Esto lo escribió mi hija Claudia González Zúñiga hace unos días.
La mañana me despertò con un dolor intenso en el estomago, por lo cual tuve que levantarme como bòlido al.sanitario, ahi donde surgen las mas grandiosas ideas; sin embargo para mi no fue asì, solo un intenso dolor abdominal.
Cuando terminè me fuì a recostar otro ratito y le hablè a mi mamà para cancelar el compromiso que tenia con ellos de acompañarlos a entregar paquetes fotogràficos en una escuela.
Ella me dijo que no me preocupara (como lo hacen todas las madres), y me dijo que me hiciera un tecito porque seguro tenia enfriamiento en el estomago,
Le hice caso, me preparè mi thè, me lo tomè y me volvì a recostar un ratito mas.
Entonces llegò morfeo a mis aposentos y quedè profundamente dormida.
De repente sube a mi recamara un chico delgado, guapo, con una sonrisa de esas de las que intuyes que habìa hecho una travesura y entonces le preguntè -¿a que veniste?- y el me respondio -vine a traerte un regalo de cumpleaños-, al mismo tiempo que sacudìa un enorme conejo blanco, a lo cual le respondì: -pero ya estamos en octubre y yo cumplo en junio, en fin da igual lo importante es que estas aqui-, -¡¡¡siii!!!- respondiò con su picara sonrisa, tambièn te traje èsto y fue cuando vi que traìa un montòn de cajas de medicina.
Me dijo -es para que te alivies, se lo agradecì infinitamente ya que el.dolor abdominal no cesaba.
Fuè entonces cuando reparè en una cosa y le preguntè nuevamente, -¿pero que haces aqui? ¡¡¡tù ya estas muerto!!!!.
Èl con su sonrisa pìcara me dio a entender que se dio una escapadita del lugar en donde estaba solo para verme.
Desgraciadamente cuando lo quise abrazar me ¡¡¡¡desperteeeeeee!!!!!
En fin te agradezco infinitamente el que en sueños me vengas a ver y preocuparte un poco por mi.
Gracias Gûeritooooo.
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