Vivìamos con mi mamà en una choza estilo maya allà en Campeche.
Habìa dos entradas sin puerta, dicen mis hermanos menores que escucharon los cascos de un caballo, eso era normal..todos tenian caballos.
Pero, èste era un caballo que tenia una fijaciòn hacia la casa, pateaba, relinchaba y les pareciò que el brillo de los ojos era un tanto brillante.
Ellos lo estaban mirando, el caballo tenìa una mirada de enojo, cuando de repente dicen ellos que saliò corriendo hacia la casa...y cruzò por en medio de la casa y se fue hacia el patio de atras que daba hacia el monte.
El detalle es que mi hermanito estaba acostado en la hamaca que estaba en medio de la casa y quedò meciendose de un lado a otro.
Ràpido mi madre lo tomò en los brazos y oraron fuertemente.
Como no habia luz solo la de las velas., dice mi mamà que en la mañana no habìa huellas de pisadas del caballo.
Todo el pueblo se enterò y le dijeron que el mal se queria llevar a mi hermano.
Una señora le dijo que se tenia que bañar al amanecer en el mar por 7 madrugadas y que si escuchaba voces venidas del mar que por ningùn motivo voltearan y asi que se fueran a la casa.
Mi mamà asì lo hizo y a partir de ahi dejaron de haber otras manifestaciones del bajo astral..
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