pequé de inocencia cuando unos frailes franciscanos nos llamaron, debí sospechar que algo andaba mal cuando ellos no solo me llamaron a mi, si no que llamaron a los cinco mejores del mundo: personas que hacían lo mismo que yo en otros países, Francia, Bélgica, Inglaterra, Rusia, todos ellos ex militares, algunos de élite como alguna vez lo fui yo. De tal suerte que nos reunimos y de cierta manera estábamos alegres por trabajar juntos, ya que pocas veces lo hacíamos.
Llegamos a un monasterio ubicado, en una zona semidesértica de Chihuahua en el norte de México, ahí ya nos aguardaban los frailes que de inmediato y en medio de un silencio incómodo nos hicieron pasar al interior, cerrando la pesada puerta de madera, tras de nosotros. Nos hicieron pasar a una cámara, la cual estaba cerrada con cuatro cerrojos, en el interior solo había una urna de madera bajo los pies de un cristo crucificado, y alrededor muchas, muchas velas.
-Esto es lo que van a llevar... tienen que transportarlo al Vaticano, en la capilla de los cónclaves, los recibirá el cardenal Giuseppe Angolino-
-¿que hay en la urna?...-
pregunté un tanto intrigado, por el solo hecho de ser contratado por religiosos y no por los clientes que habitualmente lo hacían. El fraile de inmediato y sin mediar mayor palabra, abrió la urna, en ella se encontraba una figurilla de un arlequín, o más bien un payaso, confeccionado en tela, y con una macabra cabeza de porcelana. Mis compañeros y yo, nos miramos con cierta incredulidad, y recuerdo que uno de ellos soltó una pequeña risa burlona.
-¿es en serio?... mejor no juegue conmigo frailecito y dígame que tiene el payaso adentro ¿archivos vergonzosos de la iglesia?..... ¿cocaína?...-
-Existen en el mundo... cosas más peligrosas que eso... este payaso está maldito... fue fabricado a mano por un artesano de Italia en 1890, que murió brutalmente asesinado, quien lo ha tenido... incluso personas famosas... han tenido finales trágicos o les ha pegado la desgracia... primero lo tuvo una niña en Italia y la noche en que llegó este payaso a su casa su familia fue masacrada, nunca hemos sabido como se mueve, como es que va de un país a otro, alguna vez perteneció a una niña judía, realmente solo lo tuvo unas horas, fue su regalo de cumpleaños, pero recién lo había sacado del papel que lo envolvía, los nazis entraron a su casa y asesinaron a toda su familia.
-son coincidencias...-
-Después un sargento nazi lo recogió, y su profunda afiliación con Hitler y Eva Braun lo hizo querer regalarle el payaso a esta última, en cuanto entró al bunker de Hitler, el después de casi apoderarse del mundo, cometió los errores más grandes que lo llevaron a perder la guerra, y se dice que la mirada del payaso lo orilló al suicidio...Y así, podríamos estar hablando toda la noche, pero solo les diré que la última propietaria fue una doctora en física nuclear que en 1986 lo encontró en una tienda de antigüedades en Rusia y a ella le pareció que sería un buen adorno para su escritorio en la planta nuclear de Chernóbil a los dos días... bueno.. usted sabe lo que ocurrió en esa planta... ahí lo encontró un bombero... en medio de la explosión el arlequín había salido intacto, el estado Vaticano ya sabía lo que era y pidió encargarse de él, desde ese día lo colocamos en la urna y al parecer eso lo ha mantenido sin atacar a alguien más.... es importante que llegue al Vaticano, pues al fin encontraron la manera de destruirlo...hagan lo que hagan, cuando lo transporten no abran la urna... -
Palabras más, palabras menos, salimos de ahí y emprendimos el viaje hasta el Vaticano, cuidándonos de terroristas o incluso jefes de estado que quizá querrían el payaso para usarlo contra alguien. De pronto en el interior de la camioneta, no sabemos como.... de pronto al voltear hacia atrás, la urna estaba abierta y el payaso no estaba, después el estruendo, no sabemos que nos golpeó no hay otro vehículo, nadie nos disparó, solo la camioneta se volcó quedando al paso del tren, ahora ya veo las luces de este, estoy muy débil para reaccionar, se que es el fin, y entre mi debilidad, veo una figura que me es muy familiar, ante mí pasa caminando el payaso...que se aleja entre una risa macabra...
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